Partida Rol por web

Afortunadamente, el hospital parece estar más cerca de lo que calcularon. A la distancia pueden ver el edificio del hospital. El cielo está nublado y una luz uniforme ilumina toda la calle. Estiman que no ha de estar a más de 200 metros. El trío comienza a marchar rumbo al hospital con cautela. Gabe comienza a avanzar más lento después de unos metros. Claramente la marcha no le hacía nada bien a su tobillo torcido, pero a pesar de eso, el joven no estaba dispuesto a retrasar al resto. Antes de llegar a la primera esquina, salen dos infectados a bloquearles el camino. Un hombre calvo con una fea herida sangrienta en el brazo y en el cuello; y una mujer mayor con el pecho hecho una mancha horrible rojiza.  Enzo se prepara para el conflicto directo con su cuchillo en mano, intentando separarlos en el proceso. Su cuchillo se clava en el cuello del hombre calvo pero no logra aniquilarlo del todo. La mujer anciana parece debatirse entre acercarse a Aki y Gabe o centrar su atención en Enzo. 

Sin dudarlo y al ver que esos dos zombies intentan boicotear nuestro avance, sujeto con más fuerza el caño que tengo en la mano con la intención de dar un fuerte golpe en la mujer. No estoy acostumbrada a estas cosas, es probable que incluso me vaya muy mal en el enfrentamiento pero no permitiré que mis compañeros se hagan más daño. 

El golpe de Aki pasa frente a la señora apenas rozándola, pero antes de que se logre lanzarse hacia Aki, Gabe se acerca cojeando y le clava el cuchillo en el pecho. La mujer le da un manotazo a Gabe y lo lanza al suelo. El adolescente ahora está en el suelo, sin poder levantarse, y sin su cuchillo. 

Por otro lado, Enzo le da otro cuchillazo al infectado, pero eso no evita que el calvo logre morder a Enzo en el antebrazo; a lo que el adolescente grita con desesperación. 

La situación se estaba complicando y eso no puede ser, aunque sé que no estoy acostumbrada a la violencia, mis compañeros están en riesgo. Así que de nuevo, aferrando el caño con fuerza, intento golpear la cabeza de la mujer tras ver cómo empujan a uno de los nuestros al suelo. 

Enzo empuja al infectado que lo mordió y lo tira al suelo a unos dos metros de allí. Gabe, desde el suelo le clava el cuchillo en la pierna a la mujer y ésta cae al suelo por ello. Aki intenta golpearla en el suelo, pero por los nervios, termina golpeando el suelo y el caño se le escapa de las manos. Gabe se aleja un poco de la infectada gateando hacia atrás. 

¿Debería Aki intentar recuperar el caño e intentar atacar nuevamente? ¿O quizás sería mejor opción emprender la retirada? Aunque Gabe no está en condiciones de correr... 

La situación se está complicando en demasía y cuando pierdo el caño al caerse en el suelo, voy corriendo a atraparlo e intento volver a la carga contra la mujer infectada. No podemos salir corriendo, no cuando Gabe apenas puede estar en pie. Así que toca sacar la ferocidad de dónde sea y hacer algo por ello. 

En esta ocasión, la suerte acompaña al caño de Aki y la infectada cae al suelo, no muerta del todo, pero visiblemente dañada. 

Con la ayuda de Aki, Gabe logra ponerse en pie y recuperan su cuchillo. -Esto está...muy mal. -dice Gabe, agitado. 

Enzo, por su parte, intenta eliminar al infectado que lanzó al suelo, pero el dolor de la mordida es tal, que su mano flaquea y su cuchillo se rompe al golpear el asfalto. 

—Hay que eliminar esto primero—digo. 

Y sin dudar comienzo a dar fuertes golpes en la cabeza de la mujer infectada, ya tendré tiempo de atender a Enzo. Es que rápidamente se pueden levantar, atacar a traición y es algo que quiero evitar como sea. Por ello, de alguna manera saco coraje, saco lo peor de mi desde la impotencia y la necesidad de terminar con esto. 

El golpe de Aki termina de una vez con la "vida" de la mujer infectada. Gabe camina trastabillando hacia Enzo a fin de ayudarlo, mientras tanto, el calvo infectado que estaba en el suelo se levanta y le da otro golpe al adolescente. Enzo intenta contraatacar con una patada, pero la suerte le juega en contra y cae de rodillas al golpear el suelo. Gabe se apresura para ayudar a su amigo y sostiene al calvo para que no llegue a morder nuevamente a Enzo. -¡Ahora, aki! -apremia Gabe. 

En medio de la situación, algo en mi corazón se rompe al "matar a la mujer" y cuando quiero recuperarme de ello, observo que otro zombie entra en escena al levantarse del suelo. Es que lo tengo en cuenta, hay que matarlos. 

Así que llena de furia más aún al ver cómo Gabe lo intenta retener mientras Enzo le pega, busco atizar con el caño en la cabeza esperando tener un resultado similar. 

Debido a la adrenalina de la situación, el golpe de Aki impacta en la cabeza del infectado y se escucha el chasquido de su cuello al caer al suelo. Entre jadeos y algún que otro insulto, Gabe y Enzo se levantan y revisan la situación. La mordida en el brazo de Enzo sangra un poco, pero no parece ser algo demasiado urgente. 

-¿Están todos bien? -pregunta Gabe. 

-Yo puedo seguir-asegura Enzo. -Ya estamos cerca del hospital...

Y era cierto, el resto del camino parecía estar libre de infectados, con apenas algunos autos abandonados. 

