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Crónicas de los Condenados. [+18] Cap 2: Intrigas Palaciegas

Capitulo 2, El Castillo Brisa, Ducado Yannur

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05/11/2017, 15:29
Anyshka

Anyshka dio un respingo ante la respuesta cortante del hombre, y tras parpadear unos instantes intentando controlar la situación intento justificarse.

- Lo lamento mi señor... tan solo cumplo con las tareas que me han encom... ohhh...

Sus palabras quedaron ahogadas por el tacto de la mano sobre su pecho, que resbalaron por la suave y delicada superficie de este, hasta alcanzar el pezón que de inmediato adquirió una mayor consistencia, endureciéndose al instante y alargándose hasta alcanzar un tamaño mayor, todo en apenas un segundo.

- Me llamo Anyshka... mi señor... - responde sin que una sola queja o muestra de desagrado se vislumbrara en sus facciones.

Fue entonces cuando la muchacha que había junto al hombre le pidió vino y en un ejercicio digno de una contorsionista, giró el torso lentamente, de tal manera que fuese capaz de poner ante ella una copa y llenarla con la jarra de vino rojo, y al mismo tiempo su seno permaneciera en todo momento entre los dedos del mercader, sin alejarse ni un solo centímetro.

La única consecuencia visible que tuvo aquella muestra de flexibilidad no fue otra que conseguir que el otro pecho se uniera al primero, y a causa de tan forzada postura, ambos quedaran desnudos y expuestos a la vista y alcance de todos, lo que intensificó aun mas si cabe el rubor en el rostro de la camarera.

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06/11/2017, 01:45
Sheena

Siendo  que Marne estaba más cerca de Rowl me sorprendió que Anyshka se acercase a robar mi lugar para servir, yo misma intenté adelantarme para servir, sin embargo ella me ganó de mano y quedé a su lado, aún cerca de Rowl viendo como le servían vino a Marne. 

Anyshka, si serás puta, tienes todas las tetas a la vista le dije, como si yo con mi tela completamente transparente no estuviera prácticamente igual. Sólo lo hice para molestarla, porque las dos lo eramos. Pasé la fría jarra por el pecho de ella, rozandola con el metal frío por su pezón para molestarla y quizás excitarla algo más, para volverla hacia a mi y quedarme junto a Marne y Rowl, si es que querían vino o algo más acaso. 

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06/11/2017, 04:03
Marna Berenna

La mirada de Marn se encontraba fija en la platinada mujer, hasta que del lado contrario otra joven realizaba tal movimiento que sus ojos voltearon a mirarla, clavando en ella su dorado mirar. Tenía que admitir que, si es que el servicio y el exhibicionismo eran su lucro, era realmente dedicada a su labor. 

Mientras su jarra, en una mano, seguía extendida hacía Sheena, como si repentinamente fuera alguna clase de noble, frente a ella la otra esclava ponía frente a ella una copa en la cual servía el preciado néctar que quería. 

Una atractiva sonrisa se formó en los carnosos labios de la morena, mientras echaba la capucha hacía atrás la cual cayó en su nuca junto a sus largos y lisos cabellos negros, con la misma mano libre tomó la copa alzándola hacía la muchacha al tiempo que veía caer su seno frente a ella y al otro mercader, el cual parecía un parásito aún sostenido del otro.

- Os agradezco. A tu salud. - profirió con serenidad hacia quien le había servido.

Frente a la escena montada por ambas no pudo evitar soltar una risa. Impulsivamente no pudo evitar preguntar. 
- ¿Sois hermanas? ¿O habéis pasado mucho tiempo juntas? - Inquirió a Sheena, aunque su voz sonaba fría su rostro se mostraba amable y curioso.
 

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06/11/2017, 09:56
Uric

El mercader no prestó mucha atención a las excusas de la esclava, ni a su respuesta, aunque retuvo el nombre en su mente.

- Te llamaré Entrometida – decidió, y soltó el contacto con su carne. – Vino – ordenó después, y volvió su interés hacia el otro lado de la mesa, donde la mujer retiraba su capucha, dejaba libres sus cabellos y mostraba su rostro.  Esperó a que Entrometida le alcanzara su vaso y lo levantó en señal de saludo hacia la mujer, pero esta, curiosamente, había decidido dedicar su brindis a una mísera esclava y entablaba conversación con ellas.

Uric se recostó en su silla y bebió, atento a la respuesta y disimulando una sonrisa.

