Partida Rol por web

Pepe se apresura a explicar que todo va bien en el pozo número tres. Inmediatamente los soldados aflojan el paso y se muestran más tranquilos. Uno de ellos se detiene y le hace señas al francés que maneja el reflector que deja de apuntaros para pasar a iluminar la zona del muelle donde los barcos de pescadores flotan junto a los buques de guerra. El centinela maneja el reflector trazando arcos sobre el agua como si buscara a alguien. El soldado que le dio el aviso se queda en su sitio y veis la débil lumbre de un cigarrillo. El último guardia se acerca a vosotros a buen paso mientras os dice:

-El teniente está que trina. Al parecer los teléfonos no funcionan y algo va mal en la garita de guardia. Me han dicho que vaya a ver. Y que tengas cuidado con la pistola. Te han dicho mil veces que hay que desmontarla para limpiarla, no pasarle un trapo como si fuera un mueble.

Todo eso lo dice en francés, obviamente, y Pepe lo traduce lo mejor que puede.

Esperar, esperar, esperar... las cosas han cambiado. Un segundo, que nadie dispare. Pienso una nueva estrategia ahora que las cosas son diferentes, ya no tenemos la luz de frente, y los dos soldados han bajado un poco la guardia y se acercan a nuestra posicion, al menos uno de ellos. A su vez, el soldado del foco está apuntando con el a otra parte, haciendo un barrido, y de esta forma está centrando su atencion en otra parte.

- Vale, parece que los gabachos se lo han tragado.-

dice Pepe tras traducir las palabras del soldado francés.

El momento de tensión pasa y parece que la cosa se suaviza. Por un momento respiran tranquilos. Las instrucciones del oficial son claras y concisas. Falta el golpe de gracia. Por un segundo parecía que todo se iba a torcer y que el dedo iba a deslizarse por el gatillo para arremeter de forma estruendosa. Por suerte, la calma vuelve de nuevo a la cabeza de Carrick, aún a pesar del estrés al que son sometidos.

- Cuando digas Larkin. - susurra.

Caparso, Carrick, al que se acerca. Pepe, tú y yo a por el del cigaretten. A la de tres, que dios os guie. Para mis adentros pienso: ¿Acaso es verdad que he dicho algo semejante?... bueno una frase hecha qué más da. Agarro la pistola con las dos manos, dispuesto a asomarme y tumbar certeramente a mi objetivo. Uno... dos.... TRES, ahora.

Le incorporo sobre el parapeto asomando solo la pistola y la cabeza con el casco y abro fuego contra el del cigarro. THUUUUP... suena el arma en mis manos y la de mis compañeros. El plan estaba claro. Una vez eliminados esos dos soldados, cada grupo saldría del cañón e iría a por otro objetivo. Pepe y yo a por el oficial del último cañón, y Caparso y Carrick a por el hombre del foco.

¡Venga, a por ese cabrón!

piensa José cuando termina la cuenta atrás del oficial. Tras eso, se eleva lo justo, encañona al fumador y tras encomendarse a todos los demonios del infierno, aprieta el gatillo esperando dar matarile al desgraciado.

Nos jugamos el todo por el todo, espero que no la caguemos.

Larkin y Pepe asoman las pistolas y de dos certeros disparos fulminan al tipo que estaba encendiendo el cigarrillo. Desgraciadamente ni Carrick ni Caparso logran dar en el blanco y las balas pasan silbando junto a la cara del soldado que se acercaba. El centinela escucha como su compañero cae tras él y se da cuenta de que ha caído en una trampa. Empieza a gritar y ninguno necesita traductor para saber que está dando la alarma. Asimismo, prepara su rifle y lanza un disparo mientras empieza a correr de espaldas alejándose de vosotros. El tiro rebota en el muro del pozo cerca de la cara de Larkin sin alcanzarle.

Entonces la luz del foco vuelve a encenderse para iluminar las siluetas difusas de vosotros en la trinchera del pozo número 3. Ahora sí que todo se ha ido a la mierda de verdad.

A por ellos muchachos a por ellos, necesitamos que la cosa sera rapida, abatamos al que corre, y luego arriba y a por nuestros objetivos.

Mientras corre el soldado ese , y su disparo pasa peligrosamente cerca de mi cabeza, aun con mi pistola con silenciador en la mano y apoyado en el parapeto abro fuego. Veo que el tipo del foco nos puede joder así que sintiendolo mucho y sin otra alternativa digo:

Carrick, es su hora, usa tu fusil y acaba con el cabron del foco. Debemos hacer esto rapido caballeros. Aunque sea un sonoro disparo, si solo es uno todo será mejor. Los demas intentemos abatir al que corre con las pistolas. Si acabamos con ellos 2, vamos a la carga a por el ultimo cañon, atacandolo en pinza, ¿Vale? A por todas.

 - Mierda - musita Carrick cuando ve que su disparo ha fallado. ¿Cómo es posible? Mientras blasfema en arameo jurando por todos los cabrones amantes del puto silenciador suelta la pistola, la arroja al suelo y se dispone a sacar su rifle. Su fiel rifle de precisión con el que ha abatido a más de doscientos enemigos en lo que iba de campaña. Y la de cabrones que estaban por caer. Su compañero también ha fallado, por lo que el hombre del foco puede ser una grandísima fuente de problemas si no reaccionan con suma rapidez. Los nervios afloran y la tensión aumenta. El ambiente se crispa y el americano comienza a sudar la gota gorda.

