Partida Rol por web

Vatrice y Randy entran en el edificio al mismo tiempo que algunas esquirlas saltan cerca de ellos al atraer la atención de los corporativos que están disparando a todo lo que se mueve sin cortarse un pelo.

Sin embargo, donde llegan no parece ser mucho mejor ... hay algunos civiles nerviosos y buscando lugares de cobertura, mientras unos pocos mas aguerridos sacan sus pistolas y cuentan sus cargadores buscando el momento ideal para devolver los tiros.

Un par de tíos duros con pañuelos rojos os miran entrando y preguntan -¿Sois del bloque?- No parecen muy amistosos.

-¡¿Es que no lo viste?!- dijo sintiendo como sus latidos le martilleaban la sien-. El tipo iba a atacarnos en cuanto nos tuviera cerca- o eso habia interpretado, no es que le diera mucho tiempo para racionalizarlo. Aun sostenia su arma humeante en la mano y no pensaba guardarla, sobre todo al oir las detonaciones que iban acercandose mientras mas bajaban-. Asi parece... - sacò su telefono y comenzò a llamar a Vatrice. Su esbelta mano temblaba ligeramente, la adrenalina aun seguia en su sistema-. Llamarè a Vatrice para decirle lo jodido que esta arriba y nos informe de lo que pasa abajo... Eso si no es responsable.

Podrian haber mas pandilleros abajo, que reaccionaron a su presencia como lo hicieron con ellos. Malditos maniaticos. Con suerte sus amigas estarian bien y preocupadas por el escandalo que provocaron. Que provocó.

Las palabras de los pandilleros llaman la atención de mas de una persona y Vatrice y Randy se vuelven el centro de atención de la entrada en el edificio. Sus interlocutores parecen pertenecer a una banda del estilo de los Bloods de las primeras décadas del siglo XXI.

Sus ropas son escasas, camiseta, sudadera, pantalones holgados de color rojo y pañuelos tanto en el cráneo como el cuello. Ropas cómodas pero no especialmente protectoras. Por otro lado llevan subfusiles colgados del hombre y una pistola en la cintura del pantalón.

El teléfono de Randy vibra en su bolsillo con la llamada de Artemis.

El resto de la sala no parece tener gente de mejor clase, el edificio es un nido de ratas y parece que hay mas de una tribu urbana por aquí ... si bien no están tan bien armados como los Bloods. Quizá el que destaca mas es un latino con un machete enorme que parece estar ocupado en tranquilizar unas mozas.

Las reuniones vecinales suelen ser muy "agitadas" por aquí.

Randy vio la llamada de Artemis al mismo tiempo que les interceptaban aquellos tipos. Sin duda iban a explicarles de que iba todo aquello del disparo, pero no le parecía el mejor momento para responder.

- No tío... no somos de este bloque, pero ahí fuera a unos putos corporativos disparando a todo lo que se mueve. Solo queremos ponernos a cubierto hasta que se calmen las cosas, no nos echéis a comer plomo por favor...

Si les dejaban pasar respondería a Artemis antes de que cortara la llamada, pero si no les daban opciones... bueno, dejaría que negociase Vatrice.

En otra situación las suplicas de Randy hubieran caído en saco roto, pero si algo era capaz de unir a varias bandas en una misma habitación sin que se matasen, era el odio hacia las corporaciones. Por no decir que por ser dos chicas les despertaba algo mas de instinto protector.

-Hijos de puta, ya los vimos, no saben donde se han metido- Mascullaba uno de los Bloods mientras se aseguraba que su arma estaba cargada y lista para disparar.

Rápidamente pasaban por vuestro lado, ignorándoos, hacia el portal y se ponían a disparar hacia la calla llenando la habitación del ensordecedor ruido de las armas de fuego.

Vatrice tuvo que echarse a un lado del pasillo para evitar que los pandilleros tropezaran con ella. Se giró y los vio salir. Luego miró a Randy. Si le hubieran preguntado un minuto antes, no hubiera apostado ni un crédito a que su estratagema hubiera funcionado ¿Que clase de estúpido se podría tragar eso? 

