Partida Rol por web

Aventuras en los Reinos Olvidados

Histórico del primer grupo.

Cargando editor
20/11/2012, 13:58
Director

Introducción.

Es invierno. Un frío cortante y doloroso baja desde las cimas de los Picos del Trueno, y los senderos que se adentran en las montañas son ahora impracticables. A sus pies, la metrópolis de Paso de Ashaba se alza orgullosa y reconstruida, con la nieve cubriendo los tejados de pizarra y los charcos congelándose en sus suelos empedrados.

Uno a uno habéis llegado a través del río, la única vía de acceso a la ciudad en la actualidad. Sus aguas azuladas corren demasiado caudalosas como para congelarse, y sólo sus lindes presentan pequeños cristales helados. Ni siquiera el frío consigue detener la poderosa maquinaria comercial de la ciudad, y grandes barcos fluviales, cocas y esquifes llegan aquí para hacer escala hacia Lunalta o Puente del Arkhen. Otros botes traen pasajeros y mercancías al mercado de la ciudad. Un centenar de barcos descansan mecidos por la corriente, atracan, se marchan, o cargan y descargan mercancías.

El puerto está al pie de las murallas, y aprovecha hasta el último centímetro. Desembarcais en el populoso paseo marítimo, un interminable recorrido de madera ganado al río y sustentado sobre tocones de madera que hunden sus extremos en el lodoso fondo del agua. Esta plataforma de madera rodea el perímetro de la península en su parte más baja, y cuando alzais la vista podéis ver la impresionante roca, casi una montaña, que se levanta cortada a pico sobre el puerto. Y sobre ella la muralla de la ciudad bañada por la luz del sol vespertino, inmensas rocas talladas y unidas por la infalible mampostería enana, acabadas en inmensas almenas y rodeadas por bandadas de cientos de gaviotas de agua dulce. Os sentís como insectos bajo la inconmensurable masa de la metrópolis.

Pero no sois los únicos insectos.

El puerto bulle de actividad, y el olor del alquitrán y de la madera os llena los sentidos. Un millar de estibadores se mueve entre los barcos y los almacenes edificados en la estrecha franja de tierra pegada a la roca de la montaña, junto a pequeñas tascas y tabernas portuarias.

Vigilando a los estibadores, encargados y capitanes pululan dando órdenes y señalando bultos y cajas. Aquí y allá podéis ver mercaderes buscando gangas, funcionarios públicos encargados del puerto, vendedores de comida cargando carritos, patrullas de guarda manteniendo el orden, mendigos extendiendo la mano, juglares que reunen trabajadores ociosos a su alrededor, pillos al descuido, artistas, mimos, nobles cormytas, hombres de tez oscura de Thay, niños buscando a alguien a quien guiar y montones de viajeros de todas las procedencias y clases sociales, recién desembarcados.

Hacia el este podéis ver que el paseo marítimo termina en docenas de grandes naves de madera, los famosos astilleros de la ciudad. Y más al este podéis ver la Isla de la Guarda, y sobre ella la gigantesca Torre del Vigía unida en su parte más alta al cuerpo principal de la ciudad por un impresionante puente de piedra, una obra de ingeniería enana inigualable.

Mucha gente recorre el paseo marítimo hacia el oeste; en la lejanía, en esa dirección, podéis ver cómo el recorrido sobre la plataforma de madera termina en una pendiente excavada en la roca, un camino empedrado que asciende en espiral a lo largo de la montaña para llegar, suponéis, a las puertas de la ciudad al otro lado de la mole de piedra. Cientos de personas suben aquel sendero como una fila de hormigas.

La tarde es clara, y el cielo azul y frío como el hielo apenas está cubierto por algunas nubes etéreas, blancas, que derivan lentamente hacia el sur. Sois libres para dirigiros a vuestros asuntos, o a donde os apetezca; no conocéis la ciudad, pero sabéis que anochecerá en unas horas.

