Partida Rol por web

Lady Cottonwell buscó con la mirada a su esposo y trató de averiguar qué estaba pasando, o al menos quienes eran los que discutían.

Tras tantas discusiones parece que ya esta decidida la acción, Costigan con 2 soldados, Fondec, Lord Cottonwell y Bill ya están preparados para salir, mientras Jim, Boring y los otros dos soldados se quedarán en el campamento.

Lady Cottonwell se asoma finalmente en su tienda y los ve dispuestos para salir, detrás de ella se asoma Molly

Boring estaba decepcionado y aliviado a la vez. Parecía que no le gustaba mucho a Costigan - quién le gusta a ese hombre - o no se fiaba de él. El asunto del disparo a la leona quizás le hubiese hecho decidir dejarlo allí. O quizás olo fuese que no le gustase tener a un periodista cerca si se hacían cosas poco éticas. Como exsoldado eso era un afrenta hacia su persona, pero no pensaba decir nada, ya que como periodista, que era en aquel momento, era un alivio no tener que acudir a una misión peligrosa como aquella. Así pues, se resignó y espero a que se marcharan para despedirlos. Quizás podría sacar unas buenas fotografías cerca del campamento.

Lady Cottonwell miró a su esposo, esperando obtener una respuesta a su plegaria interna de que no se fuera rumbo a aquella peligrosa misión, al parecer partían con él más de la mitad del campamento, y dejaban atrás a mujeres y heridos, continuaba pensando que no era buena idea, les dejaban indefensos y mucho más vulnerables. Sin embargo, Dorothy salió de la tienda por completo, seria y entristecida, y allí se quedó de pie observando cómo partían, sin saber si volvería a verles vivos, o si ella misma estaría sana y salva cuando regresaran.

Jim esperó a que se marcharan, observando a Boring de reojo. Tenía cosas que conversar con ese hombre, si solo ellos quedaban en el campamento.

Molly salió de la tienda tras su señora y observó la escena. Al parecer volvían a dividirse, y esta vez la expedición no era precisamente para cazar animales. Molly los miró con preocupación y tristeza; el apasionante safari se había convertido en algo peligroso y ya nadie se divertía.

Advirtió que, de nuevo, quedaban al cuidado del señor Farewell y un par de soldados. Lo miró de reojo, parecía que se encontraba un poco mejor, pero temía que sólo estuviese haciendo de tripas corazón. No había descansado lo necesario y la convalecencia no estaba siendo nada tranquila.

Una vez mas un grupo se marcha, esta vez en busca de una presa mucho mas peligrosa, mientras desde el campamento los que se han quedado observan con incertidumbre