Partida Rol por web

Aventuras en los Reinos Olvidados II

Capítulo primero. El secreto de Suzail.

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09/01/2014, 17:47
Rordar Petrascudo

Al parecer el otro grupo estaba de acuerdo en investigar toda esa historia juntos, así que, tras pedir unos momentos para recoger todo lo que había dejado en el cuarto nos pusimos en camino.

Puesss... los tres nos presentamos para un trabajo y... bueno... al final acabamos iendo juntos por ahí. La verdad es que teníamos otro compañero, pero tomó su propio camino... No sé, no se me da bien explicarme, quizá Barundar os pueda contar la historia mejor...

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09/01/2014, 19:54
Barundar de Mithril Hall

Roradar hizo una descripcion tan breve que no llegue a degustar nada de lo ocurrido.

-La verdad que era un buen dia para morir- dije mientras avanzabamos para darle emocion a lo que queria decir, y conseguir la atencion de todos -terminamos en una mision, y no fue por el oro- dije moviendo el pulgar de la mano hacia abajo -pero si por la fama, el tesoro y una cerveza merecida despues del trabajo bien hecho- dije sonriendo -habian Drows no se cuantos porque apenas los vimos, pero si sus trampas y artimanas, incluso teniamos a una Drow entre nosotros- dije mirando a todos a la cara, al ver que la raza Drow levantaba respeto e incertidumbre -andamos por aquel palacio al menos dos dias, y vimos y matamos seres del todo extranos fruto de la locura de unos magos elfos; de quien sino- resople -despues de aquello yo segui con mi intencion de buscar rutas comerciales hacia Mihril Hall y aventuras con las que ganarme la comida del dia, mis companeros y yo seguimos los mismos pasos en el camino desde entonces y hasta aqui nos han traido nuestros pies-dije sonriendo y acabando la historia.

Muchos pasos desde nuestra ultima aventura, y las articulaciones ya rechinana pero no hay nada como una batalla para que a uno se le suba la moral y empiece a pensar en aventuras, miesterios y toda clase de cosas que hacen que uno acabe muerto.

-Bueno como veis somos aventureros sencillos en unos caminos complicados, y estariamos dispuestos ha compartir informacion, ayuda y botin si aclaramos un poco de que va esto. Lo que si me parece urgente es en buscar un jefe que nos dirija, yo mismo puedo desempenar ese papel soy listo y no dejo que me tomen el pelo y por supuesto siempre busco el mejor precio- digo mesandome la barba con una sonrisa picara.

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10/01/2014, 01:25
Silbido

Lo que había hablado con la camarera podía considerarse un pacto. No cumplirlo no le hacía daño a ninguna de las dos, al contrario, podía ser bueno para la supervivencia de la muchacha, pero para eso, mejor hubiera sido echarle una mala mirada y ladrarle que se fuera a incordiar a otro. Sin embargo, el recuerdo de Paso de Ashaba seguía fresco en su memoria, y no iba a sorprenderse si terminaban huyendo de la ciudad con la guardia pisándoles los talones. No iba rendirse todavía, pero por el momento, la civilización no había sido amable con ella.

En la mesa, mientras desayunaba en silencio, los otros seguían hablando.

Los tres que se les habían juntado, si eran gente de fiar, harían su parte, y si no lo eran, acabarían ahogados como el tipo del sombrero, o solos en medio de la nada, como el maldito mestizo. No se imaginaba a ninguno de esos dos cargando contra un grupo de orcos para ayudar a una caravana. Además, uno de ellos era un elfo, y hablaba poco; doblemente bueno.

Uno de los enanos, sin embargo, hablaba por los demás, casi tanto como Banjeela. Al menos ella no pretendía imponer tonterías a los demás.

Cuando Ark y Bronas se dispusieron a marcharse, se despidió con un gesto de la camarera, y salió tras sus pasos.

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10/01/2014, 11:13
Groin Fuelleprofundo

"Tendrás que esperar unos días", dice el enano de prodigiosas proporciones. "No puedo hacerte una buena capa en una noche, pero si me das tiempo te encontrarás con la mejor calidad. Antes de ser herrero trabajaba el cuero, y creeme si te digo que soy bueno haciéndolo", asiente mostrando sus dientes, del tamaño de piezas de dominó.

