Partida Rol por web

Ninguna otra cuestión señores. Nos pondremos de inmediato a preparar una seguridad paralela a la establecida para que nada pueda fallar. Un placer haber conversado con ustedes. Alcalde, señores..

Me levanto, taconazo y brazo derecho en alto. Como debe ser. Me ajusto la gorra y la guerrera, coloco la silla tal y como me la he encontrado y ordeno a mis hombres que me sigan al exterior. Las altas esferas pueden volverse incómodas.

Confío en que no sea excesivamente complejo ofrecer alguna prueba incriminatoria, y no tengamos que lamentar ninguna muerte que podría haberse evitado.

Una vez concretado el plan, regresais a pasar la noche a los alojamientos a los que os han destinado. La fiesta no ha estado nada mal, pero los continuos tiras y aflojas entre las SS y vuestros dos oficiales os han dejado un poco preocupados ante lo que se espera de vosotros en esta misión.

Al día siguiente, 3 de noviembre, cuatro días antes de que llegue el Führer, os encamináis hacia la zona de la ciudad donde se encuentra la cervecería en donde se dará el discurso. Como ha recomendado Rudolf y aprobado el teniente, Lahousen y Böhm van vestidos de militares de permiso con la misión de entrar en la cervecería y mezclarse con la gente. Ambos soldados os despiden en la puerta del establecimiento mientras el resto de vosotros continua calle abajo.

Tal y como prometió Hans, os han dado coches para poder desplazaros por la zona. Son vehículos anodinos que no destacan entre el bullicioso tráfico de la ciudad. Rudolf conduce con soltura hasta llegar a la comisaría de policía del barrio. Una vez allí, él y el teniente se ocuparán de informar a los agentes de su presencia allí.

Por último, Hastings y Kurt tiene la tarea de ocuparse de las alturas. Revisando tejados e interrogando a la gente por si han visto a alguien en las azoteas.

La noche transcurre tranquila, a lo que ayuda la excelente cena y el alojamiento, de los mejores en mucho tiempo. Cuando toca levantarse casi da algo de pereza, remoloneando antes de dar con la realidad: Tenemos que descubrir un posible atentado contra nuestro Führer, lo que empieza aguando un poco la mañana.

Un desayuno tranquilo, con unas cuantas tostadas de más. Si vamos a la cervecería, mejor tener el estómago lleno, por si acaso.

Luego a la salida nos encontramos con nuestros dos transportes. - Los coches que se solicitaron, parece algo raro que las SS hayan estado tan espléndidas, seguro que llevan algún explosivo bajo la carrocería. Trato de bromear y sobre todo que sólo lo oigamos los de la unidad.

El tráfico es una novedad, acostumbrado a ver el paisaje desde la trasera de un camión o con interminables caminatas, casi me encuentro como fuera de lugar. Llegamos a la cervecería, nuestro primer destino. Saludo a los otros chicos mientras observo cómo se aleja su vehículo, instintivamente me arreglo el uniforme, estamos en el comienzo de una misión para la que no hemos sido entrenados.

Lo más obvio, observar posibles puntos de ataque, edificios adecuados, cristaleras y ventanas del local que desde la calle tengan buena visión del interior. Luego toca entrar, estamos de permiso, no habrá que dar mucho el cante, me giro hacia Böhm:

- ¿Qué, con ganas de tomar unas cañas? y le abro la puerta ofreciéndole paso al interior.

Cuando me levanto de la cama, dedico unos instantes a comprobar la fecha en la que estamos, mascullando un taco cuando compruebo los pocos dias que quedan hasta la llegada del Fürher. Despues de aciaclarme y vestirme, me reuno con el resto de los compañeros para desayunar, antes de salir. Bromeo con Lahousen y Böhm, ya que ellos, en principio, son quien lo tienen mas facil... "Solo beber, charlar y cotillear en una cerveceria..."

Noto una sensación de alivio cuando veo los vehiculos que han puesto a nuestra disposición. Discreto y fiables, todo lo que necesitamos. Asigno uno de los coches a Hastings y a Kurt, que son los que se vestiran de paidsano para sus correrias por los tejados. "Espero que una mirada gelida les halla servido como aviso... Si rallan los coches me encargare personalmente de que lo arreglen con sus manos..."

Distribuidos los hombres y conscientes cada uno de sus tareas, encamino el coche por las tranquilas calles de Munich. Mantengo una actitud silenciosa y concentrada en conducir, intentando evitar cualquier comentario sobre la conversación de anoche... "Se que Herr Oberleutnan Von Heiser es un buen oficial... pero no creo que le halla sentado demasiado bien que me halla tomado la libertad e intervenir en sus planes, tan alegremente... Por lo menos, si todo este asunto sale bien y detenemos a alguien, el teniente podra resarcierse con Herr Kruger... Eso sin hablar de lo que puede suponer que halla un topo en la seguridad..." Cuando estoy a punto de atropellar a unas monjas en un cruce, sacudo la cabeza y dejo de soñar despìerto para concentrarme en lo que tengo entre manos.

