Partida Rol por web

Caballeros de la Antigua República - Vol. 1

Taris

Cargando editor
06/09/2011, 00:10
John Doe

Aquella horrible mole humanoide había resultado ser más resistente de lo que pensaba en un principio, aún así, había caido. Ha estado cerca. Lo más difícil ya estaba echo, ahora Breyard podía mantener el hacha suficientemente alejada del Gamorreano, y sin su arma no es que tuviera demasiadas opciones a pesar de su fuerza bruta.

Siempre he sido más fuerte que la mayoría de los hombres con los que me topado, de tratarse de otro adversario podría simplemente inmovilizarlo en el suelo, pero viendo al rollizo Gamorreano la cosa podía tornarse fea, y lo que menos me apetecía era llevarme algún mordisco. Seguro que se infectaría. Además, con el olor tan desagradable que desprendía la idea de hacerle una presa no resultaba demasiado alentadora.

-Muévete y te aseguro que está cloaca va a apestar a cochinillo al horno.

Me había dado la espalda para tratar de atacar a Breyard, así que encañonarle no había resultado complicado. Ahora tenía un bláster apuntandole a la cara, o mejor dicho, al hocico. No tenía muchas posibilidades si decidía hacer algo estúpido, pero después de todo era un Gamorreano, hacer cosas estúpidas está en su naturaleza.

Cargando editor
06/09/2011, 15:24
Quell Breyard

Quell había pensado que vería pasar su vida delante de sus ojos, y sin embargo, no fue así. La mole de piel verduzca había caído. El plan estaba saliendo según lo planeado.

Ahora tenía que mantenerlo alejado de aquella arma tosca y brutal. Así que sin conseguir mucho, dio un puntapié al arma para alejarla. Un arma, que era mucho más pesada de lo que parecía y que apenas se movió un metro, mas por el coeficiente de rozadura del arma, que por la fuerza puesta por Breyard.

Este, aun con el blaster en la mano, saco su espada, y que se estiro hasta tomar la forma de un estilete de un metro de largo.

Y se acercaba para trincar un poco de carne de cochino cuando vio que Doe le estaba dando cuartel a su enemigo. Y aunque fuera absurdo, que fuera Doe y no él el que lo hiciera, ahí estaban dejando a un posible enemigo mortal vivo para luchar.

Ya tendría tiempo de pensar en porque él no había dado esta alternativa. Quizás estaba perdiendo la consciencia, o simplemente era que no le gustaban los gamorreanos. Fuera cual fuera el caso, tenía que mantener la calma y no dejar de apuntar con sus armas al gamorreano.

Muy bien, y ahora que. Cara de….

Qué fácil es meterse con esta gente. No tiene gracia.

Bueno, si te mueves estas frito. Si nos dices que haces aquí, puedes volver con los tuyos y revolcarte en la mugre todo lo que te apetezca. ¡Otra vez!

Cargando editor
09/09/2011, 11:30
Director

- Grwwiiiiii..

 Se quejó con un chillido más propio de una bestia acorralada y dolorida. Aunque lo que más parecía dolerle era el orgullo, y en una mole de carne tan grande, era fácil tener muucho orgullo guardado. Los gamorreanos eran guerreros oportunistas además de bestias inmundas, era muy fácil entenderlos, o terriblemente complicado para mentes algo más elevadas (algo bastante fácil de toparse)

 - Wiggjiji....Wig wigggjiji...

 Se reía como un auténtico cerdo. Su hocico se arrugaba ante la presión del cañón del bláster y él...reía con sus ojos animales clavados en Breyard. No había pasado por alto sus sudores, su cambiante caracter, su violencia...una violencia más allá de su naturaleza...y reía, reía porque sabía algo que él también sabía, pero puede que escapase a las opciones sopesadas por el mismísimo Doe.

 No obstante, no era suficiente tonto como para no hablar, ni tenía la suficiente resistencia mental. Era un salvaje, y prefería vivir hoy y vengarse mañana, que morir sin más. En cuanto tuviese una oportunidad volvería con un grupo de los suyos y daría cuenta de ellos de la forma más rastrera imaginable. Estaba en su naturaleza no darse cuenta de que aquella, no era la mejor idea.

