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Crónicas de las Islas del Peligro Eterno

[Información] Un poco de la Historia

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22/12/2016, 00:39
Director

Las Islas del Peligro Eterno (Eien no Kiken Shouto)

El archipiélago conocido como las Islas del Eterno Peligro se encuentra cerca de la costa sur de las tierras de la grulla, lejos de Otosan Uchi y a algunas leguas al norte de la Bahía del pez terremoto. Las islas obtuvieron su nombre en los primeros siglos de la historia del Imperio, cuando parecía que ningún barco podía visitarlos y regresar intactos; Por aquel entonces, la ingeniería naval de Rokugan era muy primitiva y las corrientes cercanas a las islas son tremendamente peligrosas; cada navío que intentaba acercarse era consumido por grandes remolinos de fuerza o era destruido contra las temibles rocas y la salvaje imprevisibilidad del viento. La cadena de islas están a tan solo unas pocas millas de la península más septentrional de las tierras asahina, siendo visibles lejos desde el continente, pero en un principio aparentemente fuera del alcance de los más audaces marineros. Ni siquiera los Mantis, autoproclamados maestros de la vela, podían llegar a sus costas con seguridad. De hecho, el simple hecho de navegar en las cercanías de sus aguas a menudo significaba la ruina para las tripulaciones de aventureros. Como es de esperar, las historias de las crónicas Ikoma apenas contienen casi nada de información sobre el tema de las Islas del Eterno Peligro excepto pequeñas referencias a antiguos poemas y leyendas. Hay algunos registros de tripulaciones perdidas por los extraños mares alrededor de las islas, y algunos antiguos mapas cartográficos imperiales de las aguas cercanas, pero nada más hasta hace 400 años. Todo cambia drásticamente con la erupción del enorme volcán que hay en el archipiélago. La explosión del volcán durmiente produjo una disminución en los afilados y tortuosos arrecifes que hacían estas islas inaccesibles.

La mayoría de los Rokugani atribuyen este cambio a la voluntad de los Reinos Celestiales. Tras un tiempo de apaciguamiento del volcán, los exploradores pronto cruzaron las aguas esmeralda y aprendieron que las Islas del Eterno Peligro forman un anillo. Las muchas islas en el anillo varían enormemente en forma y tamaño, la más grande de ellas acercándose al tamaño de algunas de la Islas del Clan Mantis, mientras que la más pequeña es apenas el tamaño de granja de campesino. Hay docenas y docenas de estas islas, con pequeñas rocas y agujas que salpican las aguas en el medio. Cada pedazo de tierra visitado hasta ahora ha mostrado fenómenos extraños, quizás influencias de los Reinos Espirituales, los kami tienen una actividad notable en el archipiélago, la vegetación y la fauna ha crecido fuertes, muchos animales son más grandes de lo normal e incluso en algunas parecen ser completamente hostiles a la vida humana. Sin embargo, cuando los rokuganies comenzaron a habitar las islas, se percataron que albergaban tesoros de gran valor: depósitos de metales preciosos, grandes zonas de pesca, transparentes cavernas donde las ostras daban perlas de gran tamaño, maderas de árbol muy resistente y especias. Aún más notable, algunas islas contenían restos de ruinas de tiempos antiguos prehumanos, indicios de un mundo de antes de la caída de los Kami a Ningen-do, restos y ruinas de varias ciudades Naga.

Los Rokugani construyeron su primer asentamiento importante, la Ciudad del Próspero Amanecer (Hannei Yoake Toshi) en la isla más grande. Aunque gracias a una formación de piedra natural que simula un puente, esta isla se conecta con la segunda isla más grande, llena de bosques y hermosas cumbres. Este enorme puente de piedra, parece esculpido directamente como tal, y aunque ha sido formada por la erosión del viento y el oleaje, los habitantes lo llamaron el Puente de las Fortunas, porque parecía que los mismos Kami habían pulido su precioso aspecto para servir de puente a los hombres.

A pesar de los muchos peligros que planteaba el resto del archipiélago, todos los clanes de Rokugan estaban ansiosos por explorar la nueva tierra y explotar sus preciados recursos.

