Partida Rol por web

Agare escucho detenidamente a Laura, mientras miraba el extraño monedero, sin duda muy típico para algunos japoneses que llevaban cosas bastante extravagantes, una vez escucho lo de la pizza y que quería probar algo nuevo, comenzó a pensar.

- Bueno, podemos ir a comer a cualquier sitio, a mi no me desagrada un Itliano... también hay chinos o... bueno siempre podemos ir a mi piso, no esta muy lejos y prepararemos algo entre los dos- dijo mientras meditaba mas opciones en su cabeza, mirando al cielo como solía hacer y colocandose nuevamente las gafas en su sitio.

Me sonrojé ante la idea de ir a su casa pues nunca había estado en la casa de un hombre (sin contar a mi padre claro está). No supe qué contestar y empecé a tartamudear y a comenzar frases que nunca pasaban de la primera sílaba y acabé riéndome de manera nerviosa -Bu-Bueno... siempre he querido probar algo de comida japonesa...- miré a Agare de reojo aún sonrojada -...pero por aquí no conozco ningún lugar en el que la sirvan...- aquella frase sonó a lo que sonó, le había propuesto que hiciera algo de comida para mí o que al menos me llevara a algún sitio donde pudiera comer ese tipo de comida. Volvía reírme nerviosa y seguidamente me levanté para estirar las piernas -Ha-hagamos una cosa... yo elijo la película y tú el lugar donde comer... ¿Te parece?- dije mientras enlazaba ambas manos a mi espalda y me ponía delante de él para verle de frente. 
A medida que el son avanzaba la temperatura aumentaba y comenzaba a ser algo molesto estar al Sol. Un par de gotas de sudor se estaban generando en mi frente por culpa del gorro de lana que llevaba así que me lo saqué y sequé mi frente con mi manga dejando algo despeinado mi flequillo.

Agare rió levemente ante el tartamudeo de Laura, se levanto y le indico con la mano que le siguiera.

- Bueno, me quedan algo para hacer dos boles de ramen, si, vamos, ademas tengo aire acondicionado , podremos refrescarnos algo antes de ir a ver la peli- comenzó a caminar seguido por Laura, aunque las nubes paseaban, el tiempo estaba demasiado caluroso, y la joven no iba vestida como para soportarlo.- ¿Nunca has probado Ramen? lo único bueno del mío es que no es de sobre, mi madre suele enviarme los ingredientes para hacerlo.

Vi como Agare se levantaba y me hacía señales para que le siguiera. Algo dubitativa comencé a caminar con pasos cortos  tras él mientras hablaba conmigo. Maldecí varias veces el haberme puesto aquella sudadera. Había parecido una buan idea cuando salí de mi casa pues hacía fresco pero en aquel momento me estaba asando. Por debajo de la sudadera solo tenía una fina blusa de asillas que solía usar a modo de pijama en verano así que ni se me pasó por la cabeza mostrarla por la calle. Al escuchar "aire acondicionado" no pensé en nada más y asentí con la cabeza -¡Es buena idea!- dije mientras una gotita de sudor resvalaba por mi sien -nunca he probado el Ramen, mi padre es un poco... estricto con mis comidas y mi madre... bueno...- carraspeé un poco -digamos que, aunque no cocina muy bien, si me ve comiendo comida preparada se enfadaría mucho...- me reí un poco y aceleré el paso para quedar junto a Agare -¿queda muy lejos tu casa?- dije algo ruborizada tanto por el calor como por la vergüenza. No podía dejar de pensar que iba a entrar en la casa de un hombre y aquello me desconcertaba un poco.

- No mucho, es aquí cerca- Rehaciendo el camino de vuelta a casa, Agare miró a Laura mientras pasaban por la cafetería donde había comprado los tés, pronto, después de cruzar algunas calles llegaron a la zona de pisos en la que Agare vivía - Bueno, bienvenida a mi casa.

Subieron pocas escaleras cuando entraron en el piso, Agare dejo que ella entrara primero, cerrando la puerta tras de él, colgó el bolso en un perchero y miro a Laura, ofreciéndole colocarlo allí también. Se interno en la cocina que daba abierta a la sala.

