Partida Rol por web

Nada sorprendido por la prontitud del buen posadero pero algo preocupado por lo que pueda acontecer le digo.
- Maese quisiera un buen baño y no rechazaré el desayuno. Y otra cosa, ayer me comento que aquel hombre por el que le pregunté partio a una batalla ¿cúando ocurrio?

¿el que? ha si claro...  lo primero es lo primero - dijo Erbrank recordando sus obligaciones - en seguida se lo prepararemos, sobre lo otro que menciona... mmm... creo que fue hace una semana, sí, una semana... bueno quizas un día mas o uno menos, no recuerdo con exactitud el día.

Un nuevo día se mostraba al mundo. Un día maravilloso, de cielo despejado, buen sol y una brisa capaz de torturar a las guardias como el peor de los carceleros.

Todos los clientes, ahora bien descansados, se fueron levantando y bajando al salon principal.
Conforme llegaban abajo, donde el posadero, ya dedicado a sus labores, les recibio con una gran sonrisa conforme llegaban. El primero en entrar al salon, fue Pelendur, el cual, acostumbrado a su disciplina militar, se despertaba casi antes que el alba. Luego llego Arlen y sin tardar mucho mas, bajo la mujer que arribo a altas horas de la noche.

A todos ellos, Erbrank, les hizo saber que la hora de audiencias, era pasada la primera hora de la mañana y que podrian disfrutar de un buen desayuno antes de partir hacia el Castillo. 

Mientras esperaban que los camareros les sirvieran lo que iban a tomar, Harlton, entró desde una de las puertas laterales, llevaba los cabellos mojados y el rostro bien despierto.  

Las primeras luces del alba me hallan ya despierto y levantado de mi catre. Tras equiparme con mis pertrechos, bajo desde mi habitación a la sala principal de la posada. Una vez en ella, contestando a los saludos de algunos parroquianos tan madrugadores como yo, me aproximo a la barra, enfrente de las mesas al otro lado de la chimenea, y pido un tazón abundante de leche y miel.

Tras tomarlo con parsimonia, apoyado contra la barra, veo que el siguiente en aparecer es Arlen. Alzo la diestra a modo de saludo y digo.

Que tengas un buen día compañero. Aunque quizás seria mejor decir, que lo tengamos todos. Hoy seremos recibidos en la corte de Thengel. Por mi parte, no creo que mi informe resulte agradable precisamente. No, no son buenos tiempos estos. Pues sin duda, es obvio para todos que la sombra en el este no cesa de crecer.

Sí, es cierto , no soplan aires de paz precisamente,. - respondió Arlen.Su cara parecía seria mientras comía el pan y la carne que, acompañada de una cerveza, le servía como desayuno.

Aseado pero con las ropas del viaje sin haberlas podido lavar la sensación es un tanto incomoda mas cuando vas a ser recibido por un Rey. Espero que disculpe esta situación.
Me siento en la barra al lado de Pelendur.
-Buenos dias, espero tengan el decoro de pasar por el baño antes de ir a la corte. Yo no he podido lavar mis ropajes , pero agradecerán el suave tacto del agua y el jabón.
Dirijiendome al posadero:-Hermano Erbrank sirva usted el desayuno, quisiera probar la normal de su casa.

El nuevo día llega las pesadillas apenas me habían dejado dormir me atormentaban cada vez que cerraba los ojos y encima el dolor corporal no es que ayudase demasiado pero al menos había descansado algo cosa que mi cuerpo agradecía enormemente, ya no me dolía la cabeza y me sentía algo más ligera. Cuando me vestí y salí de la habitación ya había gente en la taberna y algunos de los hombres con los que me había encontrado la noche anterior tambien bostezé levemente y avanzé levemente con un ligero contoneo de caderas y hice crujir mi cuello el cual estaba algo entumecido - Buenos días... - Me acerque a la barra y miré al posadero - tengo hambre...¿Qué me recomienda? - Dije mientras mis tripas rujían con fuerza y un leve rubor se dibujaba en mis mejillas para quitarle un poco de peso deje que mis manos se entrelazasen con mi pelo y cubrí levemente el rostro con él

Una leve sonrisa es mi respuesta al comentario de Halrton. Y tras un también leve encogimiento de hombros, respondo.

