Partida Rol por web

Caballeros de la Antigua República - Vol. 1

Taris

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30/04/2009, 01:49
John Doe

De una rápida zancada me coloco junto al oficial, le agarro por el antebrazo y tiro hacia abajo para que su arma quede apuntando al suelo. Esto no le va a gustar, ya me lo veo venir. ¿Como osas tocar a un oficial Sith? bla bla bla... y toda esa mierda. Ni siquiera yo entiendo por que me meto en asuntos que no me incumben, sin embargo disparar así contra dos tíos desarmados y rendidos es algo despreciable, lo más cobarde que he visto en mucho tiempo, claro, que tampoco recuerdo haber visto mucho.

Miro al Sith directamente a los ojos, no quisiera que esto pasara a mayores, pero si quiere guerra, que tenga por seguro que la tendrá.

-Disculpe por eso, jefe.-Digo soltando su mano.-¿Que andais buscando? A lo mejor yo puedo ayudaros.

Muevo ligeramente los dedos, preparado para desenfundar la pistola blaster y acribillar a ese bastardo a bocajarro. No juegues con fuego.

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30/04/2009, 03:10
Director

- ¡Pero que demonios! ¡Maldito bastardo! ¿Cómo osas tocarme? ¡Soy un oficial de las tropas Sith! ¡Me debes respeto!

Su rostro parecía que iba a explotar enrojecido, la sangre se agolpaba en sus mejillas y frente y sus ojos parecian salirse de las cuencas, sus dientes requinaron, algo sucios, grandes y robustos pero humanos, algo ladeados no coincidian mandibula superior con la inferior, y pequeñas particulas de saliba se habían adherido entre ellos haciendo la imagen aún más repugnante, al hablar desplegaba su ira, la única forma que tenía de hacerse respetar era con violencia y miedo.

 Los droides apuntaron a Doe con sus blasters, de forma mecánica, y el Duro tuvo la oportunidad de huir, sin embargo, no lo hizo, permaneciendo con las manos en alto. El oficial estuvo a punto de disparar, pero John estaba demasiado cerca.

 - ¡Arrodillate! ¡Las manos sobre la cabeza! - si no hubiese sido humano, ya habría disparado, habían osado ir en contra de sus ordenes, estaba desquiciado, pero era un alma débil y sin resolución. Podría apretar el gatillo, ocultando sus emociones reales en el interior. Era...despreciable pero también podía causar lástima.

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30/04/2009, 03:17
John Doe

Claro, hombre, claro, ahora me arrodillo y te digo lo mucho que te quiero. No había escapado de una nave en llamas para venir aquí a doblegarme ante un pelele, el oficial no estaría acostumbrado a que contrariaran sus órdenes, y tampoco estaría acostumbrado a encontrarse con tipos tan peligrosos como John Doe. Había cometido un gran error al dejar que se acercáse tanto.

Con un rápido movimiento se dispuso a retorcer el brazo del Sith, para así poder apuntar a su cabeza con su propia arma. En cualquier caso lo usaría de escudo humano si es que los droides decidían abrir fuego, pero no lo harían sin una orden directa de su "amo". Malditas chatarras.

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30/04/2009, 04:01
Director

- ¡Disparad! ¡Maldita sea! ¡disparad! ¡Arrrrggghhh! - Su brazo retorcido dejó caer el blaster, que rápidamente fue recogido por el Duro, los droides dudaron, obviamente no era algo propio de ellos y no se explicaría como una duda humana, sino que tomaron su tiempo para apuntar en su programación estaba clara la función de no dañar a ningún Sith en el intento de establecer el orden. Antes de que pudiesen hacer objetivo claro a Doe, el Duro tomó la inciativa, disparando contra uno de los droides, el otro se giró inmediatamente disparando a bocajarro, con la buena suerte de que aquel disparo se perdió contra la pared del pasillo de los apartamentos.

