Partida Rol por web

Algo en su mirada me hace sentirme cómodo con seguir instrucciones, me acerco a ella y su aroma después de sudar y sangrar tanto me excita de sobremanera, con cada inhalación me siento más atraído a ella, abre sus piernas y me hace señas, yo cual manso borrego me acerco y usando mis enormes manos comienzo a acariciarla suavemente no importa que tan experimentada sea unos dedos tan callosos y gruesos pueden lastimar a cualquiera.
Conforme sigo acariciándola siento como se va mojando y una nueva gama de aromas excitan el aire, comienzo a sentir que bajo mi calzón de de indio algo se levanta, mis ganas son tan grandes que comienzo a babear y sin preguntar se la comienzo a mamar…

Me mordí el labio inferior con fuerza, como si quisiera hincar mis dientes con la suficiente fuerza como para hacérmelos sangrar en cuanto noté su mano enorme en mi entrepierna y provocaba que se me humedeciera sin descanso.

Sonreí, satisfecha, pensando en lo que llegaba a provocarle al ver su abultada entrepierna y me mojé los labios, pensando que era yo quien provocaba tales instintos en aquel hombre, haciendo que mi ego subiera por las nubes.

-Para- le ordené en cuanto se acercó aún más a mí-. Todavía no- dije, negando con la cabeza.

Me separé un poco de él, y me senté sobre una mesa. Abrí las piernas mientras lo contemplaba con la mirada y sonreí, maliciosa.

-Te quiero sentir dentro- pedí-. Ya.

Y no estaba del todo equivocada, esos aromas, ese calor hacia que una extraña magia me invadiese, “pero que bien me sabe esto” ella se hizo hacia la mesa yo me quede impávido mirándola sintiendo mi presencia más sexosa y peligrosa que antes, al verla acomodarse no logro aguantarlo más, mi miembro rompió su jaula desgarrando el calzón y mostrándose monstruoso y venoso, al escuchar sus ordenes solo puede asentir con la cabeza y lanzarme con agilidad cual bestia feroz, un instante antes de penetrarla me detuve para hacerlo con calma, como todo un caballero, un roce dos, tres… conforme aumentaba la cuenta la velocidad y la fuerza de los embistes se volvía más salvaje hasta el grado de agitar la mesa como si la sacudiesen tal vez llamando la atención de alguien más.

Sonreí para mis adentros, abiertamente, cuando me tomó allí mismo, en la mesa. Puse los ojos en blanco en cuanto lo noté suave, como queriendo dar una buena impresión o como si no quisiera hacerme daño.

Oh, vamos, pensé, irritada. Quiero fuerza, demonios.

Y mi demanda se vio cumplida al instante siguiente. Comencé a gritar, disfrutando de aquello, como si lo hubiera necesitado desde hacía meses y mi cuerpo hubiera estado esperando ese momento desde la última vez, ansioso.

Miré a mi alrededor, divertida, mordiéndome el labio inferior y sin mirar a nadie en concreto, dije, insinuante:

-Mi boca está libre, caballeros.

“que tienes la boca libre??” -nada de eso te digo con seriedad –esta noche es mi noche y soy ambicioso con cierta facilidad te cargo por la cintura y usando mi corpulencia y tamaño para levantarte y llenar tu boca con mi lengua, los años no pasan en vano y vaya que mi vieja amiga se sabe mover y escarbar por todos lados

Lo miré con mala cara instantes antes de sentir su mengua en mi boca. Gemí, frunciendo el ceño e hincando mis uñas en sus brazos para indicar que se separara de mí, que quien mandaba y marcaba los pasos era yo. Él cumplía y yo ordenaba.

-Aparta- gruñí, empujándolo y quitándomelo de encima-. Soy yo quien decide qué hacer.

Lo miré, con el ceño fruncido y sonreí.

-Soy yo la ambiciosa… y esta es mi noche- indiqué, traviesa.

