Partida Rol por web

John trató de alcanzar la entrada del pasillo que llevaba al ala de invitados, pero las armas, los cuerpos y algún que otro elemento sobrenatural volaban por la sala por doquier, poniéndosele constantemente en medio. Así que el joven político no fue capaz de alcanzar la puerta, por mucho que lo intentaba, siempre aparecía algo que lo hacía desviarse de su camino, dejándolo a merced de los posibles ataques...

Aarón, por su parte, se cansó del tiempo que estaban tardando. Se detuvo un momento, se concentró; quien se fijara bien, habría podido observar que se puso más pálido de lo que ya estaba realmente. Entonces, de pronto, comenzó a correr y desapareció... y fue en ese momento cuando algunos enemigos comenzaron a caer con las gargantas seccionadas, uno tras otro, sin saber muy bien qué les había sucedido. 

Rafael y Andêl se separaron un momento en el centro de la sala. Ambos levantaron los brazos al mismo tiempo y ambos saltaron con agilidad, cada uno hacia el lado opuesto. El Tremere, entonces, levantó una mano y de su puño cerrado salió disparada una bola de fuego que Ashriel, sin embargo, esquivó con facilidad. Entonces, de pronto, éste saltó y se colocó frente a su antiguo conocido, mirándolo fijamente a los ojos con los suyos brillando de manera extraña. Lo pilló desprevenido, el Tremere dejó escapar un agudo gemido y, repentinamente, se detuvo por completo su cuerpo, al igual que el de Rafael y ambos se quedaron mirando fijamente el uno al otro, sin moverse, con los ojos opacos. 

-¿Qué les ha pasado? -preguntó Yamir a quien le pudiese responder...

Estan en la umbra!!! Estan luchando en la umbra, ya lo he visto antes, que mania de combate tan peligroso, deberíamos destruir el cuerpo físico de Andel...,responde John a Yamir!!!

Isaac oye el comentario de John y eso dispara su memoria eidética. Había leído acerca de la umbra y lo consideraba poco menos que supersticiones. Ahora ante el comentario de John se asombra que en medio de una batalla los dos contendientes hayan sido capaces de atravesar la Celosía. Soy como un niño, todo es muy nuevo para mi.

El pensamiento apenas había durado un instante. De forma instintiva Isaac golpea su arma intentando desencasquillarla. Lo consigue y el arma queda lista para disparar.

A la vez que golpea el arma, intenta perseguir al grupo que sigue por el pasillo de invitados, pero con el caos desatado le es muy dificil avanzar.

La situación comenzaba a cambiar. Ni a John ni a Isaac les estaba siendo posible alcanzar el pasillo de invitados y el Tremere y Rafael continuaban estáticos en la misma posición, pero parecía que en la sala algunos comenzaban a tener las de ganar. 

La flecha que Víctor había disparado no dio de lleno en la cainita que lo atacaba pues ésta lo vio venir y reaccionó a tiempo. Sin embargo, no fue lo suficientemente rápida y sí le rozó el brazo que tenía levantado, lo cual fue suficentemente doloroso como para desconcentrarla y la figura fantasmagórica que estaba a punto de lanzarse sobre el neonato se volatilizó al instante. Enfadada, la Giovanni, pues no era otra cosa, volvió a intentarlo y se concentró para lanzar otro ataque, la próxima vez, por lo que parecía decir su rostro, más fuerte y contundente. 

El vástago Tzimisce que se había vuelto a librar por los pelos del ataque de Jack continuaba como ido, embobado, mirando fijamente al joven a los ojos; su cabeza se movía ligeramente a un lado y al otro, de manera casi imperceptible, como si siguiera una lenta cadencia que sólo él escuchaba. 

AL otro lado de la estancia, uno de los restantes supervivientes enemigos escuchó las palabra de John y, de pronto, se le iluminó el rostro. Se olvidó momentáneamente del joven y se volvió hacia el centro de la sala, dispuesto a atravesar a Rafael ahora que estaba desprevenido con una improvisada astilla afilada. 

John pudo percatarse de las intenciones del cainita, que para el momento, era el contrincante de Jack, le había dado la espalda lo que le daba un ataque de oportunidad sencillo a Jack, tras esto apenas podía ver a Azara por lo rápido que esta bailaba alrededor de la sala y le grito Azara, protege a Rafael, no dejes que lo jodaaaaaaannnn! Y alguien que por favor se encargue de Andel que esta como fruta en nido de pichones!!!

Mierda no puede ser que necesite dar ordenes tan sencillas y todavía tengo que llegar hasta Lola!!!

Viendo como la figura se desvanecía, suspiro de alivio. Pero ese alivio no me dura mucho, veo como se vuelve a levantar y se prepara para otro ataque.

Sin embargo, veo, o mas bien noto, algo más. Como una vorágine de...algo proveniente del interior de la cainita, a pesar de la distancia parece como si pudiera tocarlo, pero no con las manos.

