Partida Rol por web

Lo de los ataques de oportunidad es sencillo: las acciones de oportunidad se realizan sólo en el turno de los oponentes, y sólo una vez por cada uno de dichos turnos. Es decir, que sí, que sólo le pegas una vez a cada uno

La tormenta seguía golpeando con furia contra el drakkar de Wolwyff y los suyos. Ambos gigantes de piel gelatinosa y verde se mantenían a ambos lados del barco entablando fiero combate contra los hombres del mar.

El troll de la proa lanzó un tajo que corto la cara y rasgo la armadura de preciosa construcción del norteño conocido como Wolwyff. Oliendo la sangre, el scrag sonrió con sus dientes pequeños afilados y amarillos. Entonces una nueva ráfaga de proyectiles mágicos golpeó la espalda de la criatura, recordándola que ese maldito elfo seguía en la punta del barco con su endemoniada y molesta magia. Entonces, una nueva flecha de Fingon se clavó en su pecho, donde ya estaban alojadas otras tres. Pero la criatura no parecía notarlo, su increíble capacidad regeneradora hacia que fueran una simple molestia. Al barco zozobró pues solo era mantenido en la dirección correcta por tres valientes norteños. El troll se tambaleó y Wolwyff le atravesó el pecho con su espada, congelándose el corte rápidamente. El demonio del mar cayó en cubierta, y los norteños dirigieron la mirada al otro lado del barco.

Bewin disparó una flecha que cruzó la cubierta rozando la dura piel del Scrag mas grande que habían visto nunca. Erik aprovechó la muerte del troll de proa para correr hasta la criatura. Mientras, Eigil, que junto a Aidan y Zenram rodaban al troll, descargó su cimitarra contra la rodilla de este. Pero el corte resbaló en el hueso. A punto estuvo de partirse la hoja.
El troll marino todavía sangraba en la corva de la rodilla gracias al asqueroso enano, pensaba. Y con ira y malevolencia descargó su garra contra este. Que cortó incluso a través de la armadura, y este se tambaleó un segundo. Que era lo que necesitaba el troll para lanzar un segundo ataque, que golpeó el enano desde el ángulo contrario.
Todos sabían que el enano era duro, pero este último golpe le había dolido.

Aidal descargó sus armas, que hicieron cortes en la piel del troll, pero no podían pararle lo suficiente. Zenram gruñó al levantar su espada y descargar el mayor golpe de su vida. Pero el troll le apartó la espada, antes de que golpeara.
Heidal murmura maldiciones, pero no solo mágicas, porque el bamboleo del barco y la torrencial lluvia, no le permitían concentrarse y visualizar al enemigo.

El combate continuaba, la lluvia no paraba, y las heridas del Scrag que tanto sudor costaban se iban regenerando, poco a poco. En la proa, el ojo amarillo del troll atravesado por Wolwyff se volvió a abrir. Y su dientes amarillos reaparecieron en su malvada sonrisa.

El enano se duele del golpe del monstruo pero rapidamente se prepara para atacar de nuevo.No sin antes lanzarse una curacion para acabar golpeandole con Sacred Flame divine.

Wolwyff, que había parado un instante para tomar aliento, ve como se abre el ojo del troll sobre la cubierta, y un gesto entre ira y sorpresa se aprecia en su cara. Frunciendo el ceño y gritando como un loco, enarbola su témpano con ambas manos, y lanza un ataque con todas sus fuerzas sobre el pecho del troll, con intención no solo de atravesarle el cuerpo, sino de dejarle clavado a la cubierta del buque. Una buena cuarta de acero en madera de roble y además congelado, deberían dejarlo algo clavado. Un grito general de "Abrasadlo!!!" se escucha a través de la tormenta.

Una vez clavado a la cubierta, Wolwyff suelta su espada y corre a por el Troll que está machacando a Gardar, cargando contra él como un ariete de músculo norteño contra sus piernas. Su intención, derribarlo al suelo!!!

CORRECCIÓN: "...una vez atravesado el pecho de la criatura y el piso, Wolwyff concentra su propia voluntad par convertir todo el daño de su arma en daño por frío (así va congelando y congelando, y congelando... quizá hasta que se quede atrapado el Troll, o hasta que le quemen un poquito). Wolwyff grita imperiosamente que alguien abrase a esa criatura "Halga, Heldeif, quemadlo!!!"

