Ambos personajes se quedaron mirándose. Halrton, esperaba un saludo, un cortés comentario para poder continuar. Duinhir, confiaba en que su gesto con la mano, bastara para hacerle entender, que le escuchaba. El posadero, continuó con sus labores, atendiendo a su clientela. Las otras personas de la taberna, continuaron con su bebida y sus historias.
- Es usted un tanto peculair , pero entiendo su complacencia, mi camino me a traido hasra aquí buscnado no a cualquier perosona, sino a capitan de capitanes ,un general entre genererales y soldado de prímera fila, no habrá conocido alguien similar.
Dunhir escuchó atento y lo miró ceñudo al final... no entendía a donde quería ir a parar, pero viendo la dificultad de la comunicación con el, trató, con señas, hacerle ver de que no podía hablar... se llevo el indice a sus labios como una señal de silencio y luego negó dos veces con la cabeza... lo pensó durante unos segundos y creyó que había quedado peor incluso... que no lo entendería por lo confuso que le resultaba hasta el mismo; por ello sacó otra vez un papel, la mina de grafito y escribió deseando que pudiera leerla
Cita:
Me siento en la mesa del soldado y me pregunto si el gesto y el escrito siginifica que es mudo o que tiene algún problema en el habla. A si que cojo el papel y escribo: -¿Eres mudo?
Negó con la cabeza un par de veces, como diciendo "dios santo". Borró lo escrito y escribió nuevamente...
Cita:
-jajajajajajaja, bien, entonces podré hablar sabiendo que me oyes. ¿Usted es de la ciudad? ¿Sirve a alguien? Pediré otras dos jarras de hidromiel si gusta acompañarme.
Haciendo un gesto, con la cabeza y la mano derecha de forma unisona entono un silbido hacia el camarero.
Asintió ante la invitación pero no se rió como él, no compartía la visión de que aquello fuera un chiste. Mucha gente lo tomaba por tonto, sordo e inútil dada su naturaleza dada a no hablar.
Mientras aquel hombre iba por las bebidas, volvió a plasmar su fina caligrafía en aquella hoja.
Cuando volvió se la entregó...
Cita:
-Entiendo, yo conozco a alguien aquí, tal vez el destino nos haga encontrarnos pero me parece que no me será de mucha ayuda. Me tomaré la pinta con usted y si supiera algo sobre los destinos que han tomado los destacamentos de Gondor, tal vez podría serme de utilidad, busco a un hombre, aquel que está destinado a reinar en Gondor y llevar la paz a los pueblos libres. Es conocido por varios nombres en el Norte se le conoce por Trancos, en Rohan por Thorongil, aquí no se que nombre usa.
Asintió comprendiendo lo que decía... tratar de hacer algunas indagaciones en los cuarteles no sería algo difícil, o eso creyó por un momento Duinhir.
Volvió a plasmar sus palabras en papel
Cita:
Obviamente el chico mudo sabía de quién hablaba, pero para él solo eran leyendas mustias... poco creíbles, el linaje había muerto tiempo atrás
-Ops. Me atraganté con la pinta al oir de nuevo vientos de fortuna para mi. Habia desistimado casi por completo que aquel soldado pudiera ayudarme, dado su destino aquí, pero tal vez el no estar acostumbrado a beber y ser la segunda pinta de hidromiel me nublo la visión de que no deja de ser soldado de Gondor.
-Bien amigo, mi nombre es Harlton de las tierras del norte, en Arthedain, disculpe mis groseras formas, pero empiezo a notar como este brebaje me eriza las escarpias y me lima las uñas. No me moveré de aquí y aprovecharé a asearme y lavar las mudas y desenpolvar mi bestamenta.
¿es bestamenta o vestamenta?, estoy usando palabras de Pelundur. :-9
Entendió aquello como un "aquí te espero, bebiendo".
El joven caballero de Dol Amroth se puso en pie después de dar un largo trago a la jarra de hidromiel y se despidió con una sencilla y formal reverencia, ni muy ostentosa ni muy corta.
Con paso seguro se dirigió a la salida de la taberna dispuesto a presentarse en su puesto y preguntar por el hombre que le habían dicho.
Duinhir no se había presentado y eso él lo sabía... su nombre no había sido preguntado y desdeñaba completamente esos formalismos de decir nombres y títulos antes de entablar una conversación, y los valar saben perfectamente, que cuando dices que eres, todo cambia; Duinhir prefería hablar de hombre a hombre, sin importar que y quien es.
"Aunque pueda parecer extraño, pues esa es la impresión que me ha dado, no me gusta beber, solo he probado el hidromiel en este viaje y es tan fuerte como dicen, no probaré mas a no ser que sea extrictamente necesario, para no ser ofensivo o por conseguir información si fuera preciso, me llevaré otra pinta al baño para que mi estomago se acostumbre un poco auqnue me da que es es una tonteria"
Busco al camarero y solicito hospedaje , aseo y lavado de mudas.
Nunca he viajado con todo pagado, como mola....
Tan pronto como fue pedido, corrieron presurosos a prepararlo. Para cuando hubo terminado la segunda jarra, Halrton, ya estaba del todo aseado, disfrutando de una agua caliente, que se enfriaba poco a poco.
En la posada, el ambiente se mantenía. Unos se iban y entraban otros, nunca cesaban.
