Partida Rol por web

Asiente con semblante serio ante todas y cada una de las indicaciones del beornida a medida que este las va expresando. Lo que le sorprendió tras oirlo, es no haber sido ellos también fruto de un asalto por parte del grupo de delincuentes cuando cruzaban el bosque con Balor. Interesante. Contestó cuando Bredfort hubo acabado. Nuestra experiencia con la banda se remonta al paso del viejo vado. En una edificación habida allí, con aspecto de antaño haber sido una posada, esos rufianes nos dieron el alto cuando pretendiamos acceder a ella para guarecernos. Hubo un encaramiento entre nosotros y los vigilantes de la entrada. Claramente, esos bellacos se traían algo entre manos. Este enano que está aquí, junto con el resto de mis compañeros, de buena gana habría puesto en su sitio a esos canallas. Más el hecho de ir con el viejo mercader y su hijo, hizo que decidieramos posponerlo. A fin de que ninguno de estos corriese peligro. El enano miro hacia un lado, intentando recordar. Aquel dia, recuerdo que tras un rápido vistado que dedujimos que rondaban en torno a los 8 o 12 individuos humanoides...

- Humanoides... ¡Tan humanos como tú o como yo, Ragnacar!- Digo con fervor.- Unos individuos, encerrados en una casa en la Puerta del Bosque Negro. Es necesario encontrarlos antes de que esas fechorías continuen. Pero es preciso que estemos bien equipados para ello. ¿Qué tenéis para ofrecernos? Víveres, monturas... Cualquier cosa puede ser de utilidad. 

- Estimado amigo Holdin, hijo de Haldar. Os podemos ofrecer ponis y alimentos para el viaje. Disponemos de bizcochos de miel y algunos panecillos que os harán más llevadero el camino. También os acompañará Bredfort pues es el guerrero de que disponemos que puede ayudaros a rastrear a nuestros enemigos comunes.

Ragnacar carraspea ligeramente, da unas cuantas órdenes en silencio al grupo de beornidas, que parece que empiezan a preparar algunos bultos, seguramente, parte de los víveres.

- Sabemos poco de estos bandidos. Creemos que su líder se llama Malarico. Es originario del sur, de algún clan de hombres del Valle del Anduin, más allá del Vado Viejo. Tiene algunos hombres a su servicio pero creemos que cambian habitualmente, quizás los pierde en combate. Solo sabemos de dos que siempre lo acompañan, pero desconocemos sus nombres. De sus compinches trasgos sabemos muy poco. Estos se esconden muy bien en el Bosque Negro.

- ¿Qué podéis decirnos de sus compinches, señor? No saber sus nombres no impide que no podamos saber algo de ellos... ¿Y de que parte del sur decís que es el tal Malarico? ¿Del sur del bosque, o quizás de más allá?

- No sabemos mucho, muchacho. Los vimos el pasado otoño por primera vez, venían del sur, de eso no tenemos ninguna duda, demás allá del Vado Viejo. Quizás de las cercanías de los Salones del Bosque o del Salón de la Montaña. Seguramente subieron adentrándose en el Bosque ya que nunca los vimos pasar por el Anduin. Hay varios grupos de salteadores de este tipo pero ninguno que sospecháramos que mantiene traros con trasgos.

Ragnacar lanza un espeso gargajo al suelo.

- Son una docena de hombres. Malarico por lo que contáis lo visteis en las ruinas de la Vieja Posada. Theobardo es su mano derecha. Le llaman el Arquero y es un joven con una gran habilidad con el arco. También va con ellos una mujer, Sigfrid, la de dorados rizos. Y algunos hombres más que nos parecieron rivales de menor talla.

- También nosotros fuimos rivales de menor talla, Ragnacar. Pero son hombres, y debemos evitar darles muerte si la captura es posible. Quizá mis compañeros quieran decir algo más antes de partir.

No hay mucho más que decir, joven Holdin. Debemos prepararnos a la menor demora y dirigir nuestros pasos al Vado del Sur. Si estos bandidos han pasado por allí, a  buen seguro habrán dejado atrás alguna pista que nos permita encontrarlos. Ragnacar dice que creen que estos hombres llegaron del sur, así que quizá hayan decidido volver a su hogar para recuperarse o guardar el botín que hayan podido obtener durante este tiempo.

- Así pues no hay nada más que hablar, tomad nuestros ponis y viajad hacia el sur si creéis que es la opción correcta. Con vosotros viajará Bredfort, uno de nuestros más bravos guerreros. Él será nuestros ojos y nuestro olfato. Él os podrá guiar tras la pista de los bandidos.

Si Theobardo es un buen arquero, será porque a este lado del bosque no se conoce lo suficiente a la dama Sarunniel. Contestó a las palabras de Ragnacar. Marcharemos pues. Esperamos cumplir con esta gesta y traeros a esos canallas para que sean juzgados. Se viró hacia Bredfort. Sed pues bienvenido a nuestra compañía como emisario del pueblo beórnida, Maese Bredfort.

Por cierto, Ragnacar. En cuanto volvamos, estaría interesado en tener una charla con vos y ayudaros a mejorar las escaleras de ascenso a esta enorme roca. Al parecer, tenéis ciertas carencias de conocimientos estructurales del labrado de la piedra.

Me encojo de hombros con una sonrisa. "Sed pues bienvenido a nuestra compañía como emisario del pueblo beórnida, Maese Bredfort", dice Thror. Como no.

- Alguno teníamos que tener. Pronto tendremos una embajada ambulante.- Me recoloco la capa, sonriendo a todos los demás que estamos en la roca.- ¿Por dónde empezamos? Me fío de tu opinión, Bredfort, por ser de por acá.

Tras reunir la información necesaria y conseguir provisiones, tocaba realizar la misión, aquella que no hubiesen tenido que hacer si tiempo atrás hubiesen tomado otra decisión.

Bienvenido seas. Saludó Brann al beornida que les acompañaría. Seguro que con tu ayuda conseguimos parar a esos rufianes de una vez.

BREEDFORT miró a la compañía y por fin habló: -Es un honor compartir aventuras con guerreros de los pueblos libres, yo por mi parte os diré que no permitiré más profanaciones de esos malnacidos en las tierras donde me vieron nacer. en las tierras de nuestro caudillo BEORN!!!. Y esta última frase la acompaño con un movimiento marcial y letal con su inseparable amiga, "LUSYL" su formidable lanza.

Creo que deberíamos empezar la marcha hacia el sur. Iremos donde fueron avistados por ultima vez a esas alimañas. Dijo BREDFORT mientras se ponía en movimiento.

El viaje hacia el sur no os puede resultar nada complicado. En un par de días podéis llegar con total tranquilidad al Viejo Vado. Seguramente, os dice Ragnacar, allí podáis encontrar más información. Obviamente el rastro es imposible de seguir puesto que han pasado varias semanas pero en las distintas granjas dispersas por el valle os ayudarán a seguirles la pista.

Esperemos poder dar con esos condenados malhechores. Hay una cuenta pendiente por saldar. Dice mientras avanza rumbo al Viejo Vado. Vamos, vamos. Aceleremos el paso o nos caerá la noche encima.

- Mmm... No sé si era cosa de un mapa o de una canción, pero creo recordar algo de estos prados.- Me quedo callado un rato.- No, era de una canción. Porque las abejas gigantes que le pican a los niños malos que no se comen todo el plato no son animales autóctonos, ¿verdad?

Intento mantener el buen humor, a pesar de que el sudor recorre mi espalda y mis jadeos son cada vez más frecuentes.