Partida Rol por web

Finalmente veo una sallira, me subo a una silla y salto a la barra corriendo por ella hacia la puerta, esperando qeu asi dejaran tranquilos a Charles y Alejandro, aunque permanecia atenta por que el jefe seguia fuera d emi vision.

Demasiado imbuídos en la pelea, los villanos no se dan cuenta de tu huída. Corres por la barra y sales por la puerta sin ningún problema. La zona de tabernas te recibe, junto con la brisa marina.

Mientras te estás preguntando hacia donde deberías ir, y donde está el jefe de los villanos, este aparece despejando tus dudas.

-Bienvenida señorita, parece que he hecho bien saliendo a esperarla.- dice sonriendo.

Me aparto de el dejando mi mano en mi arma y teniando claro que no dudare en usarla - ¿Que quereis de mi? - Le pregunto sin mas pues no recordaba su rostro y normalmente recuerdo a la gente que estafo o a la que robo... normalmente no, siempre. No era mi mejor semana y terminnar atada y encarcelada era lo ultimo que entraba en mis planes.

Te mira con una sonrisa siniestra.

-A ver chiquilla, te aconsejo que dejes el arma, no tienes ninguna oportunidad. Alejarte de tus amigos no ha sido una buena idea. Tienes dos opciones, venirte conmigo y que no te pase nada, o que te lleve por la fuerza. Tu escoges.-

lo miro arqueando una ceja - no quereis hacerme daño si no ya lo abriais echo asi que si es a la fuerza sera inconsciente asi que... no soy una mujer facil... y aun no me has respondido que quieres si lo supiera quizas te acompañara tranuilita - Le digo en un tono seco y espectativo.

-Me aburre hablar con mujerzuelas de vida alegre como tú. O vienes, o te llevo. Tu misma.- dice en tono seco.

Llevame - Digo apretando los diente sy buscando una salida con la mirada, claramente no me iba a dejar coger facilmente, o al menos lucharia hasta que no pudiera mas. No sabia quien era ese tio pero los ultimos dias habian sido demasiado caoticos como para dejar amedrentar por el primero que llegue.

Empieza a caminar con paso firme, llevándote cogida del brazo. Es mucho más fuerte que tu y, en algunos movimientos, te lastima un poco el entebrazo.

-Se rumorea por ahí que, ahora que tu padre ha muerto, has heredado un par de anillos que necesito. Algo que supongo que querrás usar como alianza. Quiero esos anillos, Kate, y los quiero ya. ¿Donde los tienes?.- te pregunta con fiereza.

Mientras avanzais, algunos de tus conocidos os miran con curiosidad,

Voy dejando claro que no tengo la menor intencion de hacerle caso, esperando qeu la gente que me pueda ver avise a Marcel o a Alejandro de por donde me estoy llendo, entonces me pregunta algo con lo que arqueo las cejas - ¿Anillos? ¿De qeu hablas? Aun no tengo mis anillos de boda, asi que ya puedes buscar por otro lado - Y si por primera vez que alguein me pedia algo, no lo tenia y era cierto.

Sigo cominando un rato sonriendo divertida y cuando veo que la paciencia se le acaba me echo a reir - Parece que te has equivocado de protagonista... el novio es el que guarda los anillos, bueno d eecho suele hacerlo el padrino - Me rio mas divertida - ¿Donde crees que estara ahora mi prometido? - Digo recordandole que lo dejo en la taberna.

Sonríe de forma dura, mientras se para frente a un pequeño barco.

-Pues no se quien las tiene de los dos, pero si las tiene él, van a ser tu rescate. Súbete al barco bonita, y sin montar escándalos. No sea que me pase algo y lo pague tu prometido.- te amenaza.

Hay gente en el puerto, y sabes que te ayudarían, pero no puedes dejar de pensar en cómo estará Alejandro.

En un momento cuando me giro lanzo una escasa mirada a uno de los marineros, se que es de los que para en la taberna de mi tio asi que aprovecho apra pararme y que el hombre me fuerce minimamente a subir al barco, esperando que mi tio tenga noticias de ello, con eso llegara para que bastantes hombres vengan, en la ciudad aun habia hombres fieles a mi padre y a mi a la espera de el arreglo del barco.

El amigo de tu tío te mira extrañado, pero no hace nada. Subes a la barcaza, evaluándola. No podeis ir muy lejos, dada su consistencia. Una tormenta de Avalon os destrozaría. Rezas para que el torpe bandido tambien lo sepa.

A la fuerza, te encierra en una de las salas bajas. Por el olor, un simple almacén de pescado.

-Y ahora bonita, te quedas ahí dentro hasta que paguen tu rescate. Seguro que no te importa demasiado el olor, todos los hombre de tu vida huelen igual.- dice mientras se marcha.

Cierra de un portazo, y puede oir como corre en cierre.

Golpeo la puerta con una patada cuando sale por ella y despues suspiro comenzando a dar vueltas por la "habitacion"  - Maldito cabron... - Analizaba todo con la mirada buscando alguna posible forma de salir, Habian sido demasiado tranquilos los ultimos dias... No pude evitar bajar la mirada parandome un segundo.

Una de mis manos fue a mi vientre recordando lo que habia pasando, volvi a suspirar pensando en que el cabron conseguiria lo que queria pues Alejandro vendria a por mi sin dudarlo.

Empiezas a desesperarte. Pasan las horas y el único contacto que tienes con tu secuestrador es la pequeña cantidad de comida que te trae tres veces al día.

En la segunda noche, cuando empiezas a hacer cuentas de a donde podría estar llevándote, estalla una enorme tormenta.

El pequeño barco no deja de dar sacudidas, y empiezas a temer por tu seguridad.

Por suerte, a pesar de las cajas que te rozan, las poleas y las cuerdas, consigues mantenerte en pié y sin ningún golpe.

Cuando notas que la tormenta empieza a calmarse, escuchas un golpe que has rezado todas las veces que has subido en un barco por no escuchar. El ruído de un casco que se rompe contra una roca.

El agua que empieza a entrar por uno de los lados del barco te empapa las piernas. Antes de que te des cuenta, en medio de una tormenta que da sus últimas coletadas, te encuentras nadando para salvar tu vida.