Ahora solo le quedaba esperar a que ese buen hombre, cumpliera con lo prometido.
Duinhir se presentó frente al puesto de guardia. El lugar que le habían asignado para servir al Senescal. Su capitán, un hombre joven y vigoroso, alto y seguro, arrogante, pero servicial. De cabellos oscuros y largos, barba bien recortada y vestimentas bien pulidas.
- Bienvenido, ya dudábamos de tu llegada - bromeó con cierto aire de tirantez - los guardias nos dijeron de su llegada, pero ha pasado un rato largo desde que le vieron cruzar las puertas. Bueno, supongo que algún asunto tendrías entre manos y no seré yo quien te interrogue sobre ellos.
El Capitán, de nombre, Menendil, era un lugareño de la ciudadela, un antiguo hombre Dunedan, cuya sangre se había mezclado con la de hombres de menor linaje, pero que aun conservaba la fuerza del viejo pueblo.
Juntos, recorrieron los barracones, le explicó las tareas, los deberes y mientras compartían un trozo de queso, pan y vino especiado, le contó alguna de sus batallas en Osgiliath, la ciudad caída; así la llamaba él.
Terminada la charla o lo que era sería más apropiado de decir, el monologo del Capitán, le pregunto - ¿puedo hacer algo más por vos? tenéis el día libre hasta mañana, que recitaréis el juramento - algo desconcertante era que Menendil, no había o hizo caso omiso a que Duinhir, no hablara, pero sin embargo, dijo con seguridad que recitaría el juramento.
Duinhir lo estaba temiendo... en Dol Amroth se le permitió hacer el juramento, dado por que era conocido por muchos y había demostrado en numerosas ocasiones su valía y lealtad... pero ahí sería diferente. Suponía que no le dejarían la posibilidad de que algún capitán formulara el juramento, lo recitara, y él, al final asintiera y e hincara una rodilla sobre el suelo, lo veía improbable. Pero es lo que había.
De uno de los bolsillos de su cinto sacó la hoja de pergamino y la mina de grafito, como siempre... escribió raudo, con buena letra y se la entregó al joven capitán que lo había recibido.
Cita:
En medio del baño no pouedo evitar cerrar los ojos por loque son unos 10 minutos pero que se aferran a mi mente eternos, olores de sangre putrefacta y carne humada quemada se mezclan con imágenes cortantes y afiladas que parecen no acabar nunca. El resbalar dentro de la bañera y tragar agua es lo que le hace salir de la pesadilla, pero siente una abrumadora pesadumbre que nunca antes había sentido de igual manera.
¿Que no habla? - para el juramento no será problema - pero no hay más poderoso, que unas palabras dichas con el corazón. He visto hombres valientes acobardarse ante "ciertos" peligros - dijo mirando al este - pero no enturbiemos la conversación con malos recuerdos y amenazas, que hoy, aun están lejanas - volvió a llenarse la copa, siguió leyendo y dijo - ¿Trancos? no, ese nombre no me suena, pero Thorongil me es conocido, no solo así se le llama en Rohan. También aquí lo llamamos por ese nombre, al menos mientras está. Hará un mes que partió hacia el Este o eso tengo entendido, lo cierto es que es un hombre muy extraño, muy misterioso, aunque un soldado ejemplar. Una buena ayuda para las fuerzas de Gondor, pero... me he excedido ¿por que lo busca? ¿son amigos? tal vez podría contarme algo sobre él. Aunque le llevaría un valioso tiempo escribirlo y no se si tendremos tiempo para ello.
Le dedicó una sonrisa sincera al Gondoriano, le agradaba ese hombre, se le notaba sincero, un hombre para tener cerca en charlas y en el frente, esa fue la sensación que tuvo en un principio.
Se tomo su tiempo para borrar lo escrito y volvió a transcribir sus palabras en papel
Cita:
- No solo de las viejas - continuó tras leer las nuevas palabras escritas - también se ha hecho famoso en poco tiempo, amigo de reyes, se dice que es, incluso las palabras más atrevidas dicen que viste con ropas de los elfos. Aquí, lideró una fuerza que liberó la antigua capital de las fuerzas de aquel que no nombramos. Y lo hizo con eficiencia, con talante, con tesón. Los hombres no flanqueaban a su lado y llegó más lejos que cualquier otro capitán. Se podría decir que ama esta tierra, tanto como los Gondorianos que la habitamos.
Pero me pierdo en palabras... preguntas donde está, te diré lo último que se dijo de él. Esta en Umbar, luchando contra los puertos que los Corsarios del Sur, le arrebataron a Gondor en otro tiempo. Eso es lo que se.
Asintió algo serio esta vez, pero dando a entender que era para agradecerle la información que le había dado. Aunque la resistencia de Duinhir era bastante elevada, estaba algo cansado de ese día tan largo... ya iría mañana por la mañana a la taberna para darle la información a aquel hombre, aunque todavía no se fiaba de él; pero dudaba que fuera para matarlo, si lo que decían de Trancos era verdad, no habría manera de matarle.
No dijo nada, se quedó pensativo mirando al infinito después de haber desenfundado su mandoble y se dispuso a limpiarlo con un paño húmedo, con gesto ausente, recordando momentos pasados, en las armerías de Dol Amroth, donde el viejo herrero de la ciudad portuaria le enseño que con agua fría, antes de afilar la hoja de una espada, se obtenían mejores resultados...