Partida Rol por web

Muralla Kaiu. Hora de Shinjo.

La oración ha sido estimulante y como si los kamis te hubiesen respondido, te sientes más reconfortada. El día ha sido largo y deseas descansar. Piensas en la conversación de esta noche. Daichi es un estereotipo andante, o eso parece. Parece un buen hombre, aunque nada comparado con Kigaru. ¿Dónde estará?

Te quitas todo peso de encima y te metes en la cama. Tienes todo preparado por si acaso, como es costumbre en la Muralla. Caes dormida enseguida.

Muralla Kaiu. Hora de Fu Leng.

Las campanas de alarma suenan con fuerza. Os levantáis de vuestra cama y os ponéis todos los pertrechos con la máxima rapidez. A menudo, el compañero ayuda al otro a ponerse la armadura, reduciendo los tiempos considerablemente. Arma en mano, os dirigís con premura a la Muralla.

Os encontráis allí, pero no hay tiempo para las formalidades. El ataque ha comenzado. Cientos de criaturas horribles se lanzan en dirección a la Muralla. Onis, trasgos y otras criaturas horribles aparecen ante vuestros ojos. Notáis una magia maligna en el ambiente. Jamás tuvisteis relación alguna con los kamis, pero la sensación recorre vuestro cuerpo y es totalmente evidente para vosotros de lo que se trata. De alguna manera os sentís sucios. La maldad que inunda el aire entra en vuestros pulmones, en cada pálpito de vuestro corazón, en cada centímetro cuadrado de vuestra piel.

Hida Kanbu se erige como el director de la batalla. Desde su posición, junto a vosotros, como siempre se ha hecho, grita las órdenes para la lucha. La batalla comienza empatada, por lo que no pareceis empezar con ninguna ventaja, pero tampoco en desventaja.

Mientras subo los escalones hacia la muralla, mi corazon palpita de emocion, y sin esfuerzo los musculos de mi rostro se retuercen en una alegre sonrrisa. Al llegar arriba, veo a Sayuri, pero tambien a la muchedumbre de trasgos y montruos que se nos avecina. Asi que simplemente la saludo con un gesto y me abro paso entre los bushis, para colocarme en la primera linea. Blando el tetsubo con ambas manos, aferrandolo con fuerza. No pasaran. Todos los que intenten subir, los aplastare. Todos los que lo logren por otro lado, los echare abajo. Esta es NUESTRA Muralla!

Sin embargo, no me olvido de la oportunidad que la Kuni ha hablado. Debo sobrevivir. Más no permitire que eso sea sinonimo de duda. Lo usare para darme mas fuerza en la batalla. Por el Hida!

Voy pensando en lo que se acerca conforme subo al combate. Nunca antes he estado en batalla, y no nos enseñan en el dojo Kuni a luchar con los demás, así que me resulta algo desconcertante y difícil. Al alcanzar a ver la magnitud de todo, me quedo algo sorprendida. Estaba acostumbrada a enfrentarme a las criaturas de una en una, de 5 en 5, pero aquella multitud no parecía tener fin y resultaba difícil saber cuanto tiempo estaríamos allí.

Debido a la especialidad de los Cangrejo, el mejor lugar para mi era en Combate, dejando en vanguardia a los pesos pesados y moles destructoras capaces de derribar a grandes cantidades. Mi habilidad estaba versada más en enfrentarme a una criatura.

Muralla Kaiu. Hora de Fu Leng.

La lucha a comenzado. Blandes tu tetsubo de lado a lado, acabando con la vida de trasgos y otros enemigos menores. La sangre corrupta comienza a enrojecer tu armadura y toda tu arma. El combate es frenético, por mucho que lo intentáis las escalas no dejan de aparecer frente a la muralla y cientos de criaturas suben por ellas. Por cada criatura muertas, dos más parecen subir. Entre la multitud de criaturas que ves, te fijas en una que parece dirigir en cierta forma a las demás criaturas de la zona. Decides que si acabas con ella, quizás esto entorpezca los movimientos de las demás y limite su capacidad ofensiva.

Te lanzas contra ella en combate singular. Deseas ser tú quien la mande al Jigoku y no al revés. El Oni te mira y sonrie en una terrorífica mueca. Se prepara para el combate.