(Sigue...)
 

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10/01/2014, 11:25
Director

Turno 10.

Mientras Banjeela intenta esconderse detrás de unas rocas, Bronas vuelve al interior de la taberna con una fecha de cuatro o cinco días para recoger la capa, e invita a los demás a ponerse en camino. Saliendo a la fresca mañana, el grupo puede ver a lo lejos los restos de la batalla campal que tuvo lugar anoche, que un grupo de personas está limpiando para despejar el lugar.

Mientras, Gobo corre por el camino un kilómetro más adelante...

(Sigue...)

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10/01/2014, 11:31
Gobo del Río

"¡Oh, perdíla ya!", susurra desesperándose junto a la roca en la que se encuentra Banjeela. "¡Justicia no hay neste mundo, que otra asá, con pechos adurecíos y carnes prietas, ya no ancontraré jamás nunca...". Con un suspiro de pesar, el mozo de cuadras de olor característico se sienta justo sobre la piedra tras la cual se escondía la bardo.

(Sigue...)

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10/01/2014, 11:36
Director

Es subirse en la roca y verla allí mismo, escondida como un ratón de campo. Y así acontece lo que nuestra heroína cuenta en su turno, de forma que cuando llega el grupo, con la voz grave de Barundar explicando lo sucedido en los últimos meses, se encuentran a la artista bajando al camino, con su admirador detrás como un perrillo faldero, incomprensiblemente ataviado con las ropas de abrigo que Bronas, Silbido y Ark utilizaron en su viaje por las montañas. Al tratarse de un hombre considerablemente más corpulento que banjeela Gobo parece una salchicha embutida, y una barriga hinchada y peluda asoma por debajo de la chaqueta de forma que podéis observar con dudoso regocijo un ombligo lleno de pelusas.

Ark no consiguió información alguna en la Posada de la Puerta Nocturna acerca del tal Pieldearmiño, así que lo único que le queda al grupo es dirigirse a la ciudad, y preguntar allí. Acompañados por algunos campesinos y mercaderes madrugadores, (que se apartan un poco del variopinto equipo de enanos, pseudogigantes, elfos y mozos de cuadras apestosos), llegais a las puertas de la ciudad.

Que son portones más que puertas, en verdad. Dos hojas inmensas, abiertas de par en par, bajo un rastrillo de colosales dimensiones alzado desde la barbacana. La puerta del Este está muy animada. Hay algunas personas montando tenderetes afuera, en los cuales venden cargamentos no muy abultados de fruta fresca, (1Pc la pieza), castaña asada, (1Pc el cucuruchu), y chupitos de brandy, (3 Pc el cuenquito; en Cormyr el brandy es una bebida apreciada, y hay quien la toma en el desayuno). Un nutrido grupo de Dragones Púrpura detienen a algunos de los que entran, preguntando destino, identidad y motivos para llegar a la ciudad.

Precisamente, veis a uno de los buhoneros que se ofrecieron a hablar a las autoridades de vosotros hablando con una patrulla. Cuando os ve, (entre la multitud Bronas destaca como un pino entre margaritas), os señala con la mano, y dos de los guardias de la ciudad se dirigen a vosotros interesados. Uno de ellos, un hombre de mediana edad y barba tupida, toma la palabra; "Bienvenidos a la Joya de la Corona, extranjeros", dice con fuerte voz para hacerse oir sobre los murmullos del gentío que entra por la puerta. "Una patrulla encontró vuestra obra antes del alba, y nos hemos estado preguntando quién habrá sido el responsable. Seguramente habrán pasado por la Puerta Nocturna justo cuando os marchasteis, así que habrán encontrado los cadáveres de los asaltados. Aun así, obrasteis bien. De hecho, el mismísimo gobernador Shzavar pasó por aquí al salir el sol para pasar revista como todos los días, y pidió que si encontrábamos a los mataorcos los lleváramos ante él prestamente. ¿Os importaría acompañarnos?".

