Partida Rol por web

Seguía sin entender muy bien que sucedía pero por alguna razón ya no me importaba demasiado estar desnuda o simplemente estar encerrada cual animal, ahora mi única preocupación era aquel extraño calor que recorría mi cuerpo de una forma tan provocativa y que tantas ganas me daba de tener sexo con alguien pese a que aquello resultaba extremadamente vergonzoso e indecente. Al poco rato me vi atada por una liana como si fuese una correa, exactamente igual que le paso a mis compañeras antes de que Riz tirase de nosotras mientras nos llamaba perritas. -¿Perritas? ¿Soy una perrita? Bueno, la verdad es que desearía poder lamer a Riz, o que ella me lamiese a mi por todo mi cuerpo... -Aquel pensamiento se vio acompañado con una caricia a mis pezones usando mis propias manos, lo cual hizo que dejase escapar un placentero suspiro como si aquello fuese un pequeño alivio al calor que sentía.

En cuanto salimos de la cabaña pude ver con más claridad todo aquel poblado que se extendía por las copas de los árboles y parecía estar envuelto en hojas para que nadie lo descubriese, a su vez podía ver a los habitantes del lugar pudiendo apreciar que casi todas eran mujeres a excepción de algunas criaturas que no sabía como clasificarlas exactamente. Mientras caminábamos desnudas y exponiéndonos pude sentir como la vergüenza de ser vista así se convertía en un calor aun mayor que hacía que comenzase a gotear fluidos por allí donde pasábamos, dejando un pequeño rastro de estos a la vez que los jadeos se intensificaban, ¿acaso me había convertido en una pervertida? Eso sin duda no podía estar bien, pero por alguna razón se sentía genial ser expuesta como si fuese la mascota de Riz.

No tardamos mucho en llegar al centro de la aldea donde se encontraba el tronco principal que parecía servir de hogar a aquella que llamaban "la Gran Dama", lo cual sonaba como si fuese la líder de aquella aldea oculta en los árboles. No tardamos mucho en poder verla puesto que, en cuanto entramos al lugar, se encontraba allí sentada en una especie de trono mientras una joven mujer parecía estar lamiendo algo. En aquella ocasión me sorprendí puesto que pude apreciar que la Gran Dama parecía ser hermafrodita puesto que un gran miembro salía de su entrepierna como si fuese lo más normal, no obstante resultaba realmente extraño ver algo así en una mujer como ella, ¿tal vez se tratase de algún tipo de truco? Fuese lo que fuese, en cuanto lo vi, noté un extraño deseo de poder disfrutar de aquello, viéndome impulsada a acariciar un poco mi clítoris de forma que trataba de aliviar el calor acumulado por todo mi cuerpo, de hecho comenzaba a ver a mis compañeras con otros ojos en aquel momento.

Pero de que vas?! le gritó a Amy antes de que el polen de esa flor la tocase, haciendo que su cuerpo temblase y ardiese en las zonas más intimas. Se fue sonrojando poco a poco hasta que sus labios sacaron un poco de vapor. Riz no le dio tiempo a sentir mucho más, pues, con un correa de lianas en su cuello, se las llevó fuera de la jaula. Karin quería quitársela de inmediato, pero al oír lo que dijo la chica, obedeció a regañadientes. No quería sentirse así por mucho más tiempo. -cuando pueda te vas a enterrar perra... le dijo

Todo el pueblo estaba lleno de pervertidas. Las miraban con lujuria, con unas ganas enromes de violarlas a las cuatro. Karin miraba todo el rato al suelo, era demasiado vergonzoso pensar en eso. No debería haber aceptado ir de campamento. Por suerte no tuvo que soportar esas miradas por mucho tiempo. Al entrar, Karin quedó sorprendida, ¿Como podía existir un tronco tan grande? En el fondo se encontraba una mujer bellísima, pero su opinión cambió cuando vio el gran miembro que salía de su entrepierna. ¡¿Era un hombre?! Ese lugar era de todo menos lógico. O-oiga usted! No tiene derecho a hacernos esto! L-le va a caer una buena denuncia si no nos deja ir y nos quita esta sensación... había empezado enfadada, pero su voz se fue apagando conforme sintió que su entrepierna empezaba a gotear un poco. su rostro se sonrojó aún más de lo que estaba.