Muralla Kaiu. Hora de Fu Leng.

A pesar de tu posición más retrasada, en la que crees que te desenvolverás mejor, no crees haberte puesto en la mejor posición. Hordas de alimañas campan a sus anchas y parece que no das a basto matándolas. Confías en no verte rodeada.

Criaturas y samuráis caen por igual, tiñendo de rojo el empedrado de la Muralla con su sangre. Sangre pura con sangre impura. Los shugenja tendrán que purificar este lugar si es que ganamos.

Un oficial te ordena mantener la posición en la que estás. Los samuráis de esa posición gritáis aceptando la misión. Varios samuráis corruptos se lanzan contra vosotros. Debo sobrevivir por mi hermano y por Kigaru...

-Uno de esos malditos...+gruño, sintiendo la garganta seca. Si bien este no es uno "de los grandes", es otra de las sabandijas menores del noveno kami, y una que parece estar a cargo de parte del ataque ademas... Si puedo acabar con ella, tal vez se alivie un poco el aluvion de trasgos que nos cae... La miro. Su presencia es escalofriante y mis musculos se engarrotan, pero no huire. Se que quisiera que alguno de mis compañeros me apoyara, más estan ocupados por su parte. Esto tendra que resolverse en un duelo uno a uno...

Las hordas se lanzaron contra la Muralla. Estas preparada, estás prepada me decía a mi misma conforme los veía llegar. Las órdenes estaban claras, mantener la posición, y yo y Minazuki estábamos más que preparadas para ello. Me iba rememorando a mi misma los dogmas del Bushido de uno en uno preparada para lo que fuera a venir cuando vi aparecer a mi primer oponente importante. Debo sobrevivir por mi hermano y por Kigaru... pienso al ver la horrible visión de vísceras y muerte frente a mi, aquella criatura corrupta y relamiendose la sangre de su enemigo abatido. Miré a mi enemigo. No podía estimar su habilidad aun, aunque sería atroz. Lo mejor sería mantener y adoptar una posición precavida antes de lanzarme ciégamente al ataque. Minazuki bailó entre mis manos, su hoja cortó el aire lateralmente en busca del cuerpo del enemigo.

Muralla Kaiu. Hora de Fu Leng.

Al verte frente a frente con la horrible criatura en escalofrío recorre tu columna de arriba a abajo, agarrotándote los miembros. Pero no puedes rendirte, el futuro del Imperio está en tus manos y lo sabes, por tanto, sacando valor de donde crees que ya no puede haber más esperas a tu oponente que se lanza contra ti.

La criatura, llena de ira maligna, ataca con todas sus ganas intentando matarte antes de que tú puedas hacerlo, sin embargo, y para tu bien, falla. Es tu oportunidad de acabar con él antes de que el lo haga contigo. Tus ancestros te observan, no puedes decepcionarlos.

Compañeros y gente que aún no habías conocido caen a tu alrededor, el combate se está volviendo cada vez más duro. Debes sobrevivir.

Muralla Kaiu. Hora de Fu Leng.

Mucho más veloz que tu oponente, cortas primero el aire y luego la carne del samurái corrupto. Cada movimiento agradeces a los Kamis la oportunidad de poder hacer otro más.

La sangre te cubre desde hace un rato. Tu boca tiene ese sabor metálico tan característico. Apretas los dientes. Esto aún no ha terminado.

Si bien el corte que has hecho al samurái ha sido profundo, no lo ha sido suficiente como para incapacitarle, y éste se prepara, incluso si está herido, para devolverte el golpe. Golpe que impacta. Sientes la dureza del acero golpearte con furia. La sangre, esta vez la tuya, comienza a manar.

Las fortunas me sonrrien, y las garras del monstruo pasan cerca mio sin dañarme. No puedo darme el lujo de desperdiciar esta oportunidad. Gritando a voz de cuello para darme animos, mientras la furia ante la criatura y mi propia debilidad hace que la sangre me hierva, muevo mis engarrotados brazos tal y como los he entrenado tantas veces, en un barrido horizontal al centro de la criatura.

-GRAAAAAAGH!! Muere, ojamamushi!!!

