Partida Rol por web

A la salida de las habitaciones se encuentra este pequeño recibidor con unos sillones y una pequeña mesa.

Catherine permanece en el recibidor, por si los invitados necesitan algo. Para ella, un pequeño fallo en situaciones como ésta, aunque sea pequeño, sería incomprensible, y Catherine sabía, o al menos así pensaba ella, que ella era el eje fundamental del buen funcionamiento de la mansión.

Charles, el chofer, subia renqueante las escaleras hasta el ultimo piso. Traia malas nociticias y se le veia en la cara. Se dirigió hasta Catherine que estaba dandoles instrucciones a los invitados.

"Tipico de la bruja" pensó.

Saludo educadamente y se dirigió a la tiranica ama de llaves.

- Tenemos un problema, no se puede salir ni entrar de Peak´s House, la nieve hace imposible el acceso. Asi que me he tomado la libertad de declarar hoy como mi día libre - comento diciendo eso ultimo en voz baja - la buena noticia es que la despensa está llena.

Catherine mira con cierta soberbia al chófer:

- Muy bien-fue lo único que dijo.

- Lo del "día libre" ya se verá- pensó.

Salí de la habitación en busca de mi desayuno.

Fuera estaba la señora que me había despertado hablando con otro caballero, me acerqué a ellos a preguntar.

- Buenos dias, estoy listo para tomar un apetecible desayuno - dice tocandose la tripa - solo llevo en el estomago las galletas de Jane.

Miró alrededor viendo que era el primero en salir, ni siquiera su mujer, que estaria en la cama aprovechando el amplio hueco que habia dejado.

- ¿Y el resto de invitados?

-seguramente disfrutando de las bondades de un buen colchon mullido señor winter- montesco parecia un hombre al que le hubieran quitado la sangre de las venas-, debo confesar que yo estaria haciendo lo mismo, pero la noche no le trajo descanso a mi dolencia y el frio del invierno suele agrabarla.
miro en torno con una chispa de interes en los ojos.
-espero que se apuren, muero de hambre y pagaria en oro por un buen cafe...

El señor Feisman se reúne con los otros invitados en el recibidor.

-¿Habeis dormido bien todos? Yo como un lirón, el alcohol me ayudó a dormir plácidamente. A mi también me está entrando la gusa, aunque un hombre de mi edad no puede tener excesos. Claro que se puede hacer una excepción de vez en cuando, jajajaja.

- Muy buenos días, señores, señora- esto último lo dijo con una pequeña reverencia- Espero que hayan dormido tan plácidemente como yo. Me ha parecido escuchar que la nieve bloquea el paso, ¿no es verdad? Al final, hice bien en posponer mi cita con mister Easterman.

- Bueno, yo también me muero de hambre. Creo que un buen café sería una forma mágnifica de empezar el día.

Guten Morgen meinen Damen und Herren

Un placer divino el dormir cálidamente mientras afuera observaba la ingente cantidad de nieve que nos rodea. Es una lástima... tengo que gestionar ciertos temas en la embajada de Londres, pero podré solventarlos más adelante. Además, estoy intrigado con las historias de nuestro estimado anfitrión... ¿Habrá encontrado al fantasma? jajaja!!

Sale de su habitación bien arreglada y aseada... ha tenido que ponerse un poco mas de maquillaje para ocultar el sueño.

-Buenos días caballeros.

Saluda a los presentes cortesmente. Allí faltan todas las damas... seguramente, disfrutando de un placentero sueño... no como el suyo.

-Catherin... no se si está en sus manos, pero... sería posible silenciar o cambiar de sitio el reloj de mi habitación. No me ha dejado descansar como debería cuando tocaban las campanadas.

- Buenos días caballeros y dama - saludó Hilda Anne - espero que el fantasma les haya dejado dormir tan plácidamente como a mi.

Se dirigió hacia su esposo.

- Mi querido esposo - dijo negando con la cabeza - podias haberme despertado, no me he enterado cuando te has levantado de la cama.

Esperó pacientemente con los demás a que se reunieran todos los invitados. De repente recordó algo.

- ¿También se han encontrado mas delicias de las que prepara Jane en su mesilla de noche?

Reginald asintió ante el comentario de la señorita Gordon y expresó su opinión seobre el reloj.

-Si, ese ruidoso reloj lo entreoí en sueños, pero seguí durmiendo. No se que hora sería cuando lo hizo pero supongo que era entrada la madrugada, ¿no?

Al salir de la habitación veo a los demás invitados en el pequeño recibidor y me dirijo hacia ellos. Siempre me sorprenderá que en esta casa tengan lugares para esperar a ir a otra parte de la casa.Increible.

Buenos días a todos, caballeros, señoras; espero no ser la última y tenerles aqui esperando para desayunar - digo sonriente al resto de invitados presentes.

En cuanto oye un poco de jaleo en el recibidor se dispone a salir de la habitación. Al llegar, se encuentra a la mayoría de los invitados que ya han abandonado sus habitaciones.

Buon giorno! Me complace ver el tan buen humor que tienen ustedes por la mañana. Me van a disculpar, pero sin un buen desayuno, no soy capaz de despejarme completamente.

Sonríe ligeramente.

  Esa Joven cocinera se toma muchas molestias en agasajarnos con sus dulces recetas... Yo no podía dar un bocado más...Oh!! vaya.. hablando de relojes, se me ha olvidado el mío en mi alcoba... Si me disculpan... Pueden empezar sin mí, no tardaré...

  Con un gesto de cortesía, el barón se marcha escaleras arriba...

Estas en el recibidor segun sales de tu habitacion, lo que en los planos hemos ejemplificado con un sofa bastante cutre y dos sillones, asique realmente has entrado a tu habitación, no has subido.

-La verdad, lo normal sería que esperaramos en el comedor hasta que nos trajeran el desayuno. Pero supongo que estaremos esperando a que vengan nuestros anfitriones, ¿no? ¿Qué estarán haciendo?- Una sonrisa maliciosa surge en el rostro de Reginald, al imaginarse una de las razones de su tardanza.

Qué pájaro este Arthur, y eso que parece aún mas viejo que yo.

Catherin se estaba impacientando. La señorita Bella se quejaba innecesariamente de la decoracion de la casa, algunos salian hambrientos y otros preguntaban por los anfitriones. El señor Adler y señora tenian esperando a sus invitados en mitad del recibidor ¡nunca se había visto eso!. El señor Adler tenía el sueño breve y ligero, quizá por su obsesión por los fantasmas... ¿porque aun no despertaba?.

"Este hombre terminará por volverme loca"

Decidida a no dejar esperando al resto de invitados llamó discretamente a la puerta de la habitación y se posicionó delante de ella. En cuanto abrieran su cara de hastío sería la que les diera los buenos días.

- ¿Señor y señora Adler?

- Espero que haya más dulces de la bella Jane para desayunar.

Mientras comentaba esto pensaba en las galletas que probó anoche, tan dulces y ligeras.

- Me agardaría mucho que hubiera esos dulces de anís que hizo la otra vez que estube aquí, en noviembre.

-Pues imagínese lo que es oírlo en pleno apogeo en una habitación cerrada y en plena noche.

Le comenta al señor Feisman.

-Los señores Adler no bajarán a desayunar con nosotros?