Partida Rol por web

El pirata Githyanki recibe el proyectil mágico en todo el pecho, pero tras unos instantes conmocionado éste se dirige a Raunix. El umbrío intenta con atacarle con su espada larga pero en esta atmósfera densa su rapidez no es la misma que en Faerun. El corsario, en cambio, se mueve con suma facilidad.

Su espadón surca el aire viciado del observatorio en dirección a Raunix, pero éste, consigue esquivar ambos mandobles.

Hardem vio como el pirata iba directo contra Raunix, su enorme espada surco el aire en dos ocasiones. Raunix parecía demasiado rápido para él. Hardem sonrió y llamó a Cecil para que esta atacará de nuevo a aquel ser. 

Cecil tomó la espalda y atacó con un mordisco directo al gemelo del humanoide. Mientras Hardem volvia a señalarle con sus dedos y dos proyectiles marcharon directamente contra él, impactando en su pecho.

La gran fiera peluda que era Cecil se abalanzó hasta la pierna del pirata, mordiéndola. El gith soltó un alarido que fue interrumpido por un nuevo golpe mágico provocado por Hardem.

-¡Maravilloso! Entretenimiento puro -soltó el anciano controlado mentalmente por el Observador.

El githyanki, una vez recuperado, lanzó dos mandobles a la criatura. El animal, incapaz de adaptarse a la nueva atmósfera, confió en su salto pero aquí saltaba mucho menos que en Faerûn. Los dos espadazos le atravesaron el cuero cabelludo y la sangre salpicó toda la plataforma. Aún inerte, el animal gemía. Había aún una chispa de vida en los ojos de la valiente Cecil.

El pirata sonrió y volvió a encararse con Raunix con el espadón a dos manos preparado.

El pirata era un rival letal y lo había demostrado al dejar moribundo a Cecil con apenas dos golpes. Estaba claro que la atmósfera del Observatorio no les ayudaba, pero o se adaptaban ya o morirían.
Raunix volvió a la carga era el momento de golpear con toda su habilidad.
Maldito pirata hoy vas a perder aquí la vida, huye ahora que estás a tiempo!

La espada de Raunix atraviesa armadura y cota de malla. La sangre negra no tarda en brotar del costado del gith.

Gritó con el corazón roto al ver como Cecil esta siendo rajado por el pirata y cayendo el suelo. Apenas si la comadreja podía respirar. La sangre borboteaba desde sus heridas y aquella imagen se le estaba quedando grabada en el corazón.

La rabia le llenaba, quería acabar con el pirata pero estaba limitado sin su ballesta, sufría al ver tirado en el suelo moribundo, no podía más que seguir confiando en su magia. Expulsó de nuevo desde sus dedos la magia que se transformó en dos proyectiles dirigidos directamente contra el pirata.

El pirata, loco de rabia, encajó otra vez los proyectiles al mismo tiempo que alzaba su mandoble para partir a Raunix por la mitad pero éste, volviendo a hacer gala de sus grandes habilidades como espadachín, logró esquivar ambos. En el segundo ataque, cargó con tal fuerza que el pirata githyanki avanzó varios metros hasta ponerse justo delante del mago, trastabillado.

Vio como el pirata se trastabillaba y caía hacia él. Momento que aprovechó para darle un puñetazo lleno de furia y rabia, pero él no era versado en el combate cuerpo a cuerpo.

En medio de la espiral de fallos, el Umbra aprovecha para atacar alcanzando nuevamente al pirata pero sin causar demasiado daño.
Huye mientras aún conservas tú vida. El próximo ataca será nuestro último.

El pirata recibió una estocada por parte del umbra, lo que lo hizo rabiar más. De nuevo lanzó un par de mandobles hacia su agresor pero la velocidad de Raunix era endemoniada. Lleno de furia clavó sus ojos en él, a sabiendas que muy posiblemente ese sería su final.

-¡Espléndido! -dijo el anciano transmitiendo los pensamientos del Ojo Que Todo Lo Ve.

