Partida Rol por web

La joven doctora se quedó unos instantes pensativa, todos parecían demasiado desinformados. Abrió la carpeta con los últimos resultados a la investigación, los depositó en la mesa de la sala de juntas y habló.

- Estos son los últimos resultados obtenidos de la investigación que estamos haciendo sobre el brote epidémico. No he tenido tiempo a leerlos con detenimiento y sacar en claro a qué nos enfrentamos, pero hasta donde puedo saber de los resultados anteriores, es una enfermedad ocasionada por algún agente patógeno infeccioso y que probablemente se contagie a través de la mucosa, probablemente a través de mordiscos, y que afecte al sistema nervioso ocasionando encefalitis y transtornado graves del comportamiento...eso me hace pensar que podría ser de tipo vírico, un Lyssavirus de la familia rabhdoviridae o similar, que haya mutado mutado recientemente. Entonces Megan se percató que el oficial y Norbert podían andar bastante perdidos con mi explicación por lo que decidí hablar con un lenguaje más sencillo de entender. Disculpe oficial, seré más sencilla. No lo sabemos con seguridad, pero probablemente nos estemos enfrentando a un virus similar al "virus de la rabia". Exacto, como el que afecta a los perros, y que ataca al cerebro del paciente. Los afectados se vuelven entonces más agresivos y tratan de morder... Puede que ese sea el método por el que se extiende, pero no podemos descartar que pueda contagiarse por otros métodos. Aún sabemos muy poco de todo esto y no debemos descartar cualquier posibilidad ¿Más claro ahora?

Analizó unos segundos la situación y propuso un plan de acción.

- Propongo un plan, pero usted decide, oficial. Podríamos tratar de bloquear la puerta de entrada y asegurar, entre los que estemos aquí, toda esta ala médica. Que sepamos no hay enfermos aquí, pero por si acaso, una vez asegurada la entrada, podríamos comprobar el resto de plantas entre los cuatro. Lo suyo sería que Natalie y yo nos quedaremos de momento analizando los resultados de este informe, mientras Norberto y usted cierran la puerta de entrada a este ala, aseguran los distintos consultorios y los cierran con llave, y buscan a Emily y los otros cinco pacientes. En principio hasta aquí debería estar todo bien...otra cosa serán las plantas superiores. ¿Todos de acuerdo?

A Norbert no le agradaba nada la idea de volver a salir y menos en la compañía de Meyer, pero sólo se encogió de hombros con una expresión de molestia.
Meyer, por su parte, no perdió jamás la expresión de desagrado que llevaba consigo desde siempre, pero asintió sin más protestas.
Luego ambos salieron al pasillo sin más dilación.

Las dos jovenes doctoras analizaron los informes con detenimiento y, por más difícil que se hacía entenderlo, pudieron descifrar algunos datos más sobre el virus.

-Una persona infectada se transforma una vez muerta, no antes.
-Para evitar la actividad de los infectados, hay que neutralizarles el cerebro.
-Es posible que el virus pueda evolucionar en ciertas situaciones.

Mientras ambas examinaban los papeles, se escucha que alguien golpea la puerta. 10 golpes, en realidad.

Se alegró de que el oficial y el enfermero estuviesen de acuerdo con el improvisado plan y tras verlos salir cerrando la puerta, no tardó en ponerse a analizar los resultados conjuntamente con Natalie. A Megan le caía realmente bien la muchacha, pese a lo poco que se conocían, y no tardó en confraternizar.

- Oh, ahora entiendo mejor estas tablas aunque siga sin verles la lógica. Si no estuvieses aquí probablemente seguiría con un cacao mental... ¿Cómo es posible que después de muertos los contagiados se vuelvan a levantar? ¿Se produce una aparente muerte cerebral pero las señales nerviosas siguen recorriendo algunas zonas del encéfalo relacionadas con los instintos básicos? Aún cuesta de asimilar...

Natalie señaló unos datos que antes no había apreciado.

- Uff, altas tasas de mutaciones y distintos grados de afectación. ¿Es posible que haya contagiados que inmediatamente mueran y se "transformen" y otros que puedan pasar días sin aparente sintomatología? Eso complica mucho las cosas...

Definitivamente era información importante y el último aporte del informe era vital.

- No sabemos si en algún momento será posible lograr una cura para revertir ese estado. Temo que no, lo que podría ser más probable es encontrar una cura para evitar el contagio de los sanos aunque estemos lejos de lograrlo por el momento...