Decido darle un intento, me concentro y mentalmente, pego un empujón a esa vorágine.

Maeve y su abuela acabaron con los últimos enemigos de un golpe conjunto, lanzándolos a ambos uno contra el otro, como sólo dos Malkavian sabrían hacer. Entonces se miraron, Ángela asintió y Maeve salió corriendo pasillo adelante, en dirección al ala de invitados. La Guardiana del Elíseo, entonces, se volvió y, sin despegar los labios, les dijo a todos en la sala:

"Aquí ya está todo más o menos controlado, ¡fuera están teniendo más problemas! ¡Todo el que pueda, que vaya a la entrada del Café!".

Azara, por su parte, había saltado al círculo central sin necesidad de que John se lo recordara y cercenaba en ese momento la cabeza del cainita que avanzaba en dirección a Rafael. Acto seguido se giró para asestarle también el golpe mortal a Andêl, pero no le dio tiempo. En el mismo momento en que ella volvía, una fuerte pulsación sacudió la sala, lanzándolos a ella y a los dos estáticos contendientes hacia atrás, en direcciones opuestas, como si una bola de gravedad invertida hubiese estallado en el centro de la sala. Aquello hizo que ambos saliesen de la Umbra de nuevo y volvieran a la realidad.

Rafael se levantó de un salto y se puso en guardia, con una agilidad de la que la de su -al parecer- viejo amigo, no tenía nada que envidiar. 

-¿Por qué? -fue lo único que se vio capaz de pronunciar. 

Aunque su rostro se apreciaba sereno, en su mirada se podía observar preocupación. El otro cainita sólo se encogió de hombros y, de pronto, se dio la vuelta y se marchó, atravesando la oscuridad de John que aprovechó para esconderse, en dirección al pasillo de entrada. 

El cainita que tenía Jack delante continuaba embobado con sus ojos, meciéndose tontamente de un lado para otro. John había logrado quitarse de encima a algunos de los atacantes y estaba unos pasos más cerca de la entrada del pasillo que daba al ala de invitados, al igual que Isaac. Víctor, por su parte, experimentaba con sus nuevos poderes, de tal suerte que el resultado no fue otro sino que la cainita que tenía enfrente se tambaleó de pronto, sin saber muy bien por qué ese miedo que había sentido por un instante cuando la flecha la había rozado no sólo no la abandonaba, sino que aumentaba hasta límites insospechados... presa del desconcierto, la mujer no reaccionó. 

Verónica llegó corriendo -huelga decir que mucho más rápido de lo que se hubiera imaginado y muchas veces atajando por tejadillos y edificios en obras- a una calle bastante conocida: Recoletos. Pasó por Cibeles, luego frente a la Biblioteca Nacional y, finalmente, se acercó a la zona peatonal que había enfrente del Gran Café de Gijón... aquella zona era un caos: una multitud de figuras más rápidas de lo normal bailaban una macabra danza de luces y sombras. Con diversas habilidades tanto físicas como sobrenaturales se atacaban unos a otros, desatando el caos en el lugar. Verónica se horrorizó.

-¡La Mascarada! -murmuró... sí, le habían hablado de ella y, evidentemente, allí estaba rota por completo...

-Tranquila, nos estamos encargando nosotros de eso -dijo de pronto Schröedinger, que pasaba por su lado, levantando las manos hacia delante-, vaya, acabo de tener un dejá vú... -añadió, pensativo y con curiosidad.

El resultado de su acción -aparentemente sin importancia- fue que unos pocos transeúntes que casualmente pasaban por ahí, salían volando y terminaban muchos metros más atrás, delante de Briggitt, que los tocó y, de ponto, se dieron la vuelta y se marcharon corriendo.

-Brig se está encargando de sus cabezas... -aclaró el hombre, riéndose, como si aquello fuera realmente divertido- ...y de eso... -añadió, señalando al cielo. 

Sobre sus propias cabezas pudo percatarse, si se fijaba bien, de que había una especie de cúpula traslúcida que abarcaba más o menos una manzana, con el Café Gijón en su punto central. 

La joven Toeador sonrió, asintiendo con la cabeza cuando lo vio; entonces, al girar la cabeza, vio a la mismísima Príncipe, de cuyas manos sobresalían garras y cuyos colmillos eran afilados como los de un lobo, que saltaba sobre un par de enemigos al mismo tiempo y desgarraba piel, músculos y tendones al mismo tiempo en los cuellos de ambos. 

Vio también al Senescal que, sin embargo, empuñaba un arma de fuego que estaba utilizando con absoluta maestría. Daba en el blanco cada vez que apuntaba y nunca creaba fuego amigo. 

Continuó corriendo y se detuvo de golpe al llegar a la entrada del local: estaba destrozada, como si hubiera habido una explosión. Y, sin embargo, dudó si entrar o no, parecía que fuera también necesitaban algo de ayuda... y no localizó a ninguno de sus compañeros por allí. 