  Carth Onasi desenfundó ambos blasteres con una agilidad impresionante, un desenfundado rápido y excelente, apuntó al droide sith que había disparado y le fundió los circuitos de forma precisa y eficiente. El otro estaba a punto de hacer lo mismo cuando el Duro se encargó de él, la explosión de su cabeza hizo que aquel oficial sith comenzase a llorar sonoramente, pataleando para intentar escapar haciendose daño en el intento pues su brazo se retorcía cada vez más y más a medida que se resistía. Acabó cayendo al suelo arrodillado y el Duro no dudaba, lo encañonó dispuesto a disparar. Necesitaba venganza.

 - ¡Sucio alienigena! ¡Pagarás por esto! - Lloraba por la frustración y la rabia, y aún así no se rendía, si por el sith fuera derramaría las entrañas de aquel duro por el pasillo. Observó el cadaver de su compañero después de comprobar que los droides habían sido fulminados y rió. - ¡jajajajajajajaja! ¡Los he encontrado! ¡Están aquí!

 Y seguiría gritando si Doe no hacía nada para evitarlo, eso...o el Duro se decidía a apretar el gatillo cosa que estaba a punto de ocurrir.

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30/04/2009, 04:13
John Doe

Dulces sueños. Golpeo con la culata del fusil la cabeza de ese pobre desdichado, suficiente para tenerlo callado un buen rato. Miro a Carth Onasi, y asiento con la cabeza, había cubierto mis espaldas, quizá me tocara a mi cubrir las suyas la próxima vez. Sea como fuere las cosas habían salido bien, o no tan mal como cabía esperar, almenos estabamos vivos e ilesos.

Me pongo delante del Duro, evitando así cualquier intento cobarde de rematar al Sith en el suelo, él ya lo sabe, sabe que somos de la República, el origen de los problemas, quizá el motivo por el que su compañero había muerto, pero joder, también acababamos de salvarle su culo verdoso, así que algo nos debe.

-Hora de pagarnos el favor, amigo.

Ajusto el cargador del fusil, el Duro podía interpretarlo como una amenaza, pero ya debe ser que en la República no tenemos el gatillo tan fácil como los Sith. Mejor salir de este edificio cuanto antes.

-Te hemos ayudado, y tecnicamente eso te convierte en uno de nosotros. Claro, claro, no lo eres. ¿Pero que pensarán los Sith?.

Miro a los ojos rojizos ojos del Duro, el sabía tan bien como yo que estaba jodido, cuando los Sith vinieran haciendo preguntas, todos los dedos lo señalarían como un traidor y un amigo de la República.

-Así que dime, ¿tienes algún vehículo o alguna forma en la que podamos movernos por Taris sin llamar mucho la atención?.

Vuelvo a mirar a Onasi, esperando que aporte alguna idea sobre donde puede estar Bastila.

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03/05/2009, 22:44
Director

  El duro estaba realmente intimidado, tanto que dio dos pasos atrás mirando a Doe y a Carth, la República era muy similar a los Sith, sin embargo, en esta ocasión habían estado por encima. Aunque su compañero había muerto había sido sólo por no poder mantener la boca cerrada, y lo importante es que él seguía con vida. De buen gusto acabaría con el sith indefenso, sin embargo el tembloroso cuerpo del duro no estaba preparado para el combate ni su mente para la venganza cobarde, ni cargar con el peso de una vida en su conciencia.

  Tartamudeando en su idioma natal... - Nosotros...qui...quiero decir, yo, somos pobres! no...no...no te..tenemos nada que ofrecerle, pe...pero seguro que no le reconocerán si esconde sus ar...armas.

  Agradezco que intervinier...intervinierais, os debo la vida, me apena por mi compañero, pe...pero lo importante es que habeís salvado mi vida. Sé que os he involucrado en alg...algo que a...a....apesta. Pero lo único que puedo hacer es esconder el cuerpo para que parezca que se ha emborrachado y deshacerme de los restos de los dr...dr....droides. - Su mente iba más rápido que su lengua.

 - Así, así nos ayudaremos mutuamente.

 Parecía apremiado, después de todos si faltaba una patrulla no tardarían en enviar otra para ver que había sucedido. Sus ojos se clavaron en Doe que parecía el lider de la pareja de miembros de la República. Carth permanecería callado por el momento, observaba a John con cierto recelo.

