Partida Rol por web

-¡TE LO DIJE!

Sonrío cuando escucho la vespa arrancando y marchándose a la carrera, y lanzo una mirada de orgullo a mi hermano.

-Te he salvado la vida -comento, dándole un capirotazo en la máscara.

Hamal: Más vale maña que fuerssa.

-A veces la solución más sencilla es la mejor -me encojo de hombros, mientras regreso a mi cama, rascándome una teta de forma distraída- que durmáis bien.

Total, vamos a descansar unos quince minutos en el mundo real. Más o menos. Algunos más que otros. Depende de lo que tarden en dar señales de vida.

¿Soy yo, o desde que estamos en Valladolid el tiempo transcurre como más deprisa?

Me desperté, o bueno, me mediodesperté. ¿Era un sueño o no? Parecía que alguien intentaba entrar en la casa, y Olvia decía algo de coger una escopeta. ¿En serio? Y lo peor, es que alguien había caido en la treta. puajj, tenía mucho sueño, con lo que me volví a dormir.

...

abro los ojos. Todo silencioso. Y pensar que como mortal roncaba, echo de menos el hacerlo, quizás porque era algo de mi. A cambio, no tengo que preocuparme de mis pulmones contaminados por el tabaco... si fumase. Buah, tampoco puedo. Me dedico a cambiarme en silencio, quizás mi cuerpo ya no huela con facilidad, pero la ropa sí. Lo hago a plena vista, el pudor es algo que no me importa, soy un cadáver hermoso, que disfruten de mis curvas.

- Vaya, parece que se acabó de esconderse debajo de la cama. ¿Y la perdida de la postura defensiva qué? ¿Ya no necesitamos un bunker? En fin, vamos afuera, a llegar a Valladolid, a buscar a esos tipos.

Jacobo observó envuelto en mantas a Olivia resolver la situación de una manera mucho más sencilla que la que había propuesto él. Cuando su plan resultó tener éxito, se deshizo de su armadura y se encogió de hombros. Sí, tendía a sobreanalizar las cosas. Aun así, los ojos que asomaban por los cristales de la máscara miraron a su hermana con reproche. 

"Espero que no vuelvan antes de que anochezca, Oli. Sino, tendremos un problema de verdad".

Después volvió a la cama, donde se encontró a Hamal sobre el hueco que había dejado él en el colchón. Forcejeó con su cadáver para hacerse un hueco, y se acostó a su lado. 

Cuando despertó unas horas después, se sentó en un lado de la cama, estiró los dedos y hurgó con ellos bajo la máscara, para frotarse la cara. Se volvió y volvio a zarandear al Gangrel como ya había hecho antes. 

"Hamal, venga. A este país se viene a trabajar". 

Arrancó el cargador del enchufe y echó un vistazo a las últimas noticias en el móvil mientras, despreocupadamente, caminaba hacia el salón. 

"¿Alguna idea de por donde empezar?" 

Salva está cambiándose de ropa, para un programador aleatorio no está mal. 

Bien hecho Olivia, anoche me quedé pillado, pensar en caliente no es mi fuerte, programar ok, pegar sin ton ni son vale, pero responder con algo inteligente que decir... no es lo mío. 

Deberíamos entrar en Valladolid cuanto antes. Las cosas se podrían complicar, cuanto antes encontremos a Lu, Lucio, mejor. 

¿Pantalones de vestir, camisa y una corbata a medio apretar para perseguir vampiros? Está claro que Vampiro la Mascarada es un juego aspiracional, pero es demasiado para un gangrel, no termina de encajar en los estereotipos de clan, ¿qué puede pintar aquí este pnj insulso? 

Por unos segundos me hago la remolona en la cama, como si realmente hubiese dormido en lugar de morirme durante el día, y me remuevo entre las sábanas hasta que finalmente el movimiento general me obliga a ponerme en pie. 

Diablos.

Comienzo a vestirme con desgana. Tanta, tanta desgana que casi meto los dos pies por el mismo camal del pantalón vaquero, y acabo cayendo de cara contra la litera. Auch. 

Me incorporo rápidamente, como si no hubiese pasado nada, y me pongo la camiseta con velocidad, para darme cuenta después que todavía no me había puesto el sujetador. ¡JOOO!
Madrugar nunca ha sido lo mío pero esto es ridículo.