Empezó a gemir como un cantante de ópera en una cantina para miembros del senado galáctico, donde un acorde mal dado significa el fin de una carrera. Se jugaba algo más que eso...

 Explicó con pelos y señales que estaba haciendo una ronda de reconocimiento para evitar que los intrusos entrasen. Ellos, gente en busca de los objetos robados de las cápsulas, algún superviviente, o algún rakghoul. Era muy tonto o muy valiente, pues estaba dispuesto a enfrentarse a los rakghoul el solo si alguno llegaba a entrar en aquellos túneles, algo que...hacían asiduamente.

 ¿Qué protegía?

 Reía diciendo que tenía prisioneros. Más adelante, pero también fue suficientemente tonto como para advertirles de que frente a la celda estaban sus compañeros gamorreanos, grandes guerreros que los aplastarían haciendo zumo para gusano de ellos. Serían comida intergaláctica para llevar. Si preguntaban, diría que eran tres, dos para proteger la puerta y otro que como él hacía una ronda de vigilancia.

 ¿Sabía algo más? No era tan listo como para ocultar información. Sabía que eran una pequeña parte de algo más grande, pero se limitaba a hacer lo que les ordenaba. Mencionó algo sobre un hipermotor robado y un ingeniero que quería robarlo. Si ataban cabos, sabrían que conocían a un técnico bastante dispuesto a meterse con la mierda de bantha al cuello por ellos sin más retribución.

 Luego...gimoteó..

 - Wig...?

 Como si pensase que era suficiente y merecía vivir. Quería que le dejasen marchar. Daría la alarma ¡y les aplastarían como pienso para bantha!

 

Cargando editor
09/09/2011, 11:42
Carth Onasi

- Este lugar cada vez me da peor espina.

 Me huele a trampa. He estado en sitios parecidos, ...quizás sea por el hedor a túnel de deshechos. Lo cierto es que Taris esconde grandes maravillas, pero ésta no es una de ellas.

 ¿Dónde estará la Tierra prometida que los exiliados reclaman? Es dificil creer que exista...

 Conversó Carth con aire preocupado y curioso, su flequillo estaba húmedecido por el ambiente asfixiante de aquella bóveda subterranea, y su voz se acallaba por las trombas de agua que caían de vez en cuando. Se movía con detenimiento, observandoel terreno como un auténtico soldado, aunque en realidad su especialidad era el pilotaje. Había servido toda su vida en una nave, aunque eso no te proteja de tener que combatir más..directamente.

 en el términal Ruld encontró una defensa penosa. Las claves eran fáciles de resolver para alguien con su genialidad y no tardó en acceder. tenía acceso a un mapa de la zona para ser descargado, a un seguimiento de sensores vitales para saber la posición exacta de sus compañeros y otros seres, como los rakghouls que se habían colado en algunos de los túneles (aún lejos de todos ellos) con una conducta tranquila.

 También encontró una barrera de energía en uno de los túneles que bloqueaba el camino. Desactivarla, de quererlo, llevaría más tiempo. En aquella posición había un sistema de comunicación rudimentario, si sus acompañantes llegaban hasta allí podría hablar con ellos.

 Para desactivarla necesitaba resolver un dificil acertijo...

 sus complementos técnicos podrían echarle una mano, pero no pueden resolverlo, si lo conecto seguramente le de alguna pista, pero ruld podría hacerlo por si solo:

 - 0-( -1)-14-20-6-(-1)

 Un 0, un -1, un 14, un 20, un 6, y otro -1. Cada número equivale a una letra, y la única pista es el número 2. (en el abecedario, en este caso, la CH computa también como una letra)

Notas de juego

Suerte y recuerda que puedes recurrir a tus inventos para que te dé alguna pista :)

Cargando editor
10/09/2011, 12:18
Ruld
Sólo para el director

Estaba acostumbrado a abstraerme en mi trabajo y las disertaciones de aquel piloto apenas llegaban a mis oídos, ocupado como estaba en hacerme con el control de aquel terminal. 
Accedo al control del sistema de comunicación y selecciono el sector en el que se encontraban mis compañeros en esta travesía tan agradable por las cloacas de la ciudad.
-Jhon, Quell, soy Ruld ¿Pueden oírme? ¿Qué tal tiempo hace en Coruscant?, Tengo acceso al mapa de la zona e incluso esta preciosidad viene con un sensor vital incorporado que me permite ver sus posiciones y la de nuestros amigos mutantes. Voy a intentar abrir una barrera de energía que les corta el paso-  les comunico a los intrépidos exploradores
De entre mis herramientas extraigo un pequeño desencriptador, que quizás me pueda dar alguna pista para descifrar el código que tenía frente a mí.