 

Cargando editor
30/11/2012, 10:04
Director

Poco a poco, el sol se va inclinando hacia el ocaso; faltan apenas unas horas para que desaparezca, y se cierren las puertas de la ciudad. Ark acaba de desembarcar en el puerto, entre olores a brea y a pescado; inmediatamente se dirige hacia la plaza de Waukeen, subiendo el sendero del puerto. Le acompañan marineros y viajeros, todos con la misma idea que él. Afortunadamente hay tiempo suficiente antes de que salga la luna.

Delante de él hay un curioso trío que no puede dejar de llamar la atención. La gente se aparta de este extraño grupo, que parece marchar  en el interior de un círculo de repulsión en el que ningún caminante se atreve a entrar. El grupo está formado por lo que parece un orco o un medio orco de piel oscura, corpulento y agresivo, (Ugdush), por un bárbaro uthgard grotescamente grande, incluso más que su compañero, (Bronas), y por un plebeyo de unos cuarenta años que se podría considerar alto si no fuera acompañado de esas dos moles, y que parece guiarles mientras se encoge metiendo la cabeza entre los hombros, como preguntándose qué demonios hace allí, (Otto).

La conversación entre los dos gigantes no tiene desperdicio, y además no se preocupan demasiado en ocultarla; el bárbaro dice que se encuentra en una especie de peregrinaje para endurecerse y ganar fama y fortuna; su deseo es volver y comandar a su tribu para raptar niños, robar cabras y violar mujeres. Además, le cuenta a su compañero orco el origen del tamaño de los hombres de su tribu: el haber esclavizado y violado a gigantas del hielo en el pasado.

Por su parte, el orco, entre chanzas, insultos y amenazas se ofrece como capitán de navío en la matanza que, (se supone), se avecina, y dice ser famoso por haber matado dragones él solo.

Cuando Ark se da cuenta, el círculo de repulsión se ha ampliado hasta más del doble, y el único que camina dentro de él es él mismo. Como camina detrás de los dos matones y de su mascota, puede ver a algunos de los marineros que se escabuyen del camino; por lo pálidos que están, seguramente en busca de alguna patrulla de guardia a la que poner sobre aviso de los dos genocidas que acaban de llegar a la ciudad.

Otto, el hombre que les acompaña, parece intentar desviar el objeto de la conversación e intenta hablar; al principio le sale una voz de pito bastante jocosa, pero pronto se recupera y alcanza el tono de un hombre que está completamente acojonado.

(Sigue...)

Cargando editor
30/11/2012, 10:06
Otto Trespiernas

"Ejem, ejem", se aclara un poco la garganta. "Bueno, shí... jeje... claro, claro...", exclama casi al borde de un ataque de histeria. "Ahora podría explicarosh lo de la torre del Vigía, ¿no?, queríaish que osh lo contara, y ashí podemos dejar de hablar de matar y violar eshas coshash, ¿shi?". Parece que tiene algún defecto en el paladar que le hace pronunciar las eses de una manera extraña.

"Pueesh... la torre del Vigía esh en realidad un templo de Helm, el vigilante, ¿shi?. Lo dirige el Shumo Shacerdote Krov de Helm, que esh famosho por cazar un dragón blanco que atacaba la ciudad, allá en losh Picosh del Trueno, deshde donde atacaba la ciudad..."

(Sigue...)

Cargando editor
30/11/2012, 10:08
Director

En ese momento, Ark y el extraño trío alcanzan la plaza de Waukin, donde algo parece estar sucediendo. La gente se ha apartado de un joven que está clamando por el robo de su sombrero, (Nailo). Al parecer, el robo se ha producido fuera de las murallas de la ciudad;

¡Parece ser que hay una banda de delincuentes que atacan a los recién llegados!

A su lado, una elfa jovencita y de cabello rojo está hablando con él en un tono mucho más comedido, mientras un contingente parece acercarse a través del gentío procedente de las altas puertas de la ciudad. La elfa señala al interior de las puertas de la ciudad, donde calle arriba se levanta un edificio de piedra de unos tres pisos, con un cartel colgante en forma de grifo tallado en madera vieja, sobre la puerta.