Me basta con el servicio de la posada. Con que hayan quitado el polvo del camino a mi sobrevesta, es suficiente para mi. Pues de mi cota de malla y de mi espada, soy yo el que ha de preocuparse.

Una vez que he contestado, aparece en la sala principal de la posada, la dama que ayer se presento a una hora ya algo intempestiva. Inclino la cabeza al escuchar su "buenos días" y me aparto un poco para dejar espacio a los nuevos comensales pues yo, ya he acabado con mi jarra de miel y leche.

Miro entonces a través de la ventana que tengo mas cerca para comprobar como aumenta la luminosidad del día. Pues por mi parte, yo ya estoy listo para la audiencia con el Rey de la Marca de los jinetes.

Meduseld, el Castillo Dorado, la morada del Rey, la obra mas perfecta y mas amada de los Rohirrim, una contruccion tan hermosa que con la luz del dia muestra un destello que permite ser vista a kilometros de distancia, como un gran faro a los pies de un inmenso mar de prados verdes. Asi era Meduseld.

Una vez llegado al final del camino, que en una espiral ascendia hasta las puertas del castillo, se podia observar la gracia y el cuidado de su contruccion. Pilares tallados como raices que sobresalen del suelo para acoger entre sus dedos los techados de madera y paja. Grandes tallados de madera, bañados en oro, con forma de caballo saludaban, dando la bienvenida, a los peregrinos que descansaban para observarlos o a su vez, con una mirada severa, ahuyentaban a los que llegaban con no muy nobles intenciones. 

Dos Rohirrim, ataviados con las ropas de honor de estos caballeros, montaban guardia en la entrada y al verlos llegar, abrieron la puerta para permitirles el paso. 

El interior del castillo era, si se podia, aun mas hermoso que su fachada. Hileras de columnas con acabados de corceles, de la mas noble de las maderas, bien talladas y cuidadas, inclinados, siempre atentos a quienes pisaban su suelo. 

En el fondo, unos bellos escalones, llegaban a un altar, donde dos tronos de magnifico tallo, ocupados por un anciano, de cabellos canos como la nieve y mirada profunda, severa pero a la dulce, de alguien que ha aprendido de los inviernos vividos y que se siente feliz consigo mismo y asi lo hace notar. Y su esposa, Morwen, una mujer de Gondor, quien era notablemente mas joven, pero que pese a todo, miraba con adoracion a su esposo. 

Ambos recibieron a los cuatro peregrinos, cada cual traia su propia peticion y la necesidad de la bendicion de tan Grande Casa. 

Y finalmente, llega el momento de nuestra recepción. Avanzamos hasta las puertas del castillo dorado y ante sus puertas, respondo al saludo marcial de los guardias que las custodian.

El sonido de nuestras botas retumba por la sala de audiencias de Meduseld mientras avanzamos hasta la sala del trono ocupada por los reyes Thengel y Morwen. Y cuando finalmente llegamos hasta los reyes, bajo la atenta mirada de otros personajes de la corte, yo inclino la cabeza ante los Reyes de Rohan y tras saludar a la manea de Gondor, digo.

¡Salve!. ¡Thengel hijo de Fengel y Morwen de Lossarnach!. Salve a los reyes de Rohan. Que vuestro reinado sea largo y fructífero y que no haya sombra alguna que pueda empañarlo.

Tras mis primeras palabras, me alzo y mirando a los reyes, añado.

Aunque me temo que no soy portador de buenas nuevas. Con vuestra venia, hablare el ultimo pues  mi mensaje, es un informe. Sobre oscuros designios y posible adversidad.

Una vez dicho esto, me hago a un lado para permitir que mis compañeros puedan presentar sus respeto a los reyes.

Arlen había ascendido con los demás hasta el castillo. La noche anterior, al llegar no había podido apreciar la magnificencia de la construcción, de modo que al torcer tras una esquina se sintió cegado por el brillo de semejante obra de arte. Era el edificio más grande que había visto en su vida y no pudo evitar que su boca se abriera con asombro. Luego el tiempo pareció acelerarse y se encontró en la sala del trono sin tener muy claro qué estaba haciendo allí. Finalmente se decidió a abrir la boca, y con voz temblorosa dijo - Majestades, es un honor para mí presentarles mis respetos. - y cerró la boca.

