Partida Rol por web

Kitsu caminaba cuando escucha y siente a Shiro, da un pequeño saltito y dice:

- Nada... nada muy importante... que aunque no tenga memoria si me he acordado de cómo usar mis poderes y me preguntaba qué clase de espíritu era antes porque no me ha dado miedo pelear y yo creía que me daría miedo pelear

Decía tímidamente mientras caminaba. Por fin llegan a un claro en donde descansarían un rato antes de ir a por el que estaba originando aquello, así que Kitsu se sienta para descansar, le convenía estar descansada ante lo que se acercaba

Al silencio de mi demonio le contesté con el mío. No hacía falta hablar, menos en un lugar peligroso.

Y así continuamos el camino hasta que Alastor dio el alto. Con calma, preparé algo sobre lo que poder sentarnos o tumbarnos y medité en silencio durante unos segundos. Finalmente, miré a mi demonio y rompí el silencio que nos unía.

—Y dime, demonio — comencé —, ¿tienes un nombre? Si es así, ¿cómo debería llamarte?

Algún nombre debería tener. Llamarla demonio era algo que consideraba despectivo, y aunque no se merecía nada mejor por mi parte... no me sentía cómoda llamándola siempre así. Además, sentía curiosidad por conocer su verdadero nombre, si es que tenía alguno.

En un momento inesperado Shiro se abalanzó encima de las dos espíritus. Alice estaba más relajada de lo que debía, por lo que el golpe de la chica casi la pone en un momento vergonzoso. ¿Podrías vigilar más? Estamos en una misión, podría haberte atacado si no te hubiese reconocido antes. Le dijo con enfado. No le gustaba nada que le distorsionasen esa línea de tranquilidad y que no pudiese matarlo.

Miró a Kitsu un poco sorprendida por su mentira, aunque no tardó en volver a su estado normal. ¿Porque no quería contárselo a Shiro? No le interesaba del todo, pero le había extrañado que habiendo sido tan amable con ella tuviese esa desconfianza.

El aire empezaba a ser más tóxico de lo que podía soportar Alice con cierta normalidad. Al llegar al claro, su humor había empeorado considerablemente. ¿Descansar? Si no han hecho nada

Kaiju asintió ante las palabras de Mitsuki.
Desconocía los espíritus que allí moraban y por ende debía ser más precavido.
Cuando hablo Alastor se mantuvo en silencio. Vigilando a la espera de que este regresará, esperando que no fueran emboscados en su ausencia.

Sacudio el morro varias veces, como si olfateara algo que no le gustaba pero finalmente miro hacia Akame. Sus ojos eran negros como si fueran totalmente vacios. Cuando finalmente abrio a boca para hablar, su voz era igual que como recordabas, cargada de ira, lejos de la figura que mostraba, tan dulce como una loba cariñosa. -No tengo...Los humanos me llaman de muchas maneras, pero no...esos no son nombres...

-O vamos Alice. Dijo un poco alegre mientras le daba un beso en la mejilla, automáticamente, claro, dio dos pasos hacia atrás no fuera que se le ocurriera la feliz idea de atacarla o volverse. Pero eso no lo podia hacer realmente. -Sabes perfectamente que no podrías hacerme nada de daño. Ni tampoco atacarme. Asi que no tengo que tener tanto cuidado como crees. Respondió divertida, mirando a su alrededor. -Ademas...creo que dentro de nada esto no va a estar tan tranquilo. Deberías también relajarte, después de todo los instintos de Alastor no están tan afinados como cree. Ya estamos en el centro del pantano, nos han ido engullendo poco a poco.

Axel sintió una fuerte palmada en la espalda capaz de sacarte las costillas de golpe. -Que te pasa flacucho? Pareces pensativo. Dijo su compañero con una larga sonrisa. -Venga animate, que el jefe tiene que estar muy nervioso por estar aquí. Seguro no lo decía a malas.

Miro a mi compañero y abro los ojos cuando me golpea. Solo me concentro, esto me da mala espina y creo que estamos cayendo en una trampa. Lo decía tan solo porque nos dejan descansar las criaturas y eso era malo.

Tu que piensas compañero?

Algunas conversaciones se iban dando entre los miembros del grupo, Kitsu por unos momentos se sintió un poco extraña con todos y como fuera de lugar ya que a fin de cuentas ella era un espíritu del que nadie sabía nada ni ella misma y llego la noche anterior, sentada en una roca donde estaba miraba con cierta envidia como Shiro y Alice hablaban en cierta forma podía verse que a pesar de la actitud que a veces mostraba Alice eran realmente cercanas y se preguntaba si alguna vez ella tuvo una relación así con alguien

—Entiendo.

Guardé silencio durante unos segundos mientras separaba mi mirada de ella y la centraba en el horizonte. Me imaginaba la clase de nombres con la que le habrían nombrado, no era difícil después de todo pues incluso yo la había llamado de muchas maneras no del todo amistosas. Y es que hay cosas que nadie puede olvidar ni perdonar fácilmente.

Pese a todo, ¿de qué me servía estar anclada en el pasado? ¿No sería momento de aparcar los sentimientos de venganza, tal como me recomendó Horu-sama?

—Bien, creo que es hora de que te demos un nombre digno — dije mientras volvía a mirarla. Mi rostro estaba totalmente serio, pero había un ligero tono amable en mi voz —. ¿Sabes? Tener un nombre es importante. Nos describe cómo somos y nos marca como algo presente. Sin nombre, no eres nadie. Así pues, debes elegir el nombre que más te guste y con el que más cómoda te puedas sentir. ¿Qué tal... Mirai? [Futuro] ¿O, quizá, Noa? [Esperanza] Tuya es la decisión, por supuesto. Siéntente libre de elegir otro nombre si lo prefieres.

