Partida Rol por web

Akkarin ayudó como pudo en lo que Jalder le pidió. Tanto él como sus compañeros eran totalmente inexpertos en lo que a navegación se refiere y no era el único que no acababa de cuadrar en aquella situación.

Varios de sus compañeros se apresuraron en ir a sus labores, pero el Tvu no tenía más que esperar a que el capitán le dijera que hacer, por lo que tranquilamente se quedó asomado a uno de los lados del barco. Ver como el agua corría bajo el barco le relajaba, en ocasiones también se veían bancos de peces o algunos más grandes en menor numero.

"Creo que no me voy a arrepentir de esto" penso el venatvu mientras la brisa marina le refrescaba.

Trakel miro fijamente a las brasas en busca de consejo de los espiritus. La jornada iba a comenzar y quería saber si ocurriría algo en especial.

Las brasas brillan, acercas tu cara sintiendo su calor, durante un rato te mantienes aspirando los nocivos gases que se desprenden a medida que unas gotas de sudor caen de tu cara sobre ellas revelando fugaces imágenes de un barco navegando.

Entonces es cuando piensas en tu pregunta

¿Ocurrirá algo en especial?

No

¿En qué se habrá basado la respuesta? Hasta donde ha llegado la ambigüedad de tu pregunta? ¿Cuantas interpretaciones han podido existir? Como Chamán iniciado, Jeldhor te ha señalado el camino, pero eres tú quien debe recorrerlo

-"Marineros! yo curare vuestra inexperiencia!" gritó Jalder con una sonrisa en su cara y con optimismo

Inmediatamente fue lugar por lugar, indicando a cada uno lo que debía hacer y como lo debía hacer. Fué un día agotador,pero finalmente acabó por enseñarles lo básico de cada desempeño

El puerto de Lamar os recibe a mediodía como última línea para cruzar antes de adentraros en un mar sin ley, allá donde los Nayas no se atreven a aventurarse, a un mar tan profundo y alejado de la costa que se dice que es el mismísimo pellejo del Sr de los Mares, un terreno tan cambiante y entrópico que ni Él ni Shenkis misma son capaces de entrever lo que ocurre más allá de la superficie

Teneis comida de sobra para seguir el viaje, y no es necesaria la parada, pero tan pronto como perdais de vista esta última ciudad, ninguno de vosotros estará amparado bajo el tierno y cálido manto de sus dioses, allí, en el mar profundo, podreis gritar cuanto querais, nadie os oirá

Son tantas las leyendas oceánicas y tan escasas las recompensas que éstas dan

¿Porqué os estais arriesgando tanto entonces?

¿Tan pocos son los alicientes de una vida pacífica en el continente que los mortales se lanzan al inóspito mar en busca de la muerte?

¿Realmente alguno de vosotros se dirige en pos de la leyenda de la Isla misteriosa en un acto de altruísmo?

Habían transcurrido las primeras horas de navegación y casi no habían surgido problemas. La joven Aentha le había tomado la mano enseguida a la sensación de navegar, tanto que ya lo encontraba divertido, aunque se había elevado por los aires luego del primer almuerzo para estirar sus alas durante unos cuantos minutos. A pesar de lo novedoso y emocionante que resultaba estar en una nave surcando el océano, nunca se sentiría totalmente a gusto apoyada sobre sus pies.

Estaba por volver a la bodega a buscar provisiones para preparar la que sería la primera comida fuerte del día, cuando a lo lejos divisó tierra.

Guau, ¡el puerto de Lamar! Fuente de inspiración para los trovadores, cuna de innumerables leyendas, ¡el último confín del mundo conocido! Quién hubiera pensado que mis alas me arrastrarían hasta aquí. Seguramente el gran Jeldhor estará orgulloso de que siga su senda.

Con los ojos brillantes de la emoción, la vurmak se apoyó en la barandilla y continuó soñando un poco más. A cada minuto que pasaba, la aventura le resultaba más emocionante y no se arrepentía de haberse embarcado rumbo a lo desconocido.

Cuando el puerto ya era totalmente visible, la muchacha recordó sus tareas y rápidamente buscó al capitán.

-¿Disculpe capitán... almorzaremos en el barco o aprovecharemos que estamos en Lamar para comer decentemente en alguna taberna cercana al puerto?- por dentro ardía en deseos de pisar tierra, mezclarse con la gente y escuchar más historias de taberna, pero luego de haber revisado concienzudamente la bodega, sabía que pocas excusas les quedaban para atracar.