No lo podía creer, con este caño que tengo en la mano estoy haciendo estragos y ya ese miedo ante los zombies poco a poco va tomando otra actitud alejada a lo que sentí inicialmente. Por ello una vez pude dar el golpe de fe a ese muerto viviente, no dudo en ir corriendo hacia donde se encuentran mis compañeros y me detengo en Enzo. 

—Si, es momento de irnos—digo y ayudo a mi compañero—. Te ayudo. ¡Vamos! 

Y sin más, miro hacia todos lados y avanzo junto al chico mientras le permito que se apoye en mi así no hace tanta fuerza al caminar. 

El trío camina despacio pero seguro rumbo al hospital. A sólo una calle encuentran algo que les llama la atención. Un coche patrulla se encuentra abandonado en la calle. No era raro encontrar autos abandonados esos días, pero lo importante para el caso es lo que se encuentra dentro del vehículo. Sobre el asiento del conductor. Una pistola con su riñonera se encuentra abandonada. Sin duda en la situación actual era un recurso en extremo valioso. ¿deberían frenar para intentar acceder a ella o sería mejor ir directamente al hospital sin desvíos? 

Avanzamos como podemos, al menos el Hospital no está realmente lejos. Pero algo me llama la atención y es aquel coche de la policía, así que al pasar miro su interior por si hay algo de importancia. Uno nunca sabe que se puede hallar en situaciones como esta y mi instinto no me ha fallado ya que veo una pistola allí en su interior. Rápidamente pienso que lo necesitamos, pero no puedo dejar a Gabe solo o detenernos. 

Aún así, tengo una idea. 

—Gabe, ayuda a Enzo y avancen. Voy a coger el arma y me uno rápido con ustedes, no se retrasen. 

Ya sin más, voy a mi objetivo. Podría sernos muy útil, aunque claro yo no sé usar armas. ¡Espero que los chicos si!

-Eeh...-duda Gabe antes de echar un vistazo a Enzo, quien parecía estar ya agotado. -Bien... Ten cuidado. 

Enzo y Gabe se alejan caminando mientras Aki enfrenta nuevamente al coche. En un primer instinto, intenta abrir la puerta, pero se encuentra trabada. No podía ser tan fácil, después de todo. 

Mirando alrededor, lo único que encuentra como "objeto útil" es un pedazo de baldoza rota de una pared. Es un objeto pesado y, arrojándolo con cuidado, probablemente podría atravesar la ventanilla del coche patrulla. O al menos, hacerle un hueco como para poder acceder a la pistola. Otra opción sería usar el mismo caño que Aki tiene en las manos; aunque cualquiera de esas opciones resultaría en algo bastante ruidoso... 

No es que estoy contenta de decirles que se adelanten, más aún cuando compruebo que el auto está completamente cerrado. Así que pienso en las opciones, básicamente una que no me permita generar demasiado ruido y así no alerte los zombies de los alrededores. 

Así que un tanto pensativa, me quito la camiseta que llevo puesta y la coloco sobre el vidrio de esa ventana, pensando que si golpeo sobre eso haré menos ruido. Son segundos realmente entre el movimiento para hacerlo y que no se caiga la tela. Pero lo intento, es el momento justo donde ambas cosas puedo hacer. 

El plan de Aki era sencillo, pero resultó sorprendentemente efectivo. La camisa de la chica se adhirió al vidrio debido a su inevitable transpiración. Y cuando el caño atravesó la ventanilla del acompañante, hizo mucho menos ruido de lo que originalmente hubiera hecho. Afortunadamente, no parecía que nadie -ni nada- hubiera resultado atraído al estruendo. En el interior del auto, Aki encuentra la pistola con la riñonera. Desafortunadamente, no encuentra más cargadores que el que trae puesta la pistola. Pero tiene el cargador lleno y eso es algo muy bueno para la situación. 

El plan es muy bueno y por ello, tuvo la suerte de ser efectivo. Aliviada por haber hecho poco ruido, ahora no me queda más opción que estar en sostén ya que la camiseta ahora está llena de vidrios. Y una vez cojo el arma con su cargador, siento que finalmente hice bien. Así que no demoro mucho más, pese a que ahora pasaré vergüenza delante de los chicos considerando que ahora estoy mas desprovista de ropa. Lo importante es que tengo un arma. 

Así que me puse a correr para alcanzarlos y una vez estoy a su lado, les muestro lo que tengo. 

—Ya tenemos algo más con qué defendernos, no sé usarla pero seguro ustedes sí. 

Ahora el próximo destino, es el Hospital. 

Aki avanza por la calle en soledad, lo que sin duda genera una cierta inquietud. Afortunadamente, el recorrido restante no tiene ninguna otra sorpresa. Desde una calle de distancia, Aki comienza a escuchar un murmullo de voces. A medida que se acerca, puede distinguir algunas voces de protesta. Al llegar a la entrada, Aki puede ver que hay un grupo de alrededor de 10 personas en la entrada del hospital. Al parecer había alguna suerte de conflicto. A unos metros de distancia, Gabe y Enzo se encuentran mirando la escena con inquietud. 

Lo hemos logrado, hay una sensación de alivio en mi pecho cuando el Hospital se divisa tan cerca como si fuera algo ya posible. No obstante, al ver que hay un pequeño cúmulo de gente protestando me inquieta porque a más sonido más zombies y no entiendo que está pasando allí. Así que le indico a los chicos que se pongan en lugar seguro y voy hacia allí para enterarme que sucede realmente. No lo puedo creer. 

—Ya vengo, esto no se ve nada bien.