Cuando nos arrastran por el pueblo como si de perras nos tratásemos comienzo a pensar que esto no es un programa de televisión después de todo, aunque decir que pensar es algo generoso, tengo que luchar contra el calor intenso de mi cuerpo para si quiera poder seguir al resto y no tirarme al suelo a masturbarme allí mismo. Noto que la gente del lugar nos mira con caras extrañas, aunque no entiendo realmente que es lo que miran tanto de nosotras hace que me ponga aun mas caliente. 

Cuando llegamos delante de la reina trago saliva, se ve bastante bien, ni siquiera sabía que tenía esa clase de sentimientos hacia otras mujeres, o quizás es por el hecho de que ella se ve reluciente y yo alterada por el efecto de algo extraño. Me mantengo en silencio contemplando el entorno, me llama mucho la atención que todo sea tan natural, que hayan flores por doquier, pero me llama aun mas la atención que el efecto de aquella flor no parece querer disminuir... ¿quizás sea verdad que no se saldrá jamás a menos que ella nos ayude? Me siento extraña, pero muy feliz, y excitada, al menos si esto es definitivamente real, es mejor sentirse así, que estar siendo torturada. Cuando noto que la chica era al parecer un chico me sonrojo muchísimo, provocando que me moje aun mas de lo que estaba, no me esperaba aquello, y quizás eso explique porque me atrae. Desvió un poco la mirada, aunque lo encuentre excitante, me da vergüenza ajena aquella situación.

Arianne luchó y luchó contra el efecto de la flor y, en ocasiones, su voluntad a punto estuvo de imponerse al veneno pero sus manos parecían tener siempre voluntad propia y volvían a tocarla por todo el cuerpo, asi que no pudo hacer nada para que la llevaran como a una buena perrita junto a las demás y las posaran a los pies de aquella criatura.

Su mente luchaba por encontrar la manera de escapar pero su cuerpo, traidor, no hacía más que mantener ocupada a su mente con fantasiosas imágenes de miembros masculinos. Por eso, cuando la Gran Dama se reveló como hermafordita, Ari se quedó como hipnotizada, absorta, mirando aquel pedazo de carne bamboleante. Deseó ser aquella chica que, de rodillas, besaba y lamía aque pollón descomunal.

Ari pegó e culo al frío suelo para intentar aliviar el calor pero el roce la provocaba más y no tardó en restregarse disimuladamente por el rugoso suelo. 

La gran dama sonríe divertida mientras mira los gestos de cada una, parecía complacida con las reacciones ante el polen del diente de león que os habían puesto. -Les has tirado el diente de león verdad? Eres muy perversa Riz, sabes que ese efecto es muy difícil de quitar del cuerpo, pero me encanta que seas así, las tienes bien domesticadas en un solo instante y seguro… Dio un suave empujón a la joven que tenia entre sus piernas, la cual se tiro a un lado mirando aun el miembro con deseo pero sin atreverse a moverse de donde la habían dejado. Los pasos de la dama resonaban por todo el lugar como si se tratara de un museo bien en silencio. Se quedo a escasos metros de vosotras mirándoos a cada una, su miembro, bien erecto estaba a vuestro alcance y por la distancia podíais sentir una aroma que os embriagaba intensificando el calor que ya teníais. -Que serán buenas perras de ahora en adelante. Mmm...por quien debería empezar? No sufráis, os acostumbrareis enseguida.
 

Hizo el gesto de acercarse para tomar una de las correas y empezar la diversión pero un objeto cruzo la puerta como si se tratara de un rayo. Tanto Riz como la gran dama se giraron unos instantes antes de que todo el lugar se cubriera con una espesa niebla que os hizo tanto estornudar como toser, tenia una consistencia parecía a cuando una habitación se llenaba del humo de la chimenea. Una voz os susurro casi en el oído.

-Daos prisa...o escapáis ahora...o no podréis volver a hacerlo…Entrad en la primera cabaña que veis...tenéis la puerta abierta...deprisa...

El humo extrañamente os había quitado parte del calenton que sentíais y las correas no eran mas que lianas, eran muy fáciles de romper o de quitar, a su vez veíais la luz de la puerta principal. Solo quedaba en vosotras lo que debíais hacer.

