Partida Rol por web

Observe serio al soldado Carrick presentarse y después asentí con la cabeza después mire de reojo nuevamente a Caparso parecía no levantarse al menos de momento, ante la respuesta del sargento le devuelve el saludo marcial pero no sonrio no puedo permitirmelo de momento

-Bien muchachos, ya nos iremos conociendo por el camino, tenemos trabajo,os quiero despejados y listos en dos horas , nos vamos a Noruega nos reuniremos en el hangar de aviación a las 16'30 no quiero tonterias ni permitiré retrasos esto es serio señores,os daré los detalles de la misión cuando sea pertinente, y esteis adecentados ¿entendido?,  y por cierto papa einsen jamas se olvida de los suyos.

Finalize mí frase y aparté mis manos de la espalda colocandome la boina y mirando nuevamente a Caparso

-Soldado va a levantar el culo o me va hacer levantarselo a mí, no tenemos todo el día

Mi voz no se alzo demasiado pero sono tan seca y fría qué el muchacho de no ser un soldado experimentado se hubiese cagado en los pantalones, tras hacer todo esto observo el reloj de mi brazo izquierdo contoneando un poco la muñeca para apartar la manga

Asiento ante las ordenes del nuevo teniente, me bebo mi cerveza de un solo trago y me dispongo a salir. Mi estado de ánimo es mi habitual silencio e introversión, la verdad no estoy por la labor de hacer chistes sobre la guerra, cada día pienso que tiene menos gracia

Que bien más acción, más sangre, más muerte... Pero todo por una buena causa... Supongo... 

Finalmente, después de ver todo el espectáculo de fuegos artificiales del nuevo teniente decido levantar "mi culo" muy despacio debido a mi masiva ingesta de alcohol, hasta colocarme firme delante de mi superior y conseguir centrar la vista en el nuevo rostro que debía grabarme a fuego en la memoria, encontrando un cierto parecido de éste con Larkin:

No puede ser que sean familia, debo haber bebido demasiado...

Señor, bienvenido a nuestra unidad. Se presenta el sargento Caparso, Mike Caparso, señor- digo esto marcando un saludo lo más marcial posible - Espero que no se haya tomado mal la cuestión sobre su carencia de pelotas, pero en una mesa donde sobran huevos es normal hablar de estos temas. Sepa que si le falta alguno cualquiera de nosotros puede prestarle algo, de hecho comentábamos hace pocos minutos sobre la carencia total de pelotas de nuestro antiguo urinario, uy perdón, quería decir sanitario... ¿he dicho urinario? jajaja, bueno que más da el cabrón parecía que se meaba encima en los tiroteos. Resumiendo, señor, que bienvenido a la Patrulla Anal, bautizada así en honor a usted porque sabíamos que nos iba a dar por culo.

Así que dicho esto vuelvo a saludar al teniente, me lanzo el último whisky que me había servido, y al intentar sentarme de nuevo en la silla caigo al suelo a plomo, completamente borracho.

Nos vemos a las 16,30. Yo voy a descansar un rato aquí.

Cuando el oficial se va de la tasca, miro a mis compañeros y después a la botella de burbon recién empezada y les digo:

Hombre muchachos... ya que Carrick y yo pagamos esta botella...no la iremos a dejar aquí ¿No?. Yo propongo meterla en la cantimplora, un tercio para cada uno, que cuando estamos en combate suele venir bien para afianzar el pulso. ¿Qué me decís? Venga, traer aquí vuestras dos cantimploras camaradas.

Y repartiendo el licor entre los 3 recipientes me doy cuenta de lo que dijo el teniente...:

Esto....muchachos... ¿Qué tal se os da saltar en paracaídas? Porque algo así me espero que sea.

- Por fin algo de acción. - dice Carrick bastante movtivado. - Larkin, coge la botella. Nos vendrá bien cuando tengamos el culo pelado de frío en Noruega.

