Partida Rol por web

Al oir los gritos, que por cierto no son en voz vaja ni  parecen amistosos, me pongo tenso, oigo como se abre la puerta de la casa y llega hasta mi el sonido de las caracteristicas votas claveteadas enemigas. Pienso en las posiciones que ocupan mis compañeros y rezo para que nuestro oficial no se descubra, se oculte en las escaleras y deje que Pepe y yo nos encarguemos de los alemanes cuando pase de largo nuestras respectivas puertas.

Con cautela, dejo el cuchillo de combate en la funda de su hombro pero sin seguro, y empuño mi otra arma con silenciador, presto a abrir silencioso fuego contra los alemanes que se encuentran en la casa, en cuanto pasen por delante de las puertas.

Mientras espero a que lleguen a la altura de mi habitacion, me oculto agachado alado de la puerta, con precaucion, teniendo en cuenta que podrian entrar, asi me encuentro fuera de su angulo de vision cuando crucen el umbral.

Lo importante era no perder la calma. Forcejeando con el soldado alemán lo único que pasaba por mi cabeza era no ponerme excesivamente nervioso y hacer más cosas estúpidas. Ya se había liado demasiado la misión por dos fallos míos y no tenía ninguna intención de dejarme matar en ese maldito pueblo helado.

Intentaré dar un cabezazo al nazi para desorientarlo, aprovechando su cercanía, y poder acuchillarlo de una vez. Después meteré el cuerpo a través de la ventana por lo que acabo de salir, y esperaré de nuevo con el cuchillo en mano que aparezca algún nuevo soldado por la esquina de la casa.

Carrick no puede más con la tensión. En cuanto se asegura de que el otro soldado está al otro lado de la casa, alza el brazo con el dedo sobre el gatillo y dispara cuatro veces sobre el torso del soldado. Una vez caiga este intentará asegurarse de que esta muerto disparando a la cabeza. El silenciador se ocupará de que el resto no den la alarma, aunque la distancia a la que se encuentra el otro soldado sigue siendo peligrosa, aún a pesar de la ayuda del propio silenciador.

Mira al edificio. Tal vez sea un buen sitio donde esconder el cuerpo en lo que terminamos el trabajo.

Los casquillos del colt caen al suelo, humeantes.

Muere, bastardo! - susurra entre dientes.

Angus decide abrir fuego sobre el alemán que está solo en el muelle, apuntando certeramente para no tener que rematarlo. Una vez efectua su disparo se agazapa y se mueve lentamente para cambiar de posición y ver si puede abrir fuego contra el grupo de tres.

- Poneos a tiro... malditos bastardos. - "Uno menos que eliminar para volver a casa" piensa con frialdad.

Aprieto los dientes con fuerza y cierros los ojos al oir las voces de alarma de los alemanes "Ya la han cagado... intentando mantener la mente fria a pesar de que la situacion se me habia ido un poco a la mierda sujeto la pistola y le pongo el silenciador, tras esto miro hacia arriba y corro hacía la parte superior de la casa subiendo las escaleras, sería más facil si tenia que rechazar a los alemanes si solo les daba un punto de acceso donde atacarme y no 50

-Bien...espero que esten bien todos...tengo que bucar a los rehenes tienen qu estar aqui arriba

Continua caminando ha y una vez estoy arriba de las escaleras entro en la primera puerta a mano izquierda apuntando con la pistola por si hay algun aleman dentro aunque tambien espero que por allí esten los rehenes teniamos que irnos pero ya sino queríamos acabar metidos en cajas de madera

Al oir los gritos, Larkin se acercó a la puerta de la habitación dispuesto a acribillar al primero que pasase por allí. Pero los alemanes salieron por la puerta principal y corrieron hacia la esquina donde vieron a Caparso. El soldado peleaba valientemente contra el boche. Intentó golpearle con la cabeza pero el alemán se hechó hacia atrás esquivándole y soltándole el brazo. Caparso alzó el cuchillo para rematar a su enemigo.

Entonces los alemanes a su espalda levantaron los subfusiles y abrieron fuego. Caparso oyó las balas silbar a su alrededor y sintió un latigazo de dolor cuando una le perforó la espalda arrojándole al suelo. El que estaba más cerca de él se acercó apuntándole mientras murmuraba algo. Sacando fuerzas de flaqueza, Caparso alzó el cuchillo y se lo clavó en el muslo buscando la arteria.

