Partida Rol por web

Ignoró la mirada asesina de Max y escuchó las palabras de ambos. Se alegró de tener a esa panda pero tomó nota de la advertencia de Eliot. Sin mediar palabra asintió con seguridad y se fue a buscar a Max a su habitación.

- Oye, socio. - dijo desde la puerta, sin entrar - Creo que lo mejor para los dos sería que llamases a Kitty. Si no haces acto de presencia pronto igual sí que considera que la has cagado... -

- No te preocupes por el trabajo: si Eliot está con nosotros Chris y yo nos las podremos apañar con él. -

El motero le miró de reojo mientras se calzaba las botas tirando fuerte de la lengüeta para encajar el pie.

-Nah. Lo mejor es dejar que refunfuñe y se le pase la mala hostia. Si voy a su puerta ahora me va a tirar otro jarrón. -Se levantó enérgicamente alcanzando una camiseta del cajón-. La buscaré esta noche, no te preocupes.

Darryl suspiró maldiciendo para sus adentros. Tendría que atar en corto a Max entonces, pero creyó que eso sería más fácil. Sin decir nada más volvió a donde Eliot para alcanzarle antes de que Doggy volviera.

- No ha habido manera, tío. -  murmuró torciendo el gesto, mientras se encogía de hombros - Pero me encargaré de que no haga tonterías. -

- ¿Esperaremos a Christopher aquí? -

Eliot hizo una mueca pero asintió concediéndole ese voto de confianza que tanta falta le hacía. Además, seguía siendo el mejor amigo de Max después de todo.

-Debe estar al caer.

Y como si acabase de pronunciar un hechizo, escucharon de fondo el rugido de una moto apagándose en el portón frontal. Eliot tomó asiento mientras el anfitrión abría la puerta y hacía pasar a Christopher, que curioseó por la estancia haciendo una pregunta similar a la de Eliot cuando vio el desorden. Max captó la indirecta por fin y agarró una escoba mientras les explicaban la situación.

-He dado con un par de lugares que frecuentan -informó sacando un papelito donde había varias direcciones apuntadas-. Deberíais presentaros sin el chaleco y sonsacarles de dónde viene todo. Esa es la prioridad. Hay que cortar desde más arriba, sino no hacemos nada. Así que aseguraros de coger al 'bueno' y no a cualquier mindundi. ¿Queda claro?

Genial. Aquello era como si le pidieran hacer equilibrios con un monociclo encima de una cuerda. Chasqueó la lengua mientras miraba a Chris con la cabeza ladeada. Rezó por encontrar en él la pizca de falsedad que él no tenía, por raro que aquello sonase en su cabeza.

- Umh. De acuerdo. Podríamos hacernos pasar por dos tontos que se quieren meter demasiado dentro del negocio. Haremos las preguntas adecuadas, pero hablas tú, Chris, que yo miento como el culo. - se cruzó de brazos - Y creo que tú, Doggy, deberías quedarte afuera, vigilando la situación. Nosotros acabamos de volver desde hace mucho tiempo, pero tú te mueves por aquí, hermano. Podrían reconocerte. -

No pareció muy contento con sus directrices, pero no le faltaba razón y supo anteponer el bienestar del Club a sus ganas viscerales de partirle la boca a alguien. Terminó de recoger el suelo y le apuntó con el dedo sosteniendo en la misma mano la escoba.

-Está bien. Pero asegúrate de que no abra la boca -dijo volviéndose hacia el nuevo.

-Claro. Ningún problema -respondió asintiendo varias veces, confiado. Le echó un vistazo a Darryl y después juntó las manos dando una palmada levantándose.

-Id en coche. No seas tan palurdos de llevaros las motos -comentó Eliot despegándose de la silla, dando por terminada la charla. Parecía bastante preocupado por la pequeña misión que iban a llevar a cabo, aunque no le concernía a él preparar los detalles-. Nos vemos en casa.

Se despidió del trío con un gesto escueto y enfiló por donde había venido.

Club House de los Black Rangers, Tucson

17 de Abril, 1995 - 00:23

Tras la sutil confesión de lo que uno podía esperar de aquella noche, la muchacha había dado algún que otro rodeo manteniendo la conversación viva e interesante pero sin acercarse demasiado. No era como las croweater, de eso estuvo completamente seguro, lo que hacía la 'caza' algo más entretenida mientras uno acumulaba ganas; un juego sutil y divertido. Ahora compartían cerveza y un porro que alguien les había pasado, cada vez más achispados y con los ojos vidriosos. Raven se sentaba vuelta hacia él con una pierna sobre el banco y el codo haciendo de soporte en la mesa. Y la distancia menguaba conforme el contacto físico iba en aumento.

