Partida Rol por web

-¿No? Pues dime tú cómo estás y así no me equivocaré...- me cruzo de brazos y la miro algo enfurruñada, apenas un instante antes de reír sonoramente.
-De colorines... No, eso es demasiado incluso para mí, me gusta más así- admito volviendo a mostrarme animada y sonriente antes de sujetar su brazo.

-Claro, claro, yo no seré la que le avise, él se encarga no te preocupes- empezamos a alejarnos hacia las puertas que dan acceso al pasillo sur, pero antes de atravesarlas me giro hacia Hamza dirigiéndole una mirada más significativa de lo que puedo expresar con palabras, limitándome a mover la mano a modo de despedida antes de dejar el pasillo en silencio y soledad, cómo tan a menudo.

Abandonamos los pasillos y entonces suelto a mi compañera con un hondo suspiro que parece que me vaya a desinflar. Aminoro un poco el paso, y aunque mi intención era dirigirnos a la Sala de Recreo decido desviar el rumbo saliendo al exterior.
No me importa que me graben pero no me apetece que también puedan escuchar lo que tengo que decirle, así que me acerco a un banco de piedra dispuesto en el amplio jardín.

Tomo asiento y coloco la extensa y vaporosa falda con cierta insistencia. Me va a costar más de lo que creía soltarlo, no puedo creerlo.
Carraspeo y me obligo a hablar de nuevo, con algo más de seriedad que hace un momento.
-Han pasado muchas cosas en muy poco tiempo, ¿verdad? Pero estoy convencida de que nosotros seguiremos unidos, si había que prescindir de un Hermano me alegro de que haya sido Esmeralda- admito sin pelos en la lengua -¿Quién crees que podría adoptar ahora su papel?- le pregunto mirándola con curiosidad.
Yo nunca me he considerado demasiado lista para tomar decisiones tan importantes con corrección, además confío plenamente en ella y su opinión me interesa.

Le doy algo de tiempo para que responda, en realidad sé que la decisión será debidamente tomada en la sala de reuniones, pero supongo que me ando un poco por las ramas de forma inevitable antes de volver a carraspear con más incomodidad que hace un instante.
-Recuerdas umm... ¿lo que viste ayer? Después de que fueras a buscar a Iván y ambos volvierais con esa nevera...- sujeto los pliegues de la falda y los revuelvo entre mis dedos algo tensa.
Qué absurdo, casi podría decir que me siento algo avergonzada por hablar de esto, parezco una idiota... Espero que sea por la falta de costumbre.

Solo cansada, ayer pasaron demasiadas cosas que bueno... no hay marcha atras asi que habra que asumirlas. replico con las manos en los bolsillos mientras salimos fuera, la verdad es que esa mirada y el gesto. Anoche ya entrevi algo cuando los pille por casualidad digamos que...

Cuando nos sentamos apoyo las manos atras y miro al cielo.

Cita:

Te miro y me encojo de hombros. Puede parecerte eso ahora, pero recuerda todo lo que hemos vivido juntos. Tal vez fuera prescindible, pero la manera en la que se fue...melodramatica como poco. Tal vez Dominic, pero no estoy segura

Cita:

Vagos recuerdos tengo del momento, pero deberias pensar que es tu Ductus tambien y... si eres feliz no pasa nada, si ambos lo sois. prefiero esperar a que continue tal vez me lleve una sorpresa mas aun.

-No sé, la verdad es que desconozco cómo se marchó, sólo que lo hizo y que ahora hay un juramento de sangre de por medio... Pero su actitud siempre fue demasiado egocéntrica para ser nuestra guía espiritual- digo mi opinión sincera al respecto.
Por supuesto vivimos cosas juntos y eso es algo que seguirá en nuestro recuerdo, pero nunca me acabó de convencer su forma de actuar y pensar, solía incomodarme muy a menudo...

Mis manos se detienen y se aferran con mayor fuerza a la tela hasta que los nudillos se ponen blancos, en realidad apenas perceptible a causa de la palidez de mi piel. ¿Cómo se puede ser tan ambigua en una sola frase?
Me quedo algo aturdida y dubitativa.
-¿Qué quieres decir con lo de que debería pensar que es nuestro Ductus?, ¿qué tiene eso que ver...?- no acabo de comprenderlo. ¿Acaso el cargo supone alguna diferencia que no he tenido en cuenta? Supongo que es posible...

Nada cielo, me alegro por los dos, pero significa que el tiene responsabilidades. Tiene que asumirlas ahora mas que nunca, sabe que puede contar conmigo para lo que sea. sonrio mirandote y aliso un poco la falda

Debiste ponerte la que te regale, te queda mucho mejor, esta es un poco...bueno, muy de tu estilo.

Olvida a Esmeralda, lo que anoche ocurrio si te lo ha contado Hamza fue...solo espero que el juramento que se produjo haga que sea rapido el final, muy rapido. Bueno ahora dejando cosas tristes a un lado, ¿tienes pensado hacer algo hoy?