Fue entonces que se escucharon losmgolpes en la puerta. ¿Serían ellos dos que habían regresado? ¿Quizá el director? ¿Alguien del personal del hospital que cumplía con el protocolo?

- Natalie, no voy a abrir hasta que sepamos quién es y cuál es su estado, quédate tranquila...

Se acercó a la puerta y habló. 

- ¿De quién se trata? Que ocurre?

Del otro lado de la puerta se escucha la voz de un hombre visiblemente ofuscado.
-¡Necesito atención médica! ¡No pueden negármela como si nada! La gente está en problemas y no pueden simplemente negarlo.

Ahora lo entendía. Todos aquellos informes sobre los muertos por la epidemia que le habían parecido tan confusos, ahora todo tenía sentido. O, al menos, más sentido que hacía unas semanas. Cuando Megan habló con el hombre al otro lado de la puerta, no le gustó el tono que este le dedicaba: el miedo y la ira teñía sus palabras. 

—Solo los muertos serán una amenaza —le dijo a su compañera—, tenemos que averiguar quién ha sido mordido y evitar que muera entre estas paredes. Guarda el informe, podría sernos útil más adelante. Tenemos que salir y poner orden, organizar a la gente de fuera y... —lo que estaba a punto de decir no le gustaba y no sabía como reaccionaría su compañera al escucharla— expulsar a los que puedan suponer un peligro para el resto. 

Miró a Megan esperando su respuesta. 

Megan asintió a las palabras de Natalie, guardó el informe en la carpeta y habló a su compañera de trabajo.

- Tienes toda la razón, Natalie. Ignorar a la gente solo nos traerá problemas, debemos intervenir si nuestros superiores no se hacen cargo. El oficial Meyer puede encargarse de poner orden si es necesario y alguien no se deja chequear. Nos haremos cargo tú y yo de revisar a los pacientes de momento...

Entonces levantó la voz, sin llegar a abrir la puerta en ningún momento, para hacerse oír por el hombre y los que pudiesen aún haber en la sala de espera.

- Ya salimos, estábamos en una reunión importante. Mantengan la calma y siéntense en las sillas. Aguarden unos minutos...

Entonces miró a Natalie y le consultó susurrándole.

- Vale, usaremos está sala como zona segura. Nadie que no esté verificado como sano podrá acceder con tal de proteger al resto. Les explicaremos la situación en la sala de espera, los haremos pasar por turnos a los consultorios para hacerles un reconocimiento y los que tú y yo verifiquemos como posibles contagiados les recetaremos cualquier cosa para que se sientan seguros y hacerles salir por las buenas. Los que estén sanos los dejaremos acceder a la sala de juntas ¿Cómo lo ves?

En realidad les daremos un placebo a los enfermos pero ellos no lo sabrán. Así, si hay algún enfermo que pretendía ocultarlo, se mostrará con tal de tener el "medicamento" que le cure.

Miró a los ojos a Natalie y finalizó.

- Si estamos de acuerdo en esto, salimos y les hablamos a la gente. ¿Te parece bien?

El hombre al otro lado de la puerta no volvió a hablar, parecía estar esperando una respuesta del personal médico.

--Me parece bien. Pero será importante mantener lo que sabemos oculto para evitar propagar el miedo entre los civiles.

Natalie deja el extintor apoyado en la pared, cerca y a la vista por si lo necesitara, y se pone junto a Megan. Con un gesto de la cabeza, le indica que abra la puerta.

En cuanto Megan abrió la puerta, el hombre que había golpeado se alejó de ésta. Empuñaba un caño roto en una mano y un vaso de vidrio en la otra. Tenía un gesto desagradable en el rostro. al abrirse la puerta se pudo observar el estado de la sala de espera principal.
Unas 12 personas adultas desconocidas estaban sentadas esperando atención.
Algunas estaban visiblemente heridas pero ninguno parecía tener heridas fatales.
La puerta de la sala de espera estaba trabada con un hacha de metal a modo de listón. Plas ventanas que daban al patio tenían las cortinas cerradas y podía vislumbrarse que afuera el sol estaba cerca de ocultarse.
Ni Meyer ni Norbert estaban en la escena.