Cargando editor
12/09/2011, 18:49
John Doe

¿Así que prisioneros, eh?.. Probablemente fueran supervivientes de la Espiral Endar, habían escapado de la destrucción de la nave para ir a caer directamente en una mugrienta ciénaga de Gamorreanos, que sin duda esperaban sacar unos buenos créditos por aquella gente.

Era poco probable que Bastila estuviera entre esos prisioneros, una jedi no se dejaría atrapar por unos seres tan descerebrados... aunque quizá alguno de ellos supiera algo o la hubiera visto, debíamos rescatarlos por si tenían alguna información útil... seguro que Breyard y Onasi apoyarían la idea, les encantan este tipo de actos tan nobles y heroicos, rescatar inocentes, defender a las damas... toda esa mierda. Ruld también se apuntará gustoso a patear unos cuantos culos de puerco, sobre todo cuando le digamos que saben algo sobre su hipermotor.

-Empieza a caminar y no te des la vuelta. Colabora y verás que pronto estás más feliz que un Ng'ok en la mierda.-Doy un puntapié al Gamorreano para que se levante, sin dejar de encañonarlo en ningún momento, no era tan rápido como para poder darse la vuelta y desarmarme antes de que yo apretara el gatillo, así que si intentaba algo se daría cuenta pronto de su error. Una lástima no tener unas cuerdas o unas cadenas para atarle.

-Volvamos con los demás-Digo con calma mirando a Breyard, no pensaba dejar suelto al Gamorreano para que diera la voz de alarma, aún contabamos con el factor sorpresa... y eso era casi todo a lo que podíamos aferrarnos.

Tan sólo teníamos que enfrentarnos a tres Gamorreanos, suponiendo que éste haya dicho toda la verdad, con Ruld y Onasi de nuestro bando, serán presa fácil, después de todo nosotros tenemos blásters de repetición, y ellos tienen hachas y porras.

Cargando editor
13/09/2011, 20:47
Quell Breyard

Quell empezó a moverse con las armas en la mano. Llevarse aquel paquete de mierda no le hacía especial ilusión, y así se lo haría saber a su simpático compañero.

Qué crees que va a pasar en cuanto nos vean llegar con esta bola de fango. Nos van  a atacar a nosotros. Te lo digo yo. Si te mandar a por pan y volvieras con un cerdo, apestoso como este, no te dejaría pasar a mi casa. Sin dudarlo.

Quell iba abriendo la marcha, con su cháchara haciendo de sonar por las paredes de los tubos viejos de aquella inmensa ciudad que era Taris.

El caso es que Onasi lo escucharía llegar un rato antes de que llegaran. Y con suerte, a Doe le volvería lo suficientemente loco, como para que se cargase aquella bestia pestilente.

No le gustaban los Gamorreanos, y eso no iba a cambiar nunca.

Cargando editor
13/09/2011, 23:28
John Doe

Sonrío de medio lado escuchando las palabras de Breyard, desde luego no le gustaban los Gamorreanos, eso era evidente, pero si seguía con vida el tiempo suficiente descubiría que en el universo hay criaturas aún más despreciables que los habitantes de Gamorr.

-El apestoso me gusta tan poco como a ti, pero se ha rendido. Sabes que puedo ser un cabrón, pero no mato gente indefensa, puede que no tenga demasiados escrúpulos, pero si tengo unos principios.

Como mercenario había matado a mucha gente, pero nunca a nadie que no presentara batalla, si alguno se entregaba yo tan solo lo llevaba hasta el que me había pagado, si después querian matarlo, torturarlo o ponerlo a recoger mierda de bantha, eso ya no era cosa mía. Puede que muchos consideraran que yo no era una buena persona, pero los había peores que yo, mucho peores. Al menos hay algo que nunca podrán negarme, que siempre he sido fiel a mi mismo.

