Partida Rol por web

Quarion se había sentido como en casa, tranquilamente paseando por esa espesura y esa climatología adversa, pero se sentía a gusto en esos lugares, no como esas ciudades y aldeas que parecían una masificación de población que no se podía mantener a sí misma.

Cuando llegaron a ese monasterio, el druida entrecerró los ojos mirando ese suelo desnudo y estéril- No me gusta un lugar en el que no crece la naturaleza, suele ser malo -dijo con un tono de voz algo preocupado- y es de noche, ¿hacemos noche aquí fuera o lo intentamos dentro del monasterio?

Asentí a las palabras de Quarion. Un edificio, abandonado años atrás, que no había sido conquistado por la vegetación. Una herida abierta en mitad del bosque. Un escalofrío me recorrió de arriba abajo cuando recordé a qué lugar me recordaba el monasterio.

Mejor fuera, y no muy cerca, respondí con un susurrl. No sé si es malo, pero si está realmente abandonado, que la maleza no haya llegado al menos hasta los muros es antinatural.

La fortaleza del nigromante. Un lugar jodidamente siniestro, rodeado por el horrible hedor de los asquerosos cadáveres andantes que pululaban por la zona, donde ni las malas hierbas eran capaces de sobrevivir. Esperaba estar equivocada, pero de no ser así, contaba con la confianza que me daba conocer bien al tipo de monstruo al que temía que podríamos enfrentarnos el día siguiente.

Mientras os decidís, podéis oir, sin hacer el más mínimo esfuerzo, el aullido de los lobos. Cerca. Muy cerca.

¿He dicho no muy cerca? susurré.

El aullido de los lobos sonaba cercano. Normalmente no les tenía miedo. Los lobos no atacaban a las personas, no eran más que cuentos de granjeros que querían proteger a su ganado de los depredadores nocturnos.

Mejor nos alejamos una milla y buscamos refugio en el ramaje de algún árbol, propuse. Podemos subir a Skoll con la cuerda si es necesario.

Pero aquel lugar no era natural, y desconocía la influencia que podía ejercer sobre los lobos. Incluso, temía, podía tratarse de lobos no muertos, o algún espanto similar.

-Me parece buena idea, pero no hace falta subir a Skoll. A mí y a él no nos suelen atacar los animales a no ser que estén bajo la influencia de algún tipo de magia o suceso extraño -explicó el druida- incluso podría dejarle investigar un poco la zona con cuidado mientras nosotros montamos el campamento. Un buen fuego siempre ahuyenta a las bestias salvajes.

Eso es lo que temo, dije, en referencia al comentario sobre "la influencia de algo extraño". Podemos empezar por alejarnos y buscar un sitio.

Mientras fueran soloanimales, no tenía miedo. No lo hubiera tenido, al menos no demasiado, aunque me hubiera encontrado sola. Estaba acostumbrada a moverme por lugares plagados de animales salvajes, y sabía que bastaba con evitar sus guaridas y sus crías para que no se mostraran agresivos. Incluso me las había visto con bestias hostiles con el hombre, aunque casi siempre acompañada por papá.

Pero ese lugar me había puesto los pelillos de los brazos y las piernas, y casi los de los demás sitios que es mejor no comentar, de punta.

Os alejáis presurosos del Monasterio, con la esperanza de que las primeras luces del día hagan del lugar un sitio menos siniestro. Pero según os alejáis, los aullidos parecen más y más cercanos. Quarion nota como Skoll se pone nervioso. Para cuando os queréis dar cuenta, tres lobos os rodean. Asha y Haizti parecen haberse alejado de vosotros, estáis uno a uno.

Demasiado tarde.

Oh, mierda.

Los lobos habían decidido rodearnos con intenciones aparentemente hostiles. Eran solo tres, por fortuna, no una manada como me temía. Y no parecían ser no muertos. A eso podíamos enfrentarnos si era necesario. Y quizás no lo fuera. Los druidas eran expertos en camelarse a los animales, al fin y al cabo. Algunos incluso se transformaban en fieras para camelárselos de forma muy literal, aunque debía reconocer que a Quarion no le había visto hacer eso nunca.