-Pero de qué te alegras si ni siquiera he dicho nada...- la miro algo perpleja y acabo por reírme negando con la cabeza, estirando las piernas para ver mis botas y la falda.
Tenemos gustos dispares, es inevitable, a mí me encanta la ropa que he elegido para hoy, de hecho me he tomado mi tiempo en prepararme, cosa poco habitual... Pero me siento animada después de todo, además quizá vemos a Vasily.

Apoyo las manos en el banco y alzo la mirada hacia el cielo estrellado encogiéndome de hombros.
-No, no tengo anda demasiado pensado pero será mejor que nos quedemos en el Refugio por si al final hacemos esa reunión... Sólo quería pedirte que respetaras lo que viste...- supongo que con eso será suficiente para que me entienda, no me apetece dar demasiados detalles al respecto y ella es lo suficientemente lista.
De hecho incluso deduce más de lo debido por lo que parece, pero lo prefiero así a que se produzca algún tipo de situación incómoda en la que sienta ganas de partirle en cráneo cómo si de una sandía se tratara.

-¿Qué crees que deberíamos hacer con su cuarto?- pregunto al final apoyando los robustos zapatos en el borde del asiento, apoyando las manos en las rodillas para mirarla con curiosidad.
-Yo la quemaría, pero supongo que es demasiado peligroso- entorno los ojos con cierto fastidio y espero su respuesta mientras se me ocurren otros pasatiempos...

¿Quien sabe de que me alegro? replico encogiendome de hombros pues entonces nos quedaremos, vere alguna pelicula o si quieres te acompaño a visitar el invernadero

Te miro y luego al cielo no voy a decir nada, sois los dos adultos para saber que quereis que no.

Niego y suspiro Dejalo, lo haremos despues de la reunion, pero si sigue algo de ella ahi, lo mejor seria quemarlo tras ver si es peligroso

La verdad es que las palabras de Steff me dejan un poco aturdida, con tantas frases en el aire sin terminar. ¿Por qué se hace la misteriosa...? No acabo de comprenderlo pero supongo que es innato en ella hacerse la interesante.
Decido pues hacer algo de caso omiso en lo referente a lo que acabo de comentarle, lo único que quiero es no tener que enojarme por malentendidos de acercamientos inoportunos, para las demás decisiones seguiré mi propio instinto, cómo siempre.

Me levanto del banco con un pequeño salto y miro hacia el invernadero.
-¡Vale! Podemos darnos un baño en el estanque, ¿sabes que ahora hay peces?- sé de sobras que no tendrá la menor idea, ella nunca entra ahí dentro, apuesto a que ni si quiera le hace demasiada gracia la idea.

No, no lo sabia cieloreplico levantandome y sonrio un baño no estara nada mal, vamos pues asiento y te guiño un ojo.

Esta noche va a ser una noche muy larga, la mas larga que he vivido hasta ahora, creo que la gente va a tener que asumir los actos de la noche previa.

Espero que no te bañes con esa ropa, luego irias chorreando por todo el refugio hasta que se secara me rio y comienzo a caminar hacia el invernadero.

La acompaño en su risa y empiezo a andar animadamente, dando algún que otro salto y haciendo la rueda hasta llegar a la entrada.
-Tranquila me quitaré la ropa, ya sabes que no tengo demasiadas manías con eso...- me encojo de hombros quitándole importancia al asunto, sujetando la sucia puerta hasta que ella pasa al interior.

Al principio el invernadero ofrece un aspecto de lo más dejado y abandonado, con plantas en mal estado o demasiado crecidas, por lo que hay que ir esquivando y apartando algunas raíces u hojas, pero a mí no me incomoda...
Enseguida llegamos hasta la fuente, en mejor estado que las plantas que la rodean, ascendemos por un lateral y llegamos hasta el estanque lleno de nenúfares que "presta" su agua más abajo.

-¿A que son bonitos?- digo felizmente cuando empiezo a distinguir a los coloridos koi por debajo de la superficie, empezando a quitarme las botas y desvestirme aunque de momento dejo la parte superior, no pretendo bañarme tanto, al fin y al cabo tendremos que salir de un momento a otro.

Gracias susurro sonriendo al pasar mirandote y caminando al interior. La verdad es que no he estado mucho dentro, no es algo que me atraiga mucho, para otros talvez, yo prefiero en gimnasio para desestresarme al menos no se queja el saco si le doy tan fuerte que le rompa por error.

Si, son preciosos replico mirandolos y asiento mientras me siento en el borde de espaldas mirandolos de reojo con la pierna flexionada y el codo apoyado en la rodilla con la cabeza apoyada en los dedos flexionados. Se respira paz, lo que necesitaba anoche. No habia pensado que tuvierais aqui peces, me recuerda a cuando era pequeña y me regalaron uno un dia de feria, aunque era mas pequeña

-¿En serio? Ese recuerdo suena bien...- comento mirándola con un pequeño ápice de envidia mientras me meto en el agua despacio para no resbalar, mirando un rincón alejado del estanque y riendo por lo bajo al recordar "algo", aunque enseguida me quedo quieta con el agua cubriéndome hasta los muslos, observando desde aquí a los relucientes peces y dejando que se acerquen de vez en cuando.

