Partida Rol por web

Un potente grito de Tembaqui marca el inicio del combate mientras corráis a por vuestras armas

Las dos mujeres llegan algo retrasadas, a tiempo para recibir las ordenes de Boring, pero antes de que puedan obedecerlas o negarse a ello, Molly coge el rifle que carga Lady Cottonwell y amenaza al porteador.

Por su forma de cogerlo es evidente que no sabe manejarlo, pero eso dificilmente lo podría decir alguien que tampoco sepa manejarlo, el porteador suelta lo que estaba cogiendo, que cae al suelo revelando algunas de vuestras escasas provisiones y soltando un grito sale corriendo

Un nuevo grito llega desde detrás del terraplén, este no parece de desafío, sino de dolor

Si no tuviera miedo sería un loco, Jim. - Dijo Maurcie recordando la voz del sargento Callahgan cuando invadieron una colina en Sudáfrica. Antes de hacerle caso vio todo el lío con los porteadores ladrones. El cuasi cómico gesto de Molly agarrando el fusil hizo que se les cayera su botín y huyeran.
Cuando Boring se iba a agachar a coger las provisiones que habían dejado los dos porteadores,escuchó un grito escalofriante desde detrás del terraplén. Desde luego, aquel día no ganaba para sustos. Durante un instante se quedó petrificado. Rápido Jim, debemos movernos. Y con su rifle echó a correr hacia el lugar del grito. Antes de partir también dijo. Señoras, deberían quedarse aquí y reunir las privisiones que puedan. Si no regresamos pronto...huyan con ellas. Ya poco le importaba al periodista el protocolo con Lady Cottonwell, estaban en una situación de vida o muerte y en ese tipo de situaciones no había rangos.

El guía corrió terreno arriba, simplemente esperando que Boring lo siguiera. Echando el rifle al hombro, al llegar al terreno elevado buscó al monstruo con su mira, el dedo acariciando el gatillo.

Los hombres se movían corriendo, los porteadores se marcharon dejando atrás su botín, pero solo el grito de dolor de Tembaqui hizo reaccionar a Lady Cottonwell, quien nerviosa y asustada se giró hacia ellos para ver qué ocurría.

Sin embargo, desde donde se encontraba ahora, no podía verlos, ya que el terraplen ocultaba aquel horror de su vista, lo cual no supo si la aterrorizó más o la despertó de su aletargamiento.

- Dame Molly, ten cuidado. Tomó con cuidado el rifle de las temblorosas manos de su dama de compañía. Coge las provisiones, hay que huir de aquí, aunque... tiritó por un instante, no tanto de frío como de miedo. Deberíamos coger algo de ropa primero.

Los dos hombres suben el terraplén atentos a lo que pueda haber detrás mientras Molly y Lady Cottonwell quedan atrás

Cuando subís el terraplén contenéis involuntariamente la respiración por un momento, es evidente que el combate ya a acabado, pero aun se escucha un sonido de alguien manipulando.

La bestia sigue visible, agazapada sobre el que debe ser el cuerpo de Tembaqui, es difícil saber si esta vivo o muerto, aunque el resto de los cuerpos en el campamento no os da muchas esperanzas. No veis que puede estar haciendo con Tembaqui, pero produce un sonido extraño, como de electricidad estática, si eso es posible.

La escena está escasamente iluminada por el fuego a unos pocos metros pero la bestia (¿Chango?) tiene algo raro en un brazo, como una mancha de color verde fosforescente

Jim lleva completamente el rifle al hombro; toma aire, lo contiene y exhala al momento de apretar el gatillo.

Boring subió el terraplen silenciosamente junto a Jim. Allí estaba la bestia inmunda, haciéndole algo a Tembaqui. Era el momento de cogerlo por sorpresa por lo que se llevo el dedo a la boca indicándole a Jim que había que mantener el silencio y se puso de rodillas en el suelo. Acomodó su rifle en posición de disparo y enfocó con la mirilla lo que debía ser la cabeza de aquel animal fabuloso. Por primera vez se fijó en sus extraños cabellos. Aguantó la respiración y su dedo apretó el gatillo.