Avanzando pesadamente hacia el palacio debido a la inquietud de la audiencia y mi ignorancia en el protocolo exigido, me fijo en Pelundur y en sus formas ya que denota experiencia en este tipo de empresa. Imito el saludo a los guardias resultandome parecido al que hago yo antes de avatir una presa y sigo sus pasos le escuho ante la corte y pongo a tención en las palabras que dirige al Rey y la Reina.
Con una reverencia digo: Salve a los Reyes de Rohan que su reinado sea largo y fructifero.
Y siguiendo el ejemplo de Arlen callo y espero a ser requerido.

          Había llegado el momento de presentarme ante los reyes mi mirada oscilaba nerviosa de un lado a otra de la sala pensando en que decir, mientras se mi mente se repetían una y otra vez aquellas horribles imagenes, aunque mi paso decía totalmente otra cosa era firme y decidido y haciendo que la sala retumbase levemente obviamente no tan fuerte como los pasos de los hombres que ya solo por tener más corpulencía el sonido era aún mas estruendoso.

          Finalmente tras observar detenidamente a todos y cada unos de los presentes miré hacía los reyes sentados en su trono no con demasiado descaro no quería que pensasen que era una atrevida, una vez me ubiqué delante de ellos inqué una rodilla en el suelo y bajé la cabeza en señal de respeto - Mis señores de Rohan, presento mis respetos   como una humilde sevidora, soy Nethril de las tierras de Gondor y con dolor en mi pecho les traigo  aciagas nuevas de las tierras de donde provengo, que a su debido tiempo les serán expuestas - tras decir esto y sin levantar la cabeza me levanto y me sitúo junto a los hombres que me había encontrado en la taberna

El Rey acepto gustoso las palabras de sus invitados y asintio cada vez que les dirigia un saludo. Pasado el acto de presentacion, desde su trono, tras unos instantes de meditacion, por fin hablo - Dama y Caballeros, noticias me han dado de que algunos de vosotros traeis noticias que debo de escuchar, otros sin embargo, no recuerdo el motivo de su visita y aunque conozco sus nombres, no se a quien darselos, salvo uno - señalo mirando a la mujer y sonrio por lo obvio - Bien, escuchemos que es aquello que teneis que decir, y medire que atencion merece recibir.

 Mi señor - Dije con voz decidida dando un paso hincando nuEvamente la rodilla en el suelo, mientras que mis largas caballeras se deslizaban por mis hombros con gracia, sentía que la boca se me secaba por momentos debía encontrar las palabras adecuadas para referirme al rey y que captase adecuadamente un mensaje tan importante como aquel, mis espaldas cargaba una gran resonsabilidad y de ello seguramente significaría el destino de muchos hombres, mujeres, niños... Clavé entonces mis ojos verdes esmeralda en los del rey -Como bien os dije antes soy portadora de aciagas noticias la orilla este del Nindalf a sido tomada por un grupo de orcos y hombres salvajes demasiado númeroso  para ser casual, me atrevería a decir que tan solo era una partida exploración que tanteaba el terreno, pues tras arrasar nuestra tierra se dirigierón al norte, mis palabras se reafirman así porque de no ser un ejercito lo suficientemente númeroso y preparado los orcos nunca habrían osado atravesar las froenteras, no en semejante número y con tanta organización alguien les dirige, de ello estoy segura y ese alguien debe de tener un ejercito lo suficientemente grande como para lanzarle un duelo a Gondor y dirigirse a las tierras de su majestad en Rohan. Mi mensaje no es otro que el de advertirle del terrible peligro que en estos momentos corremos todos y del que debemos estar...preparados - Mi voz se iba quebrando a la vez que contaba lo ocurrido demasiados recuerdos, demasiados amigos perdidos una lagrima brotó de mis ojos recorriendo mis mejillas hasta caer al suelo.

Esperé pacientemente su respuesta, mis nervios se iban acrecentando mientras los segundos pasaban el rey debía de prepararse para lo que les venía encima solo esperaba que no ignorase mis palabras y condenase a su reino...a sus gentes...mi puño se apretó levemente, mi mirada no vaciló pero otra lagrima brotó de ellos con más fuerzas aún que la anterior.

Cita:

 Por que este lugar? he revisado el post que te di como introduccion y estabas en las orillas del Nindalf (cancha aguada) y tu has dicho que vienes del sur de Gondor. Lo que no se, si es por alguna conversacion y me equivoque de nombre, si te has situado mal o si estas mintiendo adrede xD. 

Editado ;)