De repente, una voz fuerte y autoritaria sale de entre la gente; "¡Silencio todo el mundo!, ¿qué está pasando aquí?". La voz pertenece a un hombre ancho de espaldas que porta una cota de malla bajo un tabardo en el que se dibuja el escudo de la ciudad; seguramente un responsable de la guardia de la ciudad. Una docena de hombres ataviados con trajes acolchados y armados con lanzas largas empiezan a establecer un perímetro alrededor del muchacho y de la elfa, apartando a la gente.

Cuando uno de ellos se topa con Bronas y con Ugdush, sin embargo, parece decidir que será mejor no golpearles con las astas de las lanzas como al resto de los presentes. Si lo desean, ellos dos pueden quedarse dentro del área. (Otto se escabullirá a menos que lo agarren).

Se hace el silencio, y la marabunta de gente permanece callada, mirando al chico que comenzó el alboroto. Una brisa flota a través del lugar, mientras Silbido usa un árbol de la plaza para obtener mejor visibilidad. Desgraciadamente, la rama a la que había trepado no aguanta, y con un sonido de madera partiéndose se convierte en el segundo centro de atención, cuando desciende vertiginosamente hasta el suelo y se da la gran culada contra el duro adoquinado. (Afortunadamente no estaba muy alto y no sufre daños).

La atención de la gente vuelve rápidamente a Nailo mientras Silbido se levanta del suelo con el culo dolorido. El capitán de la guardia, un hombre con aspecto de saber luchar, señala al joven con el dedo. "¿Qué es éso de una banda de ladrones?. ¿Dónde ha sido éso?". Y luego gira la cabeza hacia la jovencita que se encuentra a tu lado. "¿Una elfa?. ¿Y tú quién demonios eres, por las barbas de Helm?".

¿Qué haréis los demás ahora?. ¿Qué responderán Nailo y Mitheithel?. ¿Seguirán Ugdush y Bronas al descubierto?. ¿Qué hará Ark?. ¿Se acercará Silbido para ver más de cerca lo que está sucediendo?.

Vuestro turno!.

Notas de juego

Todos los personajes ganan 35 Px por haber posteado, apuntadlos en vuestras hojas ;)

Próximo turno, el martes.

Cargando editor
30/11/2012, 11:09
Ugdush Matadragones

Ugdush sintió una gran satisfacción tras escuchar la historia sobre la torre del vigilante, pero sobre todo por saber que allí aguardaba un hombre que decía haber sido capaz de matar a un dragón blanco ¿debería pasar por alto esa oportunidad? sin lugar a dudas tenía pendiente una charla "forzosa" con aquel hombre, tenía mucha información que sonsacarle y sobre todo material que "tomar prestado", fue entonces cuando tras pasar las murallas de la ciudad se escuchó el lamento de un hombre que no tenía las agallas suficientes para encargarse él mismo de una banda de ladrones, esos eran siempre los primeros en caer, según creía el semiorco

Se quedó de brazos cruzados en mitad del evento, confiado al comprobar que la guardia no se atrevía a rozarle con sus armas de asta ¡y que ni se atrevan!, pero no dio tiempo a ver como terminaba la escena para escuchar el crujido de una rama y ver a una pequeña humana caer contra el suelo, lo cual provocó una chispeante carcajada

- Já, aquí tienes, tu primera violación ha caído del cielo - dijo mientras miraba a Bronas y después a la mujer, siguió sin cortarse a la hora de pronunciar palabras tan hirientes delante del público o incluso de la guardia. Después de aquello se quedó expectante para ver que ocurría después, en un tono más bajo comenzó a murmurar que sentía la necesidad de ver algo de violencia para que se le subiera el ánimo, aunque él mismo no participase tan solo escuchar crujidos y derramamiento de sangre era toda una gozada.