Tras un tiempo, afortunadamente, breve de navegación se divisaba el puerto de Lamar

Ishem recobro ánimos nada mas verlo y se puso a realizar las tareas encargadas por el capitán con renovado ímpetu, aunque no entendiera mucho de lo que hacia

Cuando la Vurmak pregunto si bajarían a tierra no pudo menos que acercarse y asentir vigorosamente

-si, creo que seria muy buena idea bajar a tierra y conocer esta ciudad de la que tanto he oido hablar- "y dejar descansar a mi estómago un poco"

Ahí está... La última parada antes de que el regreso sea incierto...

La inquieta Vurmak parecía querer bajar a tierra firme, y para ser sinceros yo también ardía en ganas...

A Ishem le cambió el rostro al ver el puerto, parecía que no le gustaba demasiado ir en barco...

Deberíamos aprovechar esta parada... Me dirigí al capitán:

Cuanto tiempo estaremos en Lamar??

Desde su elevada posición Ameth disfrutó de la vista de la caótica Lamar. Tan... Naya, pensó.

Se deslizó hacia el suelo, para acercarse al capitán, y a aquellos que solicitaban dejar el barco.

- Si es necesario, yo puedo mantener la guardia en el barco, capitán. No siento grandes deseos de adentrarme en la ciudad. O de mezclarme con esa sucia raza, estuvo a punto de decir, pero por suerte recordó a tiempo que el Capitán también era un Naya.

Era por la mañana y hacía un viento inusual, soplaba hacia Mar Adentro con una intensidad bastante alta, pero sin ser agresiva y el humor del capitán ascendió rápidamente hasta límites insospechados: esta era su oportunidad de llegar a donde nadie habia llegado, esta podría ser la travesía que lo coronara como el Rey de la Navegación y obtener el reconocimiento de todos los capitanes de barcos de Albur.

"Chicos, siento el arrebato, pero hoy no pararemos en Lamar, no hay necesidad de ello. Nuestra aventura aquí comienza y no sabemos el final que vamos a tener, pero lo que sí se es que no la vamos a empezar parando en cualquier puerto que esté en nuestro horizonte" Jalder estaba serio, inusual en el

"Venga chicos... y chica, esta es la oportunidad de nuestras vida de hacer algo que no ha echo nadie jamás, de atravesar los dominios del horrendo y malvado dios Pyaray y de las bestias de su bello hijo Karak y conseguir llegar a donde ningun mortal a tenido valor a ir antes. Seran bravos Orkhan enfurecidos, tormentas despiadadas que nos quebrarán mas el espíritu que los huesos, los fuertes sirénidos y sus bellísimas compañeras las sirenas y un millar mas de bichos y elementos imprevistos que su objetivo será que acabemos en el fondo del mar" esta vez Jalder tenía una sonrisa de oreja a oreja en su caray se le podía ver entusiasmado mientras contaba los que les podría deparar

"Pero no os preocupeis, marineros de agua dulce,con vosotros tenéis al mejor capitán de barcos del mundo y os protegerá de cualquier cosa" finalizó guiñando un ojo

y para terminar gritó a pleno pulmón...

"A TOOOOOODAA VEEEEEEEEELA!!!!

El puerto de Lamar queda atrás y Ishem pide piedad y clemencia a Ailnor, cerca de mediodía una suculenta y original comida está lista por Aentha, y en mar abierto, dejado el puerto dos leguas atrás, llama a los presentes bajo cubierta para comer y mientras Ameth desciende por la jarcia y Ishem se limpia la rebaba de unos minutos de agonía, alguien más escucha la llamada, aprovechando el momento para hacer una bonita y espectacular entrada

Unas figuras saltan sobre cubierta, son seres grandes y voluminosos, algo deformes, de piel lisa y brillante han surgido del agua impulsados por su propia fuerza, de color blancos y negros, con larguísimas aletas dorsales y una fuerte aleta caudal. Sirénidos, concretamente sirénidos con cierto parecido a las ballenas.

Cogeis vuestras armas y vuestra atención se centra sobre el primero quien da unos pasos sobre la cubierta.

¿Qué hay para comer?