Por alguna razón, mientras los guardias púrpura hablan Gobo permanece junto a Banjeela mirándolos con una fiereza inusitada, como si temiera que fueran a echarse sobre ella. Dicha mirada es captada por el guardia púrpura que no ha tomado la palabra, un joven fornido de aspecto guerrero, que observa al mozo de cuadras como si fuera bastante gilipollas.

¿Qué haréis ahora?. ¿Acompañaréis a los Dragones?. ¿O preferiréis entrar en la ciudad por vosotros mismos e ir a ver al Gobernador más adelante?.

Es vuestro turno... y vuestra decisión.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Piticlín, piticlín.

Bronas gana 30 px por postear.

Silbido gana 30 px por postear.

Ark gana 30 px por postear.

Banjeela gana 30 Px por postear.

Rordar gana 30 Px por postear.

Garius gana 30 Px por postear.

Barundar gana 30 Px por postear + 5 px por ilustrar a los demás con las desventuras del grupo.

Experiencia.

Bronas: 3.620 + 30 = 3.650 Px.
Silbido: 3.535 + 30 = 3.565 Px.
Ark: 3.290 + 30 = 3.320 Px.
Baljeela: 1.855 + 30 = 1.885 Px.
Rordar: 1.710 + 30 = 1.720 Px.
Barundar: 1.680 + 30 + 5 = 1.715 Px.
Garius: 1.735 + 30 = 1.765 Px.

Notas.

Barundar = 1 puntos de golpe por alfanjón orco.

Ark ha gastado 2 conjuros de nivel primero.

¡Gobo join your party!

Aviso

Próximo turno el lunes 13 de enero.

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10/01/2014, 21:03
Banjeela

Poco antes de toparse con los guardias, vino el incómodo momento de las presentaciones. ¿Cómo justificar la compañía de... de aquello? Gobo hunde el prestigio de cualquiera que se le acerque.

Gobo, estos son mis amigos: el alto es Bronas, la chica es Silbido, ese de ahí es Ark, y los otros... Los otros no sé ni cómo se llaman. ¿Por qué os habéis acoplado? Perdón... perdón, estoy algo irascible. No quería pagarlo con vosotros. Normalmente no soy así, de verdad. El caso es que: Gobo, te presento a la cuadrilla; cuadrilla, este es Gobo. Gobo es mi nuevo...-¿Ligue? ¿Amante? ¿Novio? ¿Quién es Banjeela para poner una etiqueta al tipo de relación que mantenía con aquel paleto? Y lo más importante, ¿cómo decirlo sin humillar a aquel hombre con mil palabras vejatorias o vomitar de puro asco llamando a las cosas por su nombre?-fámulo. Gobo es mi fámulo. No preguntéis, es una larga historia.

Fámulo estaba bien. No era un término que Gobo fuese a tener en su vocabulario, ni a saber de su significado, y de cara al exterior le permitía guardar las apariencias.

Y episodios vergonzantes a parte, aquí estamos... Banjeela volvía a juguetear con el pelo y a soltar risillas nerviosas al ver a todos esos hombres uniformados. Era consciente de que no había entre ellos ningún alto oficial con el que mereciera la pena contraer matrimonio, pero un par de ellos estaban tremendos. Uno de esos guaperas de púrpura se quedó mirando a Gobo, y Banjeela reparó de nuevo en su lastre. Debería hacer malabares para dar un discurso que fuese aceptable para las partes. Ni Gobo debía descubrir sus mentirijillas ni los Dragones perder su paciencia con las diatribas de una semielfa loca.

Cof, cof-se serenó, tratando de recuperar la compostura-. Bueno, si primero vamos a ver al mismísimo Gobernador Shzavar, es una ocasión que no podemos desaprovechar. Eso nos dará la oportunidad de explicarle con nuestras propias palabras todo lo ocurrido, que es en definitiva el origen de que ahora unos soldados nos paren para hablar con nosotros.

El Gobernador Shzavar tiene fama de razonable y justo. Seguro que nos ayuda a deshacer los malentendidos que nos ocupan. En cuanto aclaremos los sucesos ocurridos podremos seguir nuestro camino.