Cargando editor
30/11/2012, 15:51
Miteitel

A su lado, observo a Nailo y a la guardia que se pone junto a nosotros dos, y cuando grita uno de ellos, me pongo la capucha de la capa, y me la sujeto atandomela con una cuerdita fina cosida para tal fin y digo sintiendo la brisa - que frio... se esta metiendo el sol... - miro hacia donde se pone el sol pensativa - esta cayendo la noche, me gusta el sol que pena, hace frio y asi cubriré mis orejas, me advirtio el pescador - y luego, vuelvo la vista a las personas que nos rodean mirando a Nailo sobre todo, de pronto, oigo un extraño ruido, ya sabia que estaba alguien subido a un arbol - se va a caer... - entrecierro los ojos cuando oigo el golpe contra el suelo y justamente se cae dandose un porrazo contra el suelo empedrado, mientras la sigo con la mirada en su caida - me acercaria a ayudarla si no fuera por los guardias... - El hombre increpa a Nailo y luego, dice elfa y permanezco callada, hago como que no he oido nada poniendo cara de estoicidad absoluta - no veo conveniente hablar, sabra de luchar pero no de otra cosa... - mi conciencia me dicta - calla... no digas nada, no busques guerra, somos pacificos... esto te pasa por meterte en lios... - miro al guardia y a Nailo, ya he visto de lejos a Bronas y a Ugdush, pero decido finalmente no hacer mencion alguna de mirar a nadie, solo miro a mi perro.

Notas de juego

nota para el master: no saben que soy elfa... aunque lo pongas en la presentacion, no?? las orejas no se ven, las tape con mi pelo y con la capucha, por ahora no se me nota ya que voy totalmente cubierta asi que soy una adolescente anorexica.

Cargando editor
30/11/2012, 20:55
Bronas

 Bronas miró desganado hacia la fuente de los berridos, un chaval al que parecían haberle robado.

 Que se espabile, si no puede guardar sus pertenencias no merece tenerlas.

 Pero aquellos gritos no solo le habían llamado la atención a él, toda la gente de alrededor parecía no tener nada mejor que hacer que ver el espectaculo. Todo lleno de mirones ociosos. Lejos de amilanarse hace ademán de continuar su camino, posando su manaza sobre la nuca de Otto, al que le transparetaban las ideas.

 - No irás a largarte ahora que justamente ahora, bien que has cobrado.- Su mano le aferraba con firmeza, pero sin espretujar... de momento.

 Con su mentón barbudo le señaló más allá de los portones de la ciudadela. Cuando escuchó el crujido de una gruesa rama seguido de un Ahhh y un sordo topetazo. Miró un momento pero la verdad es que tenía otras cosas en mente en esos momentos. Hasta que le llamó la atención el vozarrón del mestizo.

 - Já, aquí tienes, tu primera violación ha caído del cielo

 Sin detenerse dijo por encima.

 - He venido a por furcias. Las mujeres son botín de asaltos, y yo no he asaltado nada hoy.- El norteño continuó su paso hasta la ciudadela. Medio guiado por Otto.- Tengo sed y apetitos que saciar.

 A pesar de su rudeza, el norteño se expresaba bien en khondazano, a pesar de su fuerte acente ilushkano.

Cargando editor
30/11/2012, 21:48
Ark

No podía mas que escuchar incrédulo a esos dos pedazos de mierda que llevaba delante hablar de saqueos matanzas y violaciones. Con cada palabra suya , mas y mas iba creciendo la ira en mi interior , hasta el punto que mi mano comenzó a acariciar inconscientemente mi maza de armas. en ese momento me fije en una de las cicatrices que adornan mis manos y recordé unas viejas palabras dichas por mi mentor hace ya mucho tiempo , una mañana en que despotricaba contra todos aquellos que nos habían echado de una aldea:

Cita:

Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza . Y recuerda , ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por ser bueno. Sólo podrás conocer la fuerza de un viento tratando de caminar contra él, no dejándote llevar.

Con una sonrisa sosegada , aparte las manos de mi arma y seguí caminando tras ellos todo lo ajeno que me permitían mis oídos , a fin de cuentas lo mas probable es que no tardaras demasiado en formar algún alboroto y entonces serian los Devotos de Helm los que se encargarían de que todo volviera a su cauce.

