Partida Rol por web

Los investigadores continúan su investigación en esa ciudad hermosa y enigmática. Parece que hace mucho tiempo que llegaron, aunque sólo ha pasado un día. Ahora, junto al ocultista Busek y al ayudante de Karel Urba, tratan de averiguar cosas sobre la desaparición de éste.

Jaroslav ha permitido que los investigadores se queden con el pequeño fragmento de cristal, que puede proceder de la pieza que parece desaparecida, de la última expedición a Grassliz.

Ahora, Idan interroga a Jaroslav acerca del bedel, ya que es el único que estuvo en la universidad cuando los asaltos.

-EL bedel es un buen hombre. Ya mayor y algo cascarrabias, pero él sólo sabe lo que le ha dicho a la policía, y es que la noche del suceso, el 13 de Octubre, escuchó ruidos y fue a ver qué pasaba, pero ya era tarde. Si quieren vamos a hablar con él. Yo les hago de interprete.

Jaroslav habla tranquilo, aunque visiblemente preocupado por todo este asunto.

Idan asiente en silencio y vuelve a girarse para mirar por la ventana mientras busca su caja de rapé. No tarda mucho en sacarla de uno de los bolsillos interiores de su desgastado traje, abrirla con un chasquido familiar e inhalar una razonable ración.

Hay algo que me intriga en todo esto -dice el anciano mesándose la barbilla- ¿Por qué el señor Urba mantendría en secreto sus investigaciones? Es evidente que tenían una gran trascendencia, pues de lo contrario no hubiese recurrido al señor Gottwald para analizar las muestras.

Jaroslav asiente a las palabras de Idan, con un reflejo de pesar en el rostro, como si esa idea le atormentara. Luego permanece con la vista en el cristal sin decir nada.

El anciano parece desconcertado ante la reacción de Heyrovsky, pero permanece en silencio con la vista clavada en sus propios zapatos a sabiendas de que nada de lo que pudiese replicar lograría subsanar el desagradable gesto de su mentor.

Segundos más tarde dice en voz alta: Creo que es el momento de ir a hablar con el bedel, si han terminado sus pesquisas en el laboratorio...

Todos asienten a las palabras de Idan y se retiran del laboratorio, con el cristal y el diario de Gottwald como únicos hallazgos reseñables.

Jaroslav guía a los investigadores por los atestados pasillos de la Universidad. Parece que ha coincidido con un cambio de clase, por lo que los estudiantes pululan por las instalaciones con el estruendo de la juventud. a los pocos minutos llegáis a una de las puertas principales y salís al exterior del edificio, rumbo a una pequeña caseta construida cerca del portón de entrada al recinto, por donde visteis el Domingo al señor Spulber, el bedel.

Por suerte, os encontráis al anciano saliendo de la caseta que debe ser su hogar. Porta una pala y va vestido con abrigo grueso y botas altas, así como un gorro forrado de borrego, que oculta bastante de su sonrosado rostro. Al veros se sorprende y mira a Jaroslav Heyrovsky interrogante, sin dejar de mirar al resto y sobre todo a Idan y Busek.

-odkazy, rozcestník?

Jaroslav le responde otras palabras en checo, que Idan no entiende, y traduce a los investigadores.

-El señor Spulber está bastante nervioso porque piensa que le van a echar de la Universidad, culpándole de los sucesos. Pueden preguntarle lo que quieran, yo les haré de interprete. Ya les he dicho que ustedes no son de la policía, así que esperemos que se relaje.

-preguntele que es lo que escucho ese dia..y donde se encontraba exactamente

mientras comienza a extraer su libretita y su pluma de su abrigo

Heyrovsky y Spulber hablan en checo y el bedel no parece muy relajado todavía. Segundos más tarde Jaroslav habla mirando hacia Vincent:

-Le he preguntado sobre el día del asesinato de Gottwald, y dice que llegó tarde, que Gottwald llevaba días encerrado en su laboratorio investigando algo. Parecía contento, y muchas veces tenía que recordarle el mismo Spulber que ya era media noche, y que su mujer debería estar sufriendo en casa. La noche del suceso escuchó un grito, venía del laboratorio, él supuso que Gottwald había dado con lo que estaba buscando, pero luego escuchó más ruido. Fue hacia el laboratorio, pero ya era tarde.

Jaroslav termina de hablar y es Spulber quien vuelve a hacerlo en checo, hablando rápido y con el color rosa de su piel transformandose casi en rojo.

-Dice que él no tiene la culpa de que los presupuestos de la universidad no den para poner rejas en las ventanas. También maldice la delincuencia y los alborotos políticos que no hacen más que causar víctimas inocentes.

Tras esas palabras mira a Spulber, quien guarda silencio.

-¿Desean preguntarle algo más?

Si -dice Idan dando un paso al frente con las manos en los bolsillos-. Pregúntele a qué hora ocurrió lo que nos acaba de contar.

Pauli escucha la conversación entre los dos checos, y las preguntas de sus compañeros. Mientras hablan, dirige algún vistazo a Idan. Cuando estén solos, le preguntará si ha entendido alguna cosa de lo que han dicho. Porque, naturalmente, ¿qué les asegura que el ayudante está realmente traduciendo las palabras del bedel?
Puede que esté paranoico de pensar eso, claro, pero a estas alturas... ya no hay nada que se crea de entrada.

Los hombres intercambian unas palabras y Jaroslav contesta a Idan:

-Fue a las 21:00 más o menos, del día 13.

No te enteras de casi nada de la conversación, pero las pocas palabras que pillas pueden corresponder perfectamente a las preguntas y respuestas que está haciendo Jaroslav.

Idan asiente y recupera de uno de sus bolsillos su estilográfica y su cuaderno, en el que escribe un par de lineas apresuradamente. Por favor, pídale que describa exactamente lo que vio cuando llegó al despacho del señor Gottwald -le dice el ocultista al señor Heyrovsky-.

-Dice que encontró a Gottwald tumbado en el suelo bocaabajo y con sangre en el suelo, que salía de su cabeza. La ventana estaba abierta y corrió a llamar a la policía. Dice que es todo lo que vio, y que hay que poner rejas, bueno, y sobre todo dice que él no tiene la culpa.

Jaroslav traduce tranquilo las palabras agitadas del bedel, quien está cada vez más rojo.