Isaac no había podido avanzar por el pasillo de invitados cuando recibió la orden telepática de Ángela.

Decidió hacer caso de la misma y se giró para volverse hacia la entrada del Elíseo, con la pistola preparada.

John había logrado avanzar lentamente a través de los enemigos, cortando todos aquellos que se acercaban a este con las afiladas espadas que le habían sido concedidas tras su último enfrentamiento, Angela y Maeve se habían encargado efectivamente de controlar la situación dentro de la sala por lo que la preocupación en esta ya era menor, sin embargo, Lola, aún seguía sin ayuda, al menos eso hasta el momento en que vio a Maeve pasar como un relámpago hacía la sala de invitados, luego de ello John voltea hacía la Guardiana y es cuando siente su voz en la mente invocando la ayuda en la entrada del Elíseo, aspirando el mensaje no sea en un solo sentido piensa hacía ella por favor no dejes sola a Lola mientras intercepta su mirada.

Con algo de temor dentro de sí por su Sire, más aún confiando en las habilidades de la misma, la guardiana y quien hasta ahora se había demostrado muy útil en batalla Maeve, cambia su norte hacía la entrada al Café al tiempo que logra ver como Andel aprovecha las sombras en el pasillo para ocultarse y huir Ni que fuera tan fácil desgraciado!!! pensó al momento que se percata de ello.

Isaac que por su parte había empezado a correr hacía el pasillo, ralentiza un poco el paso al entrar en las sombras debido a la dificultad que estas suponen para desplazarse, sin embargo John emprende su carrera y logra adelantarlo al mismo tiempo que literalmente se traga dentro de sí la nube de sombras que había creado, esquivando con gran habilidad los cuerpos caídos y demás obstáculos en el pasillo para así llegar al punto donde su ayuda era requerida...

Isaac yo iré delante, cubreme por favor...! decía mientras pasaba al lado del compañero Tremere...

Isaac vió pasar a John como una exhalación a su lado. Apenas pudo asentir mientras le seguía con la pistola cargada.

Verónica dudó en entrar, parecía que afuera la necesitaban pero tenía la información que le había dado Jordi y quería compartirla antes de ponerse a pelear por si le pasaba algo. Decidió que la persona mas idónea era Rafael ya que él con su poder podría transmitirlo mentalmente. Se acerca a Schröedinger y le pregunta ¿sabes dónde está Rafael? Tengo una información muy valiosa y tengo que dársela antes de ayudaros Mientras lo preguntaba se puso en posición de ataque por si le venían a atacar...nunca se sabe que poderes puede haber cerca y si alguien había escuchado la conversación igual se había convertido en el próximo blanco.

-Está dentro -respondió el Eterita antes de salir corriendo para interceptar a un grupo de transeúntes que más bien parecían jóvenes borrachos viendo una peli de acción, que habían entrado dentro de la esfera. 

Verónica se giró hacia la puerta del Elíseo que le quedaba cerca, justo en el momento de ver salir a un individuo que corría en dirección al extremo de la calle, como si huyera de algo. El cainita se fijó en ella unos instantes y la joven pudo apreciar unos eternos ojos azul intenso, pero cuando ya pensaba que la atacaría, se dio la vuelta y desapareció en dirección a Cibeles. 

Unos segundos después emergieron por la misma entrada destrozada del local John e Isaac, de tal suerte que el primero, que iba delante, chocó con Verónica que estaba dispuesta a entrar para encontrar a Rafael. 

John e Isaac pudieron apreciar que se había armado un buen jaleo ahí fuera. La Príncipe luchaba con garras y dientes -literalmente- como si los años que aparentaba su físico no hiciesen mella alguna en ella. Algunos de los Vigilantes de Aarón habían llegado también a la escena, ninguno de ellos sabía muy bien cómo, y también trataban de bloquear el camino al interior, cuya puerta estaba ahora destrozada, y los dos magos, el Eterita y la Akhásika, estaban también allí, ayudando a pelear. 

Tras chocar con Verónica John se incorpora y ayuda con la misma a esta a incorporarse, ya de pie piensa valdrá la pena seguirle la pista solos? Si Rafael no pudo con él, muy poco podríamos hacer nosotros que estamos recién abrazados, creo que más útiles seríamos aquí, ojala Dane estuviera cerca, de seguro él si lo destroza, luego voltea y mira a la Príncipe con grandes colmillos y garras Vaya pero que bella pensó para sí al verla.

Debíamos idear un plan rápido para evitar un poco la ofensiva por lo que sin dudar John continua con sus espadas para ayudar a los magos quienes de acuerdo a su percepción era el grupo más delicado por aún estar vivos, en efecto se acerca justo a tiempo pues por la espalda de los mismos llegaban 2 enemigos a los que pudo llegarles simultaneamente empalando el corazón de cada uno con sus espadas y luego hábilmente abriendolos a la mitad como si se tratarán de latas de atún...

Bienvenidos... les dice...