Por fin alcanzamos la cuidad y no pude mas que maravillarme por las calles y casas que me rodeaban como si fuera un chiquillo en su primera función de títeres.Pero como en toda función , la cosa se tuerce cunado esta a punto de llegar lo mejor. Delante de mi se abre una plaza majestosa y llena de vida , con comercios por doquier y multitud de puestos. Pero no es eso lo que me llama la atención , sino una algarabía formada por un individuo con pinta de petimetre que no para de gritar que le han robado.
Observo curioso la escena hasta que aparecen los guardias.

Justo en ese momento de uno de los arboles de la plaza cae una chica joven , a la que me acerco solicito , aunque los guardias que están entre notros me impiden llegar antes de que le de tiempo a levantarse por si misma , con todo y eso me acerco y le pregunto:
-¿Se encuentra bien?-

Cargando editor
30/11/2012, 23:11
Silbido

Cuando Pellejo, piensa Silbido, me dijo que tuviera cuidao en las calles de la ciudad, que podían ser más duras que el bosque, pensé que se refería a algo menos literal. La chica sonríe para sí. Los hermanos me pusieron este mote porque decían que era tan silenciosa que lo único que podían oír cuando estaba cerca eran mis flechas. Si me vieran ahora, rodarían pol suelo de la risa.

El accidente, aparte de hacer volver numerosas cabezas en su dirección, no ha detenido el alboroto de la plaza. Silbido casi no puede creer que pueda haber tantas personas en un mismo lugar. Y tan distintas. Hombres y mujeres gordos, flacos, grandes y pequeños. Dos de los que observan en primera fila son, de hecho, enormes, y uno de ellos parece pintado completamente de negro. Incluso algunos pequeños no humanos, medianos o gnomos o enanos, supone, pues no ha tenido contacto previo con esas especies.

Frustrado su propósito y humillada por la ciudad, Silbido espera a que la atención de la mirones vuelva al joven alborotador, se pone de pie y se limpia la tierra del trasero.

—¿Se encuentra bien?

Silbido reprime un respingo cuando escucha la voz junto a ella. Te has mantenío alerta durante jornadas de viaje, ¿y dejas de hacerlo en cuanto llegas a un lugar nuevo? Espabila, Silbido, ¡joder!. Quien le ha hablado es un hombre, de mediana edad, el doble que la mía, o más. Es delgado, y lo parece aún más por su estatura, que la obliga a echar la cabeza hacia atrás para mirarle a la cara. Va armado, y lleva una armadura similar a la suya, un soldado, piensa al ver las cicatrices de su cuello, o es muy torpe con la cuchilla de afeitar. Puede notar en él un olor familiar, le recuerda en cierto modo a Quelnaas, aunque no cree que el hombre sea un druida. El elfo le explicó que tenían prohibidas las armas metálicas, y este tipo lleva una maza al cinto. No parece una mala persona, y duda que intente algo en medio de toda esa gente, pero sin el incentivo de sentir su salud inmediata en juego, no es capaz de articular más que una escueta respuesta.

—responde Silbido, alejándose un paso del hombre y observándolo con cautela—, gracias.

Cargando editor
04/12/2012, 12:23
Director

La tarde decae, y pronto será de noche. Las sombras proyectadas por las altas murallas tiñen el suelo de la plaza, y la gente se divide entre los que se dirigen hacia las puertas como si no pasara nada, y los que permanecen espectantes ante la extraña escena.

Otto no consigue alejarse de sus dos acompañantes, aunque lo intenta. La manaza de Bronas lo clava en el suelo como una estaca, y él gira como puede su cabezón cubierto por el gorro, alzando los hombros.

(Sigue...)

Cargando editor
04/12/2012, 12:27
Otto Trespiernas

"Pero shi yo no iba a ninguna parte..."

(Sigue...)

Cargando editor
04/12/2012, 12:28
Director

El orco habla de violar a la joven que ha caído del árbol, (Silbido), a la que solícitamente se acerca el joven que caminaba detrás, (Ark).