-Lo importante es quien tiene el arma por la empuñadura, Breyard. Recuerdalo siempre.

Por eso estaba seguro de que no nos atacarían, Onasi no era ningún soldado descerebrado, analizaba la situación antes de actuar, no era del tipo de idiotas que abrían fuego a la primera de cambios. Ya no debían estar lejos, espero que no se hayan movido de aquella terminal, o que si lo han echo, al menos hayan tenido la decencia de dejarnos alguna pista para que podamos seguirlos.

Cargando editor
18/09/2011, 16:14
Korr-Nad-Ul
Sólo para el director

Una placentera sensación se había apoderado de Korr. Su mente se había sumergido en un dulce vacío... tan fútil, tan grácil. Nunca había sentido algo parecido. La sensación de libertad se esfumaba, mas no le importaba. Por primera vez en toda su vida, Korr se sentía en paz. Libre de preocupaciones y anhelos, sin especuladores fines por los que luchar y sacrificarse. Tantos años de exilio, lejos de la comunidad de la Fuerza. Un tenue resentimiento atormentaba su marchito corazón. ¿Dónde le habían llevado sus pasos? ¿Había merecido la pena una vida de lucha y penuria? Todo había acontecido en un breve instante, sin embargo, había sido tan intenso que habría jurado que tales sucesos liberadores se habían desarrollado durante días.

-¿Qué me pasa? Esto no puede estar sucediéndome...- Korr cobraba constancia nuevamente de su ser. Y aunque su voz le llegaba distante y tenue, podía percibir cómo se adueñaba una vez más de sí. No tenía fuerza suficiente como para abrir los ojos, pero podía percibir cuanto ocurría en esa tenebrosa habitación. En apenas un segundo recordó el ataque de Muur y, paradójicamente, al resurgir en él el odio que le cegaba, volvió a ver.

Las respuestas a todas las preguntas pasadas llegaron a la velocidad del rayo. Él escogió voluntariamente su exilio, pues no soportaba estar en presencia de la sacrílega Orden Jedi, ni se deseaba incluir entre aquellas patéticas y asilvestradas hordas que afirmaban haber resucitado al Imperio Sith. ¡Arrogantes ingenuos, desconocedores de los antiguos misterios del Lado Oscuro!

-Yo elegí mi exilio. Yo elegí una vida llena de penurias y tormentos azotada por una constante lucha. Odio y oscuridad.- Todo estaba claro ahora. Sus pasos le condujeron hasta los confines de la Fuerza, profundizando en la alquimia y la fuerza tenebrosa para renacer como Lord Sith. Su solitaria senda estaba llegando a su fin, y pasara lo que pasara, tenía totalmente clara una idea: -¡NO HAY REMORDIMIENTOS!!-

En ese mismo instante en que la pasión y la furia inundaban sus sentimientos abrió los ojos, y con una pasmosa habilidad cercenó con su sable láser aquella porción de piel de su pecho sobre la que intentaba anidar el horrible artefacto controlador. Mientras éste caía al suelo con un estruendoso sonido metálico Korr, tan airado que no sentía el dolor del reciente corte, examinó su cuerpo. Percibía cómo la infección retrocedía y su mente se liberaba de esa sensación de vacío recuperando sus ansias de dominación. -No me creéis digno de vuestro artefacto mi señor. Así que, me temo que os lo arrebataré por la fuerza. No os temo, y si es necesario, encontraré la forma de aniquilar vuestro espíritu.-

No me tomáis por un Sith, y yo os demostraré cuán equivocado estáis. ¡Éste será vuestro último error! Yo he traicionado a los más sabios maestros jedi; domino la traición, y si estoy seguro de algo es de que jamás traicionaré mis creencias ni a mí mismo. ¡Yo soy un Sith, como vos antes que yo! Y el Lado Oscuro me dará la victoria frente a vuestras amenazas.

Seré el arma definitiva, mas no seréis vos quien me empuñe. Sólo yo conduzco mis pasos, y nunca me entregaré servilmente. - Sabía qué debía hacer: era una batalla que sólo podría ser vencida mediante la Fuerza; tenía que derrotar a Muur para así dominar su maléfica creación. Fue entonces cuando comprendió que dicho artefacto debía su poder a que Muur había depositado parte de su alma eterna en su interior. Si acababa con la presencia que yacía en el amuleto, Muur no podría sino doblegarse ante Korr.