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03/05/2009, 23:28
John Doe

Resoplo algo molesto por la poca ayuda que tiene para ofrecer el Duro. En fin...

-Vale, saca la basura y quitate de enmedio lo antes posible.

Camino hacia a Onasi, y le indico con la mano que espere. Sin pararme ni un momento vuelvo a entrar a la habitación, como si hubiése olvidado algo. Ummm... Arranco una sábana de uno de los camastros, y envuelvo en ella el fusil y la espada, miro el sospechoso paquete encogiéndome de hombros. Será mejor que llevarlas a simple vista, supongo.

Las pistolas de Onasi, y la mia propia, podían esconderse sin problemas en la bota o bajo la ropa, pero las armas más grandes eran un problema, y tampoco pensaba desprenderme de ellas, la espada me la había dado Trask Ulgo, y el fusil... bueno, me gustaba ese fusil.

Vuelvo a salir con la sábana enrrollada bajo el brazo, y miro a Onasi como diciéndole que no se me había ocurrido nada mejor. Cosas peores se han visto.

-En marcha.

Comienzo a caminar por aquel pasillo circular con paso decidido, cuanto antes nos vayamos, mejor.

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05/05/2009, 02:20
Carth Onasi

   En lo que Doe había tenido aquella magnifica idea yo había ocultado mis blaster a la vista, el Duro ya no estaba allí aunque aún lo estaban los pocos restos de droide que habían quedado.

  Mi mirada seria no detuvo el movimiento de John, aunque decidí seguirle, sus acciones no eran muy loables, típicas de un mercenario. Aquello era bueno en parte, pero muy sospechoso. Demasiado. enercando ambas cejas comienzo a caminar tras él, siempre observandolo, analizando cada gesto y cada palabra sin reservarme la desconfianza.

  Sonrio de medio lado para mi mismo, meditando unas cuantas posibilidades. El pasillo es largo y se convierto en un giro completo hasta formar un círculo, puede oirse llorar en una de las puertas, está cerrada (no precintada) justo a la derecha, uno de los compartimentos contiguos al nuestro.

  - Parece que los Sith han traido mucho sufrimiento a este planeta. No estaría de más que nuestra representación aquí, como miembros de la República fuese algo más amable...- comento en referencia a su última actuación. Puede que pensase que salvarle la vida le daba derecho a hablar de aquella forma. Puede que sea su estilo...

  Supuse que John Doe ignoraría los llantos de aquella joven detrás de la puerta mecánica, si seguía avanzando no tendría más remedio que pedirle espacio para salir a Larrim, era un twi'lek de piel verduzca que en dos ocasiones, las dos únicas ocasiones que me lo había cruzado antes ya había intentado venderme ciento un objetos sin utilidad. Como si nos sobrasen los créditos...

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05/05/2009, 03:15
John Doe

Resoplo ante la sugerencia de Onasi. Somos soldados, no hermanitas de la caridad, y además estamos perdidos en medio de un planeta hostil. Veo como Carth se detiene un instante junto a la puerta desde la que se escuchan los llantos. No, no me jodas... ¿no vamos a meter las narices en todos y cada uno de los problemas de esta gente, verdad?. Vuelvo a resoplar, esta vez con resignación.

Me acerco a la puerta, y doy un par de golpes con los nudillos, intento poner un tono amable, aunque probablemente me quede algo forzado.

-¿Holaa? ¿Está bien? ¿Necesita algún tipo de ayuda?

Me giro hacia Onasi con una mueca de incredulidad. Aquí cada uno tenemos nuestros problemas, seguro que sea quien sea la que está llorando ahí dentro, ni se fiará de nosotros. Sin esperar respuesta me acerco un poco más a Onasi, y hablo bajando el tono de voz.

-¿Que tal? ¿He representado bien los ideales de la República? Pues ahora vamonos de aquí cagando leches, por que a este gente no le importamos una mierda, no dudes que nos venderían a los Sith si su culo estuviera en peligro, y no les culpo.

Miro una vez más hacia atrás, esperando una respuesta de aquella mujer que probablemente nunca llegue. Mejor salir de aquí cuanto antes.