Mientras, el capitán de la guardia parece hartarse de que ni Nailo ni Mitheithel le den una respuesta adecuada. Otra docena de guardias llegan desde las puertas con las lanzas en alto, y él los recibe con un par de órdenes; "Asegurad a estos dos tunantes", exclama señalando al ladrón y a la hechicera elfa, "Y al orco y a sus compañeros", afirma mientras se escucha un quejumbroso gemido de Otto. Los guardias toman posiciones; dos de ellos franquean a Nailo y a Mitheithel, y los otros diez toman posiciones haciéndose espacio entre la gente, y apuntan sus lanzas bastante malencarados a Bronas y a Ugdush. Y, por supuesto, al pobre Otto, que ya no sabe ni dónde meterse.

Mientras, un poco más alejados, Ark ayuda a levantarse a Silbido. Ellos dos están cerca del puente, que desemboca en una zona muy boscosa, (el bosque de Arch), y que por alguna razón permanece casi vacío. Sólo un pequeño grupo de leñadores permanece en él, hoscos y malencarados, acampados en varias tiendas de campaña. Algunos se acercan atraidos por los sucesos de la plaza, y el que parece el cabecilla pregunta a la pareja;

(Sigue...)

Cargando editor
04/12/2012, 12:41
Ray

"¿Qué es este lío?", pregunta el hombre alto y melenudo alzando una ceja. "¡Coño, un orco!". Instintivamente se lleva la mano al enorme hacha de leñador que lleva colgada en la espalda.

(Sigue...)

Cargando editor
04/12/2012, 12:43
Director

Sin embargo, antes de que puedan responder, Silbido y Ark ven algo extraño. Desde las profundidades del bosque, algo comienza a agitarse. El sol del atardecer apenas ilumina unas formas hinchadas y alargadas que remueven los helechos y los arbustos bajo los árboles.

Pronto, los gritos de los cuatro leñadores que quedaban allí suenan alarmados; (uno de ellos es el gordo que intentó agredir a Silbido hace un momento). Las criaturas que salen del bosque son insectos; enormes cienpiés de colores pardos, oscuros y rojos, tan largos como un ser humano y cubiertos de dura quitina. Cientos de patas endurecidas resuenan sobre el puente como si se tratara de la piel de un tambor, y sus chasqueantes mandíbulas resuenan amenazadoras.

Las criaturas sin mente arrasan con el campamento de los leñadores situado en el linde; tumban las tiendas de campaña, aplastan las cajas de víveres y las botas de agua a mordiscos, y reptan sobre los cuerpos de los cuatro leñadores, que gritan intentando alcanzar sus hachas. Es demasiado tarde; el gordo trata de huir con un monstruo subiendo sobre su espalda, y deja de hacerlo cuando le levanta la tapa de los sesos con la misma facilidad con la que un borracho descorcha una botella. Sus compañeros no corren mejor suerte; en un momento, el campamento está cubierto de cadáveres.

Cuando las enormes sabandijas salen de entre los restos conseguís determinar su número; son seis. Alguno de los guardias hacen amago de correr hacia los monstruos, mientras la gente huye despavorida entre gritos y expresiones de pánico. Sin embargo, el capitán alza el puño deteniendo a sus hombres. "El puente no es la ciudad. ¡Formad en la plaza!. ¡Ya!".

Milagrosamente, el orco, el bárbaro y el gilipollas que los acompaña se ven liberados de los guardias, al igual que la elfa y el ladrón Nailo. Ordenadamente, los soldados forman en una doble línea y apuntan sus lanzas hacia el puente.

Los monstruos sin mente se dirigen sin duda hacia un suicidio correteando a través del puente hacia dos docenas de lanzas, pero no parece importarles. Entonces, un hombre que había por allí revoloteando grita a la poca gente que queda en la plaza;

(Sigue...)

