Partida Rol por web

Maurice estaba totalmente desorientado. Había llegado al campamento debido a un débil grito, pero allí no parecía haber nadie que hablara su idioma. Ni las mujeres ni Jim estaban en el lugar, por lo que decidió investigar por su cuenta preguntando a los porteadores y soldados. Su intento fue en vano. Después todo se descontroló en un instante. El grito de Jim pidiendo ayuda, las mujeres corriendo saliendo de la nada y el soldado sangrando por el cuello como un cerdo. Boring se acercó al hombre tendido pero vio que ya era demasiado tarde. Estaba muerto. Sin poder evitar un gesto convulso dijo: - Pero, ¿qué ha pasado Jim?

Las manos llenas de sangre, aún haciendo presión, el guía levantó la vista hacia el fotógrafo. Escuché un grito, y un forcejeo, mientras simplemente caminaba buscando un lugar tranquilo para fumar un cigarrillo. Y entonces lo ví, aquí caido. 

Con una mueca de pesar retiró las manos. Creo que es demasiado tarde, ya está muerto. Lástima el francés no esté aquí; tal vez él hubiera podido actuar para salvarlo.

Señaló luego una marca ensangrentada en el pecho. Eso es extraño, no lo creen ustedes?

Boring acercó la mirada a la marca para verla mejor. ¿Qué marca?

Molly miraba al muerto desolada. No había nada que pudiesen ya hacer por él, eso lo sabía. Y aun así, se sentía extraña y absurdamente responsable. Las lágrimas acudían a sus ojos, pero se dijo que debía ser fuerte, y no llegaron a brotar. Cuando Jim señaló la marca en el pecho del soldado, se aproximó un poco más para observarla.

Al contrario que Molly Lady Cottonwell no pudo con la presión de ver morir aquel pobre hombre, las lágrimas salían solas y bañaban su dulce rostro, mientras sollozaba y convulsionaba de nerviosismo.

No atinaba a articular palabra pero aún así se acercó para ver lo que el guía trataba de mostrarles.

Cuando Jim lo señala todos os dais cuenta de que en el pecho del soldado hay un extraño dibujo grabado a cuchillo, nítido pese a estar aun sangrante

Boring puso su dedo sobre la marca del hombre e intentó recordar donde había visto aquel dibujo con anterioridad.

Lady Cottonwell se acercó para observar mejor la marca de la que estaban hablando, le recordaba algo pero no sabía bien a qué.

Todos estáis perplejos por el extraño símbolo grabado en el pecho del soldado, incapaces de identificarlo. Aunque una cosa es evidente, tanto la herida que lo mato como la del pecho son muy recientes, su asesino no puede estar muy lejos.

A vuestra espalda el campamento con sus tiendas, desde donde algunos porteadores miran con curiosidad vuestra reunión, sin saber aun del asesinato.

Frente a vosotros la sabana, salpicada de pequeños bosquecillos donde un hombre o grupo pequeño podría ocultarse con facilidad, incluso los arbustos que se elevan del ondulante paraje serían buen escondite

¿que hacer a continuación?

Jim se separa lentamente, llevando una mano a su pecho mientras se sienta cerca del cuerpo. La herida no cierra completamente aún, y el esfuerzo desata espasmos de dolor. Quien sea que haya sido, no puede estar lejos. Llama a Tembaqui y al otro soldado. Rápido, dispérsense y busquen en los arbustos. Pero no sean valientes, cualquier cosa extraña den la alarma y acudiremos todos.

Se vuelve a Lady Cottonwell y Molly. Tal vez sea mejor que permanezcan en su tienda, si puedo sugerirlo, damas... Mientras amartilla su rifle. Aún sentado, si alguien da la alarma puede incorporarse y volar una cabeza a 100 metros. 

- En casos como este confío en usted, Señor Farewell. Estamos en sus manos, pero por favor comuníqueme cualquier cosa que ocurra, me gustaría estar informada de todo. Estaremos en nuestra tienda y tendremos también las armas cargadas. miró a la sabana nerviosa y preocupada, espero que esto no alerte más a los porteadores y decidan marcharse sin avisar. Fue más un susurro llevado por el viento que otra cosa, después se marchó a la tienda y se preparó para estar lo más alerta posible.

- Yo les acompaño, señoras. - No pensaba dejar a las dos damas solas con un demente por allí. Cogió su rifle y se dispuso a seguir a Lady Cottonwell y a Molly. - Farewell, si me necesita dígamelo. Hay que encontrar a ese hombre.

Al poco llega el otro soldado completando su ronda, contempla a su compañero con la boca abierta incapaz de reaccionar hasta que Jim le da una orden y con movimientos un tanto mecánicos se apresura a obedecer, aunque en cuanto se aleja unos diez metros su paso se vuelve muy lento y precavido, después de todo está solo

Tembaqui tarda un poco mas en llegar, aunque cuando lo hace su expresión de sorpresa es el vivo retrato de la del soldado, pero se recupera mas rápidamente y se arrodilla junto al cuerpo, luego asiente a Jim

-mandaré porteadores, ellos solo armados con Machete, pero asesino igual-

Antes de que las damas y Boring se alejen pregunta señalando el pecho del cadaver -¿llamo a mujer-sabia? ella igual sabe que es eso-

Jim asiente. Pero no aquí. No atraigamos animales, o más insectos. En cuanto hagan una ronda para asegurar los alrededores, cavaremos un pozo y lo enterraremos.

Despacha a Tembaqui con una mano, y le dice algo en voz baja.