Partida Rol por web

Fawkes parecía seguir en su intento de bajarle los humos al parroquiano, intercambiando golpes con él hasta que uno de los dos acabara por rendirse.

¿y? - se había quedado quieta en las escaleras, desafiante y sin ascender ni un peldaño más, pero tampoco bajó, solamente se quedó donde estaba, apoyando su brazos contra la barandilla y esperando a la intervención de Gilbrecht, de quien confiaba más para estas situaciones donde Lollenda no se desenvolvía demasiado bien - solo estoy aquí, observando la pelea de esos dos. 

El ulricano revisó aquella habitación de pies a cabeza, sin encontrar nada ni remotamente útil, por lo que acabó en la misma habitación que el mediano, aunque su presencia para él no terminaba de ser grata.

La mirada del iniciado se centró en aquel cofre, y tomando en cuenta el estruendo de la pelea abajó, resolvió arriarle un golpe con el báculo, dado que ni él ni el mediano parecían ser versados en el fino arte de forzar cerraduras. Con suerte, habría algo dentro que ayudaría con la investigación.

Ni Fawkes ni el parroquiano consiguieron golpear el uno al otro, los puñetazos eran dados al aire. Mientras tanto se podían escuchar las risas de Gruk, mofándose de aquellos que habían huido del combate.

Gilbretch observaba la pelea, mientras el tabernero observaba a Lollenda para impedirle que subiera o bajase en caso de que viese esa intención en la elfa

Al ver que los primeros puñetazos empiezan a volar, decido hacerme a un lado con elegancia. No deseo que un golpe perdido me alcance, por lo que me quedo en un segundo plano preparado para lanzar uno de mis hechizos si fuera necesario, pero sin actuar de momento...

Magnus aprovecha el ruido que hay en la planta baja para golpear con el báculo el cofre que encuentra, una vez abierto puede ver que en el interior solo hay un saquito de cuero, al abrirlo ve 153 coronas de oro y 2 chelines de plata, al parecer son los ahorros del tabernero

- ¿Vas a guardar algo de respeto o vamos a seguir así hasta que uno de los dos se caiga al suelo? le dijo Fawkes al parroquiano al intentar golpearlo de nuevo, sin perder el vigor de la lucha.

Magnus parpadeó varias veces al ver la bolsita, sin duda ligeramente tentado por las coronas. No tanto por la avaricia en sí, sino por las comodidades que podría conseguir gracias al dinero. Después de todo, se había enfrentado a innumerables peligros, armado únicamente con su fiel cayado y una armadura que cada vez cubría menos. Si quería sobrevivir, tendría que pertrecharse adecuadamente, y dudaba que alguno de los distintos patrones a los que había servido se dignaría a suplirlo. Además, si lo que decía Stolz era cierto, y la verdad es que no tenía razones para dudar del Alto Capitular, aquel hombre era un sirviente del caos.

El ulricano tomó la bolsila y se la guardó, saliendo de la habitación con rapidez, dispuesto a investigar las otras dos mientras el tumulto todavía reinaba en la planta inferior.

-¿Respeto? Sois vosotros los que venís aquí e insultáis al dueño intentando colaros donde os han dicho que no podéis entrar -dice el parroquiano lanzando otro puñetazo aunque esta vez si consiguió darle de lleno a Fawkes, aunque era evidente que su idea no era provocar daño, solo dejar KO a su adversario

Entras en la puerta contigua a la de la habitación del tabernero. Esta habitación está llena de montones de muebles rotos y otros escombros. Bajo la ventana se encuentra un banco de trabajo de madera. Varias sillas y mesas están parcialmente reparadas, pero no son utilizables. No ves nada de utilidad en el lugar

Desde donde estaba, se encogió de hombros - bueno, la ciudad esta patas arriba, los cultistas campan a sus anchas, nadie es de fiar - y se sentó en los peldaños, sacó su arco e intentó arreglarlo de manera infructuosa.

Magnus suspiró. De momento parecía que el tabernero, y el lugar, estaban limpio, pero si Bauer había conseguido aquello... Entró a la última habitación, con los ojos atentos, y empezó a investigar aquella estancia.

Fawkes cayó en redondo al suelo golpeado por el parroquiano.

Gruk se cansó de reír al ver a Fawkes caer, no porque aquél tipo le importara una mierda, sino porque el parroquiano debía sentirse muy ufano en esos momentos y era hora de ponerle fin a la broma; antes de que el soldado tocara el suelo, él ya estaba de pie, dio dos rápidas zancadas que hicieron retumbar el suelo mientras se tiraba hacia delante y soltó un manotazo hacia abajo con toda la fuerza de su pesado guantelete, algo que debía de doler sin duda.

—A Gruk cansar juegos. Parar o siguiente romper cara —avisó.

Vais a la siguiente habitación, el tabernero ha instalado este espacio para entretener a sus invitados. Está totalmente al revés. El alfeizar está en la parte superior de la ventana, una mesa, varias sillas y una alfombra están clavadas al techo, la lámpara cuelga hacia arriba, y así con el resto de las cosas. El suelo de la habitación se ha enyesado para que parezca un techo. Hay mirillas ocultas en la pared, seguramente  para ver desde fuera a los borrachos hacer frenéticos esfuerzos para volver al "suelo" de la habitación.

Magnus soltó una pequeña carcajada, la idea era novedosa, sin duda, y pobre del borracho que se despertara en aquella habitación, pero definitivamente no era lo que buscaba. Con el ceño fruncido, cerró finalmente aquella puerta, hizo un conteo y... bueno, no quedaban más. Tendría que bajar las escaleras y aprovecharía el ruido que todavía parecía haber abajo para ver si podía conseguir algún otro pasillo.

Gruk le pegó un fuerte puñetazo al parroquiano que se tambaleó golpeando al aire. Cuatro parroquianos al ver que Gruk se metía en la pelea salieron corriendo de la taberna, aunque otros dos se metieron a ayudar

-¿Es que vosotros no escucháis? -preguntó el tabernero molesto al ver que Magnus bajaba de la planta superior, chocándose con Lollenda que se encontraba intentando en vano arreglar su arco.

Aunque no se dio cuenta de que Paul sí que había conseguido bajar a la planta inferior.

Mientras Gruk luchaba contra uno de los parroquianos, el tabernero dudó si coger su garrote, pero prefirió intentar pegar un puñetazo a Magnus, aunque éste pudo esquivarlo sin problema.

Uno de los nuevos parroquianos pegó un puñetazo a Gilbrecht que observaba la pelea sin esperar que él mismo fuese un objetivo, no vio venir el puñetazo que le llegó de golpe.

El otro ciudadano, se dirigió a Gruk, ya que era sin lugar a dudas el más fuerte de todos, creían que si conseguían dejarlo KO tendrían el combate ganado, con esa creencia golpeó a Gruk con fuerza