Molly se alegraba de ver a Lady Cottonwell reaccionar por fin, aunque la situación era cada vez peor. el grito de dolor de Tembaqui no auguraba nada bueno, y poco podían hacer ellas. Dejó que Milady tomara de nuevo el rifle, y se dispuso a recoger el fardo de provisiones y volver a meterlo en la tienda.

- Milady, vaya a ponerse ropa seca pero tenga mucho cuidado. En cuanto a huir nosotras dos solas, no creo que podamos cargar con muchas provisiones, mejor sería defender la tienda de nuevos saqueos, armarnos, y rezar por que el Sr. Farewell y el Sr.Boring logren acabar con el monstruo y regresen. Intente hablar con la anciana y los niños y que vengan a refugiarse aquí. Tal vez ella sepa decirnos algo más de...esa cosa.

- No tendrá compasión con nosotras Molly, no podemos quedarnos, huir es nuestra única oportunidad, aunque no tenemos por qué irnos muy lejos, simplemente escondernos bien. Aquí en la tienda somos un blanco demasiado fácil. dijo mientras se quitaba rápidamente la ropa y se ponía lo primero que pillaba.

- Recoge comida y agua, es lo único que necesitamos. Yo cogeré algo de munición. mientras terminaba de ponerse ropa, sin prestar ninguna atención a su rostro o su cabello, ambos embarrados, siguió diciendo tal y como en su mente se iban asociando ideas. Tienes razón, hay que buscar a la anciana, hay que protegerles también.

Los dos disparáis sobre la criatura, que en el último momento salta a un lado con la velocidad de una vibora, sorprendente en un ser tan grande.

El disparo de Jim acierta en su costado haciendo brillar en la noche el líquido fosforescente que tiene en el brazo donde le hirio Tembaqui, su sangre suponéis, en cambio el disparo de Maurice falla.

La bestia se revuelve hacia vosotros y veis con estupefacción como algo en el hombro que teníais por un adorno parece cobrar vida y miraros, es como un cañón que os apunta y del que surge un rayo en vez del esperado disparo, este alcanza a Jim en el pecho lanzándolo hacia atrás de modo que rueda terraplen abajo al lugar donde las mujeres os contemplan sorprendidas

De repente Maurice se da cuenta de que se encuentra solo frente a Chango

No hace falta buscar mucho para encontrar a Rumbidzai y los niños, acurrucados junto a una de las tiendas, los niños evidentemente aterrorizados.

Estos sueltan un grito cuando Jim y Maurice disparan, la respuesta no se hace esperar y es tan sorprendente como terrible, un pequeño rayo rojo alcanza a Jim en el pecho atravesándolo limpiamente, Jim cae de espaldas y rueda terraplen abajo acabando de nuevo en el campamento, inmóvil

Maurice se quedó boquiabierto cuando vio como algo que salía del hombro de la bestia disparó algo que alcanzó a Jim. Antes este había acertado en el costado al animal y, para sorpresa del periodista, la sangre que había salpicado era azul. Eso le hacía confirmar algo: ese ser era lo más extrraño que había visto. De ser un mamífero su sangre debería ser roja y dudaba mucho que pertenciera a otro grupo animal. Antes de que pudiera correr a socorrer a Jim se fijó en como la bestia lo miraba frente a frente. En ese momento se le paralizó el corazón. Aquella bestia estaba hecha de otra pasta. Sin saber bien que hacer comenzó a cargar el arma y a recular hacia atrás lentamente, como esperando que el ser no se sintiera amenazado por él.

Molly lanzó un grito al ver cómo Jim caía atravesado por un extraño rayo, y corrió hacia él sin pensar en nada más que en socorrerlo.

- Sr. Farewell...Jim, respóndame...no puede morirse, usted no - su voz era casi un susurro, en el que se adivinaba un esfuerzo por contener las lágrimas. Pero Molly sabía que había cosas más importantes que hacer que llorar. Intentaba hacerse una idea de la gravedad de la herida para practicarle al menos unos primeros auxilios.