Partida Rol por web

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   - Parece que es una antigua vivienda enana, - comenta Bain algo vacilante.

   Luego, con decisión, abre la puerta.

   Os encontráis en un habitación que, a buen seguro, es como dice Bain una antigua vivienda de los enanos. Parece abandonada. Aunque las cosas están desordenadas, no hay ni rastro del sucio revoltijo que suele caracterizar las estancias de los orcos. Parece ser que, simplemente, su dueño en el pasado se marchó apresuradamente.

   Se puede ver lo que queda de una bonita alfombra, unas pocas sillas, una mesa pequeña y un cofre de madera al fondo que parece estar intacto.

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Avanzamos por el túnel hasta que llegamos a una estancia o vivienda de enanos. No había signos de podredumbre, como suele pasar cuando el sitio está infestado de orcos, así que era buena señal. A un lado había un cofre, por lo que me acerqué a el para mirarlo más detenidamente.

-"¿Queréis que lo abra?" Pregunté al resto.

Miré a Bain, por si le molestaba que fuera a robarle a algún antepasado. Mientras, mi mano sacó el juego de ganzúas nuevo, que quería estrenar desde hace un tiempo. Me puse después a mirar el cofre.

—Yo diría que si pequeño Fosco —responde Dastar a la pregunta del mediano— pues es posible que encontremos ese documento por el cual nos hemos aceptado este trabajo

 - La verdad es que sería fantástico. - Me hice eco de las palabras de Dastar, deseando que fuera cierto. - Si resultase que hubiéramos encontrado el testamento, podríamos irnos de las minas y dejar atrás a los malditos orcos.

      Bain asiente distraido, dando a entener que se abra el cofre, tan curioso como los demás sobre su contenido, pero tratando de que no se le note.

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   El cofre está cerrado, pero Fosco trasteando en la cerradura con un pequeño objeto metálico que ha sacado consigue hacer saltar el cierre, aunque es difícil. No porque sea una cerradura particularmente compleja, que no lo es, es más bien sencilla. Sino por el hecho que está algo oxidada y atascada por el largo tiempo que ha estado el cofre abandonado.

   Al fin consigue hacer saltar el cierre y la cerradura se abre.

   Pero también observa Fosco, que hay una trampa que se ha activado al saltar el cierre. Varias pequeñas agujas camufladas con el color de la madera surgen de la cerradura y de los asideros para abrir la tapa. En la penumbra de la habitación son virtualmente invisibles, pero el mediano consigue percatarse. Parecen estar cubiertas de algún líquido pegajoso que prefiere no averiguar que es.

   Tras darle vueltas, conseguís abrir el cofre con ayuda de un arma sin tocarlo... pero su contenido es decepcionante.

   Simplemente, contiene restos de ropa de algún enano, que el paso del tiempo a apolillado y deshecho en jirones viejos que no servirían ni para hacer una antorcha.

   Miráis un poco más por la habitación, pero no hay nada útil ni ninguna otra salida, es lo que parece, una antigua vivienda de algún enano abandonada hace muchos años cuyo dueño se largó con lo que tuviera de valor.

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- ¿No tendrá un doble fondo? - preguntó Baldred mientras miraba a través de la abertura de la puerta. No quería que los orcos le pillaran por sorpresa. 

Abrir el cofre y desactivar la trampa me costó más de lo que imaginaba, pero al final lo conseguí. En su interior, nada de nada.

-"Parece que no." Dije a Baldred.

Golpeé el fondo del cofre para comprobar el sonido, por si sonara hueco.

 - Es extraño que un baúl que solo contenga ropa esté protegido por una trampa, debe de tener algún compartimento oculto, o de lo contrario su dueño estaba obsesionado con que le robaran la ropa. - Comenté de buen humor, mientras dejaba que el hobbit hiciera su trabajo, registrando el cofre.

Fuere lo que fuere, aquí no hay nada de interés. Recordemos que los orcos no nos han perseguido... por algo será... a más tiempo sin movernos, más fácil nos localicen. Si aquí no hay salida hay que volver sobre nuestros pasos y escoger otro camino...

Pongámonos en la formación adecuada y avancemos cuando Fosco de por terminadas sus pesquisas...

Miré alrededor y no vi nada significativo que atrayera mi atención.

-"Creo que no hay nada más de interés aquí. Volvamos al cruce de caminos y escojamos otro túnel para seguir."

Me di la vuelta y salí al pasillo para desandar lo andado.

El mediano da la orden de seguir buscando pues aquella estancia no había sido más que una distracción. El rohirin algo decepcionado se dispone a abandonar la habitación, tenía ganas de salir pronto de aquellas profundidades necesitaba respirar libre y ver la inmensidad del cielo.

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   Revisáis palmo a palmo en cofre, por si hubiera doble fondo, pero todo lo que queda aquí está podrido y son restos de ropajes. Si hubo algún día algo de valor en este arcón, su dueño se lo llevó cuando abandonó el lugar.

   No veis en la estancia nada más de interés, así que os vais de allí. Pronto volvéis a encontraros en el cruce de los corredores.

   El cruce es el punto de encuentro de cuatro corredores. Uno de ellos da paso a la derecha a un sendero bajo un arco adornado con runas hechas de ónice. Otro de los pasadizos, del cual volvéis, está parcialmente bloqueado por una verja a medio bajar, os toca agacharos un poco (bueno, Fosco y Bain, no). El tercer corredor a la izquierda de vosotros aloja una estatua rota que representa la cabeza de un enano. La cabeza tirada por el suelo y los hombros de la estatua más o menos de pie. El último corredor va de frente y tiene representado un dibujo, ya agrietado y roto, realizado con piedras de luz rojas.

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Volvemos al cruce y toca de nuevo decidir. Miro a uno y otro lado, esperando ver aparecer algo que me señale el camino correcto. La oscuridad es absoluta en todos los corredores, solo estamos iluminados por la magia de las piedras enanas.

-"Creo que deberíamos ir por el túnel de la estatua enana con la cabeza rota. No me preguntéis por qué, solo es una intuición." Les comenté a los demás.

 Tras escuchar a Fosco, miré a los demás y, tras encogerme de hombros, indiferente, respondí:

 - Su propuesta es tan buena como cualquier otra. No veo nada malo en seguirla.

 El pequeño hobbit parecía saber lo que se hacía. Además, no pensaba fingir que sabía más que otros solo por darme importancia.

Baldred asintió y ayudó a Fosco. 

- Si nuestro amigo mediano lo dice así, creo que deberíamos de seguir su instinto. Para mí, en cualquier caso, tomar un camino u otro no supondría diferencia. Pero confío en su criterio. 

El guerrero no entendía qué estaba pasando allí y se fiaba del mediano que era, al final, quien estaba dibujando el mapa. 

Allister, no abrió la boca. Ya había dicho cuanto tocaba sobre el tema de que camino tomar... por dos veces... Ahora se limitaba a seguir a quien les guiaba y a tener su arco listo por si hacia falta... Se mantenía en una posición intermedia entre los varios guerreros del grupo, pues era una manera de estar protegido de los ataques posibles cuerpo a cuerpo y así podría disparar con mayor tranquilidad.

El joven trotamundos sigue escoltando al mediano junto a los demás aventureros, desde aquella escena extraña con el primer orco y la rara actitud de los otros que no les siguieron nada había perturbado al grupo.