Partida Rol por web

Al recibir el otro pinchazo, el sacerdote comenzó a sacar cosas al exterior. Desde allí veis que la ciudad está sumida en el caos y que en la pirámide aún están luchando. Estáis, de momento, a salvo.

El sacerdote comienza a hablarle al cielo y poco a poco éste se va oscureciendo. Comienzan a oírse los primeros truenos y algún que otro rayo aterriza muy cerca de donde os encontráis, asustándoos. De pronto, un enorme flash os cegó.

El sapo entró en extásis a medida que un pequeño círculo de luz y chispas se hacía más grande: ¡el elemental del tiempo!

-Hay que saltar y hacerle sangrar, ¿estás lista? -preguntó Freith.

-Siempre -respondió la paladina apretando su mano al mango de la lanza.

De pronto la vistéis: una criatura alada y enorme, parecida a una libélula pero brillante como un diamante y formada por lo que parecían miles de piezas, apareció del portal.

Está un poco alto por lo que saltarle encima puede ser difícil

Freith intenta saltar, pero tanto hacer de prisionero no le ha ido bien.

Parecía que saltar era complicado, y tras un amago, ni despegó los pies del suelo; pero a la paladina se le ocurrió algo. Tomó a su pequeño compañero, y ayudándole, lo izó, para ponerlo a donde fuera menester.

- Hay que aprovechar de que no es muy grande.

Al intentar llegar al abdomen de la criatura pero no conseguirle, el ente parece darse cuenta de lo que intentáis y escapa.

-¡Maldita sea, qué torpes somos!

De pronto la paladina cogió al gnomo y se preparó para lanzarlo. Mientras tanto, la enorme Cecil gruñía y tenía el pelo erizado. Igual podía ser útil.

Los hombros de Inovaz se tensaron, haciendo, incluso sonar las piezas que protegían su torso, con un crujido estraño, y tras eso el pobre Freiht, sin haber sido advertido, salió disparado. - Espero que me perdones esto y no lo tomes como ofensa. Su mente era ajena a ello. Fue su instinto lo que le hizo reaccionar así. - Joder, más razones para que me tomen por tarada. Le dio gracias a su Dios por la ayuda en los momentos especiales y rezó porque el gnomo no se hiciera daño y saliera todo bien.

- Gracias mi Señor por el apoyo en momento delicados como este, que sin ser de combate, afecta a una guerra, a miles de vidas. Que tus designios sean resueltos y yo, vuestra humilde servidora, sea el canal y avatar de estos.

Saltas al lomo de la criatura.

A mierda y ahora que hago?! No sabía adonde iba el bicho, por lo que cogió una de las dagas de piedra y la lanzó al bicho.

- Sangra de una vez maldito!

Inovaz esperó, a ver si el compañero saltaba, pero en sus dudas miró al sapito sacerdote que había pinchado como una oliva. No quería que les saltara encima y le "devolviera el cumplido".

Boff llega hasta lo alto de la pirámide solo para ver cómo un monstruo gigante, con forma de libélula mecánica y semitransparente, surca el cielo haciendo círculos encima de la pirámide. Encima suya está Inovaz mientras que Freith y Cecil están en el edificio.

-Sangra de una vez maldito! -dijo el gnomo mientras lanzaba una daga al cuerpo del monstruo. El cuchillo se clava en el torso del animal, haciéndole sangrar, aunque el líquido cae sin que nada ni nadie pueda guardarlo. En un instante, el elemental parece difuminarse del todo solo para aparecer unos metros más allá, aunque veis que Freith cae a la cúspide.

-Creo que es hora de iniciar una persecución Zoe... -musitó Boff mientras la libélula extendía sus alas.

Al salir a la superficie de la pirámide, Boff jamás creyó que vería algo similar. Sus amigos Freith e Inovaz estaban peleando contra...¿Qué demonios era eso? ¿Una libélula mecánica semitransparente? No tenía ni idea, pero parecía un duro adversario y no podía permitir que sus amigos corriesen peligro, por lo que sin pensárselo dos veces, ordenó a su fiel mascota iniciar el vuelo para hacerle frente desde el aire. Era arriesgado, sí. Pero una simple apreciación del entorno le permitió darse cuenta de que Zoe era más rápida que aquella criatura. Si podían contenerla y distraerla hasta la llegada de sus compañeros, o quizà con suerte acabar con ella, lograrían escapar de aquella dimensión.

Boff se dio cuenta de que aquella criatura estaba ligeramente herida y emanaba una extraña sustancia o sangre, de la que estaba convencido tendría algunas características interesantes como la sangre de dragón que había usado en las escamas y que le había entregado a Hardem para realizar el ritual. Aprovechando que tenía dos viales vacíos donde anteriormente había estado la sangre de dragón, decidió tratar de recoger al vuelo algunas gotas para llenar los viales*, y lo consiguiese o no al primer intento, sabía que lo siguiente sería atacarle con su honda.

- ¡Vamos Zoe, a por esa criatura! ¡Podemos lograrlo, somos más rápidos!

Y tras depositar una piedra en la honda, la impregnó en veneno de pez globo y lanzó a plena potencia, para después sujetarse fuertemente a su mascota y que Zoe tratase de morderle. ¿Tendrían éxito?

Freith cayó donde Inovaz y la comadreja gigante estaban pero con una rápida voltereta disminuyó la fuerza del impacto.