Trakel ya se encabrita listo para luchar pero el sireno alza sus manos desarmado

Ey ey ey, tranquilos tranquilos, no hemos subido a pelear

Tan solo, muy pocos son los barcos que toman este rumbo desde Lamar, y ninguno llega a más de una legua....

¿Qué os empuja a los Tvus, una Vurmak, un Har'Ail, un Kohiri, un Naya y un duende verde a ir más allá de los horizontes de la tierra?

Al oir las palabras del capitan, la desilusión fue patente en el pequeño rostro de la vurmak. Ansiaba con muchas ganas tocar el último puerto de la travesía, mezclarse entre los habitantes del lugar, escuchar alguna historia nueva; pero al parecer, los planes del capitán no coincidían con los de la muchacha.

Con los hombros caídos, volvió nuevamente la vista hacia la ciudad que no conocería y la observó hasta que tuvo que volver a la cocina a preparar el plato del día.

Una vez listo, dio la voz para que sus compañeros bajaran a almorzar, pero nadie llegó a poner un pie en la cocina.  Aentha se asomó a la cubierta para ver que ocurría y allí comprendió el por qué nadie acudía a su llamado.

Unos inesperados invitados aterrizaron en la cubierta, poniéndolos a todos en alerta, ya que desconocían las intenciones de éstos. Para más recelo, lo que se oía de los sirénidos tierra adentro no era nada bueno, y después de la guerra con los Tvus por la ciudad de Thervoru, Aentha temió que los dos miembros de la tripulación de esta raza se sintieran violentados y comenzara una batalla en cualquier momento.

Con cuidado, sigilosamente, llegó hasta la parte superior de la escalera y se quedó allí quieta, esperando la reacción del capitán. Si algo malo ocurría, sus alas estaban prestas para elevarla por lo alto, donde los habitantes del mar no pudieran dañarla.

- Duende verde?!?! dijo el Shenkem, con una mano en su afilado cuchillo, pero sin desenvainarlo. Era valiente, pero no estúpido... y los engendros del mar eran cualquier cosa menos presa fácil.

- Soy un orgulloso miembro de los Shenkem, Ameth hijo de Aran, de los Filos Voladores. Mi heterogenea companía está dando un paseo por el mar... y dudo que nuestra comida los satisfaga.

Da un paso, como recostándose en el mástil, aunque su intención es usarlo de barrera si el Sirénido intenta cargarlo. A no ser que quieran unirse a nosotros... en paz.

Tras la decepción de no bajar a tierra en Lamar, Ishem sigue con sus tareas en el barco esperando que su estomago se acostumbre a el balanceo constante, los peligros descritos por el capitán no le atemorizan en lo mas mínimo comparados con la posibilidad de que esta sensación de angustia dure todo el viaje.

Cuando los sirenidos-orca llegan al barco se arma rápidamente con su espada y escudo, por consejo del capitan no lleva a bordo su armadura que esta guardada en la bodega con sus otras cosas

-claro, venís pacíficamente y en paz- Observa la posición de los sirenidos, en cualquier momento podrian saltar mas de ellos desde el mar, o incluso podrian ser simples exploradores y recibir un ataque mas tarde

"no debo juzgarlos a la ligera, Ailnor no gusta de prejuicios, aunque las acciones de su raza son antecedentes que he de tener en cuenta al tratar con ellos sin prejuzgar. A veces es dificil ser justo"

Manteniéndose en guardia espera que hable el capitán

Seguia tomando apuntes, cuando esos sirénidos subieron a bordo...

Eran criaturas fuertes, de piel lisa y brillante...

Lastima que lo único brillante que tienen sea la piel...

Extendí mis alas, para hacerme ver, y después caminé hasta llegar a un punto entre Ishem y el capitán Jalder, anduve despacio, mirando a aquellas bestias marinas...

Cuando me detuve, pregunte:

Y que os empuja a vosotros, seres acuaticos, a subir a un barco como este, si ninguno llega mas de una legua... Verdad?? Lo impedis vosotros? o solo mirais como zozobran?? en ese caso, sabreis que sucede, no??

Si nos contais esa historia, podemos contaros la nuestra...

Eh eh eh, tranquilo - Le responde el primer sirénido al irascible Ameth - Así que un Shenkem, no he oido hablar de tu raza jamás, encantado.

