Partida Rol por web

Grok, ve una lucecita en el interior de su cabecita que le lleva directamente a tener una idea genial: tratar de hacerse con los papeles que hay encima de la mesa. Sin embargo, a pesar de su arriesgada y valiente hazaña, en un último momento, Grok se queda observando fijamente la bonita letra de los papeles, la tinta recorre armoniosamente su superficie dibujando formas caprichosas y bonitas curvas sobre un fondo blanco.

Por un momento Grok parece del todo ausente. Sin embargo, cuando vuelve en sí, un miembro del equipo humano está escondiendo rápidamente los papeles debajo de la mesa, con prisa. Sin demasiado cuidado.

Morg'n'Thorg no parece muy sorprendido de la presencia de Grok en la mesa (incluso diríais que muestra una media sonrisa). Sin embargo los humanos que se sientan ante él parecen algo nerviosos. No os parece extraño, se diría que son lo que se conoce como "carne fresca".

El temible ogro baja su mirada hacia el pequeño Napi.

- Disculpe pero no le recuerdo muy bien. Tampoco recuerdo esa apuesta de la que me habla puesto que no soy poseedor del castillo del que me habla. Si tiene a bien contarme más detalles de dicho encuentro quizás recuerde la memoria. Por cierto, ¿ese troll viene con usted?

Napi y Grok parecían haberse quedado plantados delante del famoso ogro de los Reikland Reavers y ahora quizás de los Marienburg Dolphins, mientras los humanos se afanaban por esconder los papeles aquellos dos no hacían nada...

Buark había perdido de vista a Trikki entre la gente mientras observaba la escena de los papeles así que dejó el cenicero sobre la mesa junto al plato.

- ¡Plato! - musitó incrédulo - ¡Graciaz Entrenadoz!

El lanzador apenas había tocado su comida y en su plato había un grasiento y frío muslo de jabalí que Grok y Gorkul no habían conseguido quitarle. Así que Buark no lo pensó dos veces, cogió el muslo por el hueso y lo lanzó entrecerrando el ojo por encima de las mesas contra las manos del humano de los papeles.

Con un poco de suerte lograría distraerle y darle una oportunidad a Napi, con algo más de suerte, la grasa empeparía y estropearía los papeles y aún mejor, si era la voluntad del Entrenador Grok se abalanzaría sobre la carne e incluso revañaría la grasa de los papeles junto con las manos de aquellos que los intentaran sostener.

Se puso en pie y arrojó con fuerza el muslo lo que provocó, a pesar del crujido de sus nudillos, un lanzamiento bastante pasable.

Casi todos los miembros destacables del equipo estaban afrontando la situación con la que se encontraban... Si hasta el gobo que no se callaba estaba haciendo algo ¡y que Krakka no se atreviera! ¡No se diría tal cosa del orko!

Con un ademán, el blitzer se levantó de su banca y comenzó a andar hacia el lugar donde los Marienburg Dolphins. A mitad de camino, un muslo de pollo pasó volando por delante de la cara de Krakka, pero el orko iba demasiado "concentrado" como para detenerse o juzgar en lo que se estaba metiendo. Cuando pudiera haberse acercado a alguno de los integrantes de los Dolphins, ni siquiera se fijó en si eran los que poseían los extraños papeles, el orko increpó a su desafortunado interlocutor.

- ¡Eh! Yo me akuerdo de ti... ¡Tú erez eze que ze cayó zobre el árbitro haze doze partidoz! ¡Me arruinazte una racha de placajez, y tienez el valor de venir akí a mi cara! - farfulló el orko violando totalmente el espacio y la zona de confort del humano más cercano.

A Napi no le interesaban los papeles, ni los humanos, ni nada parecido; Le habían hecho una pregunta. Es mas, se la había hecho el mismísimo Morg'n'thorg. No solo era libre de contar mas batallitas, era incitado a ello por la mayor estrella del momento.

"Zi, zi, el troll ez uno de miz lacayoz, no le hagaz cazo... Te refrezcare la memoria... quizá te acuerdez de la ultima jugada del partido... Íbamos empatadoz a 5 y zolo tu y yo quedabamoz en el campo para nueztro equipo, contra 15 de loz guerreroz del caoz de loz bucaneroz. Teniaz la pelota pero eztabas rodeado por la mayoria de loz rivalez, azi que tuve que correr y apartarte a 3 de loz caoticoz con un placaje para que tuviezez vía libre, pero en eze momento loz magoz rivalez invocaron a un devorador de almaz para que detuvieze tu carrera..." Napi se paró para coger aire y continuar con su historia, cada vez más inverosímil.