-¿Sabes lo que me fascina de los moteros? Lo... -Calló un momento levantando el mentón, pensativa- leales, esa es la palabra. Lo leales que sois. Es casi tan admirable como si hablásemos de caballeros. Solo que algo más diferente. Ya sabes.

Alargó la mano para robarle el canuto dejando una sutil caricia con los dedos al hacerlo. Le pareció que al llevárselo a los labios sonreía.

El motero tenía que reconocer que aquella estaba siendo una de las noches más curiosas que había tenido en los últimos años. Había conocido a todo tipo de chicas en aquel ambiente, pero todas se desinflaban tras diez escasos minutos de conversación. Carcasas vacías que sólo servían para meterla en caliente un rato y desecharlas como si fuese un pañuelo, se dijo el motero. Pero Raven era diferente. Aunque su interés por ella se había vuelto obvio, ella era la primera de la lista de mujeres con las que había llegado a primera base con la que no deseaba tenerla callada para finiquitar el polvo. Raven le parecía verdaderamente interesante, como una pequeña cajita de Pandora que tarde o temprano abriría.

De todas maneras, la experiencia estaba siendo genial. - ¿Diferente? Las burras son nuestros caballos particulares y las chupas nuestro blasón. - se giró un poco para mostrarle el logo de los Brothers of Mayhem - Parca con dos guadañas en campo de gules. -

- Si te enfundas una de éstas, es como si todos ellos fueran tus hermanos. Más que tus hermanos. No sé. Es algo raro de explicar. - fue entonces cuando se llevó el porro de su boca y sonrió levemente, pero retomó su charla - Dar tu vida por el club. Eso sí. Yo soy más de dar la vida de otros por el club. -

Raven rió con suavidad y cabeceó concediendo su argumento como ganador. Separó los labios formando una 'o' fingiéndose ofendida cuando el robó.

-No recuerdo a muchos caballeros ladrones. Ni traficando con armas y viviendo al margen de la ley. Ni drogándose y perdiendo el control hasta caer borrachos como cubas-. Esperó a que estuviese tragando humo para alargar ambas piernas pasándolas rápidamente por encima de las suyas, quedando a poco más de un palmo. Se echó un poco hacia atrás para beber de la botella y después ofrecérsela-. ¿Qué me dices de eso, eh? Yo creo que le quita seriedad al asunto y le da un punto divertido.

Ladeó la cabeza y su pelo corto se movió en su misma dirección, al igual que aquella sonrisa enigmática que ahora le quedaba muy cerca.

- Bueno... tengo mis dudas sobre las borracheras. Creo que más de un caballero nos podría dar una clase a ti y a mi... - comentó levantando un poco la mirada. Raven hizo algo extraño con sus piernas y de repente se la encontró delante, ofreciéndole aquella cerveza. Se tomó su tiempo en cogerla y darle un trago sin apartar la vista de sus ojos ni un solo instante. - Además, yo me considero todo un caballero medieval. Corrupto, a veces ladrón, mal mentiroso, con mal humor y un extraño sentido del deber... -

Se movió apenas dos centímetros hacia adelante, recortando la distancia hasta que los labios de ambos casi se rozaron. - Pero un caballero oscuro, al fin y al cabo. -

Ella mantuvo el tipo solo encogiéndose levemente ante su proximidad, sin avanzar ni retroceder. Tenía unos ojos inusualmente claros de un color aguamarina que parecía cambiar con los destellos del fuego, y bajo el embriagador olor del porro y la cerveza desprendía una esencia peculiar que Darryl apenas fue capaz de percibir.

-Y... ¿vas a venir a salvarme esta noche? -preguntó en un susurro que tenía demasiado de gemido, rozando sus labios sin llegar a imprimir ese beso.

- Sólo si me pones impedimentos. - murmuró notando su aliento que olía a cerveza y a humo - Prefiero secuestrarte. -

Raven sonrió ampliamente enseñando sus blanco dientes. Alzó la mano peinando la melena del motero hacia atrás y la dejó ahí respirando profundamente con la duda bailando en su rostro. Y cuando ya parecía que iba a retroceder y a jugársela, cerró los ojos y le echó los brazos al cuello moviendo los labios contra los suyos con avidez y enredando los dedos en su pelo.

Cuando se fundió en aquel beso con Raven, Darryl se asustó por un segundo ante aquella sensación. Algo agarró sus entrañas y las apretó con fuerza, mucho mejor que cuando uno aceleraba a toda velocidad y conseguía que la parte de atrás de la moto no perdiera el control.