El soldado enemigo cayó al suelo entre gritos sujetándose la pierna herida. Los alemanes le estaban rodeando y otro más apareció frente a él. Le gritó algo en tono imperioso, tal vez conminándole a rendirse.

Por otra parte, Carrick abatió sin contemplaciones al alemán al que seguía. Cuatro disparos le destrozaron la columna vertebral pero el soldado, para asegurarse, le descerrajó un quinto a la cabeza. Su compañero no se había percatado de nada concentrado como estaba en los gritos que se oían provenientes del otro lado de la casa. Entonces se escucharon disparos, claros y diáfanos en la noche, seguidos de un grito de dolor desgarrador.

Miller, maldiciendo entre dientes, subió a la segunda planta. La puerta de la izquierda llevaba a una habitación amueblada de forma parecida al resto e igual de vacía que las demás. Con rapidez fue a regresar al pasillo y fue entonces cuando escuchó los disparos y los gritos. La puerta enfrente de la suya se abrió abruptamente y Miller se encontró cara a cara con más enemigos. Se metió de nuevo en el cuarto buscando cobertura mientras los disparos hacían saltar el yeso y el empapelado de las paredes.

Cuando la mira está centrada entre los omóplatos del soldado que viene del muelle aprietas el gatillo. La detonación suena como un trueno en la tranquila noche y el soldado cae al suelo abatido. No te molestas en comprobar si está muerto antes de girar el rifle y centrarlo en la patrulla que viene por la otra carretera. Estos se han quedado momentáneamente inmóviles al escuchar el disparo y sonríes mientras apuntas a su oficial con rapidez. El disparo le alcanza en el abdomen y lo derriba herido a tierra. Sus hombres le agarran por el uniforme y los tres se meten en un callejón cercano aprovechando la oscuridad reinante para ocultarse.

Es entonces cuando oyes tableteos de ametralladora procedientes del cuartel general alemán. Parece que allí ha estallado el infierno.

Angus cambia de posición con toda la tecnica y sigilo que le define, era quizás el mejor tirador con que su cuerpo operativo contaba, y para él, demostrarlo una y otra vez era un orgullo... Uno que no podia dejar pasar. Se acomodó a la nueva posición, intentando no llamar la atención de más tropas, mientras los tres alemanes intentaban sobrevivir... No matar al oficial no habia sido un fallo, sino un pleno al quince, ya que con un oficial herido eran más lentos, menos precisos y lo más importante, menos hombres disparando. Esperaba que el resto supiera hacer lo mejor para sobrevivir, se habia desatado la tormenta.

Estaba claro que mi serie de catastróficas desdichas había llegado a su fin. La rendición no parecía una mala opción, después de todo estaba completamente rodeado, pero no tenía ninguna seguridad de que no me ejecutaran allí mismo una vez soltase mis armas. Por un momento pasó por mi cabeza echar mano de una de mis granadas y poner fin a esta locura. Desconocía la gravedad de mi herida, pero tal vez no fuera tan seria. Finalmente, mis ganas de vivir pudieron con mi honor de soldado y, soltando las armas, me quedé en el suelo con las manos en alto.

Enhorabuena puto boche. Aquí me tienes. Sólo espero salir de esta con vida para meterte un tiro entre ceja y ceja más adelante.

Al ver a los alemanes cierro rapidamente la puerta y me tiro al suelo para ver como la pared salta debido a los tiros

-Mierda mierda, espero que los demás esten bien

Hecho mano de mi thompson y me aseguro de que esta cargado retirnadome hacía atras buscando una mesa o algo tras lo que parapetarme esperando la entrada de los alemanes en silencio, mi cabeza mientras no deja de pensar en el destino del resto del grupo la adrenalina fluye con fuerza por mis venas como un rio desvocado entre las piedras, n un principio acelero mi respiación pues mi torrente sanguineo lo pide a gritos debido a los movimientos bruscos pero pronto la decelero para no delatar mi posición a los nazis, quien cojones habría metido la pata de ese modo para que todo su plan se hubiese ido al infierno, respiro hondo y miro hacía la puerta apuntando con la thompson esperando que alguien entre, meintras miro de soslayo buscando algun parapeto adecuado Vamos vamos cabrones, venid a mi, no sere yo quien tenga que dar informe sobre bajas en mi escuadra no señor, los sacare a todos con vida

La cosa se desmadra a lo bestia, a Caparso lo hacen prisionero y Miller se lía a tiros con unos alemanes en el piso superior.