Cargando editor
04/12/2012, 12:58
Freddo de Arkhen

El hombre se retuerce un bigotito amarillo canoso, y sonríe con un montón de dientes igualmente amarillos. Por sus ropas y actitud parece que tiene dinero, y la situación le resulta divertida. Cuando se acerca al capitán, éste lo trata con cierta deferencia, como si fuera alguien importante.

"Diez piezas de oro por cada cabeza de esas criaturas", exclama sonriente. "Antes de que lleguen a la plaza". Después posa los ojos sobre cada uno de los Personajes Jugadores presentes, (que son los únicos hombres de armas que no pertenecen a la guardia y que están a la vista).

(Sigue...)

Cargando editor
04/12/2012, 13:04
Director

¿Intentaréis parar a las criaturas antes de que lleguen a la plaza?. ¿Aprovecharéis para escaquearos?. Vuestro turno.

Notas de juego

Todos hacéis una tirada de "Saber (Naturaleza)" Dificultad 15.

Todos menos Nailo ganan 30 Px por postear.

Si vais a combatir, tirad iniciativa y explicad vuestras acciones please.

Próximo turno, el viernes 7 de diciembre del año de nuestro señor de 2012

Cargando editor
04/12/2012, 14:27
Ugdush Matadragones

Ugdush podría ser algo tosco pero sabía cuando sus fuerzas estaban en minoría numérica, fue algo que le enseñó la vida a través de innumerables fracasos. En cuanto vio como tanto él como su compañero fueron rodeados por toda aquella guardia sin haber tenido nada que ver el hurto, aceptó que la única solución era quedarse en silencio esperando a que todo pasase en vez de intentar cortarle el cuello a cada agresor, aunque era imposible evitar un fuego interno que creía más y más ante la impotencia, pero fue entonces cuando aparecieron aquellos enromes cienpiés ¿era una bendición de Umberlee? sonrió al comprobar como los leñadores yacían devorados por los insectos y como gran parte de los allí presentes escapaba de una muerte segura, era una fantástica oportunidad para salir de allí pero los planes cambiaron cuando hizo acto de presencia una persona que proclamaba una recompensa por cada criatura aniquilada, aquello no fue pura casualidad, formaba parte de los planes que los dioses estaban poniendo en bandeja al semiorco.

- ¡Já! ¡Ahora agradeceréis que alguien como yo esté aquí para devorar a esos gusanos! - gritó mientras intentaba abrirse paso entre los guardias mientras sacaba su cimitarra del cinto, alzándola en el aire. Con toda aquella maniobra no solo se libraría de la atención de los guardias como sospechoso del hurto, si no que encima ganaría unas monedas extras y algo de respeto por ayudar a la ciudad. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Ugdush de momento lo que hace es avanzar hasta la posición donde se encuentran los cienpiés con actitud hostil, no dudará en golpear a la primera que tenga a su alcance con cuidado de que no le rodeen.

Cargando editor
04/12/2012, 14:36
Bronas

 Bronas estaba mirando hoscamente a los guardias que sin motivo alguno le parecían querer barrar el paso de acceso a la ciudadela, tras tantos días navegando ya se había hecho a la idea de pasar una noche en compañía de mueres y pillando una buena borrachera... y ahora esos sureños pretendían interrumpirle.

 Entonces se sucedió la escena de los bichos raros y los leñadores. Su expresión cambió absolutamente. ¿Sería eso una de las pruebas que estaba buscando para hacerse un nombre? ¿Tempus estaba detrás de todo aquello? Sin lugar a dudas, allí había toda esa gente para poder dar fe de la gesta.

 Para más inri apareció el tipejo forrado ese ofreciendo oro por cabezas de bicho.

 - Ve preparando mi oro, sureño.

 Sin turbarse mucho el norteño saca su hacha y su escudo de roble y se lanza feliz y despreocupado a por los temibles bichos, el oro y un encuentro con el destino.

- Tiradas (1)

Notas de juego

 La idea es cargar esgrimiendo el hacha, la idea es buscar dos bichos cercanos para despedazar a uno y otro de un golpe (Ataque poderoso y Hendedura).