No tardo demasiado en llegar hasta la comisaria y, diligentemente, salgo del coche para abrir la puerta al ofical al mando. Con todo controlado, nos encaminamos a la entrevista, mientras me aliso el uniforme, un tanto nervioso.

Hasting se levanta rapido como si estuviera en el frente, se lava la cara y se deja una barba del dia anterior, pues se supone que es un deshollinador, asi que va a buscar el equipo adecuado, una caja de madera, unos trapos, algun producto, un macuto con el rifle guardado entre palos de escoba y un traje adecuado, con una gorra y un mono, el cual ensucia un poco con el hollín de la chimenea para que parezca mas creible, Luego mientras los demas van en coche, el y su compañero van andando hasta la plaza.

al llegar, observan los edificios y localizan los sitios adecuados donde suponen que tendrian buen tiro hacia la entrada de la cerveceria y el camino de entrada, asi que se diriguen hacia el primero de ellos.

al llegar llaman al timbre , sale el/la portera y dice:

- buenas, somos los deshollinadores, estamos para lustrar las chimeneas y lo demas para la visita de nuestro Fuhrer. Nos podria suministrar las llaves del tejado para limpiarlas y dejarlas lustrosas?

Martin y Karl entran en la cervecería mientras el resto de sus compañeros se aleja. El establecimiento tenía un pequeño bar en la parte de delante y luego un salón privado con capacidad para más de 200 personas. A esa hora del día el lugar apenas tenía clientes, así que los soldados se sentaron en una de las mesas con vistas a la calle mientras el camarero se les acercaba solícito.

Rudolf y el Teniente aparcaron frente a la comisaría después de dejar a sus otros dos compañeros. Ambos oficiales entraron en el edificio donde un sargento de guardia les atendió. El teniente asintió en dirección a Rudolf para que el cabo llevara la voz cantante en la conversación.

Por último, Hastings y Kurt se acercaron a una de las casas después de haberse disfrazado lo mejor que pudieron como deshollinadores. Les abrió la puerta una anciana que les miró con suspicacia cuando le hablaron.

-Mmm, nadie ha llamado para avisarme ¿En qué compañía trabajan?

- Señora, nos esta retrasando el trabajo, y solo tenemos unos dias para limpiarlas, asi que no entorpezca, hago una pausa mientras medito en alguna empresa de limpieza que haya visto recientemente y me acuerdo de una, asi que la suelto,  pero si de verdad quiere saberlo, somos de la empresa Greitner Gebäuderinigung, y ahora nos va a dejar pasar, o tenemos que volver mañana con una carta de presentacion de la empresa?

Esta tia me esta tocando los huevos, si sigue asi, la meto para dentro y la secuestro durante 4 dias si hace falta

Suspiro profundamente, antes de proceder a al entrevista con el sargento de guardia... "Estoy seguro de que se trata de una prueba del teniente... Claridad y concisión... Claridad y concisión..."

"Buenos dias, sargento. El teniente de la Wehrmacht, Von Heiser, aqui presente yo, cabo Rudolf Birnbaum, solicitamos permiso para entrevistarnos con sus superiores." Tomo aire, listo para continuar con la exposición... "Nuestra unidad ha sido llamada para reforzar la seguridad en torno a la visita de nuestro Fürher. La oficina de Herr Kruger nos ha indicado que ustedes disponen de información que nos puede resultar util en nuestra tarea. Debemos acceder a los archivos de personas sospechosas o que ya esten bajo investigación... Tambien querriamos conocer su plan de seguridad para la visita. El personal de la unidad de Herr Von Heiser ya esta realizando operaciones de inteligencia y recogida de información en la ciudad... No querriamos que nuestros esfuerzos comunes para garantizar la seguridad de Herr Adolf Hitler se truncasen porque alguien olvido mencionar algo o avisar a alguien. Lo comprende, ¿verdad sargento?

Noto com un sudor frio recorre mi espalda... "Si alguno de estos se molesta porque considera que nos estamos entrometiendo en sus asuntos..." Como puedo, mantengo la posición de firmes, mientras espero que el sargento de guardia digiera la parrafada que acabo de soltarle...

Entramos en el local, el calor interior es agradable y el ambiente no está cargado en exceso, seguramente por lo temprano.

Poca clientela, mejor, habitualmente las tascas de los soldados siempre están concurridas, alguien que aún no ha dormido, alguien al que la vida ha tratado injustamente y trata de aliviar sus penas con el licor, o simplemente soldados que no tienen nada que hacer y que pasan su tiempo como mejor les parece, mucha gente en poco espacio.