-En efecto, la detestable Academia de Korriban será barrida de la faz del planeta. Será otra más de las tumbas que recordaran el tiempo de los grandes Señores. ¡Y yo ejecutaré el ataque definitivo! Sólo yo reinaré entre los sith. Y junto a ellos, caerán los jedi.- No había terminado de hablar cuando descargó una enorme tormenta de rayos de la fuerza del Lado Oscuro sobre el amuleto. Un abanico de relámpagos azules que iluminó toda la estancia. Confió en haberle infligido un duro golpe, sin embargo, Korr se colocó en una posición defensiva, preparado para repeler cualquier posible ataque de Muur.

Notas de juego

Disculpa la enorme tardanza de mi respuesta. Te garantizo que no volverá a suceder, pero es que, entre los problemas de la página y el verano xD. Por supuesto, agradezco cualquier sugerencia para mejorar mi juego. Y si encuentras algún pasaje que no debería poner porque corresponde su narración al Master, dímelo sin problema.

¡Un saludo!

Cargando editor
25/09/2011, 22:56
Carth Onasi

 Ruld trató de ponerse en contacto con John y Quell a través del terminal. Aunque tenía la posibilidad de comunicar, había algo en el hardware que le impedía el contacto. Pudo ver, no obstante, como abatían a un gamorreano y luego se lo llevaban a punta de bláster hacia su posición. Podría avisar a Onasi, había bastantes cámaras, aunque no todas estaban en buenas condiciones.

 Onasi alzó el bláster en cuando vio aparecer la sombra del gamorreano. Algo hizo que la adrenalina recorriese todo su cuerpo a pesar de estar avisado. No disparó, y aunque bajó el arma, no enfundó su bláster.

 - ¿Era necesario traerlo para decirnos que hay mucha basura galáctica en estas cloacas?

 Se quejó Onasi tomandoselo con buen humor y encogiendose ligeramente de hombros.

 - Ruld estaba tratando de comunicar con vosotros a través del terminal, pero parece que no funciona tan bien como podría.

 Lo cierto es que Ruld se estaba esforzando por arreglarlo, había un código cifrado en la pantalla, estaba asaltando el sistema, y no parecía tener una solución fácil. Su software determinó que la clave era alfabética, es decir, que constaba sólo de letras, sin números...aunque las pistas fueran cifras.

 Los números parpadeaban con luz intensa:

0-( -1)-14-20-6-(-1)

Había anexado al terminar varios aparatos. Era un alienígena bastante habilidoso.
 

Cargando editor
26/09/2011, 13:29
Quell Breyard

Quell pudo respirar al ver que Ruld estaba montando su chiringuito allí abajo, y que Onassi los apuntaba con un arma. Bueno, no ha él, sino al cerdo.

Si, parece que ahora tenemos una mascota. A Jhon le ha dado por traérsela de recuerdo de nuestro interesante viaje al centro de Taris. Toda una historia que contar a mis nietos, si el hedor no me mata antes.

El joven boca de buzón se paseo por la sala dejando que los dos hombretones fueran los que encañonaran al gamorreano. Y se acerco a Ruld.

Bien, si consigues un par de mandos, podemos echar una partida al nuevo simulador de vainas ese del que todo el mundo habla.

Cuando vio que Ruld, ni se digno a responderle, centrado en lo que hacía, decidió que ya era hora de hacer las preguntas pertinentes.

Entonces, con ese viejo trasto de cloaca, podéis comunicaros. Podemos ver todas las cloacas, porque si no encontramos a nuestra estrella aquí, podemos sencillamente pasar a otra opción, como irnos de Taris.

Quell hablaba con sorna, pero no quería herir a nadie. Sabía que todos estaban atrapados. Y que les costaría encontrar una salida. Si es que la había, al bloqueo Sith.

Sin embargo, cuando mas buscaban a Bastila. Mas le daba en la nariz, que ella no los estaba esperando y que no quería encontrarse con ellos.