La confusión se ha cernido sobre la mesa humana. No saben de qué manera un troll se ha acercado a la misma, acompañado de un goblin poarlanchín y un robusto orco. Y para hacerlo más complejo todavía un hueso de pollo ha volado por los aires impactando en la mano del blitzer humano. Aunque por el momento no parecen demasiado confiados con el grupo de pielesverde, se miran entre ellos con cara de circunstancias sin saber muy bien qué hacer a continuación.

Buark puede crear ahora un aspecto

El blitzer humano que portaba los papeles tiene ahora el aspecto: manos llenas de grasa

Lo que me sugiere:

"manos llenas de deliciosa grasa" para el apetito de Grok

"manos demasiado resbaladizas" para las rápidas manos de Napi

"manos con las que es difícil detener los puñetazos de nadie" para Krakka

Grok se dispuso a coger el contrato, relamiéndose mientras se imaginaba lo delicioso, que debían de estar aquellos papeles, cuando se fijó en las palabras escritas sobre estos. Una caligrafía "exquisita“, con letras dispuestas con mucho "gusto“. Su pequeño cerebro se centró en estos pensamientos y se olvido por unos instantes de la razón, que le había llevado hasta allí. Fue entonces, que un muslo de jabalí cayó del cielo. Grok saco su propia conclusión de todo aquello. Esos papeles eran mágicos y hacían llover comida. Aquello valía más que la final de mañana. Grok debía de hacerse con aquel manuscrito.

Pero ¿donde estaban ahora los papeles? Uno de los jugadores del equipo humano se le había adelantado y se había hecho con el contrato. Y además se quería llevar aquel delicioso muslito.

Cerrando el puño y usándolo como si fuera una maza, Grok lanzó un golpe contra la mesa para que los papeles cayeran al suelo y hacerse con ellos.

Gork da un golpe seco en la mesa que cruje ante el peso del temible puño. Los vasos tiemblan, derraman parte de su contenido (hecho que parece no agradar un ápice al temible ogro Morg'n'Thorg). Los dos humanos parecen algo espantados ante el arrebato del troll pero tampoco mueven un solo músculo, quizás por la impresión o quizás por orgullo.

Lo que sí es seguro es que un golpe seco en una taberna repleta de entusiastas seguidores de Blood Bowl todo el mundo sabe qué significa. Significa tumulto.

El lanzador oyó, más que vió, como el troll golpeaba la mesa de los humanos. - Mala idea - pensó. Pero con los trolls ya se sabe y Grok no era precisamente un genio dentro de su raza. Aquello iba a preparar un buen barullo. Tenían que actuar rápido o Morg prepararía en la taberna la misma carnicería que habían querido evitar en el campo al día siguiente.

- Tienes razón, tienes razón - respondió al Entrenador - quizás decida no meterse, en especial si aún no ha firmado nada - dirigió al Entrenador una sonrisa medio desdentada.

El lanzador se levantó de la mesa con un crijido de sus rodillas y se dirigió hacia la puerta de la taberna, evitando el centro de ésta, donde se estaba armando mucho barullo. Antes, cuando aún era blitzer, se hubiera lanzado de cabeza hacia el follón, pero las articulaciones doloridas le decían que era mejor evitar los puños de Morg y centrarse en atrapar al escurridizo humano que pretendiera escapar con los papeles, además, con un poco de suerte Trikki estaría camino de la puerta y podría obligarle a montar guardia con él bajo la amenaza de romperle la cabeza a base de capones si no lo hacía.

Con el golpe a la mesa del troll el ruido se convirtió en tumulto, y el ambiente se cargó de esa tensión tan placentera que solo las mejores tabernas y los partidos de Blood Bowl tiene, y esa es una oportunidad que no puede rechazarse.

- ¡Eh tú! - gritó Krakka mientras increpaba al humano que escondía los papeles bajo la mesa. - ¡Zi el troll kiere komer papelez, el troll kome papelez o te kome a ti! - concluyó justo antes de lanzar uno de sus Cabezazos Krakka^TM a la frente del humano.

Napi se tambalea sobre la mesa cuando Grok la golpea con su puño, siendo salpicado de cerveza. El goblin mira a la cara de Morg'n'thorg, y ve como parece empezar a enfurecerse. Mira también como Krakka se acerca con ganas de bronca y comprende que es momento de retirarse, saltando de la mesa por el lado mas despejado. 