Me permito decir que es bueno que un grupo de soldados que normalmente guía a los humildes a prisión, vayan esta vez a guiarles hasta un poderoso. Eso demuestra que los Dragones Púrpuras son versátiles y capaces de llevar a cabo cualquier medida que les sea encomendada.

Uf... esto es muy estresante.

Giró la cabeza hacia su cada vez más poblado grupo, esperando a que se pronunciaran sobre la decisión. Especialmente fijándose en Gobo, lista para taparle la boca en cuanto fuese a meter la pata.

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12/01/2014, 12:29
Ark

Cuando Banjeela apareció seguida por esa cosa , que olía incluso peor de lo que olía el bastardo mestizo, el sacerdote se quedo un poco confundido , y poco a poco comienzo a repasar los acontecimientos de las ultimas horas ( su extraña conversación con la puerta de al lado esta mañana , su huida precipitada...), hasta que poco a poco las cosas comenzaron a encajar en su lugar. Tras lanzarle una mirada llena de significado (básicamente algo de reproche mezclada con hilaridad contenida) , el sacerdote se pensó por unos instantes si debería hacer algo por ayudar a su compañera , pero lo que realmente le hizo decidirse de que era el momento intentar cortar ese esperpento , fue el acordarse de los compañeros perdidos , y ese ser no parecía para nada preparado para la vida aventurera.

El sacerdote se giro hacia el mozo de cuadras y hacia Banjeela con cara de poco , muy pocos amigos ( o al menos eso esperaba que pareciera , ya que para intentar librarse del mozo iba a intentar hacer el papel de novio celoso y ofendido). Esperando que sus compañeros no lo malinterpretaran y se metieran por medio , el sacerdote comenzó a acosar al mozo de cuadras.

-Fámulo , ¿estas segura?- dijo el sacerdote mientras soltaba la imponente maza de armas de su sosten- Porque yo lo único que veo es una mierdecilla. ¿Me quieres decir que has pasado al noche con ESO por no estar conmigo?- dijo mientras descolgaba el escudo de su espalda y empezaba a marchar hacia el mozo de cuadras con mirada siniestra y una promesa funesta en sus facciones hasta quedarse frente a frente con él resollando y resoplando como si estuviera luchando conmigo mismo por no reventarle la cabeza , mientras le iba dando golpes con el dedo en el pecho le iba le sigio diciendo .- Sera mejor que te largues y que no te vuelva a ver cerca de ella , o te prometo que usare todos los poderes que están en mis manos para hacer que tu pequeña virilidad se seque y se caiga como una fruta podrida

El sacerdote era consciente que seguramente , Bronas habría sido mucho mas efectivo que el a la hora de proferir estas amenazas , pero contaba que el miedo y la supersticioso del hombre tuvieran el mismo efecto. Aunque no era agradable , en el fondo era por su bien , ya que no queria ser el responsable de la vida de una ser sencillo y pacifico como el.

Notas de juego

juas juas , mo he podido resistitrme , si es posible hago esto antes de encontrarnos con los guardias , en cuanto nos lo presenta Banjeela.

PD:pro fin encuentro un post en el que pega la foto de la descripcion XDDDD.
PPd , el sacerdote sigue a los guardias hasta el señor de la cuidad XDD que no se me ha olvidado.

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12/01/2014, 13:45
Banjeela

A Banjeela le dió un vuelco al corazón. ¿Ark? ¿En serio?

Ark... No me lo puedo creer... Desconocía que albergabas esos sentimientos. Si te soy sincera, hasta llegué a creer que yo no te caía bien. Pero ahora todo tiene sentido. Esa hostilidad pasivo-agresiva... Esas miradas de soslayo... Era tan obvio que te estabas frustrando por no poder expresar tu amor por mí. Y yo no supe verlo.

De hecho... Te juro que pensé que eras de esos clérigos con voto de castidad, o de los que persigue a los monaguillos por la sacristía. Jamas me lo hubiese imaginado...

Banjeela no reacciona. Si ya es difícil romperle el corazón al bobalicón de Gobo, dar calabazas a alguien del seno del grupo podía acabar quebrando el equipo y haciendo que cada uno se marchase por su lado.