Él casi lo perdió: aquella sensación se arremolinó en su cuerpo y amenazó con volverle loco. No era simple deseo. No era amor. Era la sensación de que algo salvaje en él se estaba desatando...

...y nisiquiera sabía la que se le venía encima. Por lo pronto, sólo pudo agarrar su cintura con los brazos y pegarla a él con fuerza, sin parar de besar sus labios con ganas.

Durante unos intensos segundos la sensación pareció ser mutua, bebiendo el uno del otro enredados en aquella atracción animal. Y Raven quiso perder el control también, dejarse arrastrar por sus manos hasta el desenfreno colgada de su boca, y por primera vez en aquella historia que acababa de comenzar se le pasó por la cabeza la posibilidad de anclarle con el sabor metálico de la sangre y vivir de aquello, del fuego. Pero recordó fugazmente que si alargaba un segundo más aquel glorioso instante terminaría por comprometer a aquel muchacho de cuyo no se acordaba. Y odió no recordarlo cuando lo sujetó por las muñecas apartando sus manos de su cadera con una fuerza que no dejaba lugar para el forcejeo.

-Vas a tener que salvarme -susurró junto a su oído de forma ahogada antes de levantarse tan rápido que a Darryl no le dio tiempo a pensarlo. Sencillamente ella ya no estaba ahí.

Todavía estaba intentando comprender lo que acababa de pasar cuando una voz se alzó más que las del resto gritando un nombre.

-¡Rose! -Un hombre corpulento y de barba espesa con un parche desconocido para él -o al menos hasta la fecha-, se aproximó hacia ellos. Darryl se dio cuenta de que Raven-Rose estaba sentada sobre la mesa tragando lo que quedaba de cerveza a una distancia prudencial que no delataba nada. Aun así, quizá por la expresión de sorpresa que él todavía tenía en la cara, el desconocido le lanzó una mirada severa que aseguraba hostias-. ¿Dónde coño estabas? Llevo buscándote una hora -bramó el tipo en un tono que a Darryl le casó de sus casillas. Era el mismo que usaban los imbéciles que se creían más hombres por ponerle las manos encima a una mujer, y lo demostró claramente enganchándola de la muñeca como si fuera de su propiedad.

-Matando el tiempo. No me gustan tus amigos -respondió ella, soez.

-Pues ya no tienes nada que matar. Andando -Y tiró de ella rodeándola por la cintura para llevársela de allí sin que, aparentemente, ella pudiese hacer mucho al respecto.

Cuando asimiló que aquel tipo debía estar con Rose se sintió algo molesto por haber caído en las redes de otra liante cuya única afición era provocar gresca entre los moteros por que se la rifaran, pero aquel tono que el barbudo usaba le sacó de ese pensamiento. Si ya de por sí no soportaba a los chulos que gritaban y fardaban ante los demás intentando demostrar algo, odiaba mucho más a los que usaban a una mujer buscando reafirmar su masculinidad.

Una voz en su cabeza le dijo que lo estaba haciendo mal, pero cuando quiso darse cuenta se encontraba encima de la mesa con los brazos cruzados y mirando en dirección a Raven y el otro motero.

- ¡Eh, payaso! ¿Por qué no la sueltas y vuelves por donde has venido? Estás quedando como la mierda. - le dijo de mal humor, sabiendo que aquello iba a ser algo gordo. Si la cosa quedaba entre ambos sería lo mejor que podría pasar, pero como la cosa fuese a mayores se vería con dos problemas serios: la intervención de la poli (si es que se atrevían) y la bronca que quizás le echarían en el club por armar gresca por un simple culo bonito

El tipo se dio por aludido y se volvió hacia él con profundas arrugas en la frente que denotaban su molestia.

-¿Qué coño dices tú, maricón? Baja de ahí y repítemelo si tienes agallas -tentó dándose varias palmadas en el pecho con suficiencia.

-No. Noel, déjalo. Vámonos -intervino la muchacha enganchándose a su brazo. Él hizo un gesto para quitársela de en medio, como queriendo empujarla, pero pareció no haber puesto la fuerza suficiente para hacerlo-. He dicho que nos vamos.

- Te vas a tragar la chulería... - sentenció mientras bajaba de un salto de aquel banco. Lanzó una mirada a Raven para que se apartara y volvió a mirar al tipo. Con rapidez se acercó a él e intentó darle un puñetazo en la mandíbula antes de que pudiera reaccionar

Darryl consiguió encajarle un buen puñetazo en el rostro. El hombre se tambaleó amenazando con caerse, pero aguantó la embestida y le devolvió el golpe acertándole en el costado. Le hizo doblarse del dolor, pero aún pudo incorporarse para devolvérsela.