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07/11/2017, 10:07
Anyshka

Anyshka lanzó una mirada dura y fría a Sheena, pero que duro apenas un parpadeo, tan fugaz que ni tan siquiera podría nadie asegurar que había ocurrido realmente. Sin embargo el contacto helado de la garra contra el pezón que no estaba siendo manoseado por el mercader si que reacciono visible y notablemente, endureciéndose y creciendo de la misma manera que lo había hecho el que tenia el hombre entre sus dedos.

Ahogando un casi imperceptible jadeo, termino de servir la bebida de ambos, y al ver que su pecho era liberado finalmente se incorporó, quedando a un paso de distancia de la mesa. Una vez incorporada, intento cubrir sus senos, pero al tener una mano ocupada en la pesada bandeja que llevaba en equilibrio ante si, solo fue capaz de tapar uno de ellos, pues el tejido de su efímero vestido había quedado atascado en el lateral de su seno y le estaba resultando de lo mas complicado cubrirse.

Resignada finalmente, tuvo que aguantarse con ello, y termino de recorrer la mesa ofreciendo bebidas. Tal vez si lograba vaciar la bandeja tendría mas libertad para arreglar sus ropas.

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07/11/2017, 21:05
Director

Una mercader, algo mayor ya, se acerco a Anyshka, le sonrió, al tiempo que arreglaba que la tela de su vestido la “cubriera” por completo.

- Ven aquí, chiquita. La noche será larga, y debes guardar algo para luego. No quieres mostrar toda tu baraja de entrada.- luego le acaricio el rostro, hablando al resto, levanto la copa. – ¡Por el Duque Yannur y su hospitalidad! –
-
El Duque asintió a la Señora, y observo a quienes brindaban con ella.
Tanto Anyshka como Sheena se dieron cuenta de que se habían demorado bastante con los mercaderes, y que algunos nobles aun no tenían su copa llena. Este lo había notado también.
Algunos nobles levantaron la copa, pero otros no tenían la misma llena, y estaba frunciendo el ceño.

Soy Adriana Harper, comerciante del vecino reino de Vania – indico quien había cubierto a la muchacha. Y sentándose en la mesa de nuevo, bebió un poco de su vino.- Comercio con Lana y Quesos. ¿Ustedes? ¿A que se dedican? –
Dirigiéndose en particular a Marna, le pregunto algo más. – ¿Pasas mucho tiempo en el mar, querida? Que bonitos ojos tienes.-

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08/11/2017, 03:49
Marna Berenna

La amena situación que estaba disfrutando la mujer fue interrumpido por una gran exclamación hecha por alguna mujer de edad avanzada. Sus ojos entrecerrados se fijaron con poco interés en la escena que se sucedía a su lado, viendo al hombre elevar la copa hacía ella con una ligera sonrisa, enarcó su ceja con intriga, al tiempo que le devolvía el gesto con una sonrisa de medio lado, para luego elevar mas su copa en gracia del gran Duque Yannur. 

Su mirar dorado se mantenía serio, fijo en el duque, pero cada tanto echaba una mirada a la mujer que vociferaba, solo para enterarse en dónde iba la conversación. Entre mirada y mirada contempló al duque mirando hacia todos los que habían alzado la copa, por puro instinto tuvo una necesidad de bajar su trago, de escurrirse, de desvanecerse, no le agradaba llamar la atención, siempre le dificultaba el trabajo. Aún así mantuvo su postura firme, y su brazo en alto, con su mirar taciturno. 

Escuchó la presentación atentamente, mientras llevaba la copa a sus labios bebiendo un gran sorbo con toda confianza, al llenar su boca se vio señalada al escenario por una directa pregunta. Abrió sus ojos de tal manera que dos sólidas esferas de oro puro se mostraron en su perfección, dirigió sus ojos hacía la mujer, esperando poder hacerse la desentendida, pero al final bajó la copa de un solo movimiento, apoyándola suavemente en la mesa al tiempo que cerraba los labios con las mejillas hinchadas y una ligera marca escurría de su comisura izquierda. De un momento a otro las mejillas volvieron a sus estados naturales al tragar todo de una. La cantidad de gas hizo eco en su estómago, pero aguantándolo con toda habilidad soltó el gas por la nariz al tiempo que se enderezaba. Su rostro se puso serio, contrastando con todo lo que le sucedía corporalmente. 