—No le hará falta nada de eso, caballero. —le dijo Natalie al hombre. No le gustaba el gesto de su rostro pero decidió hacerse la valiente y procurar extender la calma hacia el resto de pacientes—. Perdonen la espera —dijo alzando el tono de voz para que todos la oyeran. Nunca se le había dado demasiado bien hablar en público, por lo que decidió ser breve—. Les repartiremos unos números con su tanda y mi compañera, Megan, y yo les iremos atendiendo. Agradeceremos que guarden la calma y respeten los turnos dados.

Natalie se acerca a una de las paredes y arranca uno de los pósters informativos. Lo rompe en pedazos y en ellos apunta números de 1 al 13. Al terminar, vuelve a acercarse al hombre y le extiende el primer número.

—Si deja todo eso en el suelo, le atendemos en primer lugar. Por cierto —añade Natalie—, ¿sabe dónde están los dos oficiales que hace poco salieron de la sala de reuniones?

En cuanto Megan y Natalie salieron de la sala de juntas cerraron la puerta tras de sí. Megan se acercó al mostrador y observó que tan solo tres personas habían anotado su nombre y apellidos para ser atendidos, por lo que levantó la voz, dirigiéndose a la gente que allí había.

- Bueno, ha sido un día complicado para todos y se que la mayoría buscáis respuestas a lo que está sucediendo y que os atiendan las heridas. Sin embargo, en esta lista solo veo a tres personas que hayan solicitado ser atendidos en el día de hoy... ¿Pueden hacer el favor de ir inscribiéndose en orden? Natalie se le adelantó, habló a los presentes e improvisó una papelitos para establecer los turnos. Muy eficiente.

Mientras trataban de normalizar la situación en la medida de lo posible, la joven miró fijamente al caballero que había golpeado la puerta con insistencia y que tenía en sus manos un caño roto y un vaso de  cristal. Amablemente le pidió que dejara los objetos en el mostrador.

- Caballero, haga el favor de dejar lo que lleva en sus manos en el mostrador como le ha indicado mi compañera. En cuanto lo haga...¿Podría hacer el favor de explicar que ha ocurrido allí afuera y la razón por la que tanta gente esté herida? Enseguida vio que los murmullos se levantaban y que todos iban a hablar a la vez, por lo que levantó las manos para hacerlos callar un momento y volvió a hablar, haciéndose oír en aquel grupo.

- Por favor, mantengamos el órden. Primero que hable el caballero...respetaremos los turnos de preguntas, y en la medida de lo posible intentaremos resolver vuestras dudas mientras atendemos a los heridos. 

Pese a que trató de ojear que heridas eran más graves, tantas personas apelotonadas entorpeció su cometido por lo que simplemente dejó que el orden fuese tal cual se anotaron. No era lo que hubiese querido pues siempre hay que priorizar a los más graves pero era mejor contentar al más agresivo.

El hombre del caño comenzó a hablar con tono fuerte pero algo más calmado que antes.
-En primer lugar no vimos ningun oficial de policía. Todos los que estamos aquí entramos desde afuera y en medio del jaleo pudimos asegurar este edificio. Si había más gente que salió de la sala de reuniones se ha ha escapado, lo cual no suena como una buena idea en estos momentos. Respecto de los heridos, quizás sea mejor que lo vean ustedes mismas.

El hombre movió apenas la cortina que daba al patio externo y una imagen de pesadilla se presentó ante los ojos de los presentes. En la naranja tarde podía vislumbrarse el patio intermedio y, en el, montones de infectados caminando sin rumbo fijo.

Despues de unos segundos dejó caer la cortina y agregó. Sus amigos oficiales quizás estén caminando ahí afuera ahora mismo. O quizás la culpa los obliga a ocultarse, ya que uno de ellos es quien ha armado este lío.

Acto seguido el hombre enganchó el caño en su cinturón y dejó el vaso sobre un mostrador. Se acercó a Natalie y con un gesto más amable dijo
-Mi nombre es Gustav, por cierto.

Al agarrar el papelito tomó la mano de la profesional y la trajo para sí. Para luego susurrarle algo al oido.

-escuché que quieren echar a los infectados para resguardarse ustedes. No diré nada para que la gente no se amotine pero me deben un favor.

Ahora el vaso de cristal en su mano cobraba sentido.