Cargando editor
28/09/2011, 04:36
John Doe

Sonrío de medio lado en una mueca algo hosca, empiezo a pensar que mi cara no esta demasiado acostumbrada a las sonrisas. ¿Era necesario traerlo para decirnos que hay mucha basura galáctica en estas cloacas? Onasi y su sentido del humor, muchas veces pienso que es el padre de Breyard.

-Lo he traido para que respiremos su olor entre todos, sería demasiado injusto que tuvieramos que tragárnoslo todo entre el chico y yo.

Pateo al gamorreano para empujarlo hacia Onasi y ponerlo bajo su custodia, puede tomarlo como un gesto amistoso, una caricia viniendo de mi parte. Escucho la respuesta de Breyard. Toda una historia que contar a mis nietos, si el hedor no me mata antes. Muy en su línea.

-Muchacho, antes de pensar en tus nietos deberías preocuparte en aprender bien como se hacen los hijos. Si salimos de esta prometo llevarte a una cantina del Borde Exterior para que te hagan un hombre... ja ja ja.

Le doy un golpe en el hombro con la palma de la mano abierta, con tanta fuerza que basta para desequilibrarlo un poco. El chico es un poco blandengue, pero ya se hará fuerte, más le vale si quiere sobrevivir.

Observo los números en el monitor... 0-( -1)-14-20-6-(-1)... Durante un breve, brevísimo instante, trato de descifrar la clave, pero sólo consigo darme cuenta de que eso no está hecho para mi, probablemente si pensara demasiado en ello terminaría por dolerme la cabeza. Es mejor contar cuantos enemigos tengo que matar... son cuentas más simples.

-Hay almenos otros tres gamorreanos, y parece que tienen prisioneros. No es probable que Bastila se haya dejado atrapar por estos descerebrados, pero quizá alguno de los que están en las celdas sepa algo más.

Camino hasta Ruld, y lo agarro del hombro para obligarle a girarse y desviar su atención por un momento de aquel monitor.

-Y por cierto, saben algo del hipermotor que estás buscando. Es probable que si les pateamos el culo a los otros puedas tener por fin tu recompensa. Así que... ¿que hacemos? Nos quedamos aquí tratando de descifrar numeritos en una pantalla... o pasamos a la opción más directa.

Me encojo de hombros, desde luego tres gamorreanos no serían rivales para nosotros, y mucho menos si los atacamos por sorpresa, por eso debíamos actuar cuanto antes, un ataque rápido, directo. Al estilo Jon Doe.

Cargando editor
03/10/2011, 20:28
Ruld

Me había atacado con aquellos números, aún no había encontrado la clave para solucionarlos y era algo que me frustraba de verdad –¿BALQDA?- me pregunto sin convicción alguna, mientras tecleo lentamente en la consola para realizar una comprobación algorítmica del código

Sólo puedo dar un respingo cuando Jhon me habla del hipermotor. Había estado tan abstraído en el trabajo que ya me había olvidado de mi propio objetivo. ¿Sería por esa razón por la que no me llevaban nunca a las misiones importantes?  me pregunto, ya que si hubiera sido uno de esos seres tan amigables que anda por estas perfumadas cloacas, ya tendría un tajo atravesándome la espalda.

-Vamos a darles algo de marcha a esos gamorreanos- respondo al ofrecimiento de aquel humano, estaba tan bloqueado que  quizás algo de sangre fuera capaz de atraer a las musas y, por supuesto, algo de diversión.

Cargando editor
07/10/2011, 19:48
Carth Onasi

Pronto en la pantalla se fijaron, gracias a su software externo las letras BA_ _ _ A, lo que hacía suponer que Ruld no iba del todo desencaminado.

 Carth Onasi había optado por no tomarselo a mal y sólo se encogió de hombros. John sabrá lo que hace...

 Y no podía hacer más que apoyarles con sus bláster y mantenerle vigilado. Sabía como resolver esa clase de problemas, se había desenvuelto perfectamente en Taris, pero eso no hacía que confiase en él. No. Hacía falta mucho más. ¿conocer su pasado tal vez? Era lo que ocurría con Quell, sabía exactamente de donde venía, donde había estado y ha donde iba, bueno, eso último no, pero porque no lo sabía ni él.