Cecil, por su parte, parecía abrir los ojos. ¡Estaba viva! Ese animal aguantaba lo que le echaran.

- Vamos Raunix, casi lo tenemos, venguemos a Cecil. Grito con los ojos llorosos. Raunix asestó un golpe al pirata. Este parecía ya cansado, dolorido, apenas si acertaba los golpes. Debía de quedarle poco para caer. Su reservas mágicas estaba al mínimo, pero tenía que hacer un esfuerzo. Tenía que poder reunir la poca magia que le quedaba para acabar con él.

Se separó un poco del combate y volvió a apuntar al pirata con su dedos y de nuevo dos orbes flotaron hacia él a toda velocidad impactándole con fuerza. Aquel último ataque lo había dejado maltrecho pero aún seguía en pie, tendría que rematarlo Raunix.

El último proyectil mágico le dio en toda la cara, destrozándosela como si hubiera recibido un golpe con un martillo. El githyanki estaba al borde de la muerte, pero no quería rendirse. Volvía a alzar su espadón, preparado para parar el golpe de Hardem o de Raunix.

-Buen trabajo Hardem, casi lo tenemos!. Raunix sentía la excitacion de la batalla, estaban a punto de superar un desafío enorme, casi mas de lo que podían superar. Alz'o la espada con fuerza listo para golpear al infame pirata por 'ultima vez, pero la confianza le pas'o factura...

-Noooo! Maldito!

Con sus últimas fuerzas, el pirata githyanki esquivó el ataque de Raunix, y sonrió. Al fondo, dos de sus secuaces, piratas gith como él, estaban subiendo las escaleras.

El ataque para rematarlo de Raunix había fallado. Sus reservas mágicas estaban agotadas y solo le restaba acudir a sus trucos mágicos para poder rematarlo. De sus manos salió una esfera verde y acida dirigida directamente al pirata. Por detrás de él vio a otros dos piratas acercarse. Aquello pintaba mal. Muy mal. Poco podrían hacer contra dos con lo que habían sufrido contra uno.

El ácido termina por derribar la ya de por sí maltrecha cara. El githyanki cayó al suelo inerte al tiempo que sus dos compinches se acercaban gritando en un idioma incomprensible.

Os miraron, clavaron sus ojos en los vuestros y... alzaron sus manos tirando los sables al suelo. Gritaron algo en su idioma y el Ojo Que Todo Lo Ve os lo tradujo.

-No nos matéis, por favor. Haremos lo que queráis.

La salpicadura ácida acertó directamente en la cara del pirata arrebatándole toda la vida que le quedaba. Su mirada se dirigió a los dos que venían. Estaban en problemas. Problemas que acabaron rápido al ver como tiraban sus sables al suelo y hablaban en un idioma que desconocían. El Ojo que todo lo ve les tradujo sus palabras con una interesante oferta.

Para Raunix y para él de poca utilidad eran aquellos dos piratas ya que no se entendían con ellos, sin embargo para el Observador podrían ser de ayuda y además él les entendía. Una idea se elaboró en su mente y soltó su proposición mirándoles fijamente.

- Para compensar los daños causados servireis de por vida al Ojo Que Todo Lo Vé en la defensa de este lugar.

Los piratas miraron fijamente al mago y luego al Observador. Esperaban una respuesta.

-Sea pues -dijo el anciano. A los pocos instantes, éste se separó del beholder mientras que los dos githyankis pusieron sus ojos en blanco. Pasaban a estar controlados telepáticamente por el ser. 

Por su parte, el anciano pareció recuperar su propia consciencia. 

-El Ojo Que Todo Lo Ve agradece tus servicios prestados a lo largo de este último año y te libera de tu cautiverio -dijo uno de los piratas en perfecto común. -Aún así, te pide un último favor. Cura a la pobre bestia, guíales para que encuentren ese mapa y por todos los Dioses, dile al mago que coja ese espadón y aprenda a usarlo, con los puños es asombrosamente malo.

El Observador rió. El antiguo ser parecía tener sentido del humor.