- Sientete como en casa, Laura-san-

Seguí a Agare hasta su edificio y entré por la puerta de su piso completamente avergonzada. Mi cara estaba completamente roja pero no sabía si era por el calor o por la vergüenza. No sabía que hacer, qué decir o donde meterme para ocultarme. vi por el rabillo del ojo como colgaba su bolso en un perchero junto a la puerta y sonreí cuando me ofreció poner el mío pues yo no llevaba, la parecer no se había dado cuenta. Me hizo gracia. Entró en la cocina y me dijo que me sintiera como en mi casa pero me fue imposible. El piso era tan bonito y estaba tan ordenado que me daba miedo sentarme en cualquier sitio. Tiré del cuello de mi sudadera y di un par de pasos hacia delante para ver mejor la cocina desde mi posición -Tienes una bonita casa...- dije para romper el silencio -¿vives solo?- me parecía extraño que la casa de un hombre que vivía solo estuviera en tan buen estado pues, aunque nunca había estado en una la gente solía decir que eran unos desastres con las tareas de la casa. 

Agare sonrió a Laura mientras preparaba la comida, sacando algunos calderos y los ingredientes que su madre le enviaba cada poco, claramente congelados ya que no sobrevivirían tan largo viaje intactos.

- Muchos me lo preguntan, no paso demasiado tiempo en casa entre las clases y el trabajo, así que no ensucio demasiado, lo poco que ensucio se puede limpiar con rapidez-Respondió hasta que vio como la joven no se sentaba, casi parecía que tuviera miedo a romper algo sin darse cuenta, suspiró con una sonrisa en los labios antes de volver a hablar.- Laura ¿quieres ayudarme a hacer la comida? si sigues ahí acabaran doliéndote los pies.

Me fijaba en aquella sudadera y fruncí levemente el ceño, estaba asándose y no parecía que se la quisiera quitar.

- Quítate la sudadera, aquí hace algo más de fresco pero con eso te vas a asar.-

La pregunta de Agare hizo que se me iluminaran los ojos. Me encantaba cocinar pero nunca había tenido la oportunidad de preparar comida oriental así que sin pensármelo asentí con la cabeza y avancé hacia donde estaba él. Había dado un par de pasos cuando Agare volvió a hablar y sus palabras me avergonzaron. Le miré unos segundos para luego agachar la cabeza para mirar mi sudadera, mi cara se sonrojó al acordarme de la camisilla que llevaba debajo. No supe que contestar y tartamudeé un par de veces antes de hablar -N-No hace falta... bueno...-sabía que iba a insistir en que me la quitara para que estuviera más cómoda así que, aunque no me agradaba la idea decidí decir una pequeña mentira -...es que es lo único que llevo...- dije con la cara completamente roja -si me da calor puedo soportarlo... no tengo otra opción...- dije con una risita nerviosa.

Agare se quedó mirando a Laura sin creerla ¿no llevaba nada debajo? No entendía que clase de broma era aquella, pero ahora los colores se le subían a él también mientras rebuscaba algo en la encimera, cayendosele al suelo, y maldiciendo en su lengua natal.

-Bu...Bueno, da igual, llena ese caldero de agua, mas o menos hasta la mitad- le indico señalando un caldero algo grande mientras recogía el estropicio de lo que se le había ciado mientras ella hacía lo suyo, comenzó a cortar algunas verduras, aún seguía pensando en lo de nada debajo- Cuando termines con eso, ponla al fuego luego avísame y te diré en que puedes ayudarme.

Me puse roja como un tomate al ver la reacción de Agare e intenté rectificar la frase pero no sabía cómo decirle que no se imaginara cosas raras, que llevaba ropa interior. Sentí tanta vergüenza que me mordí el labio e hice lo que él me había dicho, me remangué, cogí el caldero que me había indicado y lo llené de agua hasta la mitad. Pesaba un poco pero no me importó, debía hacerlas cosas bien, debía aprender, quería saber hacer aquella comida para añadirla a mi libro de recetas. Con cuidado coloqué el caldero encima de la cocina de gas que estaba no muy lejos de donde me encontraba y busqué algún encendedor para encender el fuego pero al no encontrarla me giré hacia Agare -Agare... lo siento... estoy acostumbrada a las vitrocerámicas... ¿tienes un encendedor, una cerilla?- pregunté algo preocupada por parecer torpe o ignorante. 

