Partida Rol por web

Los dos tipos se meten en la cocina del establecimiento llevando cada uno de ellos una maleta. El tipo del tejado vuelve a bajar a la calle mientras su cara vuelve a desaparecer tras esa extraña máscara. Te recuerda un poco al T-1000 de Terminator 2 cuando estaba en la versión líquida. El material parece surgirle del rostro cubriéndoselo como una armadura. Siguiendo los pasos de los dos primeros hombres, se acerca a la puerta. La abre sólo una rendija y espía el interior. Tus oídos amplificados captan la conversación que tiene lugar dentro.

-¿Tienes nuestro dinero?

-Sí... sí... lo tengo... lo tengo aquí detrás, como siempre... (la voz del cocinero)

-¿Qué te pasa, Otis?. Estás muy nervioso esta noche ¿No te irás a echar atrás, no? Llevas demasiado tiempo en esto para ahora dejarlo. Todavía no has pagado la deuda del todo y tu mujer podría recibir una desagradable visita de inmigración.

-¡No! ¡No me estoy echando atrás! No es eso...

De regreso a casa y disfrutando de un buen café caliente, navegas por Internet a la búsqueda de locales en Nueva York que podrían adquirir material en grandes cantidades. No encuentras a nadie que compre al por mayor, sin embargo hay varios locales en la zona de Manhattan que compran oro y joyas sin hacer demasiadas preguntas.

-Sí, tenemos una reserva en la isla de Creta. Una zona lejos de las miradas civiles donde se crían en libertad. Deberías ir algún día, es un lugar precioso -el minotauro lanzó un bufido de desprecio-. Ya vale Cestius, ve a dar un paseo y déjame a solas con nuestro amigo.

La criatura pareció reacia a dejar sola a su ama pero después de lanzarte una mirada despreciativa de arriba a abajo, desapareció pesadamente entre unos arbustos.

-Volviendo a los negocios, ¿qué puedo hacer por ti?

El hombre se agarró como pudo a ti casi derribándote por el peso. Arriba, en la azotea, los policías disparaban al tipo de la armadura que se alejaba de ellos sin hacerle ningún daño. Entre la conmoción, lograste avanzar un par de manazas cargando con el desconocido.

-Gracias -le escuchaste murmurar-. Ese hombre me cogió por sorpresa. Decía cosas terribles sobre los mutantes. Que éramos los culpables de todas las calamidades y que teníamos que pagar. Luego me atacó. Nunca me habían pegado tan fuerte como hasta ahora... Pero que desconsiderado soy, no te he preguntado tu nombre...

Los resultados no dieron nada concluyente. Tal vez habría que esperar que la conmoción por tu ataque hubiera desaparecido antes de seguir la búsqueda. La noche estaba muy avanzada y estabas realmente cansado. Sin embargo, tu orgullo era enorme. La prueba de campo había sido todo un éxito y la armadura no había sufrido ningún daño. El proyectil utilizado era fácilmente reemplazable. Tu cruzada no había hecho más que comenzar. Mirando las últimas noticias, te enteras del atraco a la joyería y el asesinato del camello en Central Park.

Regresas al callejón a tiempo para ver como los dos tipos entran en la cocina. Cada uno de ellos lleva una maleta en sus manos. Les sigues tranquilamente sin levantar sospechas y entornas la puerta. Puedes ver la cocina del restaurante y a los dos sicarios con el cocinero.

-¿Tienes nuestro dinero? 

-Sí... sí... lo tengo... lo tengo aquí detrás, como siempre...

-¿Qué te pasa, Otis? -le pregunta uno-. Estás muy nervioso esta noche ¿No te irás a echar atrás, no? Llevas demasiado tiempo en esto para ahora dejarlo. Todavía no has pagado la deuda del todo y tu mujer podría recibir una desagradable visita de inmigración.

-¡No! ¡No me estoy echando atrás! No es eso... -Otis rebuscó en el congelador donde tenía el escondite con los alijos...

Le miré de reojo mientras hablaba y la envidia me comió por dentro, era tan guapo y en cambio yo...tragué saliva y sacudí la cabeza para quitarme esos malos sentimientos de encima y avancé hacia una zona oscura de un callejón cercano donde le bajé como pude procurando que su ala dañada no tocara la pared donde le apoyé. -¿Te duele aquí?-dije ignorando la pregunta del nombre y tocándole parte del ala dañada con un dedo de la mano izquierda <¿puedo fiarme? ¿Importará el como me llame? solo soy un monstruo>pensé mientras esperaba una reacción.

-Muy bien, entonces rastrea las próximas operaciones que estos realices, así mismo busca hacerme una cita con uno de los propietarios y dale como motivo que varias empresas del sector están interesadas en hacer negocios...- se interrumpió para meditar las posibilidades -... Si no consigues un acercamiento, dame un informe completo de los accionistas de todas las empresas, principalmente la que ha comprado acciones y en ese reporte deseo que pongas todos los lugares que frecuentan cada una de esas personas... Por ultimo y si que se me olvide, fotos de todos ellos- dijo finalmente.

Esperaba tener respuesta pronto, ya que necesitaba saber cuales eran las intenciones, ya que dichas acciones fueron muy extrañas.