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12/01/2014, 21:02
Barundar de Mithril Hall

Y alli nos topamos con la guardia, que haciendo su trabajo nos pidio que la acompanaramos.
Mientras caminabamos, y yo dejaba en el aire la idea de ser el nuevo jefe o portavoz del grupo, deje que la idea macerara poco a poco en sus cabecillas, mientras la otra mujer que los acompanaba venia con un buen mozo, juntos se veia el amor y ella nerviosa por estar con su galan lo agarraba y lo soltaba, cuando lo presento este sonrio por lo bajo, a mi no me parecia especialmente atractivo o fuerte, ni la mujer tampoco, pero estos humanos son como las ratas o las liebres de campo asi que poco sabia yo de los gustos de los humanos. Me acerque al enamorado y palmeandole la espalda le dije: enorabuena espero que seias felices, y tengais una fuerte descendencia- le comente al hombre mientras este primero asombrado y luego risueno, se perdia entre sus ensonaciones. Cuando me fue ha hablar aparecio uno de los de su grupo, queriendo pelear por la mujer. Volvi a mirar a la mujer con expresion de no entender, que tendria?, apenas tenia pelo y estaba bastante escuchimizada, pero diciendo al enamorado Gobo -Suerte!- los deje para que lucharan por ella, eso siempre era interesante.

Asi que mientras esto ocurria me dirigi a por Bronas y le comente: -que interesante una pelea por tener la opcion de copular con la hembra, ya sabes cosas de la juventud, en mi ciudad no siempre se hacen las cosas asi pero ya sabes que la palabra de un jefe siempre puede enfriar los animos- dije sonriendo y mesandome la barba.

Al rato mientras esto se solucionaba, llegaron los guardia que formalmente se presentaron y querian ser nuestra escolta mientras yo agradecido me deje conducir, asi podriamos hablar algunas cosas con el jefe de la ciudad esto seria mucho mas facil que andar pidiendo audiencias y esperar que estuviera preparado asi que con un ademan dije: -guiadnos y creo que hablo por todos si digo que iremos encantados- y al decir esto me gire y guine un ojo a todo el grupo. Mientras comenzaba a caminar.

Notas de juego

No llego a mas.

Editado

Nuevamente, gracias!

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12/01/2014, 21:30
Bronas

 Cuando Bronas vio el tipejo ese, con esa fila, solo pudo sentir desprecio por él. Que un hombre se viera así de miserable por culpa de una mujer, no merecía tener la consideración de hombre. No por parte del ilushkano. En cualquier caso no le dedicó más atención, en asuntos de sexo no quería meterse donde no le llamaban, del mismo modo que no le gustaría que lo hicieran con él. 

 Entonces le sorprendió el peludo enano guerrero. Con el comentario acerca de un jefe. Los azules ojos del norteño se posaron sobre él, en una mirada divertida ante las pretensiones del recién llegado. Una peligrosa sonrisa afloró entre sus finos labios.

 - Somos de distintas culturas, ellos lo resolverán según sus formas. No dudo de las capacidades de Ark. Pero lo sensato sería no meter esos asuntos de alcoba en un grupo de exploradores, solo trae tensión. Para eso Tempus hizo las putas.- Dice con su grave voz y encogiéndose de hombros.

 Finalmente, tras el encuentro de los tortolitos, el numeroso grupo llegó ante los guardias de la ciudad. El norteño los recibió erguido, no pudiendo evitar recordar la última vez que se encontró con una partida de dragones púrpuras en el camino. Por lo menos, en esta ocasión, no estaba aquí ni el embustero de Soldeinvierno, ni había ajustes pendientes con las autoridades. Ante la proposición de seguirles para ir a ver al gobernante, Bronas pareció dispuesto, eso le interesaba, que se extendiera su nombre y fama por sus hechos, por eso estaba en parte en el camino, para hacer méritos para el día en que regresara junto a su clan.

- Guiadnos.- Dijo con voz grave y firme.