Un segundo sirénido se gira hacia Anuu con cierta familiaridad por realizar la más cordial de las bienvenidas explicando su perspectiva de vuestra expedición

No hay nada mar adentro, y no hay barcos con suficiente autonomía para cruzar este océano y llegar al rincón más salvaje del mundo que supone el primer continente. En esta pequeña embarcación no podeis llevar provisiones suficientes, por lo que hemos subido a preguntar.

Me llamo Yop'Loph, llevamos unos días recorriendo el lecho marino en busca de coral para nuestros hogares

Como se hace eso?? (Perdon, sigo siendo un poco nuevo) XD

Es que he dicho que me movía, (habia pensado justo donde esta el sirénido separado del resto a la izquierda) Asi que si me dices como, me meneo un poco...

Al ver que los recién llegados no se mostraban amenazadores, la vurmak abandonó el último escalón de la escalerilla y se acercó un poco más para observar de cerca a los sirénidos, con bastante curiosidad.

-Hola Yop'Loph- le costó pronunciar el nombre correctamente pero fue lo suficientemente precisa como para que se entendiera. -Yo soy Aentha... creo que no hace falta aclarar que soy una vurmak, pero por las dudas lo hago. Dime, ¿por qué aseguras que no podremos surcar el océano?- con inocencia siguió hablando -Sabes, el barco está repleto de comida, lo sé porque soy quien está a cargo de la cocina- el orgullo teñía sus palabras -y la embarcación luce muy sólida y resistente... ¡capás de capear cualquier tormenta que pudiera surgir!- la muchacha se mostraba muy entusiasta. -¿Acaso hay peligros que desconocemos? ¿Zonas que deberíamos evitar? ¿Puedes darnos alguna información que haga nuestra empresa más sencilla?- Aentha hubiera continuado con el interrogatorio, pero se dio cuenta que había pasado por encima del capitán, hablando por delante de él, así que toda avergonzada, cerró la boca de golpe y trató de hacerse invisible a los demás.

El capitán escuchaba desde las escaleras mientras los tripulantes hablaban con los que acababan de abordar el barco y la verdad es que esos bichos de agua no le inspiraban ninguna confianza ya que las malas leguas siempre han contado historias de como los malvados monstruos con muchas formas y colores asaltaban las embarcaciones y las hundían con todo lo que llevaran dentro... incluidos tripulantes, y eso le ponía un poco los pelos de punta.

-"Eh! "señor"...Yop'Loph?, soy el capitán de este barco y exijo conocer la razón de este abordaje sin autorización... la VERDADERA razón." concluyó el capitán con un tono autoritario

-"Así mismo, y si de verdad es cierto que llegáis con buenas intenciones me gustaría conocer que crees que opinarían los de tu raza si cruzamos sus tierras" preguntó

El grito del capitán y su tono inquisitivo parecen una cerilla cayendo en un bidón de aceite combustible, los sirénidos se echan un paso atrás, heridos por el ataque verbal del Capitán y la contínua desconfianza de gran parte de la tripulación y uno de ellos se abalanza sobre el Capitán haciendole sacar el arma preventinamente al tiempo que le espeta trabandose su lengua con el primitivo idioma natal

¡¡ P'ph'ph !! ¿¡Abordaje!? ¿¿Construís esto para invadir nuestros territorios de caza, robar nuestra comida, y amenazarnos, y pasar a preguntar en nuestra propia casa lo llamas abordaje??

El tamaño del sireno resulta intimidante, y Jalder se mantiene firme en su posición de Capitán, autoritario, no puede mostrar temor, y el sirénido encendido de furia por la eficiente intimidación del capitán, alza un brazo tan grueso como el mástil de la pequeña embarcación para dar un puñetazo que hace saltar un montón de sangre del propio capitán sobre la cubierta de la embarcación

Los otros dos sirenos alzan las manos hacia su propio compañero

Yop'Loph no-no-no tranquilo, tranquilo, ¡¡ Respira hondo !! Tranquilo

Tratan de llegar a él, pero Ishem y Anuu se encuentran en medio, tan nerviosos como ellos mismos, quienes temiendo se malinterprete su avance, alzan la manos pidiendo paso para alcanzar a su compañero, en estos momentos, la variopinta tripulación observan al Naya listo para pelear frente a un sirénido ya herido, intimidado, nervioso y fuera de sí.

¿Donde estáis? ¿En el barco de Jalder? o ¿En el mar de los sirénidos?