Partida Rol por web

Otosan Uchi. Hora de la Luna.

Tanto Noriko como Aiko asienten ante tu genuflexión con una sonrisa en la cara. Se alegran de que hayas recuperado la consciencia de nuevo.

La dama desconocida te mira y oyes su voz por primera vez. Su mirada muestra cierta desconfianza, pero después de todo está ahí, por lo que te conformas.

-Mi nombre es Taka y soy la madre de Aiko.

Soy una samurái de honor y vos, Jin-san, habéis salvado la vida de mi hija, por lo que estoy en deuda. No puedo ofrecerle mucho, excepto mis espadas.

Mientras estábais descansando hemos tenido la oportunidad de hablar con la dama Noriko y nos ha contado vuestra misión. Si nos aceptáis, tanto Aiko como yo iremos con vosotros y pagaremos nuestra deuda.

Aiko todavía es joven y espero que no la obligéis a tomar las armas aún, pero podrá ser la dama de compañia de Noriko-sama si así lo deséais.

-Preguntemos aqui maestro,seguro que averiguaremos algo sobre lo que acontece en mis tierras y ademas podemos practicar un poco.

No hablaba mucho con su sensei sobre el pasado de este o que le habia ocurrido para ser ronin .

¿Vos quereis preguntar algo tambien en particular?

Pese a hablar poco o parecer algo estricto Hairo siempre habia protegido al muchacho y le enseñaba no solo combate sino tambien las verdades y penurias de la vida ,y como enfrentarse a ellas mas que un sensei era casi como un padre para este

Encantado Taka-sama.-Jin escuchó las palabras de la mujer¨No es mucho?..es todo cuanto necesito..¨.-Claro..no os preocupéis...vuestro ofrecimiento será agradecido.-Jin miró a la joven Aiko y de la misma forma que cuando miraba a Noriko no podía pensar en ellas empuñando un arma de muerte como es la katana.-No os preocupeis...agradezco en demasía el ofrecimiento de vuestra hija y la ayuda prestada por ella...agradezco que acompañe y ayude a Noriko.-Jin dejó su mirada vagar por el cuarto hasta mirar por la ventana,donde se quedó en blanco durante unos segundos mirando el horizonte hasta que lo recordó.-tengo que..-entonces recordó lo que pasaría si se levantaba rápido,se paró y comenzó a intentar incorporarse lentamente usando el wakizashi como muleta para levantarse y desde ahí ya poder caminar por si mismo.-Recordad Noriko-sama...que tenemos que reunirnos con Guren-sama y Ryuken-sama...seguidme y comamos algo mientras conversamos abajo Taka-sama,Aiko-sama.-hizo sendas reverencias con la cabeza,se ajustó las espadas al obi y se puso la chaqueta para cubrirse la espalda desnuda.

Jin bajó las escaleras con tranquilidad y lentitud pero no por ello con facilidad en dirección a la sala común de la posada,tenía hambre y sed además de que había quedado con los dos samurais menores así que su mirada lo primero que hizo fue buscar sus figuras en la sala y su nariz comenzar a captar los olores de las cocinas del lugar

Otosan Uchi. Hora de Akodo.

Hairo se gira y te mira directamente a los ojos. Una ligera sonrisa cruza su cara, pero no llega a contestar, limitándose a asentir con su cabeza ante tu primera pregunta y a sacudirla ante la segunda. Su silencio a veces te exaspera, pero sabes cómo es el carácter de tu sensei, que por otro lado es un buen hombre.

Os introducís en la embajada. Una gran variedad de colores inunda la misma, viendo en cada esquina kimonos de los más diversos colores. Por fin, desde el gran patio interior, puedes ver que un ala del edificio contiene varios estandartes de tu Clan.

Os dirigís hacia allí.

Prefiero esperar, que no se me ocurre que hacer y no tengo prisa por que pasen cosas. No es una carrera XD

El joven estaba algo ilusionado por ver a su gente a la cual habia dejado atras hacia tiempo.

¿Que novedades habrian en sus tierras,habria pasado algo en casa?

 Aquella embajada parecia a lo grande ,bueno como toda la ciudad realmente ,era cuestion de ir acostumbrandose.

-Espero tengan o sepan de alguna buena biblioteca sensei -dijo dirigiendose a Hairo.

Estoy deseando seguir con mis trabajos

Otosan Uchi. Hora de Akodo.