La gran dama no tardó en acercarse a nosotras, empujando a la chica que tenía a sus pies para poder tener el paso libre mientras su enorme miembro se movía a cada paso. -R-Realmente es enorme... Si entrase dentro de mi seguro que podría satisfacerme con facilidad... -Mis pensamientos cada vez estaban más nublosos, sintiendo como casi estaba por perder mi propia consciencia para dar paso a los deseos lujuriosos de aquellas mujeres que a la vez iban siendo también mis propios deseos con cada segundo que pasaba.

En cuanto estuvo a escasos metros de nosotras pude oler un aroma que me hacía perder aun más la razón a la vez que mi cuerpo seguía calentándose como si solo pudiese desear tener sexo lo más rápido posible. La gran dama preguntó con quien debía empezar, algo que me impulso a estirar lentamente un brazo como si quisiera agarrar su miembro para poder ser la primera en llevarse aquel premio tan apetecible. No obstante, en el último momento, algo cruzó la habitación antes de que esta se llenase de humo como si se estuviese quemando algo en el mismo lugar pero, en vez de dificultar la respiración, sentí como aquel calor disminuía hasta poder recuperar el sentido de nuevo a la vez que terminaba de despertar cuando escuché aquella voz.

Parecía que la situación había cambiado de nuevo, teníamos que salir de allí cuanto antes o de lo contrario seguramente volveríamos a caer en las trampas de aquellas mujeres tan extrañas. -¡Salgamos de aquí cuanto antes! -Exclamé a la vez que arrancaba aquella liana de mi cuello para ponerme al lado de mis compañeras y empujar ligeramente a estas con tal de que corriesen cuanto antes hacia la puerta.

Todo vestigio de dignidad y orgullo se lo llevó el viento cuando la Gran Dama caminó hacia Ari con aquel rabazo inmenso temblando a cada paso. La pequeña Ari sólo quería acercarse a él, sentir su calidez en sus mejillas, frotar su glande con la frente como una gatita que buscara arrumacos.

Estaba a punto de presentarse voluntaria cuando algo cruzó por su campo de visión. Una... ¿Bomba de humo? La voz rompió el encanto del diente de león y Ari fue consciente de repente de lo bajo que había caido. Su primer impulso fue buscar a la puta que la había drogado para asesinarla allí mismo pero la boz tenía razón; debían correr ahora que aún podían.

Arianne se incorporó, con las piernas un tanto tambaleantes aún por el temblor de su chichi, empapado e hinchado.

-Vamos! CORRED!

Karin cada vez estaba más nerviosa. El efecto de la flor y su orgullo estaban en una pelea constante. Estaba segura de que si la gran dama le hubiese puesto su miembro en la boca, lo habría lamido con mucho gusto. Pero ella no iría a buscarlo. Cuando oyó a la "mujer", sus ojos quedaron enganchados en aquel miembro. Realmente deseaba que la eligiese a ella para, por mucha vergüenza que le diese.

Justo en ese momento un humo apareció por toda la sala, escondiéndolas a ella y a sus compañeras entre él. Alguien les indicó la salida. Gracias a la espontanea situación, Karin pudo tomar un poco de voluntad de su cuerpo y arrancarse las lianas de su cuello mientras empezaba a correr, un poco temblorosa.

Estaba casi totalmente hipnotizada por las cosas que estaba viendo, realmente ya no se que pensar, y tampoco puedo pensar muy claramente producto de aquella extraña flor que usar sobre nosotras, todo me parece muy extraño, quizás ni siquiera estoy despierta y todo esto es un sueño. Ya casi me rendía a este destino cuando alguien lanza una bomba de humo al lugar, increíblemente se reduce el calor que siento en todo mi cuerpo así que no debe ser humo convencional. Escucho que alguien dice algo y luego sin lugar a dudas escucho a mis compañeras decir que se largan. 

-¿Bombas de Humo? ¿Elfas? ¿Casas en los arboles? - Suelto un suspiro - Ya veo... o estoy drogada o estoy durmiendo... de modo que no me tengo que preocupar por nada, que boba soy por pensar que esto es un programa de televisión, después de todo esto no debe ser mas que una fantasía... vaya que estoy estresada como para estar soñando algo así...

Me llevo una mano a la cabeza, me cuesta respirar con todo este humo, me saco la soga del cuello pero me quedo en el mismo lugar en donde estoy. 