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13/01/2014, 01:18
Silbido

Cuando los soldados los detuvieron en la puerta de la ciudad, los músculos de Silbido se tensaron como un arco al ser encordado. El último encuentro con los hombres de armadura púrpura había terminado con los huesos de los cuatro compañeros en prisión, donde se habían pasado las siguientes dekhanas, esperando ser devueltos a Paso de Ashaba, hasta que aquel sacerdote de Waukeen, Muchaplata, los había requerido para limpiar sus trapos sucios.

Un poco más atrás quedaba el incidente con los guardias de Paso de Ashaba. Incidente era una palabra suave para describir la masacre organizada en ese almacén; ocho guardias muertos, y el petimetre del sombrero unos minutos después, asaeteado mientras Ark lo cargaba hasta la otra orilla del río.

Sin embargo, esta vez parecía que no iban a tratar de matarlos, ni a cargarlos de cadenas. Casi sonaba a que el tal Shzavar iba a darles las gracias, aunque lo más probable fuera que les amenazara de alguna forma. Mejor que acabar en la cárcel, en cualquier caso. Y los demás, que estaban más acostumbrados a tratar con otras personas, debían pensar igual, pues no habían dudado en seguir a los soldados.

La escena de Ark y Banjeela fue bastante más confusa. Silbido sabía perfectamente lo que hacían los machos y las hembras; lo había visto en numerosas ocasiones en el bosque. La hembra apestando, el macho berreando, y antes de que pasara mucho tiempo, encaramado sobre ella, metiéndole su cosa en el agujero. Y Quelnaas le había explicado claramente que la diferencia de la hembra humanoide con la de otros animales cuyas crías crecían en sus entrañas, era que estaba preparada para aceptar al macho en cualquier momento. Como a Bronas, que siempre tenía alguna mujer dispuesta a aceptarle, aunque no se le había pasado que ellas miraran al monedero antes que al bárbaro.

Ark quería aparearse con Banjeela, pero el tipo gordo de la posada se le había adelantado. Y ahora, él iba a matar al otro para quedarse con la hembra. Era todo ello un proceso que le resultaba innecesario y tedioso y, en definitiva, Silbido se consideraba afortunada por no suscitar el interés de los machos. Un problema menos del que ocuparse.

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13/01/2014, 14:31
Rordar Petrascudo

Como suponía, Barundar se encargó de relatar la historia mucho mejor de lo que pudiera haberlo hecho él mismo mientras caminaban hacia las puertas de la ciudad.

Ya había acabado la historia y aún no habían alcanzado la urbe cuando el cura se abalanzó sobre el "difícil de ver" compañero de la esperpéntica mujer. Evidentemente no le interesaba lo más mínimo lo que ocurriera bajo las sábanas de nadie salvo las suyas.

Cuando llegaron y los guardias pregruntaron si les acompañarían se limitó a asentir y esperar su guía.

Notas de juego

Se agradece el plazo hasta el martes. No estoy en casa hasta febrero y me coneto cuando puedo.

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14/01/2014, 08:49
Garius

Ese hombre... este no era su lugar y no sabía en lo que se estaba metiendo, puestos a elegir obviamente se quedaba con el sacerdote, que al menos ya había demostrado buen corazón. Sin querer inmiscuirse demasiado el elfo desenvainó la espada esperando asustar al hombrecillo. Este tipo de duelos por una mujer habían sido bastante comunes en el monasterio, y aunque allí no solía tomar parte esto era una historia completamente diferente.

Una vez pasado el pequeño problema, saludó a los dragones purpuras y simplemente asintió. Todavía llevaba consigo los certificados de alumnado, aunque de momento no creyó que fuera necesario usarlos. Además, esos papeles incluian a su maestro, y no sabía que había sido de él.
 

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14/01/2014, 12:00
Director

Turno 11.

Tras la extraña presentación de Gobo a lo largo del camino, el grupo llegó hasta las puertas, donde los Dragones Púrpura les invitaron a acudir ante el Gobernador de la ciudad. Bronas y Barundar, una torre y un guisante, se quedaron atrás charlando en silencio junto a Garius y Rordar. Mientras, Banjeela, Gobo y Ark hablaban con los soldados.

