Partida Rol por web

El enano se encontraba mareado debido al último ataque y oyó el aviso de Vargad en el último momento. Se apartó como mejor pudo y luego atacó. Sin embargo su golpe se mostró torpe y el lobo se dispuso a atacar de nuevo.

Erackand no salió huyendo, enfrentó aquello con coraje y dispuesto a contraatacar si es que le sostenían las piernas. Se negó a pensar que todo fuese a terminar allí pero no las tenía todas consigo.

Si bien la victoria era inminente no parecía que el combate estuviera realmente cerca de terminar. Los lobos de la plaga eran sin duda criaturas muy resistentes, y les estaba costando a los legionarios el lograr doblegarlos.
Uno mas de estos había caído, y ya solo quedaban dos, uno enfrentando a Gareth y otro a Erackand. Ambos guerreros habían cumplido su papel soportando fieros ataques al mantener a la mayoría de los lobos todo el tiempo sobre ellos. Ahora con el resto de sus compañeros libres seria en teoría mas sencillo abatirlos.
En los bordes del claro por su parte, Sir Haguen seguía observando la escena, en cierto momento imperceptible para los allí presentes había bajado del árbol, y ahora, mientras les observaba, iba recogiendo aquellas pequeñas piedras que arrojara durante la noche en los bordes del claro.

Mi rápido movimiento hizo que no pudiese imprimir mucha fuerza a mi golpe, por lo que apenas le cause un pequeño arañazo, y el lobo se volvió contra mi rápidamente, más de lo que esperaba por lo que no pude esquivar su golpe, aunque cuando me iba a alcanzar el lobo sufrió una sacudida que le impidió causarme una herida profunda… la visión aun cimbreante flecha en el costado del lobo y el grito de ánimo de Cassandra me levantaron el animo

El resto de la pelea debe ir mejor de lo que me temía- pensé, agradecido por la ayuda de Cassandra, y aunque parte de mi aprehensión disminuyo, no por ello me permití relajarme… ya había visto lo rápido que podía moverse el lobo, por lo que con eso en mente, lance mi ataqué.

Los lobos caen ante nuestros ataques, por lo que ayudo a nuestro líder, quien se abate valerosamente en duelo singular contra una de estas fuertes bestias. Concentro mi poder mágico en la punta de mi vara y con una suave sacudida, lanzo un poder dañino en contra del animal, que va inusualmente cargado con mi emoción por el combate.

Mi movimiento es rápido, por lo que de un grácil giro lanzo otro retazo de poder destructivo en contra del lobo que lucha encarnizadamente contra nuestro maestro de combate enano.

Una vez termino, saco de entre mis cosas el material de curandero que siempre llevo a todas partes, para disponerme a vendar algunas heridas de nuestros combatientes.

Sondra vió caer a su obejtivo , asi que respiro hondo y apuntó al lobo de Erackand. Contó hasta tres y soltó un nuevo virote que voló hacia la bestia.

Erackand gritó fuertemente. Desesperación, rabia, todo se juntaba allí. El maldito animal parecía reirse de sus esfuerzos moviéndose a derecha e izquierda, rodeandole y entorpeciendo sus ataques de manera desquiciante.

Poco después el propio enano tuvo de reconocerse que había estado ofuscado debido al dolor y a las heridas. Pero no lo reconocería ante nadie. Lanzó un golpe pero a no ser que los paragones le ayudasen de algún modo no iba a impactar.

Mis esfuerzos eran en vano mientras aquella criatura infernal seguia atacando al enano. Mis labios se tensaron, alce la vara, apuntando a aquella criatura y cuando vi la oportunidad lance una descarga de energia arcana.

Miro perplejo como la maldita bruja se atreve a usar su magia maldita con la criatura que estoy matando, arriesgando de esta manera la vida de mi compañero enano.

Enfadado e iracundo concentro toda mi rabia por la presencia de la maldita apóstata en mi bastón. La energía comienza a crepitar y lanzo un rugido junto a un potente hechizo -¡Maldita bruja! Ese monstruo es mío.

Te respondí días atrás en el off topic. Nunca responde en esta escena a comentarios, esta escena solo se usa para la partida, la otra es para las dudas y conversaciones.

El combate había terminado, todos y cada una de esas malditas creaturas yacían inertes  ahora en el suelo del claro. Los Legionarios se sentían victoriosos, habían logrado trabajar en equipo, habían logrado vencerlos, pero sobre todo habían logrado sobrevivir a la primera prueba.
La mayoría habían sufrido heridas durante el combate, algunos heridas sin importancia mientras otros tenían heridas de gran consideración que quizá no fuesen a sanar en poco tiempo.
Sir Haguen por su parte, como siempre se mostraba indiferente, caminaba por el claro de lobo a lobo clavando su daga justo detrás de la nuca de cada lobo sin decir ninguna palabra. Incluso los legionarios podrían no haber estado allí y probablemente el accionar de su acompañante habría sido el mismo.

Sir Haguen se levanto súbitamente tras asegurarse de que el último de los lobos de la plaga estuviese muerto. –Han sobrevivido a su primer combate como legionarios, pero si esperan una felicitación de mi parte están muy equivocados, pues realmente han fallado la prueba y si todo lo que ahora han enfrentado hubieran sido enemigos reales ya estarían todos muertos.- Sir Haguen rebusco en su bolso y saco uno de aquellos pequeños pedazos de carne que recogiera momentos atrás. –Arroje esto en torno al claro frente a sus ojos antes de que se durmieran, a nadie le importo, nadie pregunto nada. Les tendí una trampa y simplemente no pudieron descifrarla. La lección de hoy es la desconfianza y la confianza. Ustedes son un grupo, deben confiar entre ustedes como legionarios, pero fuera de eso desconfíen de todo, absolutamente de todo.-

Mi ataque tiene éxito y provoca un corte profundo en el lobo, el cual no hace parece servir más que para el lobo se revuelva y me dio un zarpazo que no logro esquivar.