Hairo asiente ante tus deseos. Una sonrisa surca su cara. Al parecer ha reconocido a alguien. Con una breve reverencia, apenas dice:

- Guren-san, he visto a un amigo de juventud y me gustaría aprovechar el tiempo con él. Hace años que no le veo. Os dejo sólo, no dudo de vuestra capacidad para manejar la situación.

Cuando la hora de Hida caiga nos encontraremos aquí para volver juntos a la posada.

Ya había esperado demasiado.

A sabiendas del lugar donde se hospedaban, decidió caminar hacia allí, pensando en que quizá se hubiesen quedado dormidos. Entró en la posada y fue hacia las habitaciones de sus "compañeros".

Mire a mi alrededor esperando ver algun heimnin o encargado de la embajada que pudiera responder a mis preguntas,alguno deberia haber en la recepcion...

Otosan Uchi. Hora del Sol.

Tras la muerte de Shigeru las dudas te asaltaban. No sabías por dónde empezar tu camino hacia la venganza. Leíste cada noche el libro de tu maestro, intentando descifrar cada nombre. Averiguando dónde encontrar a cada traidor. Si bien conseguiste encontrar a alguno y acabar con su miserable vida, no eran más que pequeños lugartenientes que nada tenían para saciar tu verdadera ansia de venganza. Por todo ello, decidiste ir a la capital.

Otosan Uchi es una ciudad enorme y si podías encontrar aliados en algún lado era allí. Como ronin, lo más probable es que sólo pudieses unirte a otros samuráis sin señor para llevar a cabo tu venganza. Así lo decidiste.

Al ir acercándote a la ciudad el sol comienza a salir, iluminándola en todo su explendor. Es una ciudad gigantesca. Piensas para tus adentros.

Atraviesas multitud de puertas hasta llegar a una gran plaza del mercado que comienza a estar atestada de gente. Tu dinero es escaso y tu aspecto casi el de un pordiosero. El mon del León y de la familia Akodo ha sido ocultado hábilmente. No volveré a ser un León hasta que recupere mi honor.

Mientras caminas oyes muchos rumores, pero uno te llama especialmente la atención: al parecer, ha habido ciertas escaramuzas fronterizas entre el que era tu Clan y el Clan del Escorpión. Al parecer el Clan de la Grulla ha conseguido que ambas partes se reunan en uno de sus castillos para dirimir las diferencias y poner fin a las disputas. De no salir bien, quizás una nueva guerra asole las tierras del Imperio.

Piensas hacia dónde ir. ¿Quizás buscar un alojamiento donde descansar?

El mundo ofrece grandes posibilidades, penso Nobunaga, pero yo tengo cosas que hacer, enemigos que matar y venganzas que cobrarme.

Buscare un sitio limpio pero nada ostentoso, me dare un baño y buscare a algun sirviente del palacio, que pasee por el mercado, le preguntare sobre los rumores de guerra entre leones y escorpiones.

Y le preguntare a ver si sabe dealgun noble del lugar que busce buenas espadas, espadas honradas.

Otosan Uchi. Hora del Sol.

Te acercas a un hombre que parece observar las verduras del mercado. Su aspecto, anodino, no te hace ver nada relevante en él. Su vestimenta es marrón y de apariencia bastante burda, para tus estándares, claro. Cuando te reconoce como samurái, se inclina haciéndote una muestra de respeto. No te gustan mucho, ahora eres un sucio ronin. No hasta que que recupere mi honor. Le preguntas por una buena taberna pero no demasiado ostentosa.

Tras pensarlo un rato, te informa de que El Sapo con Suerte es una agradable taberna con habitaciones que no está muy lejos. Te hace unas pequeñas indicaciones que memorizas para no perderte.

Apenas le consigues oír con el alboroto de los puestos del mercado, pero tras un par de intentos logras la información que deseabas.

Siguiendo las indicaciones del tipo, Nobunaga, se encamino hacia el sapo con suerte, de camino, observaba todo con interes, pues era su primera vez en la ciudad. De entre todas las maravillas que en ese dia vio, una destacaba sobre las demas.

Una hermosa doncella paseaba con un parasol y su sequito, algunas doncellas y samurais, de su guardia, a lo que parecia.

Al sentirse observado por ella, Nobunaga hizo un reverencia y dejo que la joven y noble dama pasase de largo, su rostro no se le borro de la memoria en todo el dia, cuando se estaba bañando fantaseaba con la idea de encontrarla en el palacio cuando fuera a presentar sus respetos al señor local y a ver si podia encontrar algun cometido que le permitiese mantenerse mientras se labraba un camino a su futuro, un futuro honorable y libre de traidores a su familia.