Pepe guarda su pistola con silenciador y empuña el subfusil MP40 que ha hurtado a su enemigo en la habitación.

Sigilosamente se acerca a Larkin y señala con un dedo hacia arriba mientras le hace un ademán con la cabeza. ¿Para arriba o vamos fuera? parece estar preguntando.

32 tiros tengo en el cargador, al primer boche que se me acerque me lo pulo.

Se oyen disparos. Carrick intenta guardar la calma mientras arrastra el cadáver aún caliente y lleno de plomo del soldado alemán. Se apoya sobre la esquina y figura que el compañero del nazi saldrá disparado nada más oír los disparos. En cuanto se cruce en su línea de visión lo abatirá a disparos. Ahora ya poco importa el silencio, pero por si acaso, era mejor mantener el silenciador y no delatar la posición.

Achtung! deberían estar gritando esos cerdos. Poco a poco la cosa se revolvía y se acercaba la hora de sacar algo de material del bueno. Mira a su rifle de largo alcance. Desde esa posición podría cubrir alguna parte por remota que fuere de los cuarteles de donde salían esos cabrones.

El pulso tiembla, la visión se nubla. Tan sólo la vana promesa de volver a casa de una pieza y quizá encontrar allí el calor de una mujer hace que se endurezcan los nervios del soldado.

- Vamos, ve a ayudar a tus jodidos amiguitos... - comenta para sí refiriéndose al nazi.

Si los alemanes han disparado, supuse que se ha oído en todas las inmediaciones, que en los pueblos de noche se oye todo... sí, todo todo, doy fe ^^

Los alemanes se reúnen en torno a Caparso. Los soldados enemigos le desarman y le registran sin importarle que sangre abundantemente por la herida. Uno de ellos ordena en su lengua que le carguen al hombro. Caparso sufre dolores terribles y su vista empieza a nublarse.

Pepe se reune con Larkin en la habitación y ven desde la ventana pasar a toda prisa a dos de los boches. Carrick en una esquina, permanece agazapado esperando a que cualquier desgraciado le de por pasar por ahí y así poder freirle a balazos. Miller se ha parapetado tras una mesa de despacho y escucha a los soldados de fuera cuchichear en voz baja. Escucha pasos por el pasillo pero no logra situar de dónde provienen.

El combate cerca del cuartel general es breve. Oyes que el tableteo de las ametralladores cesa y escuchas gritos y órdenes en alemán. Esperas que tus compañeros estén bien. Con la mira telescópica de tu rifle haces un barrido por las casas por donde se ocultó la patrulla pero está demasiado oscuro y no puedes ver bien. Tal vez los alemanes estén intentando regresar utilizando los edificios como cobertura.

Mirando a Pepe, señalo donde se encuentra nuestro compañero, siendo arrastrado por los solados alemanes y le digo en voz baja:

Compañero... con este haran dos cosas, o lo fusilan sobre el terreno, o lo traen aqui para interrogarle, y puesto que lleba las tenazas de cortar los cables y demas encima... blanco y en botella, van a darse cuenta que tienen al saboteador... pero no creo que se conformen con eso, querran saber si ha venido con alguien mas, asi que le haran algunas preguntas, pero donde lo puedan tener controlado...

Supongo que lo traeran aqui, porque aun creen que el edificio es suyo, que es un lugar seguro y todo eso, asi que propongo que en cuanto esos boches lleguen a la altura de esta habitacion, puesto que han de ir por las escaleras para ir a la sala de interrogatorios, salgamos con toda la artilleria en silencio y los dejemos finos. No deberian tener tiempo de reaccion, 3 pistolas abiendo fuego a quemarropa.... seria suficiente. ¿No crees?. ¿Como lo ves compañero?.

Y con una pistola en cada mano, miro impaciente a mi compañero, esperando una respuesta suya, o una sugerencia de accion mejor.

José escucha atentamente las palabras de su colega Larkin. La idea le parece buena, salirles al encuentro mientras lo traen dentro y dejarlos fritos.

- Me parece correcto, escondámonos y estemos listos.- le comenta aceptando su plan.

Espero que esos nazis de mierda entren y los podamos dejar "kaputt".