Vuestros pasos os guiaron rápidamente hacia la primera puerta que visteis abierta, el humo os tapo lo suficiente como para que entrarais sin ser vistas. Justo cuando entrasteis la puerta se cerro de golpe, en el pomo de esta había una pequeña niña, o al menos eso se veía a primera vista ya que os llegaba mas o menos por la cintura. Tenia unas largas orejitas peludas de color marrón, al igual que su cola, un rostro aniñado y una túnica como vestimenta. -Menos mal...solo sois vosotras? Y la cuarta? Pregunto la pequeña pero dándose prisa corrió las cortinas, que eran dos hojas grandes y corrió hacia una estantería. -Tengo que darme prisa….darme prisa… No miréis por la ventana por nada del mundo.

Lejos de la influencia de ese humo extraño, el afrodisíaco que os habían dado volvió a la carga, haciéndoos sentir cada vez mas calientes entre vosotras. Después de todo no había desaparecido de vuestro organismo. Se escucho un grito triunfante y la pequeña apareció con un solo cuenco con un extraño liquido rosa dentro. -Deprisa, tomaos esto, con un trago sera suficiente. Si no lo hacéis volveréis a sentir el calor en vuestras cositas. Venga vamos, no tenemos tiempo. Os ofreció el cuenco. Era solo vuestra decisión el fiaros o no de la niña.

-No dejéis que... Empezó a decir la gran dama mientras escuchaba los pasos de las chicas marcharse, debería preparar una gran partida de búsqueda pero lo mas curioso fue que al despejarse el humo, Amy aun seguía en su posición, sin la correa, pero en su posición. Eso hizo que la gran dama sonriera divertida. -Vaya, una de tus perras Riz no se a marchado. No se que le has dado a esta pero parece confundida. Riz se acerco a ella y la miro divertida. -Es la obediente del grupo, se acerco a que le pusiera el ungüento. Seguro que tiene que estar empapada. Que debemos hacer con las que se nos han escapado? Pregunto Riz enseñando las correas rotas.

-Prepara a las buscadoras, toda aquella que no este disfrutando de su perra que se ponga a buscarlas. En cuanto las encontramos se la dejaremos a Cleo y Sara, se arrepentirán de haber jugado conmigo. Date prisa o se nos hará de noche y sera mucho mas difícil. Se apresuro a decir la gran dama, Riz se inclino y salio corriendo por la puerta para hacer cumplir su voluntad. En ese momento estabas sola con la gran dama y su esclava que parecía estar rogando por tener su miembro otra vez en la boca. -Bien, como solo estas tu te daré una buena recompensa. Poco a poco, conforme el humo se disipaba el efecto del afrodisíaco volvía a tu cuerpo con mas fuerza que antes. El miembro de la gran dama estaba prácticamente en tus labios, podías sentir el palpitas de la sangre dentro de aquel pedazo de carne. -Lame. Ordeno.

Tras salir de aquella cortina de humo y llegar a la casa que la voz nos había dicho escuché como se cerraba la puerta de golpe, viendo a una pequeña niña que rápidamente se movía por la casa para cerrar las cortinas mientras preguntaba sobre donde estaba la cuarta integrante del grupo. En cuanto escuché aquello busqué rápidamente con la mirada a mis compañeras, viendo que Amy se había quedado rezagada y, por lo tanto, debía de estar en manos de aquellas ninfómanas. -Mierda... ¿Por qué se ha quedado allí, acaso no le preocupa que pueda pasarle?

Aquello era un problema bastante grande, una de mis amigas estaba en peligro y no podía hacer nada puesto que salir significaba correr el riesgo de terminar igual que antes o incluso de una forma peor, aunque por los avisos de aquella niña parecía que tendríamos los mismos problemas si nos asomábamos por las ventanas y alguien nos veía.

-Supongo que tenemos que darte las gracias por salvarnos, pero... ¿Quién eres exactamente? -Tenía curiosidad por saber sobre nuestra salvadora aunque en aquel preciso instante sentí como el calor de aquel diente de león volvía a mi, recorriendo mi cuerpo y haciendo que en apenas unos segundos me excitase y volviese a sentir el deseo sexual. La pequeña decía algo sobre tomar una poción para quitar aquel efecto, pero en aquel momento yo prestaba más atención a mis dos compañeras que por alguna razón me resultaban demasiado atractivas y deseables, tanto que me planteaba lanzarme sobre ambas para divertirme con ellas allí mismo.