 Ruld le resultaba algo más indiferente, sin ninguna clase de connotación negativa. Era un trato arriesgado, se había comportado bien y empezaba a caerle simpático. No podía pedir mucho más.

 - Debería de haber más terminales por las cloacas. Éste ni siquiera parece el principal. - Miró a ruld para que se declarase deacuerdo o no, a fin de cuentas era el experto.

 - Los gamorreanos.. - y miró a su "rehén" - parecen tener esto limpio de Rakghouls.

 Debería ser fácil entrar si logramos abrirnos paso entre ellos.

 Se encogió de hombros, pensaba que sería mejor no entrar en combate con aquellas moles.

 

Cargando editor
08/10/2011, 13:03
Quell Breyard

El joven estaba impaciente, estar en una cloaca no era precisamente lo que más le apetecía en el mundo.

Bueno, pues entonces, parrillada de cerdos, y luego coger lo que podamos y salir por patas. Somos auténticos héroes de la galaxia.

Lo dijo con cierta sorna, porque aunque el plan le parecía lo más perfecto que podía hacerse en ese momento. Lo cierto es que mirado desde fuera, parecían una banda de moteros destripa banthas.

Pero a quien le importaba si conseguían salir de aquel planeta, que hasta ahora, había conseguido atragantársele al joven Breyard.

Bueno, cerdito, guíanos. Seguro que tus compinches estarán encantados de que lleves la cena.

Quell se sentía muy seguro, porque estaba a una buena distancia del gamorreano, y porque sus armas seguían en sus manos desde que lo había visto. No se le ocurriría provocarlo más de lo estrictamente necesario.

Pero sabía que si no amenazaba nadie al gordo cerdo espacial, seguramente se sentiría menospreciado por sus captores. Así que libremente había decidido llevar el peso de semejante cruz a sus espaldas.

Luego miro hacia la pantalla una vez mas.

Ruld, seguro que la palabra que buscas es BANTHA. Porque es a lo que huele toda esta cloaca. O es a gamorreano.

El joven empezo a moverse de un lado a otro sonriente de su propia perspicacia.

Cargando editor
13/10/2011, 06:13
John Doe

Compruebo los cargadores de mis bláster, era algo que hacía constantemente, casi sin pararme a pensarlo, una vieja manía de lobo espacial.

-Bien, entonces vamos a repartir un poco de cariño.

Me agacho para ajustar la correa del vibrocuchillo que llevaba en la bota, no es que me entusiasmara la idea de tener que destripar a uno de esos cerdos, pero convenía estar preparado. La diferencia entre vivir o morir puede estar en el detalle más ridículo.

-Haremos lo siguiente, tu abrirás la marcha.-Le digo al gamorreano-Y yo iré detrás, encañonándote con mi bláster. Tendrás que convencer a tus amigos de que nos digan lo que saben, y os dejaremos marchar sin haceros daño. Sólo estamos buscando a una persona, consíguenos un poco de información y quizá no tengas por qué morir hoy... ¿No suena mal, verdad?

El alienígena era lo suficientemente listo para saber que si intentaba dar la voz de alarma, moriría de forma rápida y dolorosa, sin embargo era lo suficientemente tonto como para no sospechar que pasara lo que pasara, lo usaría de escudo de humano.

Onasi era un tirador experto, y Breyard y Ruld se defendían bien, aunque las cosas se pusieran feas teníamos las de ganar, no obstante les daría una oportunidad a esos gamorreanos, quizá no fueran tan tontos como dicen, quizá supieran apreciar su apestoso pellejo.

 

Cargando editor
14/10/2011, 15:47
Director

 Irónicamente, Muur parecía un cuerpo vivo que estaba a punto de morir. Pero no era tal cosa...sólo era un espíritu expulsado, pero en cambio, tan real. El amuleto resplandecía con su color dorado en el cuerpo de Korr, no obstante, la presencia invasora de su mente había desaparecido. Su voluntad se había impuesto sobre la cansada y errante voluntad de Muur. Un espíritu poderoso, un espíritu de la fuerza y del lado oscuro, pero un espíritu y al fin y al cabo. Un espíritu que no había logrado trascender para ser...algo más.

 - AaArrggGgh.....

