Algo más allá de la muerte... algo del tamaño de un armario pequeño. Algo oscuro.
Aquí os encontráis, asolados, desesperados, y solos.
-¿Qué narices? ¿Qué es este lugar? D-donde.... ¿Donde estoy? ¿Y PORQUE HAS TENIDO QUE CHOCAR CONMIGO? - dije gritando al consejero.
- Tanto monta, monta tanto, bicho alado - responde el Consejero con fastidio - He chocado contigo tanto como tú lo has hecho conmigo. Echar la culpa a los demás de las desdichas propias denota locus de control externo y una autoestima frágil, además de estar muy feo.
Cuando ha terminado de gruñir, el Consejero prosigue.
- Yo tampoco sé dónde estamos, ni por qué estamos aquí. Deberíamos unir fuerzas para intentar escapar.
- ¡Hada! ¡Despierta! Que si se te ocurre cómo escapar de aquí dice, con fastidio, el Consejero.
Creo que ya hemos escapado de aqui al morir ¿no?
Nop, seguís aquí, además de muertos. xD
-YO QUE SE. La unica idea que se me ocurre es traer al mago o a alguien que haya hecho esta basura de sitio. - Entonces me giré y empecé a buscar algo - O si hubiera algo así como una salida por aquí sería más facil*
Ergo que veo XD
- Bueno, y, ya que estamos aquí tú y yo solos... ¿Cuál es tu papel en este teatro, Hada? ¿Qué planes tenías cuando aún estabas viva? Podríamos prometernos que lo que nos digamos, no saldrá de aquí.
-¿Y tu? Creo que quedó claro cuando dije que quería vivir. Bueno eso y que el hada madrina averiguaría quienes eran los malos. ¿Acaso tu eres uno de ellos? Pse. Tan solo quiero ser algo más que una secundona, siempre a las ordenes del niño verde, trayendo sin para más y más niños a su isla de niños mimados que lo quieren y lo tienen todo. Al menos me divierto metiendoles miedo, o simplemente metiendome con ellos con algunas bromas.
Ahora te toca a ti. Desembucha... - Sí, estaba irritable, pero bueno... Lo había provocado el, igual provocaría que me calme
- ¿Yo? Yo sólo sirvo al orden. No sé si eso me convierte en bueno o en malo. El Rey ha dejado un vacío de poder, y hay qué llenarlo de algún modo. He pensado en varios candidatos; el último de ellos, el Hechicero. ¿Me ayudarías?
-Eso suena a que eres de los malos - Le miré con cara de pocos amigos - Pero en fin... si con eso me ayudas a salir de aquí, está bien.
- ¿Y cómo sé yo que tú no eres de "los malos"? ¿Cómo puedo saber si eres de fiar? Yo te puedo ayudar a ser más que una secundona, pero tengo que saber si puedo fiarme de ti. Y otra cosa más, ¿Qué tienes contra el Mago?
Me llevé mi mano a mis ojos al escuchar las preguntas del consejero y suspiré profundamente - A ver... El complejo de niño pequeño y secuestrador de niños para sus fines diabolicos, es el mocoso verdoso ¿Vale? Yo soy un simple peon en su juego fantabuloso que no puede hacer nada más que obedecerle y... ¡ESTOY HARTA DE ESO ¿VALE?! Sí, me gusta que los niños me hagan caso, y si, me gusta gastar bromas pesadas a todo el mundo, pero yo no devoro la infancia de todos los niños como lo hace ese payaso ¿Vale?
No soy mala, pero no te puedes fiar de mi pues en cualquier momento te gastaré una broma de las mias. Ahí tienes mi granito de arena como buena si lo que quieres es la verdad. - Y enojada aparté la cabeza con una fuerte exhalación. Entonces hizo otra pregunta que apenas si me gustaba - Pues... ¿Por qué es un viejo estupido y carcamal que me llevó la contraria cuando sabía que tenía la razón? Además por como empezaba a decir las cosas me olía que era malo, eso o el señor cheeseman. Ya sabes. Sea como fuere, iba a ver que era realmente el... ¿Cada noche lo hago sabes? Por eso sabía que muy a pesar de que tuviera que tragarme mi orgullo, el hada madrina era buena. Y que tenía ese poder.
- Ahora te toca a tí. Dices que puedes ayudarme. Pues dime ¿Como?
- Si salimos de aquí, podría hacerte Reina. Piénsalo; ¿qué me importa a mí quién reine, mientras escuche sabiamente mis consejos? ¿Cansada de ser una secundona, un accesorio en los cuentos protagonizados por otros? ¿Qué tal ser la Reina Hada de tu propio cuento?
-Humm... una reina ¿Eh? - Entonces mi imaginación empezó a volar - Si fuera una reina podría gastar bromas a todo el mundo y al mismo tiempo ellos me adorarían. Sería ideal, casi un sueño hecho realidad. - Entonces me aclaré la voz para tratar de relajar mi rostro de ilusión - Suena bastante bien. Me gusta tu idea consejero. ¿Entonces somos algo así como socios? Yo acepto claramente, seguro que me queda bien una corona ju ju. Ahora solo falta el averiguar el como salir de aquí
- Es evidente que alguien nos ha encerrado aquí con algún artificio; si le liquidamos, seguro que salimos libres. ¿Quién puede haber sido? Podemos convencer a los demás para que le voten.
-Pues depende... Alguien que sepa usar magia o alguien que tenga un artefacto que pueda enviar a alguien a la muerte. Yo delaté los poderes del dragón antes de que ocurriera esto, y el mago me tiene mania sin duda. Solo existe la posibilidad momentanea de que sean uno de esos dos. Ahora falta que trates de convencer al resto, dudo que me escuchen a mi.
- Si me apoyas ahora, puede que nos escuchen...