En un momento, sin embargo, se produjo un extraño. Gobo no dejaba de mirar a uno de los guardias, desafiante, como si temiera que se fuera a lanzar sobre su protegida, y la tensión creció y creció a medida que la afluencia de gente a través de la puerta aumentaba y la luz del sol se alzaba.

(Sigue...)

- Tiradas (1)
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14/01/2014, 12:05
Gobo del Río

"Tú no te praocupes, moza mía, que aquestos guardianes no tarán nada conmigo aquí", susurró el mozo de cuadras a Banjeela. "No ta dije na pa no asustarte, pero se quiero puedo ser forte coma un fierro, e valiente coma un león".

(Sigue...)

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14/01/2014, 12:07
Director

En ese momento, Ark salta como un resorte amenazando a Gobo con toda suerte de improperios, haciendo saber a todos los presentes del tórrido amor oculto que siente por la semielfa, y de repente Garius, que estaba detrás, desenvaina la espada para apoyarle.

Semejante explosión de actividad tiene tres efectos.

El primero es que Gobo pega un chillido agudísimo, se caga en los pantalones y echa a correr hacia la posada de la Puerta Nocturna por el camino, pegando gritos de auxilio y agitando los brazos, dando la impresión de que no volveréis a verle jamás en toda vuestra vida.

El segundo es que el gentío que atraviesa la puerta se alarma ante la exposición de la espada de Garius. Un viejo caballero llamado Borgal, negociante de hortalizas de profesión, da tal respingo que cae sobre la burra Ramona, que tira de su carro, y esta pega tal coz al mismo que la mitad de los tomates, lechugas y pimientos que venían sobre él se desparraman por el suelo.

El tercero, pero quizás el más importante, es que dos docenas de dragones púrpura que hay en las inmediaciones giran sus cuellos hacia vosotros, y notais unas cuantas flechas apuntándoos al cogote, dispuestas a clavarse en vosotros con alegría. Uno de los guardias que os hablaban, (el joven), ha desenvainado también su arma al ver desenvainar a Garius. "¡Por Timora, ¿como osais desenvainar vuestro acero en la ciudad?!", exclama dispuesto a batirse el cobre con él.

Sin duda, Garius consiguió asustar al hombrecillo. Sin embargo, también ha conseguido asustar a todos los demás. Desenvainar un arma en mitad de un lugar concurrido puede ser alarmante, pero hacerlo delante de la guarnición de la Puerta Este de la capital del Reino es sin duda una llamada a los problemas.

Afortunadamente, el Dragón de más edad toma partido alzando las manos. "Tranquilos, tranquilos todos...", alza la voz haciendo un gesto a Garius para que envaine de nuevo su arma. "Ha sido todo una confusión... ya está solucionado...".

Sin embargo, una voz cascada aparece para desmentir esa afirmación. "¡De solucionado nada!, ¿qué ha pasado aquí?, ¡he perdido medio cargamento de hortalizas!", grita Borgal, un hombre mayor de espaldas encorvadas. Podéis ver que la gente ha seguido pasando por el camino, ahora decorado con restos de diversas hortalizas aplastadas bajo las botas de la gente. Algunos viandantes incluso han cogido alguna pieza sana, y podéis ver a dos niños comiéndose un pimiento crudo mientras entran por las puertas. "¡Exijo que se me pague mi cargamento!, ¡exijo doce piezas de oro, por lo menos!".

Por una parte os habéis deshecho de Gobo, pero por otra tenéis a algunos Dragones pendientes de vosotros, y un comerciante enfadado. Para agilizar el turno, haced un flasback comentando como solucionais el asunto; ¿Pagaréis al comerciante?.

(Sigue...)

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14/01/2014, 12:30
Director

A menos que hagais alguna barbaridad, el asunto queda zanjado y los dos guardias os acompañan hasta el Palacio Real sin más incidentes. El de más edad parece muy seguro de si mismo, pero a lo largo del camino, (encabeza la marcha junto a Ark), le hace algunas preguntas al sacerdote. "Disculpad, pero... ¿a qué demonios ha venido ese numerito de la puerta?".