Siento que los brazos duros transmiten mejor la fuerza del golpe...Sin embargo dudo mucho que sea suficiente para acabar con la criatura. Tengo que imponerme cuanto antes!

Muralla Kaiu. Hora de Fu Leng.

Tu ataque contundente impacta con fuerza contra la criatura. Puedes oir claramente como algunos huesos se han partido y el Oni suelta un terrible rugido que hiela la sangre, aunque más no puedes asustarte.

Sientes que el haber herido a un oponente tan terrible y con tanta fuerza te renueva las esperanzas en sobrevivir. Así lo quieran los Kamis.

Es el turno del Oni, esperas que no te golpee, por tu bien. Sin embargo, tus temores se confirman cuando, intentando esquivar un golpe, resbalas con sangre del suelo y ese traspiés te hace perder tu postura, haciendo que el Oni pueda golpearte a placer.

El fuerte garrazo, provoca una fea herida... Por suerte en el estado de rabia que me encuentro, el dolor no me afecta, pero sin duda si salgo de esta lo voy a recordar... Sin embargo, saco fuerzas de mi rabia para estabilizar mi postura luego del fiero ataque, y asi poder devolverle el golpe con otro.

-Maldito! +gruño, mientras mi tetsubo se estrella en su pecho, añadiendole mas daño a sus duros huesos.

La cosa va pareja... pero por desgracia esto no es una prueba de resistencia, sino un combate a muerte. No puedo darme el lujo de perder contra un oponente como este. 

Muralla Kaiu. Hora de Fu Leng.

Los golpes a los que sometes al Oni parece que poco a poco van haciéndole mella. Por desgracia, aún no está muerto.

El Oni, tras tu último ataque, renueva sus fuerzas e intenta golpearte de nuevo con gran fuerza. Menos mal. Piensas al ver cómo el Oni ha fallado, esto te dará un respiro. Piensas en cómo golpearle con gran fuerza, pero no parece sencillo.

No hay demasiado de donde escoger, con este monstruo... asi que simplemente, trato de adivinar algun punto debil donde su grueso pellejo no le proteja tanto. Guiandome por instinto mas que otra cosa, aporreo nuevamente su vientre, a donde seguramente tratara de llevarme..

-GRAAA!! Atragantate con esto!! +grito mientras mi tetsubo se estrella con su cuerpo.

Muralla Kaiu. Hora de Fu Leng.

Con tu último ataque, observas como el Oni está realmente herido, pero como una Criatura del Innombrable, jamás se rendirá e intenta volver a golpearte con sus últimas fuerzas. Sin embargo, su intento vuelve a fracasar. Aunque no son humanas, ves un minúsculo destello de miedo en sus ojos, se sabe cercano a la muerte. Y nada me haría más feliz que mandarte al Jigoku. Piensas mientras te sonríes.

Lamentablemente, como suele pasar, ese momento de confianza hace que baje un poco la guardia, y el siguiente golpe, calculado para impactar nuevamente en una parte donde su caparazon es mas debil, sale ligeramente desviado. Le rozo sin dañarle, gruñendo para mi con frustracion. 

-Grrrgah..

Muralla Kaiu. Hora de Fu Leng.

Tu fallo da un pequeño respiro al Oni que aprovecha tu duda para volver a atacarte. Quizás sea su última oportunidad y decide ir a por todas lanzándose a la carga. Esta vez tiene suerte y te golpea con terrible fuerza.

Algo de sangre y carne se pierde cuando el oni me alcanza nuevamente, con un poderoso garrazo. Apenas logro encoger el cuerpo por reflejo, reduciendo en parte el daño, más la sangre brota de mi costado. Ha sido un golpe afortunado sin duda.

Sin embargo, trae un beneficio inesperado. La desesperacion provocada por la prolongacion del duelo, ha echo mella en la inteligencia de la criatura sin duda, ya que al atacar se alza demasiado para juntar fuerzas y su centro queda abierto. 

Moviendomé con furia incrementada por el dolor, aprovecho la ocasion para asestarle un brutal impacto en esa zona donde su torso es mas vulnerable, alcanzandolé de lleno. Mis brazos enervados le imprimen la maxima fuerza al tetsubo, rompiendo los huesos del monstruo...