Partida Rol por web

Al ver la intervención de Ángela pero como terminó esta entendí perfectamente que aún necesita más entrenamiento, o no debería de haberla dejado sola, sin embargo me dio la abertura que necesitaba, por lo que usando mi velocidad me lancé directamente a cortarle la cabeza con un veloz movimiento de espada en horizontal.

Gaerik solo tuvo tiempo a girar con una mirada de intenso odio en el rostro y tratar de interponer el brazo sano para protegerse. Esta fue la que quedó plasmada en su rostro al separarse la cabeza del cuerpo, bañando de rojo los alrededores mientras se levantaba algo de polvadera, puesto que el filo de tu espada al crecer, dañó las paredes a su alrededor en el golpe. El cuerpo cayó en seco de espaldas mientras su arma se desvanecía, aunque pronto sería alcanzado por el fuego probablemente.

Angela pese a todo, se estaba levantando con lentitud apoyándose con el brazo sano en la pared...

-Tomate tu tiempo para curarte- le dije a mi hija mientras di un golpe al aire, hacia abajo para limpiar la sangre y luego envainé la espada.

Me acerqué al cadaver del sujeto y me arrodille para revisarlo, con cuidado y analizando cada detalle, no vaya a ser cosa que me saliera con algún martes 13.

Busqué sobretodo la insignia de su familia, seguramente manchada de sangre, bastaría eso como prueba ante mi padre.

El cuerpo estaba muy muerto, como era de esperar, y afortunadamente no tenía ninguna sorpresa secundaria. La insignia familiar la tenía sobre el dorso de la mano que usaba como espada antes, y se componía de una lanza con adornos siendo agitados por el viento. Extraño sitio para usarla, pero visto lo visto, tenía cierto sentido.

-Padre...

Cuando observaste a Angela, te lanzó con poca fuerza un frasco pequeño, era una poción.

-Guardé esa para ti, venía a traertela.

Ya estaba de pie, aunque con la espalda apoyada en la pared. Afortunadamente era pequeña aún, ya que entre la falda corta y ahora el vestido tajeado y apenas unido en dos secciones por algunos retazos de tela, con algo mas de peso en la parte superior se le podría haber terminado de caer.

Tomé el guante con la insignia y lo guardé, para luego tomar la poción que me daba.

-No te preocupes, yo me regenero, lo olvidabas? Además el fuego me cura, úsala tu- me quedé cerca del fuego para que las llamas comenzaran a envolver mi cuerpo y curar las heridas, sobretodo la del brazo, luego de eso me acerqué a Ángela y le puse la poción en las manos para luego darle un beso en la mejilla y quitarme el tapado, a fin de envolverla en ella con el mismo.

-Estoy orgulloso de ti- le dije con una sonrisa.

Angela sonrió contenta y usó la poción, sintiéndose mejor con esta. De la habitación la cual era tu destino originalmente, escuchaste algunas palabras, aunque solo pudiste captar las últimas.

-...estas tomando mucho tiempo, cariño...miau...

Miré a Ángela y le indique con la mano que se detuviera, y con señas le dije que me cubriera.

Me acerqué a la cerradura para mirar a través de ella antes de intentar abrirla.

Angela se apartó un poco para vigilar, y tu miraste por la cerradura de la puerta. Delilah estaba sola en la habitación, con las manos en alto ya que tenía gruesos grilletes incrustados en la pared que le sostenían, al igual que otro par en los tobillos. Estaba vestida de negro, para variar. Corset con botas altas de tacón y brazales y detalles en red, al igual que medias con muy largas de color blanco sujetas por ligas que desaparecían bajo la falda, y un adorno en la cabeza a juego. Estaba casi igual que como la recordabas, excepto que parecía que su talla de pecho había aumentado un poco. La habitación era acogedora dentro de todo en decoración e indumentaria, quitando claro el detalle de los grilletes. A saber para que los usarían...

En ese momento te estaba mirando directamente, a todas luces sabiendo que estabas ahí con una mirada astuta que le caracterizaba y una sonrisa leve, moviendo la cola lentamente.

-Miau...-volvió a repetir con voz juguetona.

Al notar eso no pude evitar tragar saliva y miré a Ángela de reojo.

-Todo esta bien, ve a revisar otra habitación, pero ten cuidado- remarqué el tono de la última oración - no deben quedar muchas personas poderosas-

Tras decir esto abrí la puerta, forzándola de ser necesario para luego entrar con cuidado y cerrarla detrás de mi. 

Observé a Delilah en esa posición tan sumisa, con esa sonrisa que parecía disfrutarlo, acaso Gaerik pretendía jugar con ella? No lo culpaba realmente.

-Vaya no esperaba encontrarte así...ni aquí- dije sonriendo mientras me acercaba a ella y con rápidos movimientos de espada la liberaba de sus grilletes para luego volver a guardarla.

-Shh -se llevó un dedo a los labios- Despiertas a los niños si no. Aunque creo que duermen como su padre, como troncos...no se han inmutado con todo el ruido que hiciste afuera.

En eso te percataste de que sobre la cama había dos pequeños bebes envueltos en mantas, y durmiendo plácidamente.

Delilah se pegó a ti apoyando las manos en tus hombros y sus senos contra tu pecho, sonriente, y moviendo la cola de forma idéntica a  como los gatos cuando muestran interés en algo.

-Vaya, ha pasado un tiempo, y parece que te has puesto mas fuerte...¿que tal mi hermana? ¿Esta bien?

En ese momento se escuchó un estallido en el otro extremo de la mansión.

-Supongo que ya ha notado que estoy segura...¿sabes? Creí que jugarías un poco antes, a veces disfruto de esta clase de ocasiones...

-Sabías que era yo?- pregunté directamente, para luego mirar a los niños.