- Oh, no, esta es automatica, mira- Agare movió la llave del gas del fogón y la apretó, haciendo que el sonido del encendedor sonara y encendiendo el fuego- Simplemente pones el gas, aprietas para que el encendedor funcione y colocas la llama que quieras.

Dejo que ella pusiera la llama que viera conveniente mientras terminaba de colocar las verduras en un lado y sacaba un paquete con tallarines, sacó otro mas y se lo tendió a Laura.

- Quédate este como regalo, es dificil encontrar esta marca, es una de las mejores- le sonrió de manera mas tranquila ahora que no pensaba en que iba en ropa interior, hasta ese momento en el cual intento disimular los colores- dime ¿por que te has apuntado a esto? no creo que una chica tan guapa como tú tenga problemas para encontrar pareja.

Me sentí como una tonta al ver como Agare encendía el fuego y me puse colorada. -Lo siento... al parecer soy un poco torpe con esto...y eso que me gusta mucho la cocina...- cuando me tendió el paquete de tallarines me quedé sin palabras, no supe que decir, me quedé mirándole con una sonrisa tonta en la cara y le di las gracias entre dientes aún sin creerlo. Su siguiente pregunta me sorprendió un poco pero me apresuré a contestarle dejando el paquete a un lado -Bueno... en realidad no tengo tiempo para hacer amigos... mi vida consiste en estudiar y poco más... mi amiga Carla me ha estado concertando citas con amigos suyos pero han sido todos unos...- carraspeé mientras desviaba la mirada a un lado -digamos que me apunté a esto porque quería conocer gente más... normal... bueno no quiero decir que los otros chicos no fueran normales pero... digamos que solo buscaban una cosa...- dije algo sonrojada -No quise dejar en manos de mi amiga la elección de mis citas- dije mientras me reía -¿y tú?- pregunté mientras me apoyaba  en la barra de la cocina.

Una vez todo estuvo preparado, Agare vertió todo lo que había picado y preparado en el agua, excluyendo los fideos, y se giró a Laura escuchando su versión de qué hacía por ahí, no me sorprendía lo que decía muchos chicos solo buscan una cosa y nada mas, algo que me parecía estúpido en cierto modo.

- Tengo poco tiempo como tú, ademas llevo poco en la ciudad, un amigo me dijo que me apuntara solo para despejarme del trabajo y conocer gente y quizás encontrar a alguien- Sonrió a Laura mientras miraba de reojo el caldero para controlarlo, si se pasaba todo se iría al garete- Digamos que a mi la versión de aquí te pillo aquí te mato nunca me gusto, creo que tiene que haber alguna conexión antes de eso.

Una vez dijo la ultima frase, metió los fideos y removió un poco el caldero, luego se separo.

-Tengo que ir al baño, échale un vistazo que la espuma no se acumule ¿vale?

Asentí ante su respuesta y me quedé observando en silencio todos los pasos para la preparación del Ramen hasta que me dijo que vigilara el agua -De acuerdo- dije con una sonrisa mientras buscaba una cucharilla para ir retirando la espuma que pudiera salir. Nunca había echo algo así pero me esforzaría por hacerlo bien. Mientra Agare estuvo en el baño me atreví a observar mejor la casa. Seguía asombrándome que estuviera tan ordenada pero me gustaba mucho. Abrí disimuladamente algunos cajones de la cocina buscando algo de desorden pero no encontré. Me sonrojé al encontrarme buscando entre sus cosas en busca de desorden y comencé a morderme las uñas. Me reí de mi misma mientras retiraba algo de espuma que se estaba acumulando en la superficie del agua.

Cuando volvió del baño, Laura estaba como una buena chica en la cocina y con el caldero, me apoyé en el marco de la entrada y suspiré.

-Acuérdate de cerrar el cajón, Laura- En cuanto me miro y su color de cara cambió me reí mientras movía la manos- Te dije que te sintieras como en casa, aunque recuerda pedir permiso la próxima ves ¿como esta yendo?