- Gracias Harper. - pronunció con un tono cortés y frío, al tiempo que respondía con un ligero asentimiento de cabeza. - Mi nombre es Berenna Marna. Como usted ha concluido soy comerciante marítimo. Me especializo en movimientos a largas distancias.  Principalmente comercio con especias, semillas,  harinas, y en gran parte con mariscos y pescados. - finalizó con tranquilidad, cerrando los ojos, para no ver a todos mirándola, no por timidez, sino porque acostumbraba a mirarse feo entre sus compañeros tanto tiempo que el mirar directo a los ojos a quien no la conocía sin intimidarlo, o asustarlo, se le hacía imposible. - Creo que mis ojos son muy parecidos a los de usted. - comentó abriendo ligeramente su mirar dorado para clavarlo directamente en aquel extraño mercader que había manoseado sin miramientos a la esclava. - ¿Qué puede compartir con nosotros? - inquirió intentando sonar amable, sin poder evitar sonar fría. 

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08/11/2017, 08:33
Uric

La cháchara con las esclavas quedó cortada cuando la dama dedicó s ayuda a Entrometida y cubrió sus carnes huidizas.

El mercader alzó su copa y brindó por el Duque, el anfitrión en aquel lugar que los acogía, nadie sabía por cuanto tiempo. Se llevó la copa a los labios y comprobó que apenas quedaba vino en ella.

- Mi nombre es Uric, y me dedico al comercio. – Y para demostrarlo, tomó la hermosa piel que él mismo vestía sobre sus hombros poco antes y la mostró. – El invierno nos acecha, y las noches serán frías. Y resulta que yo tengo las mejores pieles de la ciudad – la dama de más edad bien podía interesarse por su mercancía. Cualquiera en el castillo las podía necesitar muy pronto. Pero no todo en la vida eran los negocios. Uric vació su copa y la alzó, tratando de que alguna de las esclavas fuera capaz de ofrecerle más. – Con vuestro permiso, lady Harper, lady Marna, diré que los ojos de ambas nos iluminan a todos en este lugar, y ningún hombre de bien sabría escoger los más bellos. – Y con esa frase susurrada con voz grave, sus propios ojos brillaron también, aunque con un fulgor más gris, plateado. Miró primero a la dama y después a Berenna y respondiendo a su pregunta añadió - todo aquello que esté en mi mano, lo compartiré con gusto. A su justo precio, desde luego. -Y dicho esto, se dedicó a arreglar la fina barba que le cubría el rostro.

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08/11/2017, 20:43
Sheena

Me hubiera gustado que Rowl me notara sin embargo viendo la situación y la cara de los nobles, me acerqué a ellos. Como antigua noble del mismo Reino quizás alguno me reconociera o recordara quién era. Sin embargo no me importaba, recorrí sus mesas y fui sirviendo copas. No tenía demasiadas oportunidades de sociabilizar con ellos. Lo hice alejada de Anyshka, sin mirarla. Apenas aproveché para apoyar o rozar con mis pechos las manos o brazos de algunos nobles. Así fui logrando ir vaciando de a poco la bandeja que me tocaba llevar. 

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10/11/2017, 10:25
Anyshka

Anyshka estuvo a punto de agradecer a la mercader que la ayudase con la ropa, pero se detuvo al comprender que nadie le había dicho que hablase, y de hecho ni siquiera sabia si le estaba permitido agradecer algo como eso, a fin de cuentas estaba allí para lo que estaba. De ese modo se mordió la lengua y permaneció inmóvil hasta que vio una actitud poco amistosa en la mesa de los nobles.

Con un suspiro la joven encaminó sus pasos hacia ellos, observando como su compañera hacia lo mismo y viendo que optaba por mantenerse en el lado opuesto de la mesa a la que ella estaba, decidió hacer lo mismo y de ese modo poder cubrir entre ambas mas invitados a los que servir. Afortunadamente por el momento no se resentían sus brazos por ir cargando con las pesadas bandejas llenas de bebidas.