Me visto y desvisto un par de veces hasta que finalmente está todo en su sitio, y escucho de reojo las palabras del sorprendente-gangrel-trajeado.

 pero responder con algo inteligente que decir... no es lo mío. 

-¿"Manolo-trae-la-escopeta" es algo inteligente? -Miro hacia mi hermano. Tío, al menos podrías lavarte los dientes- Mira, Jacobo. Ahora la inteligente de la familia soy yo.

Fancy gangrel says: Deberíamos entrar en Valladolid cuanto antes. Las cosas se podrían complicar, cuanto antes encontremos a Lu, Lucio, mejor. 

Avocado face says: "¿Alguna idea de por donde empezar?" 

 Me muerdo el labio inferior, pensando.

-Pues deberíamos ir a garitos de vampiros. No es que sean mi sitio favorito de Valladolid, después de lo que le hicieron a mi hermano -y a Benjamín...- pero es un buen sitio para empezar con el "quién sabe dónde". 

Me peino con los dedos, de forma descuidada, mientras reviso la indumentaria del tal Salva-si-no-veo-su-cara-siempre-se-me-olvida-de-que-está-ahí-así-que-habla-más-a-menudo.

-Oye, ¿tú vas a buscar a Lucio o a una entrevista de trabajo? ¿Qué hay en el pen que mangaste del despacho del lasombra? ¿Qué signo eres?

El espectáculo de la malkavian es deprimente. Y lo peor es que no he soñado, lo de la escopeta era real. que miedo. Un poco más y nos convierten en barbacoa, porque la jefa de la operación era la loca.

- Bueno, se supone que tengo este pequeño medallón de sangre ¿Alguien sabe como funciona? Porque yo bruja no soy y se les olvidó el manual de instrucciones. Jo, ni que fuesen Tremerés con tanto secretismo.

Salva se vuelve nervioso hacia la Malkavian.

¡No tengo nada Olivia! El pendrive es el que tenía las imagenes de Valladolid que puse en la reunión con el principe. No sé por qué me estás rayando. No tengo ningún ordenador aquí, quédatelo si quieres. Si hubiera cogido un pendrive del despacho y te lo doy ahora, ¿cuándo lo he visto?

Resopla. Malkavians.  

Soy Aries. 

-

El medallón se asemeja a un reloj de bolsillo, parece de hojalata y está abollado y sin lustre. De un primer vistazo parece una brújula común. En el centro un disco que cubre casi cuatro quintas partes del artefacto se mueve lentamente, tiene los puntos cardinales marcados y parece que el norte se dirige hacia donde debe. De un segundo vistazo rodeando el disco, en una especie de aro hueco de cristal, una gota de lo que inconfundiblemente es Vitae de desplaza con más calma aún hasta apuntar hacia la ciudad. 

Hamal también vió a Salva hacer algo raro en el despacho de Lucio y ahora lamentaba no haberse despertado durante el día para cachearle mientras dormía. Sencillamente no se acordó del tema y ya era demasiado tarde. Pero ¿Y si Salva escondió el pendrive o lo que fuese en el baño? El baño es de donde lo vieron salir al llegar a la casa así que fué allí como quien no quiere la cosa y echó un vistazo. ¿En qué parte del baño escondería él un pendrive o lo que fuese?

¡No tengo nada Olivia! El pendrive es el que tenía las imagenes de Valladolid que puse en la reunión con el principe. No sé por qué me estás rayando. No tengo ningún ordenador aquí, quédatelo si quieres. Si hubiera cogido un pendrive del despacho y te lo doy ahora, ¿cuándo lo he visto?

Aún siento el pendrive presionando dentro del bolsillo de mi pantalón, y me meso la barbilla con desconfianza.

-Bueno, darme el pen a mí podría ser un truco de despiste. Bah, yo qué sé. Sé que todo tu rollo con el robo y eso es una especie de gancho de historia, pero no sé por dónde vas, así que toma.

Meto la mano en el bolsillo y saco el pen, para lanzárselo.

-Puede que me arrepienta más tarde, pero eso será problema de la Olivia del futuro.

En fin. Aries tenía que ser.

 Bueno, se supone que tengo este pequeño medallón de sangre ¿Alguien sabe como funciona? Porque yo bruja no soy y se les olvidó el manual de instrucciones. Jo, ni que fuesen Tremerés con tanto secretismo.

Me aproximo hacia Rebeca, mirando por encima de su hombro para observar el medallón.