Un administrador imperial fue seleccionado para intentar guiar y contener estos impulsos (y restringir las rivalidades entre clanes que podrían conducir a la guerra),

Actualmente el archipiélago es completamente accesible, las islas se han convertido en un punto de tráfico de navíos mercantes destacados que viajan de tierras Asahina y Cangrejo hasta las Islas Mantis, pero aunque la ingeniería naval ha avanzado mucho y sus aguas ya no son tan peligrosas, todavía se dice que hay que ser un buen navegante para acceder sin peligro a las islas, y todavía permanece su nombre como las Islas del Eterno Peligro.

 

 

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04/01/2017, 00:49
Director

En la tenue luz justo antes del amanecer, una flor perfumada floreció. Una docena de pétalos largos y blancos, florecieron desde su precioso centro dorado.

Sin embargo el olor que impregnaba el ambiente no era de flores, no era desagradable para Moto Kesshite, pero el cazador sabía que otros muchos dirían que es un"aroma acre". Sin embargo, algo sobre la floración lo cautivó. Podía sentir los kami dentro de la pequeña flor tratando de hablar, y se esforzó por escuchar, abriendo su alma al lenguaje de los espíritus tal y como había aprendido en las tierras de Iuchi.

-Una flor muy rara, Kesshite-san - interrumpió la voz didáctica de Asako Hiromi.

La concentración de Kesshite se quebró. Cerró los ojos por un momento. Cuando se abrieron de nuevo, los colores de los kami se retorcían desvaneciendose poco a poco, la belleza de la flor se había vuelto mundana una vez más.

Ahora, sólo podía ver la sangre.

-Los campesinos la llaman "belleza bajo la luna" porque es una especie de flor que solo florece durante la noche, justo antes del alba.- dijo Hiromi - Así que no durará mucho tiempo, me temo. Hay un cuento - apócrifo, por supuesto - que dice que Shinsei pasó una tarde en el borde del bosque Shinomen y fue bendecido con esta flor por un espíritu ancestral, un antiguo dios del bosque. Dicen que solo crecen donde habitan los viejos dioses. Nadie está seguro de la lección que el Pequeño Maestro quiso ofrecernos con esa historia, pero solo hay dos lugares en todo Rokugan donde crece esta flor, en estas islas y en... - La estudiosa Fénix detuvo su relato cuando vio el rostro serio del Unicornio. - Mis disculpas, Moto-sama. Quizás deberíamos enfocarnos en la masacre. - El Unicornio caminó hacia atrás unos pasos y la mujer Fénix lo siguió cautelosa, caminando con cuidado para evitar que la sangre manchara su túnica y kimono.

La flor tenía tan sólo una pequeña gota de sangre en uno de sus pétalos, pero había mucha, mucha más a su alrededor. La sangre provenía de un hombre clavado encima de un árbol, con una lanza atravesada por el pecho. A la izquierda y a la derecha media docena más de hombres yacían dispersos y mutilados. “Matanza” era la etiqueta apropiada para aquella escena. - "Los campesinos dicen que estos bosques son frecuentados por los espíritus de Chikushudo, el reino de los animales y las bestias. ¿Creen que uno de ellos podría haber hecho tal cosa?” - La voz de Hiromi titubeaba con la duda, como si ya supiera la respuesta pero no quisiera escucharla. -Improbable - gruñó Kesshite, poniendo una gran desdén en la única palabra. Después de un breve momento de reflexión, hizo su conclusión, "Los espíritus animales rara vez usan el acero de los hombres." Hizo un gesto a los cuerpos desmembrados, algunos de ellos tenían un arma que otra incrustada en su carne. Para el ojo inexperto casi podría parecer como si esos hombres se hubieran matado unos a otros, pero el experto cazador sospechaba la verdad. Un hombre con una pelvis aplastada, otro con la espina dorsal arrancada, dos con marcas de largas garras en sus gargantas y el cadáver del árbol, con una segunda herida muy grave en su vientre además de la del torso. El atacante ciertamente no era humano, pero estaba seguro de que no era un espíritu del bosque.