 Se quejó, y fue el único rasgo que lo presentaba como activo, como alguien que todavía no había sido derrotado. No obstante sus palabras podían parecer una derrota, si lo eran para un Sith, o quizás Muur estuviese incluso por encima de aquello.

 - Tu...nOo podráAs beneficiarte de MI pOder. - presagió con voz disonante. - PEro...te concEderé la llAVe para usarlo...si me llevAS a KORRIBAN.

 AllÍ te entregarÉ mis SEcretos...a CAmbio de LIbertad... - Pues no era más que un espíritu varado en Taris, como los más mundanos motoristas swoop, mercenarios o simples comerciantes. Como Revan, y como el propio Korr-Nad-Ul.

 Podía aceptar su oferta, de alguna forma Murr ya se había rebajado bastante. Aunque le permitiese usar el talismán, era obvio que Murr no había dicho su última palabra.

 En ese momento Korr debería de haber comprendido que una forma de destruir a aquel antiguo Sith era destruyendo el talismán que tanto le había costado conseguir.

Cargando editor
14/10/2011, 15:58
Director

El detector de voz de Ruld hizo el resto. Quell hablaba suficientemente alto y claro como para que el hardware captase la palabra, y el software haría el resto. Lo cierto es que hacían un buen equipo.

 El sonido que precedió a la introducción del código fue un tanto atronador. Los cimientos de aquellas cloacas estuvieron a punto de vibrar, pero...no lo hicieron. En una de las pantallas de Ruld pudo verse una imagen nítida de como el escudo protector que dividía parte de las cloacas como un muro perfecto se apagaba.

 El gamorreano fue consciente de eso, y se llenó una mano a la cara, entre decepcionado y desesperado mientras gemía como un animal malherido, en parte, lo estaba.

 No era suficientemente tonto como para mantener aquella posición, y dejó las manos visibles, simplemente era horrible. Su nariz arrugada era de aspecto viscoso y moqueaba constantemente, afortunadamente no llegaba a caer sobre su "ropa" y armadura, inservible para ninguno de los presentes dada su constitución.

 Extendió el corto cuello y gimió con ánimo, casi encarandose a John Doe.

 - ¡WWWWhhhHHHIIGGGG!!!

 Que venía a ser algo así como..."Pudrete! pero....lo haré..."

 Estaba claro que pensaba traicionarles en cuando tuviese la oportunidad de no pagar con su vida aquella osadía. Un caso que no se daría si seguían haciendolo así de bien.

 era el momento de ponerse en marcha, y el gamorreano no iba a poner ninguna clase de obstáculo.

Cargando editor
14/10/2011, 16:04
Carth Onasi

- Puede que no tengamos que desviarnos demasiado para conseguir lo que busca nuestro amigo. - afirmó con optimismo Carth dispuesto a ayudar a Ruld a recoger todo lo que había organizado en tan poco tiempo. Con una mirada bastaría para que no tocase nada...sabía bien que los ingenieros técnicos suelen tener algunas manías con el material, tenía que aguantarlo constantemente en la Espiral.

 La Espiral Endar.... ¿Cuántas vidas se perdieron para tener ésta oportunidad?

 ¿Qué habrá sido de Revan...? ¿Estará muerto ahora?

 Aún así...Malak...

 Carth se quedó muy quieto y terriblemente callado, como si hubiese visto un espíritu de la fuerza apareciendose justo delante de los "trastos" de Ruld.

Cargando editor
14/10/2011, 16:07
Director

Ruld era un hombre con muchas cartas bajo la manga, y no de pazaack precisamente. Disponía de un pequeño dispositivo que le trasmitiría la posición de los demás gamorreanos ahora que no había interferencias por el muro de energía.

 Sabía que debían avanzar hasta la primera bifurcación de conductos, tomar el camino a mano derecha y continuar hasta lo que parecía una especie de calabozo improvisado. Era consciente de que había signos de vida en las celdas, y sólo un gamorreano vigilando.

 El otro estaba siguiendo aquel camino, hacia el final del mismo, sea lo que fuera lo que custodiaba, estaba defendido contra esa clase de escáneres, y no tenía cámaras como para permitir que nadie observase lo que allí sucedía. Sospechoso y el sitio perfecto para guardar algo que merece la pena esconder, como el prototipo de hipermotor.