Arriba. le dijo y caminó hacia las escaleras que ascendían a los pisos superiores

Randy no pudo evitar una sonrisa de satisfacción al ver a los Blood correr al exterior y tras guiñarle un ojo a Vatrice se apresuraron ambas hacia las escaleras al tiempo que descolgaba el teléfono.

- Dime ¿estáis bien?

Esperó y esperó mientras el sonido de llamada seguía ininterrumpidamente. Ya imaginaban a sus compañeras enzarzadas en alguna batalla campal allá abajo, incluso le dedicó a Mayuree una mirada de “mierda” cuando a voz de Randy sonó al fin.

-Estamos ilesos. Pero los Slaughthers son más de disparar primero y preguntar después- lanzó un suspiro, buscando tranquilizar su corazón-. Uno intentó atacarnos o esa era su intensión, así que le disparé primero. Ahora estamos bajando con el elevador… ¿Qué está pasando allá abajo?

- Aquí abajo hay un corporativo con su escolta que estaba mirando la zona, y al escuchar el disparo se han temido lo peor y han empezado a disparar preventivamente. En unos segundos se ha convertido en un campo de batalla improvisado.

Randy detuvo su carrera por las escaleras, haciendo un gesto a Vatrice para que cambiara de dirección, señalandole el ascensor.

- Si podemos escondernos, quizá os persigan y se den de morros contra el tiroteo.

-Seguro que nos siguen, dejé a uno de ellos bastante mal- aunque no sabía si estaría muerto, con solo un rasguño esos pandilleros seguro que desataban una matanza en venganza. La idea de Randy era buena, solo esperaba no terminar entre dos fuegos cruzados-. Bajaremos y nos reuniremos en el piso que están ustedes.

Le explicó rápidamente lo que le dijo Randy a Mayuree, así como el plan improvisado que había ideado. Visto como estaba la cosa, reemplazó el cartucho usado de su revolver por otro del mismo tipo, pues seguramente necesitaría el tambor lleno.

La entrada del edificio continua mas o menos igual, los vecinos mas aguerridos y que seguramente forman parte de alguna banda, se aglutinan en el marco de la puerta intercambiando disparos con el exterior. Un par de ellos ya yacen muertos por el suelo.

Vosotros os encontráis a la puerta del ascensor y decidís cambiar rápidamente de piso con la esperanza de dar esquinazo a posibles perseguidores de los Slaughters.

El piso donde termináis es silenciosamente incomodo mientras a lo lejos podéis escuchar el ruido del tiroteo como si no fuera a tener fin.

Me parece bien. Si. D..de Puta madre. - Balbuceo un poco nerviosa por como se habían precipitado las cosas. Tonta de mi había tenido una ligera corazonada en que por una maldita vez, algo pudiera salirme medio bien. Pero no. Obviamente que no iba a ser así. Disparos abajo, zumbados arriba y yo en medio.

Ni siquiera asomo la cabeza por el pasillo cuando llegamos a la planta baja. No sería el primero que muere estúpidamente por una bala perdida. Solo me apoyo a la pared y dejo que Artemis haga lo que tiene que hacer.

En cuando se vuelven a cerrar las puertas y nos hallamos por unos instantes en la relativa paz del ascensor, solo me da para decir - Lo siento por lo de antes, tio. Pensé que se te habían cruzado los cables. - apoyado la mano sobre el hombro del playboy.

...

Saliendo en el piso de reunión, asomo la cabeza con ciertos reparos, como si pudiese aparecer de un momento a otro un zumbado mas. Todo tranquilo ... bien. Aligero el paso hasta las escaleras, buscando si en esta también hay una torreta defensiva de la que pueda hacer uso en caso de que las cosas vayan mal.

Seguro que esos cabrones bajaran. Bien para buscaros a vosotros dos o bien para enfrentarse a los corporativos. Creo que deberiamos subir ahora y entrar en el piso. Aprovechar la confusión. ¿Como estaban las cosas arriba? ¿Que habéis visto? preguntó mientras miraba a un lado y otro

-Bah, no te preocupes- le dijo con una sonrisa encantadora,  tranquilizadora y totalmente falsa. Era su sonrisa de “todo va a estar bien, confía en mi” que solía usar en su trabajo. El otro trabajo.