El suspiro de Agare llamó mi atención, me giré hacia él al mismo tiempo que me recordaba que no había cerrado uno de los cajones que había abierto antes. Me avergoncé tanto que mi cara se encendió de manera exagerada y me apresuré a disculparme -L-Lo siento...mucho...-tartamudeé mirando hacia el suelo mientras daba un par de pasos hacia atrás -n-no estoy segura p-pero creo que el ramen están a punto...-dije mirando de reojo hacia el caldero. Me aparté para que Agare volviera a su posición en la cocina y me quedé apartada con la mirada fija en el suelo. Por dentro maldecía mi curiosidad y mi estúpido descuido pero a la vez pensaba en la gran paciencia que él estaba teniendo conmigo <¿qué estará pensando de mi? Seguro que piensa que soy un desastre ¿cómo me pude atrever a rebuscar en sus cajones?> pensé mientras miraba de soslayo la espalda de Agare mientras este revisaba el caldero de ramen.

Agare miro el ramen, sin duda ya estaba hecho, pero miró a Laura, la pobre estaba muriéndose de vergüenza, si su rostro ya se ponía rojo con facilidad ahora parecía un tomate maduro, se acerco a ella e hizo algo completamente inesperado, incluso para él. Besó su mejilla con un beso corto y algo cariñoso, antes de hablar.

-Te dije que te sintieras como en casa, al menos has hecho algo que harías en tu casa- después de aquellas palabras colocó dos boles en la mesa y comenzó a vertír con cuidado una cantidad igual en ambos, luego miró nuevamente Laura- Perdón si el beso ha sido demasiado atrevido Laura-san, no pretendía pasarme.

Cogió los bol y los puso en la repisa que separaba la cocina de la sala, sacó dos pares de palillos de una gaveta y puso uno de ellos delante de ella, colocó los suyos entre sus dedos gordos y sonrió a Laura.

-Itadakimasu-

Aquel beso en mi mejilla fue totalmente inesperado y mis músculos se tensaron por la sorpresa pero no me alejé de él, me quedé mirándole a los ojos, sin que el color de mi cara se calmara, sin saber qué decir o qué hacer. Tenía entendido que los japoneses eran muy recatados y que ese tipo de contacto era algo inpensable en su cultura pero no quise decir nada al respecto. Me había abstraído del mundo pues cuando Agare volvió a hablarme ya había servido dos boles y los había colocado en la mesa -n-no no no no tranquilo- dije mientras movía las manos -no has sido atrevido, para nada...- dije mientras me venían algunos recuerdos a la mente. Avancé hacia la repisa donde estaba la comida y cogí los palillos con cuidado mirándolos atentamente. Nunca había usado unos así que me quedé mirando hacia la mano de él para aprender a usarlos. Conseguí imitar a medias la forma en la que él cogía los palillos pero no conseguí coger nada el bol por más que lo intenté. Resoplé nerviosa meitnras miraba mi reloj de muñeca, aquella comida se me estaba haciendo muy complicada por culpa de los palillos.

Agare había empezado a comer mirando como Laura no se le daba bien los palillos, sorbió uno de los fideos y señalo otra gabeta.

-Tienes tenedores, Laura-san, puedes coger, no es necesario que uses palillos- dijo mientras volvía a meterse un poco en la boca, su cabeza pensaba en que pensaría de aquel inocente beso, quizás había sobrepasado una linea que no debía, quizás era mejor no decir nada, y dejarlo pasar, al fin y al cabo era una cita y podía ser que nunca volviera a verla.

-Quiero aprender a usarlos...-dije en respuesta a sus palabras -...no parece complicado...-dije mientras veía como se caía al bol la verdura que había conseguido coger con los palillos. Resoplé nerviosa pues no era capaz de usarlos apropiadamente -...aunque creo que por esta vez comeré con en tenedor pues se nos puede hacer tarde para la película- dije con una sonrisa mientras abría el cajón para coger el tenedor. Fue entonces cuando me di cuenta de que mi sudadera estaba ligeramente manchada por el caldo que había salpicado al caer la verdura al bol y maldije en voz baja mientras buscaba un paño con el que limpiarme.