Las piernas de Ari temblaron una vez más cuando salió del humo pero ahí estaba aquella niña con su cuenco para salvarla. De repente la imagen del falo de la Gran Dama casi no la había permitido pensar en otra cosa pero, después de beberse el líquido que le ofrecía la niña pudo volver a pensar con claridad.

-Gracias, amiga. Tías, ¿En que coño está pensando esa imbécil?

La verdad es que podía imaginarse perfectamente en qué. La sonbra de aquel pollón, bamboleandose por delante de su rostro aún rondaba en la mente de Arianne.

-Pues yo no pienso volver a por ella!

-Mi nombre es Shimi y soy una zorrita. Comento Shimi mientras daba el cuenco a Arianne, tal como había explicado, cuando distes el trago que decía el efecto del afrodisíaco desapareció dejando que tus necesidades volvieran a estar controladas por ti misma y tu animo. -Aunque debo avisar de una cosa...esta no es la medicina que necesitáis...vuestra medicina no la tengo. Esto os calmara durante un tiempo para que podáis empezar a moveros por aquí sin que queráis ir con la gran dama. Vuestra amiga probablemente ya..este perdida. Si pruebas del semen de la gran dama quedas enganchada, tiene un gran numero de feromonas que persisten en el cuerpo. Una vez lo beba quedara atada a la villa.

Cuando el humo comienza a disiparse, noto que no esta ni una de las otras chicas, de modo que al parecer si es un sueño, ya que en una cosa de segundos ya ni siquiera están conmigo, como si se hubiesen esfumado, sin embargo no le doy muchas vueltas porque una corriente eléctrica recorre todo mi cuerpo, provocando que caiga de rodillas, mi entrepierna es un verdadero infierno, muchisimo mas intenso que antes. Escucho que la gran dama me dice algo, sin embargo por mi estado de confusión no distingo muy bien que es lo que me dice, sin embargo algo capta mi atención. El miembro palpitante de aquella mujer esta justo por delante de mi, lo veo confundida, nunca antes había visto uno hasta hoy, al menos no en vivo y en directo, sin embargo ante tal sobrecarga de sensaciones, extiendo mi lengua producto de la excitación y curiosidad, y comienzo a lamerle. 

-No sabe mal... ahh esto es excitante - Pienso soltando un suspiro, comenzando a lamer con mayor intensidad. 

-Así perrita, acostumbrate al sabor, si eres obediente y buena seras como esa chica de allí. Dijo la gran dama señalando a la chica que estaba aun al lado de su trono, con un gesto hizo que se acercara, la cual obedeció sin rechistar, moviéndose a cuatro patas hasta donde os encontrabais. La primera reacción fue abrir la boca y comenzar a lamer, pero la gran dama le dio un toquecito en la cabeza, se quedo con cara de culpable. -Aun no, no es tu turno.

El aroma del miembro se quedaba en tu lengua y nariz, haciendo que el afrodisíaco se hiciera ya un hueco en tu cuerpo, cada vez que pasabas la lengua era como un narcótico, querías dar una segunda pasada y tercera...así sucesivamente, no te extrañaba que tuviera a aquella chica tan ansiosa. -Vamos perrita, si no te la comes entera no la vas a disfruta. Ayudala.

A sus ordenes, la joven se coloco detrás de ti y empezó a quitarte la camisa, con suavidad para no interrumpir tu felacion antes de atrapar tus pechos con las dos manos. Se tomo su tiempo en jugar con ellos, sus manos eran suaves pero firmes, sabían bien donde tocar para estimularte, pasando los dedos por tus pezones ya erectos y de tanto en tanto estirándolos sin mucha presión para que no te distrajeras de mas, solo sintieras las cosquillas de placer. Acerco una de las manos a tu cuello, acariciando tu barbilla y susurrándote en el oído. -Abre bien la boca….te voy a ayudar~ No sufras...te gustara~  

Los ojos de Karin se abrieron de golpe al oír a la zorrita. ¿Realmente un miembro podía provocar eso? Era muy extraño. Estoy de acuerdo con Arianne, si esa estúpida ha querido quedarse, su problema. Dijo sin ningún tipo de sentimiento. No le había gustado nunca mucho la forma de pensar de la chica.