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06/05/2009, 22:38
Larrim

- Buenos días, preceptor. Tienes cara de ser un tipo listo.

 Larrim bloqueó el paso a Doe. Sus manos de dedos afilados se movian sospechosamente, y no parecía un tipo de fiar, puede que aficionado a trucos de manos para robar a los indeseables. Sin emargo, prejuzgar algo así, sería cuanto menos injusto para un comerciante legal como Larrim. El sólo tenía su pequeño puesta de armas y escudos en uno de los pasillos del edificio, no era taaan malo.

 - ¿Te interesaría un escudo de protección echani? Son una ganga, sólo trescientos créditos.

Sonrió de forma aguda frotandose las manos.

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06/05/2009, 22:53
Carth Onasi

Carth se encogió de hombros, no demasiado contento.

 - Está bien, supongo que es lo máximo que puedo pedir de un recluta. - su voz sonó con intención hiriente, mientras con los ojos revisaba la puerta a espera de que se abriese, sin embargo, no lo hizo, ni tampoco cesó el llanto. - Haremos las cosas a tu manera, por un tiempo. - Y guardó silencio, continuando tras él, no era un soldado de asalto, era un maldito piloto, y un líder dentro de una flota, asique no había nada de malo en dejarse guiar por alguien como John.

  Cuando Larrim les cerró el paso, su comentario fue más que un susurro.

 - ¡Oh, vaya!, lo que nos faltaba...ahora quieren atracarnos.

 Mis ojos dibujan un círculo y acaban clavandose desinteresadamente en un humano algo echado en años que friega el suelo de forma manual cerca de la salida de los apartamentos.

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06/05/2009, 23:58
John Doe

-Amigo mio, si tuviera 300 créditos, no estaría en esta puta cloaca infecta, tratando con gente como tú.

Me dolía la cabeza, y la poca paciencia que me quedaba se la había llevado Carth Onasi con sus rollos Repúblicanos. Que me den una nave y le enseñaré si represento o no represento a la República, pero no voy a ir por ahi repartiendo galletitas como una colegiala.

Miro a los ojos del Twi'lek, no le conozco de nada, sin embargo parece la tipica persona a la que no le confiarías ni una camisa vieja. Era una regla básica, nunca confíes en los aduladores.

-Tu también tienes cara de ser un tipo listo, así que sabrás que tienes que quitarte de mi camino... ahora.

No teniamos tiempo para pederlo con un estafador de tres al cuarto, además intentaría cobrarnos cualquier información, y punto uno, no teníamos créditos, punto dos, la información probablemente fuera falsa.

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07/05/2009, 00:16
Larrim

- Lo siento, amigo. - Hablaba en su idioma natal - supongo que no te interesa la tecnología Echani, o simplemente no tienes dinero para comprar algo tan útil. Vuelve si estás interesado, y disculpame, no deseaba robar su preciado tiempo.

 Muy afectado y con sinceridad y amabilidad, se inclinó levemente con la diestra en el pecho y les permitió pasar. Puede que apreciase demasiado la vida como para tentar a la suerte.

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07/05/2009, 00:25
John Doe

Paso junto al Twi'lek, y observo su amable reverencia. Joder, creo que tampoco se merecía que lo tratase así.

-Ehh... amigo, disculpame, he tenido un dia horrible. Mi nombre es John. ¿Y el tuyo?-Digo al tiempo que le tiendo la mano.

Puede que fuera un estafador, pero supongo que cada uno se gana la vida como puede, y más en un lugar como este.

-Lo cierto es que ahora no podemos permitirnos ningún gasto. Ya me entiendes.

Miro a Carth Onasi. ¿Supongo que así está mejor?... ¿No?...

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07/05/2009, 01:27
Larrim

El twi'lek sonrió hablando animado, parece que aquel hombre había entrado en razón. Estaba acostumbrado al maltrato, en Taris los twi'lek eran algo más aceptados, pero más como esclavos o mascotas que como iguales. Su voz era amable y atenta:

 - No se preocupe. Estoy más que acostumbrado...si tu me entiendes. Yo soy Larrim y como ves tengo un pequeño puesto de ofertas, vendo armas de poca potencia, aunque eso los sith, no lo saben. Sobretodo me he hecho algo más famoso por la nueva tecnología echani de protección energética personalizada. Una maravilla de otra galaxia.