- "Oh no ..." El murmullo de disgusto de Hiromi atrajo la mirada de Kesshite. Una multitud se estaba reuniendo detrás de los dos samurai. No era de extrañar, realmente; varios campesinos habían venido corriendo hasta la Ciudad del Próspero Amanecer esa mañana, gritando el avistamiento de los cadáveres en los árboles, atrayendo toda clase de atención. Ahora los cotillas y los curiosos más morbosos habían llegado para ver qué es lo que había aterrorizado a aquellos campesinos. Kesshite se burló interiormente de la desagradable escena.

Entonces vio lo que en realidad había atraído la atención de la Fénix, y se encogió un poco al ver al mon del Gobernador. El Daimyo Doji Ueshiba venía montado en un palanquín, agitando un enorme abanico a pesar de la brisa fresca de la costa. Detrás de él se arrastraba la mitad de la corte de Shiro no Raiden, más chismes que esperaban poder añadir como miel a sus aburridos días. Kesshite tomó especial atención de dos hombres caminando unos pasos a la derecha del señor Doji. El embajador Escorpión, Shosuro Atari, estaba hablando vehementemente detrás de un abanico abierto mientras se dirigía a su compañero, Matsu Tadaka, comandante de la guardia de la ciudad. Una alianza poco probable, pensó Kesshite, pero que no era de su incumbencia.

- "Moto Kesshite-san!" La voz del Daimyo sonó en un tono dominante, poniendo un alto a los fragmentos de conversación a su alrededor. El palanquín fue depositado en el suelo y caminó sobre la hierba con paso ligero, luego se encaminó directamente hacia la brutal escena. Se quedó en silencio por un momento, observando la escena y tomando los detalles, luego miró al Unicornio. Tenía la mandíbula apretada, los músculos tensos, como si fuera un gato de caza listo para saltar.

“- Ha examinado la escena, de eso no hay duda. ¿ha descubierto algo?-” Lord Ueshiba habló en voz baja, pero con intensidad. Moto Kesshite le miró y no dio ninguna respuesta- "Esto tiene que parar de una vez, Moto Kesshite-san. La Administradora imperial podría haber venido en mi lugar y no quiero recordarle lo magnánimo que he sido con sus fracasos y lo que pasaría si ella se enterase de que ha vuelto a pasar. Me tiene hastiado saber que los miembros de mi corte puedan caer presa de tales calamidades tan cerca de la protección de mis muros. ¿Ha podido ser ese asesino escorpión? ¿El filo del Tigre?”- Preguntó el gobernador en apenas un susurro.

“-No mi señor, hace falta una fuerza superior a la de un hombre para lanzar a ese hombre hasta allí arriba. Bayushi Arashi es fuerte y muy peligroso, pero sigue siendo humano, señor. No ha sido él.”

El señor de los Doji cerró los puños y se dió la vuelta “- Entonces debes descubrir al culpable…¡Ya! -

Ueshiba se volvió, apuntando con su abanico directamente hacia el comandante León. "Matsu Tadaka-san, usted reclutará ashigaru para ayudar al Unicornio en su investigación y fortalecerá las defensas cercanas a estos bosques. Esto no puede volver a suceder. "- Como si fuera tan fácil, pensó Kesshite. El daimyo regresó a su palanquín, dejando atrás un enjambre de inútiles cortesanos que pasaron largos minutos discutiendo la escena. Kesshite miró a Hiromi, quien se encogió de hombros, y se volvieron hacia los cadáveres. En los cielos, un trueno retumbó con la amenaza cercana de la tormenta y una sola gota de lluvia aterrizó en la piel del Moto. Sonrió, sabiendo que Suitengu lo había bendecido con la inminente huida de los lamentables cortesanos. -"No deberías sonreír, Kesshite-san… asusta...y mucho”- La Fénix se alejó un poco investigando los detalles de los cadáveres, mientras anotaba cosas en su pergamino.