Si pierdes la concentración acabarás en las garras de los demonios. Alice lanzó una mirada de odio a la chica, girándose bruscamente en dirección contraria, no muy lejos, claro, pero tampoco cerca . Que le recordase que estaba siendo controlada constantemente le molestaba, y mucho. Si no hubiese sido por las circunstancias, nunca habría aceptado estar con ella, es más, probablemente le hubiese gustado cortar esas coletas suyas. Pero de momento solo podía soportar a aquel ser vivo, así que tenía que buscar una manera de que sus comentarios no le sacasen de quicio.

-No lo se muchacho, la verdad es que no se muy bien que pensar. Mis músculos parecen tensarse cada vez que doy un paso, si que deberíamos ponernos en marcha cuanto antes es como….si me estuvieran observando… Dijo Braum esta vez mirando a su alrededor, un poco nervioso sin apartarse de Axel.

-Nosotros... Comenzó a decir mientras algo llamaba su atención, sus orejas se tensaron mientras sus ojos de un color carmesí parecían que brillaban, su boca volvió a separarse para formar una mandíbula afilada. -Usamos...los nombres que los humanos nos dan...sombra...muerte....maldita...asesina...violencia...ira...descontrol... Los ojos volvieron a mirar a Akame. -Odio… Con cual prefieres llamarme?

Esas fueron sus ultimas palabras antes de abalanzarse contra Akame, tirándola al suelo, pero aunque algunos se pusieron en guardia para atacarla, otros vieron algo diferente….

-Lo..lamento... Dijo Kaiju mientras escupía un buen chorro de sangre por su boca, su cuerpo estaba un poco mas adelantado del cuerpo de Mitsuki, la cual lo único que pudo hacer fue pasar la mano por su mejilla de manera cariñosa mientras el cuerpo de Kaiju se iba difuminando poco a poco.

Un largo tentáculo, parecido a una garra había atravesado el pecho de Kaiju, antes de que llegara a su objetivo, su invocadora. Si el demonio de Akame no la hubiera apartado, hubiera sido ella la caída. Como si estuviera formado de ese elemento, el cuerpo de Kaiju se convirtió en una estatua de piedra que se deshizo en mil pedazos al retroceder el tentáculo. -Ojala...hubiera tenido mas tiempo... Susurro Mitsuki con una lagrima en sus ojos, aun cerrados, para dirigirse a la criatura que lo había hecho.

-Como os dije...estábamos siendo tragadas. Informo Shiro mientras se rodeaba de una aura blanca. De los bordes del pantano salieron largos tentáculos con una especie de aguijón en la punta, probablemente tendrían unos cinco metros de altura y unos dos de anchura. Ademas de que parecía rezumar un miasma de lo mas toxico, eso seria seguramente lo que mataría a Kaiju de un solo golpe. Alastor comenzó a dar las ordenes pertinentes, obligando a sus soldados a defender a las invocadoras. -Vamos!! En formación!!

Por si fuera poco, del suelo comenzaron a salir unas figuras pantanosas, parecidas a los fantasmas cuando están de pie, un sello maldito estaba dibujado en su frente, controlado por los espíritus del pantano. -Rápido!! Nosotros nos encargaremos del grande, ocupaos de los pequeños!! Informo Alastor mientras cargaba espada en mano.

Fue todo tan rápido, un espíritu se convirtió en piedra y se esfumo en el aire. Su invocadora sintió esa perdida y pude ver su dolor. Maldito... Saque un poco de papel y escribi unas letras. Ahora si. Fire arrow. Una flecha se dirigió a una abominación.

Todo fue cuestión de segundos. De estar a punto de contestar a mi espíritu a notar como ésta se abalanzaba hacia mí arrollándome; pero no era para dañarme, no... El día anterior había visto el odio en sus ojos de quien desea despedazar a su rival, y no, esta vez no era aquella mirada la que había en su rostro.

El gemido de Kaiju fue el primer aviso que tuve, luego la aparición de los tentáculos y de las enormes figuras con el sello en la frente.

—Maldición — exclamé al tiempo que me levantaba y echaba mano a mis sellos —. Gracias...

La última palabra se la dediqué a mi espíritu. Sin ella, yo hubiera sido la que hubiera desaparecido en lugar de Kaiju. Me sabía mal por él, pero pensaba vengarle. Sumida en una profunda determinación, cerré los ojos y comencé a grabar en el papel el kanji del trueno, pero no iba dirigido a las abominaciones que venían hacia nosotros, sino a los tentáculos del pantano.

Lo que vio sorprendió a Kitsu enormemente, no pudo evitar un grito ahogado cuando el espíritu fue destruido, en parte le hizo darse cuenta que ella misma también podía desaparecer y eso sí que le asusto, le asusto de hecho mucho y no pudo evitar dar un paso hacia atrás mientras negaba con la cabeza. La situación allí se había complicado enormemente, realmente no quería desaparecer, no al menos hasta saber realmente quien era, tenía que saber quién era.

Todos empezaban a reaccionar y ella no podía ser menos, por lo que suspira, estaba temblando porque tenía miedo, pero tenía que actuar, cierra los ojos unos momentos y mueve sus manos, en ese momento sus uñas se hacen más largas, como si fueran unas largas uñas, con fuerza Kitsu mueve las manos como cortando en el aire y termina lanzando unas cuchillas de fuego en dirección a la abominación