Nos sentamos en una mesa con vistas a la calle, lo primero una evaluación de los edificios de los que mejor vista se tiene del interior, luego los revisará Hastings para dar su opinión sobre posibles tiradores hacia el interior del local.

El camarero se nos presenta muy atento, agradable contraste con los gruñidos de nuestro tabernero de cuartel habitual.

- Buenos días, nos gustaría algo para almorzar y cerveza para beber, ¿qué nos recomienda para comer? Trato de resultar cortés, debemos procurar que el camarero tome confianza, habrá que cuidar mucho las palab. La comida nos permitirá disponer de un tiempo para poder estudiar el entorno sin ser molestados durante un tiempo, luego ya pasaremos directamente a las cervezas en la barra.
 

-Está bien, está bien -contestó la anciana con enfado-. Tampoco hay que ponerse así. Ya saben como se llega a la azotea, aquí tienen las llaves.

Hastings y Karl dejaron a la vieja refunfuñando en el portón y subieron los seis tramos de escaleras hasta llegar a lo alto. Una vez en el tejado se podía ver la fachada de la cervecería con bastante claridad.

...

-Tenemos un embutido buenísimo aunque también pueden degustar algunas de nuestras salchichas especialidad de la casa como la Weiburst blanca con un fino picado de ternera, especias y manteca. También tenemos Leberkäs bien caliente acompañado de pan. Aunque dada la hora del día les puedo ofrecer algo más ligero como nuestra Brezn (Un tipo de rosquilla salada en forma de ocho que se espolvorea con sal gruesa) o una Obatzda (un preparado a base de queso camembert triturado y aderezado) -contestó el camarero sonriente a Martin y Karl.

...

Ante la parrafada de Rudolf, el policía no supo como reaccionar en principio, pero enseguida se repuso y asintió con la cabeza.

-Por supuesto que estaremos dispuestos a colaborar en todo lo posible. La visita del Führer es algo muy importante y comprendo que la seguridad de nuestro amado líder deba ser minuciosa. Mi superior, el teniente Von Heimn se encuentra en aquel despacho -dice señalandolo con un dedo-. Estoy seguro de que querrá hablar con ustedes de su tarea, caballeros.

mientras su compañero hacia un poco de limpieza, Hasting saco la mira telescopica que habia desmontado de su rifle y se coloco en una buena posicion mirando hacia la cervecera, los cristales y la plaza, despues de escoger el sitio que escogeria el para situarse en esa azotea, observo el resto de edificios, todos parecidos de altura, y elimino los que peor vista del recorrido tendrian, quedandose con unos cuantos. Guardo la mira telescopica y despues ayudo a su compañero a limpiar un poco la chimenea, seguramente no limpiaron mucho, pero si se mancharon lo suficiente como para parecer que lo habian limpiado, posteriormente bajaron y siguieron el mismo procedimiento para los otros edificios que faltaban donde podria aposentarse el francotirador, gastando casi toda la mañana, por ultimo, escogieron un edificio, desde el cual Hanstings podria vigilar los tejados y ventanas de los edificios mas posibles para montar el ataque.

por ultimo se fue al cuartel a ducharse, y a la hora de la comida cuando aparecieron los demas y mientras sacaba un plano de la plaza le dijo al teniente.

- Señor, deberiamos preguntar en las casas de alrededor, si se ha alquilado algun piso o habitacion en el ultimo mes, o mejor dicho, desde que se supo que Hitler, vendria a dar un discurso a esta cerveceria. ya que nosotros solo podemos ver el tejado. deberiamos estar atentos a cualquier nuevo inquilino en estas ubicaciones, ( digo señalando los edificios que mejor vision tienen del lugar), ya que son los mejores para un francotirador, desde la azotea ya tengo seleccionados los lugares mejores y los que me quedan los haremos por la tarde, y los tendre controlados desde esta azotea, digo señalando el edificio mejor situado para cubrir la zona donde podria situarse el francotirador.

Cita:

Parpadeo rapidamente, incomodo y desubicado a partes iguales. Noto como mis mejillas enrojecen violentamente, mientras mi cabeza trabaja a toda velocidad... "¡¡Ficke!! Por el amor de Dios... Ahora tendre que repetir toda la perorata ante el capitán de la policia... Seguro que el Teniente se lo esta pasando en grande..."

"Dankeschön sargento.Nos entrevistaremos con su capitán enseguida."