Mantengo con mi miembro por fuera moviendolo rapidamente llevandome por el placer y el extasis de ver a mis compañeros saciar sus perversiones. Es interesante como mi morbosidad llega a tales limites de fetichismo en el cual puedo llegar a lo mas alto de mi excitación 

Vamos J.K...calientame....!!!!!!

La lucha por el contro del cuerpo de su amante estaba a tope, j.k. se trataba de complacer a costa de la polla de abddul y alguna otra, pero para el, el compartir no era una opcion, asi que opto por cerrarle la boca a j.k.

Abddul siente las uñas y lso dientes de j.k. clavandose en su piel, pero lejos de amedrentarlo, lo encendio mas y susembates aumentaron, ironicamente esto le agrado a j.k. quien decidio dejarse llevar

Le tapo la boca con mi adiestrada lengua, forcejea ella y se porta como una loca: me entierra las uñas, rasguña sus dientes hundiéndose en mis carnes, eh matado cabrones por menos que eso, pero en vez de sentir ira, eso soltó mi adrenalina, como venganza apreté fuertemente sus nalgas dejando mis manos marcadas, una nalgada, dos, tres, Edward era testigo del enrojecimiento de sus enormes atributos, luego como castigo piadoso deje pasar mis correosas y maltratadas manos entre ellas, moví la cabeza con brusquedad para quitarme el beso y poder mamar esos senos, en un arranque le di un giro dejándola recargada en la mesa para luego colocarla en posición de hacerle un martinete, pero no para violentarla sino para hacer un 69 vertical, no tenía que bajar sus brazos para sostenerse con la diferencia de tamaños porque mis manos nunca la dejaron caer, -con que tu boca esta libre ¿no?, un movimiento de cadera le lleno la boca con mi miembro, y una inclinación de cabeza me dejo beber todo el néctar de esos labios, de esos suaves labios, ver al morbosidad de Edward me producía gusto, me producía ser más violento y dar un mejor espectáculo; me preguntaba si ella lo disfrutaba y me respondía el no dejar de beber ese néctar “si así se moja…” estaba siendo un buen inicio

No, no, no, pensé, mientras sentía su lengua en mi garganta. Era yo quien debía tomar las riendas del asunto, no él.

Y, aunque tuve que ponerme sumisa, aunque debía de callar, de no sentirme molestada y de fingir que disfrutaba aquello, realmente, me estaba encantando. El hecho de que me pusieran en mi lugar, que me dijeran lo que debía hacer y me bajaran los humos cuando me comportaba como una auténtica niña… Era justo lo que me hacía enloquecer y sonreír de forma pícara.

Gemí cuando sentí la palmada en mis nalgas y sonreí, traviesa, encantada por aquello. Traté de disimular mi pena cuando no volvió a darme otra.

-Oh, sí, son tuyos- jadeé, cuando se inclinó sobre mis pechos y yo eché la cabeza hacia atrás, mordiéndome los labios, deseosa por que aquello continuara más y más. Era una maldita esclava de mis instintos más básicos y me encantaba.

Fue en ese momento cuando, sin darme cuenta, habiendo todo ocurrido muy deprisa, tenía en mi boca todo su miembro y lo recorrí cuan largo era, jugando con mi lengua, mis dientes y mis labios.

-No seas avaricioso y deja que lo demás jueguen también- dije, lasciva, mientras mis manos trabajaban en su entrepierna y sonreía, traviesa-. Al fin y al cabo, esto es una celebración. Una celebración en la que participamos todos.

Entre jarra y jarra sigo atento el espectáculo, que ahora me va gustando mas cuando al fin Abbdul pone en su lugar a la perra

Me levanto con la jarra de cerveza en la mano y voy hasta ellos. Humedezco mi dedo corazon y luego lo introduzco en su ano

-una mujer muy ardiente, ¿verdad?- digo con sorna mientras empiezo a meter y sacar el dedo