Lo siento muchísimo jefe , se que no es escusa pero me vi retrasado en el tren debido a una pelea , tenía que decidir si que me dieran una paliza y faltar durante semanas o coger otro tren y llegar tarde , no es muy difícil saber que hice . 

Comentó con la cabeza gacha como si tuviera remordimientos por llegar tarde pero en verdad era para que no le viera la cara y así ocultar más fácilmente la mentira . 

 Me sentí un poco decepcionado por la aptitud de minotauro, pero decidí ir directo al grano, aunque dirigiéndome a la chica como mi habitual sonrisa y cortesía seductora:

 - Verás, recibí la visita de una figura misteriosa que me avisó de que el nuevo año ha empezado pero puede ser el último de la humanidad si no interviniera. También añadió que el equilibrio de poderes está cambiando. Un ser de terrible poder amenaza con llevar al mundo al caos si no se le detiene. ¿Sabes algo de eso, querida?.

Dylan apuntó la dirección de los locales en un pequeño trozo de papel con un bolígrafo cualquiera, mientras disfrutó de la calidez del café buscó información sobre dichos locales, sobretodo si abren por la noche o el horario que tienen. Si aun estaban abiertos mientras lo miraba, se dirigiría al destino, de lo contrario esperaría al horario oportuno. 

Vaya. Por lo que oigo le chantajean usando a su familia. Cabrones. De cualquier modo, no es un buen tipo. No me habría pegado un tiro a la primera de cambio de ser así. Aún así, quién sabe que le llevó a esta situación. Sin embargo, nuestras acciones tienen consecuencias, para su desgracia.

Abro la puerta con lentitud, sólo para entrar y volver a cerrarla. Carraspeo y digo sonriendo.-Buenas noches, caballeros. Portaos como es debido y esto acabará rapidito. ¿Bien?-me preparo para recibir una sarta de disparos, que obviamente rebotarán en la armadura y en Legión. Pongo las manos detrás de la espalda, esperando tranquilamente. Esta vez controlaré mis nervios.

Tras descansar un poco, se levanto sobresaltado, habia vuelto a soñar con Ann y cada vez aquellos sueños eran mas frecuentes y lo atormentaban profundamente. Pensaba que con la ultima intervencion con el meta alado, se sentiria mejor, pero nada de eso.

Sin una pista que seguir en el ordenador del laboratorio, decidio seguir con lo que padecia una pista de un un meta en la prensa escrita.

El asunto de la joyeria olia mal y habia que investigarlo.

Cogio sus gafas con camara incorporada para tomar pistas en la joyeria (no era muy aconsejable aparecer con la armadura despues de lo ocurrido) la cual estaba conectada con la IA del laboratorio y con la armadura por si tenia problemas.

Asi pues, Steve abandono su laboratorio y cogio un taxi hacia la direccion que ponia en el periodico como un ciudadano mas...

La caza continua...

-Me pondré bien, sólo necesito descansar unas cuantas horas -dice el mutante recostando la cabeza contra el muro del callejón-. Nunca me había pasado esto. Siempre pensé que la gente agradecería que la gente como yo les ayudara a luchar contra la injusticia y el crimen. Durante un tiempo pensé detenidamente la mejor forma de usar mis habilidades. Pero no me esperaba que alguien reaccionara así. Aquel tipo parecía un fanático ¿De dónde habrá podido sacar una armadura como esa?

-De acuerdo señor Mottes -dijo el joven anotando todo lo que le pedías antes de cerrar la conexión.

A lo largo del día recibes los informes del señor Belmonte sobre la reunión. Quiere que sea el viernes en su mansión de las afueras. El dossier es bastante completo, incluyéndote fotos, aficiones, lugares frecuentados, domicilio, etc, de los participantes.

Asímismo, esa noche recibes una llamada de tu colaborador.

-Señor Mottes, ya he recibido respuesta -el joven está un tanto perplejo-. Han accedido a reunirse con usted. Casi parecía que estuvieran esperándolo. Ha sido muy raro. Mañana a las 9 en punto en su oficina central aquí, en Manhattan.

-Maldita sea Parker, no me gusta los empleados violentos o que se ven metidos en esta clase de líos ¿No podías haberme dicho que se te habían pegado las sábanas o algo? Y ahora vete a tu puesto...

La expresión de la joven cambia de un aspecto risueño y pícaro a otro mortalmente serio.

-Sí... me temo que tu amigo tiene razón. Por ahora las criaturas como nosotros hemos evitado interferir tan directamente en los asuntos de los hombres como hacíamos antaño. Todos los dioses, en mayor o menor medida, viven en el anonimato, intentando pasar desapercibidos. Pero hace unos veinte o treinta años, uno de nosotros se involucró demasiado y engendró una hija.

El problema no es el padre... sino la madre. Digamos que cuando reveló su verdadera naturaleza ya era demasiado tarde. Ahora, esta joven, imbuida de la maldad de su madre, pero también de la bondad de su padre, nos presenta una incógnita ¿cuál de sus mitades prevalecerá? Ni siquiera yo puedo verlo...

Ninguno de los locales tenía horario nocturno, así que tendrías que esperar al día siguiente. Mientras te relajas con el café escuchas nuevamente a los vecinos discutiendo. Eran los del tercero. El marido había llegado borracho a casa otra vez y la estaba tomando con la mujer. Nadie se atrevía a llamar nunca a la policía porque el tipo se creía relacionado con la mafia.