Mientras, con la velocidad del rayo, Zoe y Boff se acercaron lo suficiente al ente como para conseguir varias gotas de su sangre, la cuál veis que es semitransparente y muy, muy extraña. Cuando el elemental vira bruscamente, Boff decide lanzarle una piedra envenenada, causándole más daño. El elemental desaparece otra vez.

-¡Lo conseguí, tengo las gotas, gente, tengo las... -los gritos de felicidad del mediano son interrumpidos por un golpe de ala del elemental, que se ha materializado justo encima de la libélula y del propio Boff. El ala semitransparente roza al mediano que, al instante, lanza un alarido mientras sus ojos se tornan blancos.

Boff se alegró muchísimo al ver que su objetivo había sido logrado, llenando los viales con sangre de aquella extraña criatura e impactándole de lleno, logrando que desapareciese. Todo parecía un verdadero éxito y el mediano celebró con el puño al aire el logro con sus compañeros, cuando de improviso vio que aquel ser volvía a materializarse muy cerca de él, y un leve roce de su ala inflingía un terrible dolor en Boff, haciéndole sentir como si envejecidas más rápido de lo normal. Le creció la barba, y algunos de sus cabellos se tornaron de una coloración blanquecino plateada. ¿A caso había envejecido algunos años? Daba la sensación de que sí, de que ya no era tan joven y que se había vuelto ligeramente más maduro, un hombre.

Fuese como fuese, Boff no deseaba sentir un nuevo impacto y aquel dolor tan horrible, por lo que ordenó descender a Zoe y esconderse en la pirámide. ¿Para qué exponerse innecesariamente?

- Joder, ha sido muy doloroso... Siento como si hubiese envejecido de golpe tres o cuatro años...

Freith estaba muy contento de separarse de ese bicho tan raro, sobre todo después de ver como a Boff le había echado años encima con sólo tocarlo.

- Si hemos terminado aquí, mejor salir pitando, antes de que ese bicho siga haciendo cosas raras.

Lo teníais, el animal seguí flotando en el aire, mientras que la revolución se había extendido a toda la ciudad. Era el momento de irse. Boff aterrizó y con cuidado de no romper el frasco, lo depositó en lo que parecía la urna de los sacrificios. Inovaz se acercó al sacerdote que había amenazado anteriormente y lo puso delante del cuenco y con su lanza lo volvió a amenazar.

El sapo parecía hacer gestos, como si os faltara alguna cosa.

-Faltan las escamas y una piedra de nuestro tiempo. ¿Alguien tiene una bala, o una punta de flecha u algo por el estilo? Igual yo tengo algo también en el zurrón -expuso Freith.

-Las escamas deberían traerlas los demás. Aún siguen dentro de la pirámide... -dijo Boff preocupado mientras se tocaba su barba negra recién salida.

Boff se sorprendió de haber cambiado su apariencia y disponer ahora de una tupida y negra barba, como si durante cuatro largos años jamás se la hubiese cortado con un cuchillo. ¿Qué demonios le había hecho aquel ente? ¿Regresaría a su condición inicial o los cambios serían permanentes?

- Quizá sea necesario que alguno entre en la pirámide nuevamente y ayude al resto a obtener los ingredientes restantes para completar el ritual. ¿Te encargas tú, Freith? Yo me quedaré con Inovaz vigilando estos sacerdotes o lo que diantres sean. No deseo más emociones fuertes... - mencionó señalando su barba que no entendía como había llegado allí de improviso. ¿Crees que estos efectos sean permanentes? Espero no haber perdido 3 o 4 años de mi apreciada vida...

Freith empezó a buscar lo que pudiera ayudarles para salir de allí, era eso o morir en ese templo raro.

- Boff 3 o 4 años no son nada, vas a vivir mucho, si logramos salir de aqui, si no seremos cadáveres en momento.

-¡Amigos! -exclamó Boff al veros salir de la puerta principal.

En lo alto de la Pirámide estaba el gnomo, el mediano y la paladina junto con la comadreja gigante, que rápidamente se acercó a Hardem y Zoe, la libélula. Además había un sacerdote anfibio, malherido, apoyado al altar de los sacrificios.

-¿Tenemos todo lo necesario para comenzar la invocación? -dijo la paladina.

-¡Sangre de elemental! -enseñó Boff
-¡Tres escamas, una de reptil, otra de insecto y otra de una maldita bestia emplumada -respondió Raunix.
-¿Y un objeto de nuestra época? Una punta de flecha, una bala... ¿Alguien? -añadió Hardem.

Mientras la paladina ayudaba al sacerdote a incorporarse. Tenía trabajo.

Finalmente estaban en lo alto de la pirámide. Él y aquellos extraños compañeros de viaje. Parecía que todo estaba listo para realizar la invocación que tanto tiempo llevaban persiguiendo realizar y gracias a aquellos extraños amigos, se había desatado el caos entre los gobernantes de la región que tenían atenazo a si pueblo. Una pequeña revolución había nacido entre el caos y Utu esperaba que sirviera para cambiar las cosas.

- Entonces... - Dijo el chamán. - Será mejor que os deis prisa. No sabemos cuanto tiempo va a durar la calma y visto como están las cosas allí abajo... - Miró hacia la base de la pirámide. - ...puede que no tengamos mucho tiempo.