El paladin recibe el tremendo impacto en pleno pecho, el golpe es tan fuerte que el guerrero sale disparado fuera del barco con apenas el tiempo suficiente para soltar su espada en cubierta y hacer lo posible por sujetarse... El sudor corre por su frente al darse cuenta que si llega a caer al agua se ahogara sin remedio debido al peso de su armadura, como puede el paladín estira sus brazos tanto como se lo permiten sus articulaciones y músculos y logra sujetarse apenas por pura surte de la quilla de la embarcación...

El paladín intenta subir usando toda su fuerza mas no es suficiente, el peso de su armadura es demasiado, esta a punto de caer y parece que sera capas de hacer muy poco... Alguien que me de una mano aquí!!!!!!

Me lanzo un escudo de la fe y voy a evitar o amortiguar la caida de Zenram o ayudarle a incorporarse rapidamente para seguir combatiendo.

El barco zozobraba sobre las violentas olas del mar. Sobre cubierta, el combate se desarrollaba virulento y brutal. Wolwyff, el guerrero del norte, se giro a la Popa del barco buscando el último enemigo.
Detrás, el ojo amarillo sangriento del troll se abrió rápidamente y de un salto se levantó tras el capitán del Temerario. Basiliskadiel gritó desde la proa para avisarle, pero el garrazo fue mas rápido. Las garras le cruzaron la espalda y Wolwyff se tambaleo. El trueno relampagueo mientras el guerrero se giraba, para poder ver a su enemigo, a través del pelo mojado y enmarañado. Su mirada destilaba odio, y furia. Invocando a Tempus, el dios de la guerra lanzó un tajo que desequilibró al troll haciéndolo caer en cubierta. Y con un grito nacido de la rabia atravesó el pecho de troll anclándolo a la cubierta. El rugido de dolor de la bestia fue acompañado de una patada que lanzó al guerrero atrás. Basil murmuraba en el lenguaje de la magia. Entonces, como si no tuviera un metro de espada anclada al pecho, el troll agarró con ambas manos el arma para extraérsela, cuando del mismo cielo cayó una llamarada de fuego mágico. La carne se socarró y apergaminó mientras el demonio gritaba de espanto y dolor. A los pocos segundos, la lluvia apagó el fuego y la estatua de carbón se quedó inmóvil en cubierta.

Las flechas de Bewin y Fingon surcaron la cubierta hasta el torso del gran Scrag del mar en la popa. Donde quedaron empaladas inofensivamente. Heidal murmuraba maldiciones y odios preternaturales contra la bestia. Pero la lluvia y los relámpagos no le dejaban concentrar su magia, y se le escapaba entre los dedos inofensiva. Eigil lanzaba tajos y cortes contra su enemigo, y las heridas parecían estar haciendo efecto, a la criatura le costaba mas regenerarse. Para colofón, Aidan lanzó dos tajos cruzados sobre el muslo derecho, y la sangre saltó a borbotones. Zenram levantó su espada para cortarle la pierna a su enemigo, pero previéndolo, el gran Scrag le lanzó una patada en mitad del pecho que lo lanzó contra la borda. En un alarde de rapidez soltó la espada, y se agarró a la baranda, resbalando peligrosamente hacia abajo por el peso de la armadura. Gardar comprendió el destino fatal del paladín y empuñando con fuerza el martillo de su dios, lo invocó.
-Moradin, dios de los enanos y los forjadores, se escudo protector para vencer a mi enemigo.-
Y se lanzó contra la baranda para sujetar al paladín. El demonio del mar vio la espalda descubierta del enano y aprovechó para rasgarle la espalda y la armadura de un zarpazo. Pero aguantando con furia, el estoico enano agarró con firmeza al paladín que ya resbalaba al fondo del océano. La sangre resbalaba entre los anillos de acero de la armadura del enano, y despacio lo iban debilitando. Tras él, el druida de los hombres del norte observaba contrariado a la criatura que todavía aguantaba en pie frente a los héroes de las Moonshae.
-No será hoy cuando el enano muera a manos de un Scrag. ¡Madre tierra!, se sabia vital y agua de vida, sana, cura, revive...- Sosteniendo el cayado apuntando al clérigo enano, las heridas se cerraron rápidamente, y la sangre dejó de manar. El enano retomó con furia el sacar a su compañero de las garras del mar. Entonces el capitán de los Ffolk, ocupó el puesto del enano y con un certero tajo, hizo sangrar al demonio por el brazo.