El movimiento fue un gran error- deberíamos haber ido al monasterio -comentó el druida mientras se ponía en situación desenfundando la cimitarra y embrazando el escudo- algo pasa en este lugar, no se por qué, pero es una sensación que tengo.

Los lobos no se andan con chiquitas y se lanzan a la carga. En especial uno, aparentemente motivado en exceso, que, sin pensarlo dos veces, se arroja contra Quarion, casi sin darle tiempo a reaccionar. El lobo salta en el último instante, intentando derribar al druida, pero no sólo no lo consigue, sino que su salto se queda corto por el paso hacia atrás que, hábilmente da el elfo, haciendo que su mordisco sólo coja aire.

Por la velocidad, Berhanu parece reponerse a la sorpresa antes que nadie, pero sus armas están guardadas, como las del resto del equipo. Asha y Haizti estarán cerca, pero ¿llegarán a tiempo?

Cada segundo va a ser una lucha por la supervivencia. Toda decisión puede ser la última.

No quedaba más opción que matar a los lobos, o ser devorado. Incluso si Quarion conseguía hacerles entrar, no había tiempo para remilgos.

Uno de ello y estaba encima del druida, y otro más estaba a apenas unos metros de mí. Antes de ayudar a mi amigo, tenía que quitármelo de encima. Así que corrí hasta encontrar un mejor ángulo y solté una flecha, buscando su blando cuello, justo detrás de los huesos de la mandíbula.

La flecha sale disparada hasta darle en el corazón al lobo que cae muerto. Su cuerpo yace inerte sobre la hierba, bajo el manto árboreo que tapa el cielo estrellado. Como no pocas veces habéis visto, su sangre empapa el suelo del bosque mientras el aullido de dolor aún rebota en vuestros oídos.E

El lobo más lento carga contra Skoll, pero su carga falla al igual que la del primer lobo. Sin duda, la suerte está de vuestro lado.
 

Todo ocurrió muy rápido. Quarion intentó lanzar un ataque con su espada al Lobo, pero falló estrepitosamente mientras que Skoll se enzarzaba con el tercer lobo, intentando morderle el cuello para someterlo.

Al desenvainar la espada a las bravas, Quarion abre, sin querer su defensa, el lobo no pierde la oportunidad de atacar y muerde la pierna del elfo antes de que este puede atacarle. El ataque del druida, debido al mordisco, falla.
 

Quarion había recibido un buen mordisco, pero por suerte no le llegó a derribar. Alzó la espada y lanzó un tajo hacia el lobo mientras Skoll se movía para atacar a ese lobo desde otro lado. Le dio un mordisco bastante fuerte en una de las patas traseras, asegurándose así de que le costara tirar y derribar a su compañero.

Ambos lobos reciben el daño con sendos aullidos de dolor y deciden huir. El espadazo, el mordisco y el ver a su compañero atravesado de un único flechazo les hace ver que lo que parecían víctimas fáciles se han vuelto un hueso duro de roer.

El lobo que más veloz ha sido durante el combate, lo es también para huir, dejando al segundo aún a merced del grupo de aventureros. Salvo que sigan el refrán de "A enemigo que huye, puente de plata".

Los dos lobos supervivientes retrocedieron y se aprestaron para huir. No tenía intención de matar a ninguno más si no era absolutamentenecesario, pero no bajé el arco todavía. Esos lobos no se comportaban de forma racional, quiero decir, racional para un animal, que no es no mismo que racional para un humano. No estoy segura de que esto tenga sentido. Lo que quiero decir es que no me fiaba de que no cambiaran de opinión, así que seguí apuntando a uno de ellos hasta que ambos se perdieron en la espesura. Y ni siquiera entonces recogí el arma. Por si acaso.

¿Estás herido? pregunté a Quarion, a quien había visto recibir un mordisco.