- Estaba deseando que dijera eso, jefe - le dice a Larkin mientras una sonrisa casi cruel se dibuja en su cara.

Ya desde su posición hinca la rodilla y se coloca en posición. La oscuridad le ampara, pero aún así no tiene más que unos segundos para poder centrar su blanco y hacerlo estallar. Coloca la culata apoyada en el hombro y el dedo se desliza sobre el gatillo. El brazo izquierdo sujeta el arma con firmeza, acariciando su delicada figura capaz de escupir fuego y muerte por doquier. Su ojo observa atento a través de la mirilla. Fija el blanco. Un disparo en el pecho o en el cuello de ese calibre no sólo le dejara un bonito agujero, si no que lo hará caer. 

- Saluda al puto Napoleón de mi parte... - no duda y dispara.

Un silbido traza la trayectoria que separa a Carrick del francés. ¿Habrá conseguido abatirlo?

El potente disparo del rifle de francotirador de Carrick suena ahora menos abrumador de lo que había pensado, debido al ya sonoro disparo anterior, y los leves bufidos de los silenciadores. Para mis adentros pienso: Bueno, al menos el caño del arma está orientado hacia el mar, el sonido no habrá sido tan significativo... Espero que le haya saltado los dientes con ese disparo.

Tras realizar mi disparo contra mi objetivo, observo sin bajar el arma ni apartar la vista de la mira si he conseguido un buen blanco.

-¡Joderhostiayá!.-

suelta Pepe cuando todo se va a la mierda y empiezan a volar los tiros. El gabacho que tenían que cargarse Caparso y Carrick había sobrevivido y ahora les había hecho la puñeta chivándose a todos los suyos al pegar un tiro con el fusil.

El ex-republicano español tiró de su fiel máuser y apuntó al francés que huía, esperó a ver el resultado del tiro de Carrick, si no lo eliminaba, dispararía él.

¡Mierda, todo se ha jodido! A ver como salimos de ésta.

Larkin y Pepe eliminan al francés que huye. El estampido del rifle del español  se une a la detonación el arma de Carrick. El francotirador, deslumbrado por la luz del foco, falla el tiro sobre el soldado pero al menos logra impactar en el aparato, apagándolo. El centinela sobre el parapeto grita en dirección al último pozo donde está el oficial. Este se une al tiroteo atrincherado en el último baluarte. Los disparos fallan por mucho sobre el grupo.

 Carrick ahogó un gruñido cuando observó que su disparo había fallado. ¿Cómo? ¿Cómo podía fallar? ¡Dios santo! Matar era lo único que sabía hacer. ¿Cómo podía flojear ahora? Él, que había sido capaz de volarle el rabo a un colibría a doscientos metros de distancia y en movimiento. ¿Se le iba a resistir un gabacho cabrón? Contuvo toda su rabia para no comenzar a jurar en arameo y blasfemar por todo lo alto.

Miró a su teniente.

- Ahora mismo lo soluciono, señor -

Volvió a colocar el ojo tras la mirilla, respiró hondo y consiguió alienarse de todo. Sólo existían él, el gatillo y el objetivo, una sombra en la lejanía que llamaba a voces por que le volaran la cabeza. Su corazón palpitó, pu-pum, pu-pum, pu, pum, pum, pum... ¡blam!, disparó certero sobre su objetivo.

Los acontecimientos parecen relantizarse, "el tiempo de combate" como algunos lo llaman inunda y suplanta la realidad anterior, todo es mucho más lento, más preciso. Como a cámara lenta veo como el disparo de Carrick destroza el foco que maneja el hombre ahí lejos, y como mi pistola con silenciador bufa y salta en mis manos. Después un segundo prolongado y estridente disparo de fusil atrona en la noche, y para mis adentros pienso: Dios santo... dije que usásemos aun las pistolas... bueno, dejemos a los muchachos que se diviertan con sus juguetes, que maten como más les guste. Después veo como lentamente se asoma el oficial del 4º cañón y abre fuego contra nosotros.

Miro por encima del parapeto calculando la distancia... 50 metros... mierda, seran 2 carreras a esprint, expuesto, a no ser que... Busco rápidamente coberturas a las que llegar y desde las que avanzar hasta el cañón. Luego calculo las posibilidades y digo:

Tenemos 15 segundos para cargarnos a esos dos cabrones. Pepe, Carrick, vuestros dos fusiles contra el de la torre. Caparso, bate al oficial del último cañón. Pepe y Carrick, quiero que en cuanto os merendéis al de la garita del foco apuntéis contra la posición del oficial y unáis vuestro fuego al de Caparso. ¿Vale? Voy a asomarme hasta esa cobertura, luego cubrire con mi Thompson y Pepe avanzará hasta donde yo esté. No vienes tu Caparso porque no quiero que maten a nuestro único artificiero, no pienses que dudo de tu valía, ni tu Carrick, si ese oficial se asoma mientras yo estoy corriendo al descubierto quiero que le metas una bala entre ceja y ceja. ¿Queda claro? Cuando cuente tres, vosotros dos a por el de la torre, y tu Caparso fuego sostenido contra el oficial para que se agache bien agachado. Dadme tiempo para que recorra la mitad del espacio.

Me apoyo en el parapeto y me preparo para cruzarlo a toda prisa en cuanto Pepe y Carrick disparen contra el soldado del foco.

Una, dos, !TRES!

... el disparo de Carrick atrona en la noche de nuevo, y me lanzo en una carrera contra la muerte.