Al llegar al piso donde se encontraban sus compañeras, Artemis mantuvo su arma en alto y comprobó con rapidez que no hubiera nadie extraño aparte de Randy y Vatrice. Se alegró enormemente al ver a las dos mujeres allí. Como posiblemente los pandilleros que le perseguían terminarían en ese piso, cambiaron a otro con rapidez, para tener unos instantes de tranquilidad

-Uff, necesito un cigarro- dijo con su arma aun en alto y evaluando los alrededores. Eso estaba muy silencioso, seguramente los vecinos estarían encerrados en sus casas, con varios muebles de barricada-. Bien, había cinco. Uno seguro está herido por mi disparo, aunque no me quedé a comprobar su estado. Posiblemente haya algún pandillero más en su apartamento. En una de las escaleras había una torreta y la otra esta bloqueada. Tienen el otro ascensor si no es que bajan por las escaleras.

No quería toparse de bruces con esos locos, ya había visto que no tenían la menor vacilación en atacar a cualquiera que apareciera en su radio de acción. Malditos locos. Miró a Mayuree por si queria agregar algo mas, pero creia que eso era todo lo que descubrieron.

Esas torretas, puedo buen sacar probecho de ellas. Deberíamos tratar de tener una cerca - de repente me quedo un instante meditabunda, imaginando lo peor - una que tenga munición, por si a caso.

Si hay una torreta den este piso, como la había en el piso de los Slaughters, trato de hacerme con en control para poder evaluar su estado y hacerle un chequeo.

- Creo que lo mejor seria ascender por las escaleras con precaución. Si esos tarados bajan lo harán por los ascensores, y si lo hacen por las escaleras serán tan ruidosos que tendremos tiempo para ocultarnos. Cuando demos con alguna torreta Mayuree se encarga de ella y cuando lleguemos a la planta en cuestión echamos un ojo y si es factible entramos en el piso a por la chica. ¿Que os parece?

Randy comprobó que su arma seguía en la funda bajo la chaqueta, que estaba cargada y a punto. Estas situaciones no eran su ámbito natural de trabajo, pero estaba dispuesta a lo que fuera por hacer un buen trabajo, y ante todo a mostrarse tranquila y profesional, ocurriera lo que ocurriese.

A mí me parece bien. miró a Randy asintiendo Después de todo estamos aquí por el asunto de Cate. O vamos a por ella o nos largamos. No tenía sentido arriesgar el pellejo  en ese nido de víboras dando vueltas piso arriba, piso abajo o jugando a los espías. Era hora de entrar en acción de verdad, Lo que no sabía Vatrice y si los demás estaban preparados para eso.

Mayuree no encuentra otra torreta cerca, la única que existe es la que han puesto los Slaughters en su piso para impedir cualquier acceso desde esa escalera.

Empezáis a subir los escalones manteniéndoos en alerta pero no os encontráis ni un conflicto, si bien desde las escaleras podéis escuchar perfectamente como el conflicto exterior pare estar escalando. No tenéis ni idea de que está pasando, pero suenan demasiadas armas.

Las primeras sirenas policiales empiezan a resonar.

Finalmente llegáis cerca del piso final donde está vuestro objetivo. Por aquí el silencio es incomodo.

Artemis solo asintió, comprobó su arma y se aseguró que sus sentidos estuvieran al cien por ciento. De todos ellos, Vatrice era la mejor preparada para estas situaciones, pero el actor no se iba a quedar atrás, al menos le cubriría las espaldas y esperaba cargarse algún otro pandillero si las cosas se volvían peligrosas. Y con toda seguridad que lo harían.

Subieron a paso lento, con la sensación de estar cerrándose sus salidas. Abajo las detonaciones aumentaban y arriba el silencio no auguraba nada bueno. Al alcanzar casi el piso de los Slaughters, Artemis los imaginó bien atrincherados y con todas sus armas apuntando hacia la salida. Seguramente no esperaban que nadie llegara por las escaleras, donde tenian su maldita torreta. 

Le dedicó una mirada de confianza a Mayuree, convencido que la netrunner lograria su objetivo.