- Mmmm….Este parece tener una marca en su torso, una marca escrita con sangre. Su propia sangre, supongo, o podría ser de los otros. "- Kesshite miró hacia abajo, frunciendo el ceño. No reconocía el extraño kanji, pero sabía que no tenía necesidad de preguntar: la erudita daría su respuesta en breve. Y de hecho lo hizo. “-Una advertencia, creo. Escrito en la lengua antigua encontrada en las ruinas del Bosque Shinomen. Qué extraño. Kesshite se enderezó y volvió a mirar el corazón del bosque. Los bosques no estaban "malditos" como creían los heimin, pero sabía por experiencia que las paredes entre Ningen-Do y los Reinos del Espíritu eran delgadas en el corazón del bosque. Tal vez un espíritu malicioso había atacado a estos hombres ... pero no lo dijo. Todo parecía organizado, antinatural, incluso sin el misterioso kanji. La estudiosa Asako repentinamente gritó. -¡Kesshite-san! Este hombre vive! " El hombre caído tosió, rociando una película de sangre en las túnicas de la shugenja-ko Fénix. Kesshite lo ignoró y se arrodilló, poniendo sus manos sobre el torso del hombre y murmurando una oración a los kami de Agua. El Moto sabía que dichos kami eran increíblemente poderosos y fuertes aquí, pero no siempre obedientes. Esta vez obedecieron, y el hombre se estremeció cuando el flujo de energía curativa tejió su carne. Mientras estaba lanzando el hechizo, Moto Kesshite podía sentir una conciencia más profunda del mundo que lo rodeaba. Veía a los muertos no como mera carne, sino como cuerpos que se transformaban de un estado de ser a otro...igual que lo que le estaba sucediendo ahora a aquel hombre. 

Todos aquellos hombres muertos. Sus almas se habían marchado, su atacante las había cambiado, y ahora pertenecían a un reino diferente. También podía ver la inminente tormenta, los kami de agua que se alzaban en el cielo, mezclándose con el aire para formar un taifun inminente. Los kami susurraban sobre el peligro, el vibrante zumbido del poder aún por agotarse. Cuando terminó su oración, Moto Kesshite alzó la vista, buscando de nuevo la madera oscura con su mirada. Detrás de él el sol de la mañana rompió brevemente las nubes, sus rayos bañando la sangrienta escena. Entonces el trueno retumbó y un torrente empapado se derramó sobre la corte improvisada. Moto Kesshite no pudo evitar sonreír internamente ante el frenético murmullo de los cortesanos. Asako Hiromi suspiró. "Ah ... la flor se marchita...su hora ha llegado"

El cazador Unicornio la ignoró, todavía mirando el bosque. De alguna manera lo sabía. En esa oscuridad envuelta en la lluvia, justo más allá de su vista, un compañero cazador miraba hacia atrás, atento a su presa.

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08/01/2017, 00:04
Director

Una nota sobre las costumbres y supersticiones del Clan Grulla en Atalaya de Hantei

Los personajes estarán pasando el primer acto de esta aventura en la isla de Atalaya de Hantei, en la ciudad del Próspero amanecer. Esto simplemente es para mostrar algunas de las costumbres y creencias locales que los samurai que viven en las islas pueden conocer:

• Se considera desafortunado en las tierras de la islas para verter tu propio sake. Cualquier personaje que vierta su propio sake a propósito o sin querer dibujará una mirada intensa de sorpresa e inquietud en todos aquellos a su alrededor, quienes luego tratarán de mantenerse apartados de esta persona desafortunada. Por supuesto, serán demasiado educados para criticar a la mala suerte del personaje en su presencia, pero por ejemplo, nadie querrá navegar con el personaje a bordo.

• Lanzar guisantes secos en un pozo o río atrae buena fortuna. Durante el festival los personajes podrán ver a numerosos campesinos, así como a los samuráis ocasionales, arrojando puñados de guisantes secos al arroyo, a los acantilados o a los tres pozos de la ciudad.

• Los zorros son animales muy afortunados. Es una costumbre llevar un poco de arroz para lanzar a los pocos zorros que viven en el bosque al norte de la ciudad si se encuentra uno. La mayoría de los samuráis y plebeyos en el pueblo llevan una pequeña bolsa de arroz durante las fiestas para este propósito. Muchos se acercan al ocaso para buscar zorros y darles arroz.