-Yo diría que es una brújula que nos conduce hacia el dueño de la sangre. ¿Por qué iban a tener sangre de Lucio, en primer lugar? ¿Alguien me recuerda por qué tenemos esto? Es que no estaba escuchando a la monja...

—Venga, dadle un respiro —dijo Jacobo, apoyando una mano en el hombro de Salva—. No creo que las monjas de 500 años de edad sepan realmente como usar un pincho. 

Después caminó de puntillas por entre todos ellos, observándolos de cerca. Cuando pasó junto a Olivia le sacudió la cabeza, despeinándola, en plan juguetón, y al final se paró frente a Rebeca. 

—¿Puedo llevarla yo? La brújula, quiero decir. Confieso que me intriga. He dedicado mi vida a la hematología, y... bueno, aspectos como ese —señaló al medallón, y la gota de vitae que iba y venía en su interior— no son nada que pueda ver uno con el objetivo de un microscopio. Además, creo que me pega más a mí. No os ofendáis, pero llevais unas pintas muy raras en general. 

Tendió la mano a Rebeca para que se lo diera. 

- Miro al nosferatu- Bueno, si te gusta llevar una diana en la cabeza, no es mala idea. Aunque creo que el que tiene las pintas más estrafalarias eres tú, cariño. Me imagino que nadie te verá con la ofuscación y todo, pero yo soy una chica perfectamente normal, quizás con ese halo que da la presencia no muy discreto, pero nada más. Eso si, tú. Tu hermanita parece que está un poco despistada, prefiero no dejarle nada a ella, a ver si no presta atención al camino y acabamos con otro tipo de pinchos en el cuerpo. Lo siento, Oli, me pareces majísima, pero tu hermano me parece alguien más seguro para estas cosas.

Le doy la brújula.

Salva se nota un poco agobiado

Olivia, de verdad, no tienes que preocuparte por mi, solo quiero encontrar a Lucio y que volvamos a casa. Podría estar en peligro será mejor que salgamos cuanto antes. Yo solo...

Suspiro

Entonces, ¿dónde marca la brújula?

-Sólo mi hermano tiene la potestad para llamarme Oli -Le comento a Rebeca, mientras me lavo los dientes frotándolos con el dedo índice- Porque le partí un diente de pequeña. Pero si quieres puedo partirte uno a ti también.

Aun así, me aproximo un poco para observar la supuesta brújula, pero al no encontrarle ningún sentido, me encojo de hombros.
-¿Alguien con ocultismo? ¿Nadie?

Hamal pidió la brújula a Jacobo y la examinó antes de devolversela.

Bueno, es una brújula. Independientemente de cómo haya sido construida y lo inexplicable de su existencia, todos sabemos seguir una brújula. Sigamos la dirección hacia la que apunta, debería ser fácil.

Salva, ¿sabe el principe de Valladolid que vamos?¿Es necesario que nos presentemos ante él o podemos centrarnos en encontrar a Lucio? Sugiero que nos pongamos en marcha cuanto antes.

El mecanismo no es complejo, por un lado hay una brújula normal y corriente que parece indica al norte. Alrededor de la brújula hay un aro hueco de crital con una gota de sangre. Si movéis la brújula, la gota de sangre se mueve por el aro para apuntar a la misma dirección siempre: hacia la ciudad. 

Observo atentamente cómo se mueve la gota de sangre y la aguja la sigue inmediatamente, y lanzo una risilla.
-Venga, leches. Pongámonos en marcha ya. ¿Quién conduce?

Recojo la chupa del suelo para ponérmela sobre los hombros, con un breve pensamiento. Tío, si el príncipe sabía que nos iba a enviar a una misión fuera de Madrid, podría habernos avisado para que cogiéramos una muda de ropa. O al menos un peine. Que no nos movemos al dormir pero la coleta la llevo torcida igual.
Lo cierto es que el príncipe piensa muy poco en nosotros. En las próximas elecciones, voto a otro.

La brújula no me dice nada, más allá de donde ir. Odio a los magos, hacen cosas raras que yo no entiendo.

- La tradición nos obliga a presentarnos. Hacer lo contrario da pie a que si tiene cualquier contencioso alguien nos conviertan en más fiambres de lo que somos. Yo puedo conducir, pero no soy James Bond, como toque movimiento nos pillan seguro.

Hamal se quedó esperando a que Salva les aclarase si debían presentarse o si tenían licencia.