Sin más preambulos, escolto a Herr Oberleutnan Von Heiser a la puerta del despacho que se nos indico y, con firmeza, golpeo la puerta con los nudillos. Casi sin esperar respuesta, abro la puerta y hago entrar a mi oficial, para despues cerrarla tras de mi. Cuadrado frente al oficial de policia, doy un taconzao y saludo marcialmente, mientras trato de observar a nuestro anfitrión con cierto disimulo. Carraspeando, tomo la palabra, dispuesto a no dar respiro ni a mi tmor ni a mi misión...

"Guten Morgen, Herr Kapitän. Soy el cabo Birnbaum. Mi oficial superior, Herr Oberleutnan Von Heiser." En pocas palabras le repito la parrafada que solté a su asistente, recalcando la importancia de nuestra tarea, nuestra voluntad de cooperar plenamente y la decisión de hacer las cosas a nuestra  manera. Una vez concluida mi exposición, mantengo mi postura militar, esperando que el capitan de policia tome la palabra.

- Oh, nos decantaremos por la Brezn, gracias por la sugerencia. Parece increible que nos encontremos en el sitio que tan ilustre persona visitará en unos días, casi me parece que somos afortunados de que se nos pueda servir tan atentamente, ¿se ha notado más gente estos días o tienen el mismo trabajo de siempre?.

Trato de sonar lo más distendido y afable posible, se supone que somos soldados de permiso y que las SS ya habrán empleado su "delicadeza".

Hay que tratar de sacar información discretamente, diablos, en ocasiones pienso que sería más fácil decir sencillamente lo que buscamos: Buenos días, Creemos que pueden matar aquí a nuestro Fürher, ¿lo hará usted o alguien del establecimiento? no, gracias, ¿ha visto algo raro estos últimos días? tampoco, muchas gracias, ya nos vamos.

Sacudo ligeramente la cabeza y me froto las manos ligeramente. En el frente es todo más fácil, sabemos lo que tenemos que hacer y disponemos de los medios para realizarlo, ummmm, tratemos de sacar más cosas en claro.

Nos gustaría visitar la ciudad, ¿qué lugares les parecen más representativos al personal del establecimiento?, por supuesto, también los ambientes nocturnos.

Con un poco de suerte, el camarero tendrá ganas de conversación, en el peor de los casos, nos tomará por SS que están tocando las narices. Recuerdo un gesto que solía hacer mucha gente en España cuando se dependía de un golpe de suerte, cruzo los dedos y toco suavemente la mesa de madera por debajo de ésta para que no se vea mi gesto.

En todo caso, disfrutaremos de un desayuno casi de civiles.

Hastings y Karl cumplen con su trabajo rápidamente. El veterano soldado inspeccionó la azotea del edificio desde donde podía ver la fachada de la cervecería. Sus dos compañeros se distinguían claramente a través del ventanal del local. Sin embargo, el lugar donde daría el discurso, un salón en la parte posterior del edificio, no quedaba a la vista de un posible tirador. Si querían atentar contra el Führer desde aquí, deberían arriesgarse a dispararle en el momento en que entrara o saliera de la cervecería.

...

Rudolf y el teniente entraron en el despacho del también teniente Von Heimn, un hombre mayor de mirada afable que escuchó nuevamente el discurso de Rudolf sin inmutarse después de invitar a sentarse a los dos oficiales alemanes. Cuando terminó de hablar, Von Heimn les respondió:

-Nuestro operativo de seguridad se ha estudiado al detalle -explicó con voz calmada mientras sacaba una carpeta-. Una escolta policial acompañará al Führer desde su llegada al aeropuerto y durante todo su recorrido hasta la cervecería. Asimismo, colocaré agentes en las azoteas de edificios clave como observadores para que todo vaya bien -os entrega un folio-. Este es el horario de llegada de nuestro líder así como el trayecto que seguirá. En cuanto a posibles sospechosos, las SS nos han avisado de que elementos disidentes podrían intentar realizar algo. En nuestras oficinas se encuentran los expedientes de varios elementos de la ciudad de Münich que han tenido tratos de una u otra forma con posibles agentes comunistas o elementos extranjeros. Por supuesto que colaboraremos en todo lo posible. Este evento es demasiado importante como para enfrascarnos en una discusión sobre jurisdicciones ¿No le parece, cabo?

...

El camarero anotó el pedido de Martin mientras comentaba:

-Por supuesto que hemos tenido un aumento del número de visitantes. Sin embargo, esto se nota más a partir de las seis de la tarde que es cuando el lugar se anima mucho más. Ha venido gente de todas partes: Berlín, Frankfurt, Salzsburgo, Stuttgart. Hay bastante animación. Todos los años la ciudad se llena de turistas con el discurso del Führer. Sin embargo, este año es especial, ya me entiende, por culpa de la guerra.

Si quieren disfrutar de la vida de la ciudad. Le recomendaría varios clubs de moda. Pero, claro está, el mejor es este -termina con un guiño.