Su entrepierna ya empezaba a calentarse demasiado. Decidió que lo que se iba a beber no podía ser peor que lo que había sentido minutos antes, así que cogió el cuenco e hizo un trago de él. Espero que esto sirva para quitarme esta sensación, porque sino te vas a enterar zorrita

Mientras sentía como los efectos no paraban de aumentar vi que mis compañeras tomaron aquel extraño líquido rosado a la vez que parecían recuperar el sentido común. Con un gran esfuerzo para evitar que los efectos me controlasen del todo nuevamente no tardé en beber un poco de aquello también antes de que fuese demasiado tarde o seguramente lo lamentaría llegado el momento.

No pasó mucho tiempo para sentir como los efectos desaparecían por completo aunque se suponía que aquello solo era temporal, de todas formas era mucho mejor que nada. -Deberíamos ir a buscar a Amy antes de que sea demasiado tarde, tal vez aun la podemos salvar aunque no se como vamos a poder llegar hasta ella... -A decir verdad pensar que Amy había quedado atrás me preocupaba bastante y más sabiendo lo que podía sucederle cerca de aquella mujer, además que la información que nos había dado Shimi me hacia preocuparme aun más puesto que si realmente el semen de la gran dama tenía aquel poder estaría en problemas.

-No debéis ir! Grito un poco la zorrita mientras tomaba el cuenco, luego se dio cuenta de lo que había hecho y se llevo las manos a la boca. Un poco mas segura empezó a contarles un poco. -Si la gran dama os atrapa no podréis salir de aquí, si salís ahora entonces… Se escucharon unos golpes en la puerta, como si llamaran. Las orejitas de Shimi se levantaron de golpe al escuchar el ruido y empezo a desvestirse delante de vosotras. -Rápido, rápido, escondeos en el armario que no os vean. Elisa, ven aquí bonita. Dijo Shimi mientras acababa de quitarse la ropa por completo. El pecho de Shimi estaba a medio desarrollar, solo se veía unos pequeños turoncitos como pechos y peludos pero no peludos como un hombre mas bien como si se tratara del pelo de su cola, pelo de zorro. Varias partes mas estaban peludas como su cadera o parte de la espalda. Antes de que entrarais en el armario visteis como una chica humana con el cabello negro, rondaría los catorce o quince años salia de la cama de Shimi, ubicada en el piso de arriba. Estaba totalmente desnuda y en el culito tenia un vibrador en forma de cola de gata, ademas en el cuello tenia un cascabel de gata. Aunque el cuerpo de Shimi parecía completamente el de una mujer, tenia también un miembro, mas pequeño que el de la gran dama, pero un miembro de todas maneras.
 

-Ven Elisa, date prisa o van a entrar a la fuerza. Le dijo a la humana mientras ella obediente comenzaba a lamerla suavemente, haciendo que todo su cuerpo reaccionara, estimulándose con su mascota. Si habíais entrado o no, no los sabia pero abrió la puerta. Escuchasteis la voz de Riz buscándoos, pero al ver que interrumpían acabaron rápido con la búsqueda, dejando intimidad a la parejita. Cuando escuchasteis que cerraban la puerta de la entrada la voz temblorosa de Shimi llego a vuestros oídos. -Y..y..ya podéis salir… La humana continuaba lamiendo aunque Shimi la estaba intentando apartar cariñosamente. -Vamos Elisa...ya esta, deja los cariñitos. Mo..nunca me haces caso cuando empiezas....para...

Shimi comenzó a explicar algo sobre la Gran Dama y por qué no debíamos ir, no obstante tocaron a la puerta como si alguien tuviese prisa por entrar así que nos mandó escondernos en el armario antes de que entrasen. Mientras me dirigía al armario pude ver a la pequeña desnudándose, viendo que tenía un pelaje por el cuerpo similar al de un animal aunque lo que más me llamaba la atención es que ella también tenía un miembro como la Gran dama aunque de menor tamaño. Shimi llamó a alguien hasta que acudió una joven que tendría unos catorce años, viendo como ambas comenzaban a toquetearse y lamerse poco antes de que me metiese en el armario.

Una vez me escondí en el armario escuché la voz de Riz preguntando sobre nosotras aunque no tardó en marcharse del lugar antes de que Shimi nos avisara para salir de allí. Cuando salí pude ver que aquella chica estaba lamiendo a Shimi, sonrojándose ante aquello y más al ver que en aquel lugar no les importaba la edad de las mujeres a la hora de usarlas con fines sexuales. -¿T-Tú también usas ungüentos raros para calentar a las mujeres...? -Pregunté algo nerviosa por si resultaba ser que Shimi quería algo similar con nosotras.