Detrás, los demás quedais boquiabiertos ante la magnificencia de la ciudad de Suzail, capital del reino. El otro guardia, más joven, camina junto a los demás y parece disfrutar presentando la ciudad a los extranjeros. También véis que no le quita ojo al elfo encapuchado y a la empuñadura de su arma.

La calle por la que se accede a la ciudad está empedrada y es absurdamente ancha, transitada por peones, caballeros e incluso carrozas. Los edificios están construidos de sólida piedra, y todos ellos son altos como torres, engalanados con banderas ondeantes, estatuas señoriales y pendones de mil y un colores. "Esta calle es la principal de nuestra ciudad; la llamamos simplemente "el Paseo"", afirma el guardia joven haciendo de guía turístico.

Guiados por el otro hombre, dejais a la derecha un edificio grande con un claustro en su interior, lleno de monjes de togas grises que caminan tranquilos o leen pesados tomos de sabiduría. "El templo de Oghma", afirma vuestro líder. Un poco más allá, veis otro templo todavía más grande, con un impresionante patio exterior en el que una veintena de hombres cubiertos de pesadas y recargadas armaduras hacen maniobras en las que chocan entre sí ruidosamente. Una estatua metálica de tres metros en forma de espada arde mágicamente junto a las puertas. "Y el de Tempus, señor de la batalla".

Llegais a una bifurcación del camino, y doblais a la derecha. "La cabalgada Real, se llama esta vía", os dice el guardia. La calle no es más pequeña que la que acabais de dejar atrás, y os sorprende ver una columna de medio centenar de guardias púrpura a caballo, montando un tremendo estruendo con sus herraduras metálicas en el suelo. Los que no habéis estado nunca en una ciudad tan grande podéis quedar asombrados con gran facilidad. A la izquierda de esta calle podéis ver los árboles inmensos de algún parque detrás de los edificios, y un lago entero DENTRO de la ciudad, a los pies de un castillo gigantesco, con orgullosas torres repletas de pendones ondeantes. "Ah, ese es el Castillo Real. Allí nos dirigimos", sonríe vuestro acompañante, que parece ir perdiendo aprensión hacia el elfo encapuchado a medida que se siente más cómodo en su gran ciudad.

A la izquierda de la calle podéis ver más edificios a medida que pasais, incluída una taberna con el símbolo de un ojo sobre su puerta abierta. Los que sabéis leer podéis descubrir que se llama "El Guiño", y como haciendo honor a su nombre, veis que unas contras se abren en su piso más alto, dejándoos ver por un momento a una mujer de impresionante belleza, formas llenas, cabellos oscuros y totalmente desnuda. Bosteza descuidadamente, y cuando descubre que la estais mirando os sonríe y guiña un ojo en lugar de avergonzarse. Luego, vuelve hacia dentro. El joven la señala con la barbilla; "Dalia, una sureña que por lo visto está teniendo mucho éxito en nuestra ciudad. Es una de esas damas de la noche", dice entre embelesado y asqueado.

Cruzais un puente que ofrece unas vistas impresionantes del lago y del castillo, y tras atravesar el parque que visteis entre los edificios, (realmente inmenso), llegais a las puertas del mismo. Todavía estais preguntándoos cómo puede caber todo esto dentro de unas murallas, cuando habéis atravesado el enorme patio y cruzado sus salas, y os encontrais frente al Gobernador.

El hombre está en un despacho enorme, en pie frente una mesa repleta de papeles, y un enjambre de cortesanos lo acosan con mil y una cuestiones. Él los despacha con rapidez y eficiencia inusitadas, frases cortas y una cierta cortesía marcial.

(Sigue...)

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14/01/2014, 12:56
Szhavar

"Destinad la mitad del grano de las fincas para eso y compensad a los labradores con las reses de la reserva norte", despacha a uno. "El hierro no será problema dentro de tres días, he arreglado un pacto con los enanos de la Brecha", despide a otro, "No, no voy a otorgar el indulto a un asesino por bien relacionado que esté", aparta a otro. Y cuando os ve, su sobrio rostro se vuelve más serio, y habla en voz alta para la media docena de secretarios que todavía lo acosan; "Caballeros, dénme un momento. Debo tratar un tema importante".

(Sigue...)