Cargando editor
04/12/2012, 19:40
Silbido

Silbido observa con repulsión como los ciempiés se abalanzan sobre los leñadores rezagados, acabando con ellos en instantes. Por ventura, el alboroto ha llamado la atención del grueso del grupo, y se han librado por meros segundos de compartir el destino de sus desafortunados camaradas.

La chiquilla se pregunta si lo que ha presenciado en los escasos minutos que lleva en la ciudad es una buena muestra de lo que le espera en la nueva vida que ha venido a buscar. Los hermanos le advirtieron de que la vida urbana era muy diferente, apresurada, sucia y, aunque de forma no tan directa como en el bosque, también peligrosa. Pero No la previnieron sobre leñadores guardando la entrada, petimetres alborotadores, árboles frágiles ni invasiones de alimañas.

Observa a los guardias alinearse disciplinadamente en la plaza, formando un muro con sus largas lanzas, a la espera de que los bichos enten a la ciudad. Y puede oír cómo una voz ofrece diez piezas de oro por cada ciempiés que no llegue a la ciudad. Más que preocupación, parece notar hambre de diversión en el tono. Sin embargo, le ha dado una buena idea. Si pude demostrar sus habilidades delante de los oficiales de la guardia, probablemente le resulte más sencillo encontrar un trabajo acorde a ellas.

Los dos tipos grandes que había visto sobresaliendo entre la multitud han desenvainado sus armas, y se dirigen hacia el puente. Silbido descuelga el arco de su hombre, saca una flecha de su carcaj, y se dispone a buscar una buena posición desde la que disparar a las criaturas.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Se ha glitcheado el navegador cuando he pinchado en guardar mensaje, y se ha borrado lo que tenía escrito. Creo que las tiradas se han conservado, pero por si acaso:

Conocimiento: Fallo (creo que he sacado 11).

Iniciativa: 1 + 3 = 4.

Cargando editor
04/12/2012, 20:54
Miteitel

Observo como los soldados se apartan de Nailo y de mi pensativa - al fin me dejan en paz... yo no he robado nada, por qué me meto en estos lios¡¡ sabia que me pasaria esto cuando me acerqué al alborotador¡¡ - mi conciencia me anima a irme corriendo de allí mas rapida que la brisa de la tarde que siento fria en mi rostro pero, de repente, oigo gritos de miedo, de dolor, de muerte, los soldados forman filas y unos gusanos atacan a unos, aunque brutos leñadores, inocentes al fin y al cabo y victimas de tan trágica forma de morir, quedo perpleja y sumida en un profundo pesar recordando mi pasado, pero me despierta una voz, le observo, es un hombre peculiar, escucho lo que dice y siento que me mira invitándome y le devuelvo la mirada asintiendo con la cabeza de medio lado, miro friamente hacia la puerta, y me acerco hasta el limite.

Pienso mientras camino - es mi deber defender a estas pobres gentes de esas crueles criaturas, no lo hare por oro, aunque no lo despreciare si me lo regalan, ni por fama aunque agradezca que me elogien por mi heroicidad, ni por trabajo aunque alguien me contrate por mi valía, yo solo busco paz para todos y para mi, sobre todo, paz y tranquilidad, hay que acabar con este mal, en fin, veré que puedo hacer... palpo mi varita en mi cinto y la saco preparada para lanzar sobre las bestias inmundas mi magia...

Avanzo junto a Ugdush, Silbido y Bronas, no me fijo en ellos, estoy concentrada implorando a Mystra que me ayude y sea generosa con mi magia, preparada para usar mi varita contra los cienpiés, lanzaré contra ellos Rociada de color con cuidado de que no se me acerquen, y lo lanzare, por supuesto, lo mas lejos posible de los que están luchando contra ellos. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

cual es el radio de accion de Rociada de color?

se me olvido poner la dificultad... como la dificultad es 15 y he sacado un 13 pues es un Fracaso

no sé cual es mi modificador de iniciativa si es que lo tengo  (Editado)

bueno pues en Iniciativa obtengo 5+3= 8