-La verdad es que apenas hace un par de noches que los pusimos, espero que estén bien y puedan acostumbrarse al hábitat- eso me recuerda que debería haber acondicionado el sitio desde hace tiempo, pero estas últimas noches han sido una locura...
Sin más aprovecho el momento de tranquilidad que tenemos para empezar a arrancar algas, acabando de desvestirme y entreteniéndome bastante con la labor. Podría pasarme horas con esto hasta que alguien venga a buscarnos.

Algun dia te lo contare, fue antes de que mi padre muriera, es de los pocos buenos recuerdos que tengo te miro mientras te metes en el agua y meto la mano distraida para jugar con el agua entre mis dedos.

Son supervivientes, se adapta a cualquier sitio digo casi sin pensarlo. Son muy bonitos de verdad, tal vez me decida y tenga uno en mi cuarto, eso si lo que sobreviva sera un reto

(Contestame en al - ¿Hermano?, si puedes =PPP).

Un abrazo.

 Mi mente se pierde en medio de la nada, estoy relajado, el monstruo que habita dentro de mi alma aun duerme esta noche.

-Cómo las cucarachas...- murmuro ante su comentario de que se adaptan a todo, carraspeando intentando disimular la estupidez de comentario mientras prosigo con la tarea que me he autoimpuesto.
-Está bien pero sólo uno, no creo que sean adecuados para peceras...- y además dudo que tenga la suficiente paciencia para encargarse del cuidado de un animal a pesar de que sea un pez. Apuesto a que en cuanto empiece a oler un poco mal lo tira por el retrete.

Empiezan a pasar los minutos, silenciosos y tranquilos, sólo interrumpidos por el leve chapoteo de mis manos en el estanque y de algunos insectos y pájaros que pueblan el invernadero. ¿Estará Haytham por ahí...?
Me incorporo mirando a mi alrededor un instante y finalmente decido salir del estanque, tranquilamente y con una sonrisa, dejando toda mi ropa en un brazo y colocándome sólo las botas.

-Tengo algo de hambre, ¿me acompañas a los congeladores? Si siguen hablando podemos pasar al gimnasio a desahogar un poco de adrenalina- espero a que se levante y entonces me pongo nuevamente en marcha, preguntándome qué deben de estar hablando tanto rato el ductus y los demás.

No te preocupes, no lo sacare de aqui me levanto cuando sales del agua

Vamos a comer algo, la verdad es que tengo algo de hambre, no mucha, es extraño hoy no me he levantado con ganas de nada. Tal vez el ejercicio me haga abrirlo, necesito desentumecerme. Dos noches sin hacer nada y parecere realmente un cadaver.

Salimos y caminamos hacia el refugio, voy mas sumida en mis pensamientos que en otra cosa, es como si algo no fuera bien en mi fuero interno demasiado bien desde luego que no.

Cuando escucho el timbre de la voz de mi hermano, sonrío. Siento el acento de la paz que la meditación le produce, sosegando sus palabras, dejándolas gotear con lentitud.

Abro la puerta despacio, sintiéndome invitado por tus palabras. Al verte bajo levemente mi rostro, como saludo, tal vez con un respeto poco habitual. Sé que la situación que no espera no es rutinaria.

Una vez dentro miro tus muebles, castos y pulcros, compartiendo cierta estoicidad con mi habitación, y sin embargo mucho más sobria, menos exótica... Occidente nunca ha sido tan sugerente como mi patria, llena de olores y promesas nocturnas.

- Buenas noches, Dominic.

Doy tan sólo un paso más hacia ti, comedido, con la mirada en la tuya, profunda y relativamente preocupada.

- ¿Cómo te encuentras?

Trato de pensar en cómo encauzar la conversación, como preguntarte abiertamente por tus sentimientos hacia la marcha de Esmeralda, consultarte tu disposición a ser el nuevo guía espiritual de la manada...

Ése es mi deseo, pero tu predisposición es sin duda algo realmente importante para mí. Comprendía, tal vez mejor que nadie, la responsabilidad que llevaban consigo los cargos. Su peso.

-Quizá todo esto te ha afectado más de lo que te gustaría admitir... La verdad es que yo he tenido relativa suerte. Después de haberme enfadado con ella, los contrastes de personalidad y otras cosas que me alegraron la noche... En fin, no me está costando tanto de asimilar- me encojo de hombros mientras entramos nuevamente al refugio, tecleo el código en el panel de las puertas metálicas que dan acceso a los congeladores y coloco mi ropa por una escalera que hay apoyada en la pared antes de abrir uno de ellos.

-Quizá no soy muy buena dando consejos, pero al menos puedo escuchar si quieres desahogarte o lo que sea...- la miro de reojo, tampoco quiero presionarla a hacerlo, sólo que sepa que si necesita una mano para lo que sea aquí estoy.
Cojo una de las pequeñas bolsas de plasma y desgarro una punta antes de empezar a beber, removiéndome con un escalofrío incómodo.
Las bolsas de plasma nunca han sido mi comida favorita pero es mejor que nada...