Al llegar a la puerta del complejo de hospitales St Elma se ve que algo definitivamente no marcha bien.
La reja está venida abajo y hay cadaveres en el patio central. Algunos de ellos...caminando.
Quizás no sería la mejor idea entrar con el auto sino sigilosamente a pie. Walker medita esas opciones estacionado frente a la entrada.

*Estamos en un hospital...tiene que haber algún policía cerca...o por lo menos lo que quede de él, necesito un arma si quiero entrar con alguna posibilidad de sobrevivir* pienso para mis adentros antes de adentrarme.

Cuando Gustav dejó ver el espectáculo que había en el exterior al correr ligeramente la cortina, Megan sintió un sudor frío por su cuerpo. Siendo que todos era conscientes de lo que estaba ocurriendo, consideró que era importante informar a los allí presentes dado que podría salvarles la vida.

- Pues así están las cosas y son realmente difíciles de asimilar. Lamentó Megan con un hilo de voz. Después de unos instantes, trató de recobrar la compostura y volvió a hablar. Considero que estamos en grave peligro, eso es un hecho. Supongo que muchos ya habréis escuchado los rumores y la información que la prensa ha podido recabar y emitir por los medios...pero voy a tratar de ser franca porque nuestras vidas dependen de ello. Ahora mismo estamos ante un brote epidémico en el cual la gente, una vez muere, se transforma en una especie de muertos vivientes. Si, suena a locura, pero todos podéis ver con vuestros propios ojos que es así. señaló hacia la ventana pero sin intención de que volviesen a enseñar aquello. Lo único que podemos hacer de momento es protegernos, tratar de no exponernos y permanecer alejados de los que ya han sido infectados, trabajando en conjunto para sobrevivir hasta que logremos una cura, de lo cual estoy convencida que lograremos obtener en poco tiempo.

- Ahora mismo necesito que todo el mundo sea franco y que no tema en mostrar sus heridas. Actuando con presteza es posible evitar la infección si las tratamos rápidamente. Pongámonos en marcha... Gustav, usted es el primero, entre con nosotras a este consultorio. El resto permaneced en vuestros asientos hasta que llegue vuestro turno. 

Despues de eso, Megan andó en dirección al consultorio acompañado de Natalie y Gustav.

Cerca de la reja Walker encuentra los restos pisoteados de lo que una vez fue un oficial de policía. Sin embargo no parece tener un arma consigo. En el patio se encuentran al menos 10 zombies caminando sin rumbo fijo. Desde el lugar donde Walker está mirando, puede verse el edificio clínico con las puertas delanteras cerradas. Hay dos edificios más pequeños a cada lado. Según los recuerdos de Walker, el edificio de la derecha es algún tipo de laboratorio, mientras que el de la izquierda es para internaciones. En cualquiera de las direcciones, hay chances de que los no muertos vean al escritor. 

Algunas personas comienzan a agitarse un poco ante las palabras de Megan, pero sus rostros sólo reflejan preocupación y temor.

Gustav sigue a las profesionales a la sala de reuniones y al entrar se da vuelta bruscamente y se apoya contra la mesa, mirando a las mujeres. 

-Les voy a ahorrar el examen, la única herida que tengo es me la hice cuando cayó la reja. No estoy infectado. El tiempo no es nuestro mejor aliado así que voy a ser franco. ¿Tienen algún tipo de cura para esta porquería? ¿La gente que fue mordida es una amenaza? 

Megan miró fijamente a los ojos a Gustavo y le habló con claridad.

- Gustav, yo también le voy a ser franca. Si no me enseña sus heridas no podré valorar la gravedad ni obtendrá ningun medicamento por nuestra parte. Diariamente pasan por mi consulta gente borracha que afirma no haber bebido en su vida, drogadictos que en su vida han visto drogas...ya me entiende. Déjenos hacer nuestro trabajo y si tiene heridas le proporcionaremos un tratamiento, si no quiere...allí delante está la puerta y atenderemos al siguiente.

A la joven no le gustaban las actitudes prepotentes. Ella no estaba dispuesta a poner en peligro a todos los presentes. Todos y cada uno pasarían el chequeo sin excepciones.

Con una mueca de desagrado, el hombre abre su camisa y descubre el hombro derecho por el lado de la espalda. Presenta 3 heridas en forma de tajo, cerca entre sí. Si bien no parecen serias ni imposibilitantes, las heridas bien podrían infectarse. A los ojos de las estudiantes no parecen ser heridas causadas por mordidas.