Carrick comienza a recoger su chaqueta. Su rifle de precisión le espera sobre su cama, dispuesta a cantar y a llevarse por delante a unos cuantos.

- Los saltos nunca fueron de mi agrado, pero estoy deseando subirme a ese avión .

José recibe la cantimplora con el whisky que le pasa su colega Larkin.

- Gracias camaradas, creo que ahora deberíamos de descansar un poco y luego ir al punto de encuentro. A ver qué misión nos encomiendan esos cabrones con uniforme de general.- les comenta poniéndose en pie.

Vaya, no ha estado mal ese teniente. Veremos que tal lo hace bajo el fuego enemigo. Ahora a descansar.

James se levanta y se dispone a irse a preparar todo su equipo para la hora señalada. Les esperaba el hangar a eso de las cuatro y media, y no podían permitirse ningún retraso, Noruega no podía permitírselo, y por lo visto ahora era uno de los campos más sangrientos de toda Europa.

El rifle de Carrick le esperaba en su sitio. Le pone los protectores para que la humedad no lo dejen hecho un fiasco y carga el petate con el equipo necesario. Cuchillo, algunas raciones, cantimplora, prismáticos... todo lo necesario para marchar a su cita con el deber.

En el hangar de aviación sólo había un único aparato a la hora acordada. Un avión grande, de transporte, que estaba siendo puesto a punto por un grupo de técnicos que trabajaban frenéticos. Los dos pilotos ya se encontraban en la cabina comprobando los sistemas cuando el comando se presentó en el lugar. La tarde se había puesto fría y oscura. Para colmo de males, comenzaba a llover otra vez. En la semana que llevabáis en Inglaterra, apenas habíais visto el sol un par de veces. El teniente Miller ya os esperaba ahí, con su habitual mirada severa.

Caminando con paso firme y seguro, me acerco al oficial y frente a el me deposito el equipo en el suelo, me cuado y saludo reglamentariamente:

Se presenta el sargento Hlaine Larkin preparado y listo para la acción, señor.

Con calma, observo el pájaro que supuestamente nos llevara a nuestro destino, en mas de un sentido. Para mis adentros pienso:

Hum.... Espero que esta vez no haya grandes problemas con el aterrizaje.. Bueno, al menos si los hay, espero que los invitados se porten. Debería revisar una vez mas el equipo antes de embarcar... Eso mas tarde.

Carrick avanza hacia el enorme aparato. Nunca había sido hombre de altos vuelos, pero sabía que eran gajes del oficio. Llegó justo detrás de Larkin, quien ya se había presentado y se mostraba dispuesto a montar en el avión.

James se posiciona frente al teniente Miller y se cuadra.

- Soldado Carrick James listo para las órdenes, señor - dice a voz en grito para que el ruido de motores y demás no ahogue su voz.

Procura que el nerviosismo no se haga patente en forma de tembleques, pero su mirada recorre el aparato de extremo a extremo y un sudor frío le recorre la nuca.

A la hora convenida, José se planta en el hangar con todos los bártulos. En la mochila lleva raciones y granadas, el máuser colgado al hombro, el cuchillo en su funda y la pistola Astra 400 con  un silenciador bien guardados y amarrados al cinturón. Además porta dos cartucheras encajadas en el cinturon y con dos tirantes que le pasan por los hombros. Allí lleva los peines del máuser y los cargadores de la pistola.

Con un peso considerable en sus espaldas se sitúa al lado de sus compañeros y saluda marcialmente al teniente.

- A sus órdenes mi teniente. - le dice tras cuadrarse.

También observa a los mecánicos apañando el avión, eso no lo tranquiliza en absoluto.

Joder, nos van a volver a tirar en paracaídas desde ese puto avión que ya veremos si vuela. Y esta vez no tenemos sanitario. No se en qué carajo deben de estar pensando los oficiales encargados de las operaciones especiales, pero desde luego se están luciendo.