El golpe hizo temblar la mesa, pero el humano consiguió de alguna manera sujetar con fuerza aquellos mágicos papeles y guardar cierta distancia del troll. Distancia suficiente para que éste no pudiera echarle mano. Pero el barullo que siguió en la taberna al puñetazo de Grok, le pondría las cosas difíciles para alejarse. Además sus compañeros habían venido a ayudar al troll y entre todos ya se encargarían de hacerse con esos pergaminos, que hacían llover comida.

Escuchó un gruñido tras de sí y se giró, para ver como el otro gigantón parecía empezar a enfadarse y Napi ponía tierra de por medio. Comprendió todo al momento. Napi había vuelto a hablar sin parar y a contar batallitas de las suyas, hasta que Morg perdió la paciencia. ¿Como se le ocurría molestar a un ogro, que claramente estaba a punto de comer algo rico? Si es que se buscaba el solo las broncas este Napi.
Entonces se le ocurrió un plan. Lo mejor sería ganarse a aquel grandullón para sus propósitos. Y, como los papeles eran mágicos, habría comida suficiente para ambos.

- Tu también hambre, ¿zi? Napi a vezez mozka cohonera, pero el no malo.

Miró al ogro cara a cara y volvió a dedicarle una sonrisa de complicidad. Sabía lo que significaba tener el estomago vacío y si Morg le ayudaba, estaba dispuesto a compartir con el parte del banquete.

- Tu ayudarme con papelez y noz comemoz mucho rico, ¿zi?

Grok estaba orgulloso de su elocuencia. Para él estaba claro, que aquella leyenda del BloodBowl (leyenda, que el troll sinceramente desconocía), formaría equipo con él para hacerse con esos pergaminos mágicos.

- ¿Se puede saber qué está pasando aquí? Quizás si se toman la molestia de exponer qué desean, podamos contestarles. Señor troll, tenga la amabilidad de no preguntarme estupideces, no suelo comer papel. En cuanto a sus amigos, ese goblin escurridizo que está despareciendo entre el gentío así como ese muchacho que está alzando la mano delante de mis compañeros de mesa, les sugiero que se tranquilicen. Habrán visto que esta taberna está llena de hinchas de los más variados equipos, incluso creo que hay elfos silvanos bailando ahí afuera, en la calle.

Gorkul se canso de ver el espectaculo desde la barrera y quiso saltar tambien al ruedo...

Se levanto de su asiento tirando la jarra de cerveza aun que en esta ya casi no quedaba liquido, se encamino hacia la barra apartando a todo lo que interrumpia su paso hasta llegar a donde se encontraba la accion

Que pasa aqui!? Te estan molestando estos gusanos Morg?

Grito Gorkul intentado centrar la atencion hacia el mientras sus compañeros acababan de robar o destruir el contrato

- Llamar gusanos a tus compañeros de equipo me parece una falta de respeto por tu parte.

-No sabia que los Ogros erais tan considerados y educados...en serio eres el verdadero Morg'n thorg?

Buark se estaba hartando de esperar junto a la puerta. Por allí no parecía que fuera a escapar ninguno de los humanos. Trikki no estaba muy lejos, porque aunque había salido huyendo del cenicero lanzado por Buark, su curiosidad le impedía alejarse de cualquier cosa que pudiera oler a problemas. Aquella taberna apestaba a problemas.

Así pues, cuando el goblin pasó junto al lanzador Buark le echó la mano al pescuezo y le dijo - tú te quedaz aqui conmigo. Zi uno de loz humanoz de los Dolfinz trata de zalir por aqui le vamoz a quitar... - iba a decir los papeles, pero aquello no haría quedarse al pequeño Trikki, así que terminó diciendo - hazta las últimaz monedas. Tienen muchaz coronaz Trikki - y le hizo un guiño al goblin, que no obstante, al ser tuerto quedó más como un parpadeo que como un gesto de complicidad.

Grok miró sorprendido al ogro. No entendía su reacción. Le había ofrecido compartir con él los mágicos pergaminos y este, en lugar de alegrarse, se cabreaba. No. Grok no lo entendía. - ¿A no zer ke…? - Levantó un dedo en dirección a Morg y frunciendo el ceño se dispuso a contestarle, pero, pensándoselo mejor, volvió a bajar la mano y a meditar la situación. - ¿Aunke quizá...? – Sí. Tenía que ser eso. Levantando de nuevo el dedo de manera inquisitoria para señalar al ogro, abrió su bocaza para preguntarle, pero volvió a pensárselo mejor. - ¿Y zi…? – No. No terminaba de entenderlo. Tenía que preguntarle.

- ¿Para ke zer papelez?