Maldita sea, ha de terminar rápido con él- pensé mientras maldecía la resistencia del animal, mero mientras me preparaba para lanzar otro ataque, vi como el lobo se sacudía tras impactarle algo que no logre ver bien y caía al suelo, muerto por fin… tras un par de segundos, y al ver que el lobo no se levantaba, me gire y vi que el resto de lobos yacían todos muertos, y que todos mis compañeros habían sobrevivido. Amon estaba apuntando hacia el lobo su vara, por lo que deduje que había sido él quien me había ayudado.

Gracias- le dije a Amon, pero cuando iba a añadir algo más, Sir Haguen empozo a hablar, por lo que me callé y escuché -P…pero y si…- empecé a decir en voz baja tras terminar de escucharle, pero me callé pues no iba a conseguir nada.

¿Y si no hubiese visto a los lobos a tiempo?, ¿O si hubiesen acabado con alguno de nosotros?…- me dije -vale que nos quiera probar pero esto…- pensé, tras asimilar lo que había dicho.

¿Estáis todos bien? ¿Alguna herida de importancia?- pregunté en voz alta, intentando no pensar en lo que Sir Haguen había dicho… y tras decir esto, el cansancio y las heridas, que apenas había notado mientras luchaba cobraron de repente intensidad, y me hicieron tambalearme y caer de culo al suelo…

Tras fulminar al último lobo me acerco al malherido Erackand, dejando que se apoye en mi si lo necesita. Escucho las palabras de Sir Haguen y la débil respuesta de nuestro lider y no puedo evitar intervenir, furioso -Se supone que su presencia se debe a que tiene que evaluarnos, no provocar conflictos y trampas. Por su culpa alguno de nosotros podría haber muerto -miro a Sir Haguen enfadado -si quién hubiera lanzado aquel trozo de carne hubiera sido la bruja creame que habría desconfiado. Sin embargo la mayoría de vuestros actos hasta ahora, Sir Haguen, han sido manteniendo la distancia con nosotros, sin consultarnos ni explicarnos ¿de verdad esperaba en que reparamos en otro extraño acto más? -pregunto con sorna.

Me quedo mirando fijamente a nuestro evaluador hasta que finalmente bajo la mirada -Ya veo, a partir de ahora me guardaré las espaldas contra usted igual que lo haré con la apóstata. Amon, cura a Erackand y a Gareth, en este orden. Cassandra, Magányos, asegurad el perímetro y montad guardia, tal vez el combate atraiga a más visitantes inesperados. Sondra, no dejes que el fuego se apague, tal vez lo necesitemos aún. -ordeno pasando por alto a nuestro lider, tal es mi enfado -¿te parece todo correcto Gareth?

El último de los lobos cae, por lo que el combate acaba. Veo a Sir Haguen realizar la matanza final y luego le escucho hablar. Me gusta su estilo y su decisión. Si yo quisiera probar a un grupo en combate tampoco esperaría a que llegase la oportunidad, ya saben, eso de que si la montaña no viene a ti...

Escucho como habla el mago y cuando me menciona, paso por el lado suyo mientras digo en voz alta, mirando al enano:

- "Cállate imbécil, yo no recibo órdenes tuyas. Haré lo que crea conveniente o me ordenen mis superiores, entre los que no formas parte. Haz demostrado ser débil de carácter. No tienes mi respeto."

Pongo la venda que ya tenía preparada en la herida más grande del enano mientras que la sujeto con fuerza. Luego un poco de limpieza y con eso sanará más rápido. Es la técnica que aprendí en mis años en estos mismos bosques. Las bestias atacan con fiereza y una buena venda o una fina sutura puede salvarle la vida a un combatiente. Una vez termino, miro al resto y hablo en voz alta, contestando a Gareth:

 - "Yo estoy completamente bien. ¿Alguien más necesita ayuda? ¿Maestro enano, se siente bien o un le duele algo?"

Mis últimas palabras son para Erackand, quien parecer tener muchas más heridas de las que puedo sanar convencionalmente. Comienzo a sacar más material para sanar a cualquiera que lo necesite antes de seguir con lo nuestro, que mirando el cielo, me atrevería a decir que es dormir un rato más.

Sondra se descuelga del árbol y baja a echar un ojo a Maganyos, que ha combatido con dos lobos a la vez. La pícaro ignora tanto a Sir Haguen como a Vargad y solo presta atenciona Gareth.

-Yo estoy ilesa, Gareth pero Maganyos ha recibido bastante daño.

Miro extrañado y con aún más furia al estúpido mago del círculo -Las órdenes de tus superiores fueron claras, utiliza la magia con sabiduría y reniega y destruye a aquellos que no lo hagan. Ya veo donde tienes tu el honor y la lealtad, escoria, El Círculo se encargará de ti tarde o temprano -le respondo ante su incitación a una pelea -si lo que buscas es una lucha no encontrarás en mi lo que quieres, por mucho que me tientes -tras esas palabras observo si Erackand se encuentra mejor y me alejo hacia mi tienda, cansado, confuso y furioso.

¿Me he tenido que topar con el único grupo que valora más a un traidor que a un fiel servidor que trata de ayudar a todos?