Partida Rol por web

 Cuando Quell estuvo sobre el Halcón de Ébano este se suspendió en el aire dispuesto para despegar y salir de aquel planeta de una vez por todas. Eran muchos los que dejaban atrás, personas poco conocidas, enemigos, rivales y también amigos y los dejaban atrás con una gran explosión que consumió el edificio en el que se encontraban.

 Aquella nave era un portento, pero era extraña, terriblemente extraña pues su tecnología era ciertamente exótica y su forma poco intuitiva. Era espaciosa y disponía de todo aquello que pudiese necesitarse.

 La nave retumbó y Carth, que había dejado el bláster sobre los mandos vio como saltaba por los aires. Apretó los puños para tratar de enderezar los mandos mientras todo vibraba. La vorágine de fuego amenazaba con tragarselos y Carth apretaba los dientes con fuerza...

 Ruld analizaba los sistemas para comprobar que aún no habían sufrido daños.

 Onasi no tardó en pedir algo de ayuda.

 - Quell, echame una mano con los mandos del copiloto. ¡rápido!

 Antes siquiera de salir de la densa atmósfera de Taris, Bastila anunció lo que les esperaba.

 - El bloqueo sigue cerrado. No pasaremos.

 Son demasiadas naves y no logro encontrar ni una sola apertura.

 Pesimista, seriamente pesimista. Canderous gruñó...había demasiada gente en el puente. A excepción de Korr, T3 y Ruld. Doe se aferraba al respaldo del asiento de Carth y asentía serio, hablando aunque no parecía creerse sus propias palabras.

 - Lo conseguiremos. Si alguien puede hacerlo somos nosotros.

 Animaba...

  Su destino a partir de ahora...era incierto...pero almenos, estaban juntos.

¿Continuará?