Duermen como su padre...Inome? Desde que había sido un gato siempre le gustaba pasarsela durmiendo.

Aún así no pude evitar que mis manos tomaran su trasero y la apretaran contra mi, hacía tiempo que no la tenía cerca y a pesar de que amaba a Lyre nunca podría olvidar el cuerpo de su hermana y los buenos momentos que me hizo sentir, además ahora estaba mucho más permisiva que antes y nos habíamos casado, el pacto estaba cumplido.

-En ocasiones también me gusta jugar así, pero mi hija esta afuera también...me extrañaste?- dije sonriendo pero sin darle tiempo a contestar, pues me lancé contra sus labios para darle un beso apasionado, introduciendo mi lengua para envolver la de ella mientras la aferraba más contra mi cuerpo.

Delilah compitió en cuanto a ferocidad en el beso durante largos instantes. Cuando se separó, lamió tus labios pícaramente.

-Por supuesto. Mis sentidos son bastante superiores, no he olvidado como hueles...

Ronroneó un poco.

-Supongo que ya habrá otros momentos. ¿Sabes? Aún y con todo no creí que Inome fuese a entregarse por mi y los niños, fue bastante inesperado...si en el fondo es un amor y todo. Fue mi culpa por querer adelantarme -no parecía sentirlo demasiado, pero asumía su responsabilidad.

-Hay cosas que nunca cambian, Inome cuidará a los de su sangre, siempre- me acerqué para ver a los niños - dos varones...curioso que con tu hermana haya tenido dos niñas, antes eramos los únicos demonios del mundo ahora ya hay 4 más, claro sin contar al mocoso de Ethan...-

Voltée para mirar a Delilah.

-Me encargué del sujeto de porte noble, fue el quien te capturó? Ahora iba a ir a buscar a mi hermano, puedo llamar a Ángela para que te escolte fuera junto con los niños mientras me encargo- la volví a mirar de arriba abajo, estaba hermosa a pesar de haber sido madre y de seguro sus pechos estaban cargados de leche, la sola idea hizo que me lamiera los labios antes de seguir.

-Por que quisiste adelantarte? Sabías que el viaje era peligroso-

-Digamos que no quería dejarme venir y yo si quería. Supongo que no esperaba que fuese tan popular como para tener un comité de bienvenida...si, fue él, podría haberlo hecho algo mas difícil, pero tenía los brazos ocupados con Axel y Neo. -Caminó hacia la puerta contoneandose, provocativa.

-No tarden mucho haciendo pedazos este sitio, hay cosas que me gustaría hacer con ambos...

Giró la cabeza para verte de reojo, y sonrió. Sentías por otro lado, que Inome se estaba descargando, ya que estaba liberando una enorme cantidad de energía. Que lo habías superado era cierto, pero no estaba nada débil...

Axel y Neo? Al menos les había cambiado las iniciales, a mi me dio pereza y me gustaba llamarlas a las dos juntas.

-Tu solo encárgate de cuidar a mis sobrinos y yo me ocuparé, del resto- me acerqué a ella y le di una nalgada antes de susurrarle al oído- también hay cosas que me gustaría hacer contigo y tu hermana, cosas que he pensado por años- la solté y caminé para salir de la habitación.

-Pero ahora el deber me llama- abrí la puerta y busqué a Ángela, con lo que estaba haciendo Inome ya no era necesario tanto sigilo- Ángela! Ven aquí, necesito que custodies a tu tía y tus primos- luego volví a mirar a Delilah sonriendo de costado, como de ocasión, sería raro seguramente escuchar dirigirme a ella así.

Delilah miró hacia afuera y vio venir a Angela. Enseguida, le acarició la cabeza.

-Que niña tan linda te has vuelto -le elogió, encantada- Dame un segundo.

Recogió a ambos pequeños de la cama, y volvió a salir. Angela le miró curiosa, y luego a ti.

-Esta bien -dijo- nos vemos después entonces, padre.

Delilah le sonrió.

-Vamos, sé donde tienen carruajes que podemos tomar.

Al ver como Delilah trataba a Ángela me sorprendí un poco, más al notar la expresión de ella.

-Esta bien, puedes confiar en ella- era normal que Ángela a pesar de los años solo confiara en mi, aunque le tuviera cariño e incluso amor a Lyre y sus hermanas desde niña yo lo fui todo para ella y no me arrepentía, vaya a saber uno que lo hubiera pasado de dejarla sola tras la muerte de Jevide o en manos de alguno de los otros inútiles y de dejarla en manos de los Seimhel sería una maga! Aunque bueno Pent era admirable y en cierta forma Fera también, Scire era poderosa pero nunca me terminaba de cerrar.

-Cuídense- les dije a ambas para luego comenzar a caminar hacía donde estaba mi hermano, pateando la puerta y despidiendo llamas azules, a fin de entrar dispuesto a terminar con quien fuera que estaba molestando.

Notaste que las 2 grandes presencias que quedaban en la casa se estaban retirando lentamente de la misma, sin prisas. Con Inome había otra que destacaba aunque no tanto, pero de un momento a otro el aura de tu hermano dio un salto y la opacó por completo, y tras instantes dejaste de sentirla, e Inome comenzó a avanzar. Sus llamas ya habían consumido casi la mitad de la casa, y se movía muy rápido, eliminando todo. Cuando diste con él, le encontraste  en un gran estado de furia, su cabello estaba mas largo y se había vuelto tan blanco como el de Alain, y sus puños y pies estaban envueltos en sus llamas, al igual que sus ojos parecían emitir estelas de las mismas cuando se movía. Estaba quemando cada pasillo y todo lo que había en este, cuando llegaste se giró, aún en cólera, pero frenando su destrucción.