   Aunque el negocio no me va demasiado bien, afortunadamente sigo vivo y tengo una forma de ganarme la vida honestamente.

Sonrió mientras seguía frotandose las manos.

 - Tienes pinta de ser alguien que necesite uno de estos. Pareces un soldado. También vendo otro tipo de pertrechos...

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07/05/2009, 01:41
John Doe

Los objetos de fabricación echani eran bastante raros, pero muy apreciados en toda la galaxia. Aunque quizá sean imitaciones. Si resultaban ser falsos y el escudo de protección no funcionaba como debía en medio de una batalla, Larrim no solo estaba estafando a la gente, sino que los estaba condenando a muerte.

-¿Tecnología echani eh? La verdad es que suena bien.

Por alguna extraña razón, se como tratar con este tipo de gente, si piensa que no podrá venderme nada, entonces perderá interés y se marchará, pero mientras tenga posibilidad de sacar algún beneficio, responderá a algunas de mis preguntas.

-Eh Larrim. ¿Quien vive ahí? Me ha parecido escuchar a una chica llorando.

Señalo con el brazo a la puerta que hay a nuestra espalda. Seguro que Larrim sabe todo lo que pasa en este edificio. Si no es nada importante, podemos dejarlo pasar sin más, pero siento cierto remordimiento por no haber insistido más en esa puerta. Seguramente no sea nada.

Me llevo la mano a la cabeza, la jaqueca se me está pasando, y empiezo a estar de mejor humor.

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07/05/2009, 02:03
Larrim

- Hum....- Larrim acariciaba su mentón pensativo. Sabía bien quien vivía ahí, pero tampoc le interesaba meterse en problemas.

- Se llama Dia. Es una joven humana. Ha tenido recientes problemas con un señor del Crimen en Taris. Es probable que llore porque está a punto de morir.

 Dijo con total tranquilidad, no parecía quererse meter en los asuntos de ese Señor del Crimen.

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07/05/2009, 09:00
Carth Onasi

Carth se aclaraba la voz tosiendo unas palabras.

 - Anda, si el soldado tiene corazón...- Dijo en su cálido humor ácido. Cambiando el peso de su cuerpo a la pierna izquierda dejó caer la siniestra por su propio peso mientras la diestra descansaba sobre su cintura, sus ojos clavados en Larrim escuchaban atentamente lo que estaba contando. Dia, el Señor del Crimen, escudos Echani...

  Parece que John Doe había despertado con mal pie, pero después de todo demostraba que podía preocuparse por algo más que no fuera por su propio culo. Veamos a donde nos lleva la criatura.

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07/05/2009, 15:02
John Doe

-¿No te lo he dicho Larrim? Nos encanta buscar problemas con los señores del crimen. ¿Verdad Onasi?

Observo a Carth Onasi dedicandole una mirada de reproche. Ahora ya no nos queda más remedio que meternos, si solo hubiéramos pasado de largo...

-Ahora vuelvo

Camino hasta la puerta, saco la pistola blaster de mi bota, y disparo a la cerradura eléctrica. Larga vida a la República. Pienso con bastante ironía.

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08/05/2009, 21:15
Dia

  El llanto cesó de inmediato, siendo único testigo de que este había sucedido los frágiles caminos que habían dibujado aquellas lágrimas en sus mejillas. Sus ojos estaban también ligeramente hinchados aunque a pesar de eso, eran dos ojos bonitos, negros y penetrantes, con un brillo acaramelado que resultaba bastante seductor, sin embargo, su rostro de indignación y frustación daban otra imagen bastante diferente de la dulce Dia.

  Su voz se quebró al salir de su garganta, pero aquello sólo fue al principio, pues la sorpresa y la molestia hicieron de ella algo duro y con intención hiriente:

 - Pero, pero...pero ¿¡Qué te crees que haces irrumpiendo en mi apartamento!? ¡Sal ahora mismo de aquí!

 Sólo iba armada con su mal genio y con sus lágrimas. O eso parecía...