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10/11/2017, 17:32
Director

Las dos llamativas mujeres, junto con otros esclavos, luego de vaciar el contenido de sus ánforas en las copas de los mercaderes y comerciantes, pasaron a otras mesas, que les indicaron, había más bebida, pero en esta ocasión, para la nobleza y el mismo duque, quizás fuera una bebida de mayor calidad...
Empezaron a servir, mas tranquilamente, y los nobles a llenar sus copas para el brindis. Una vez todos estuvieron servidos el Duque se levanto…
…en tanto…
La Comerciante Harper asintió y choco la copa con el joven, a modo de compartir el brindis. – Gracias, veo que vuestra lengua de plata no solo se dedica al comercio. Debo decir que estoy segura de que podremos hacer varios negocios joven Uric. Sin embargo, preferiría reservar algunos negociados en el sector privado. Así que vendes pieles. ¿Tienes de zorro? ¿O de Nutria? Estoy pensando en hacerme unos abrigos. Dime, ¿Aceptas solo metálico o intercambio por bienes también? De todas formas, le parece si hablamos luego de ello en el balcón?- se giro hacia Marma. – Por supuesto, usted también está invitada, Dama Marna. -
El sector de los nobles era mucho menos concurrido que aquel de los mercaderes. A medida que iban sirviendo, Sheena se cruzo con un hombre, envestido en una coraza, que recibió fríamente la copa y pareció ignorar rígidamente y con algo de cortesía militar, las obvias insinuaciones de la platinada.
- ¿Algo obvio… no crees?- le hablo a Anyshka uno de los nobles. Como la mayoría de ellos, tenía un peto de metal, con una rosa finamente tallada en el mismo, y estaba vestido con elegantes ropas, oscuras. – Date vuelta.- le indico a la muchacha. En tanto Sheena, observo como aquel que servia solo tenia ojos para su compañera, Anyskha, y esta, por estar ocupada sirviendo al noble, y obedeciendo sus ordenes, no se daba cuenta.
…En tanto, el Duque, como correspondiéndose con aquella mercader llamada Harper, se acerco a mitad de camino entre las dos mesas, y comenzó a hablar.
- Bueno, Queridos amigos, Nobles y Comerciantes, quiero sobre todo darles la bienvenida a mi morada el Castillo Brisa, Como todos saben o sospechan los pasos en este momento son inaccesibles, pero como todos los años, en cinco días se liberaran con la llegada de corrientes del deshielo, momento en cual, será seguro continuar, por mar o por agua. Mientras tanto, estaré encantado de oficiar de anfitrión, y que sean mis huéspedes. Aprovechemos este grato momento hasta el deshielo, para conversar. Quiero que sepan que mi estudio, esta sala común, y la biblioteca están disponibles siempre que lo deseen, pero mas allá de esas zonas y los cuartos que les he designado, les pido que no deambulen por el castillo, puede ser peligroso. Sé que con una advertencia debería ser suficiente, porque todos saben comportarse como huéspedes perfectos, y no se les ocurrirá ir libremente por ahí donde no puedo cuidarlos. – sonrisa.
Llamo a sus esclavos, que eran siete en total haciendo que Sheena y Anyshka vinieran a formar, todos ellos y ellas, hermosos, y delicados, y su evidente ligereza de ropas evidenciaban sus hermosos cuerpos, eran siete elegidos a consciencia por su hermosura y disponibilidad.
¿Que esta dispuestos a hacer para complacer a mis huéspedes?
- Cualquier cosa. – Respondieron al unisonó todos ellos.
-Cualquiera que desee una visita en particular, solo debe solicitármelo, en breve estaré en mi estudio.- sonrio y arrojo besos a las dos mesas. – asi que ¡Bienvenidos al Castillo Brisa!

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11/11/2017, 07:52
Sheena

Mi mirada se fijo en Rowl y en Ulric, esperé un poco a que el Duque nos diera libertad de acción para poder volver a deambular mientras imaginaba que continuaría el banquete y yo misma volví a acercarme a la mesa dónde estaban los comerciantes para ver si querían algo de mí, además de qué les sirviera. De esa forma tomé alguna anfora y me ocupé de vaciarla con ellos deteniendome con quién gustase en acariciarme si así lo deseaba hasta llegar hasta dónde Rowl, Ulric y Marna se encontraban. Supuse que Anyshka volvería a ocuparse de los nobles dado que la habían tratado bien, mientras yo prefería ocuparme de los comercianttes. 

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12/11/2017, 02:19
Marna Berenna

La primera reacción de Marna ante el halago fue de sorpresa, solo demostrado por una elevación de la ceja derecha, para luego recostarse en el respaldo al tiempo que sonreía bebiendo un trago. Cuando el mercader termino de hablar la morena le miró con cierta diversión en sus dorados rayos. - "Lengua de Plata... " - pensó. Siempre los había, de ese mismo estilo, en cada género, en cada pueblo, en cada ciudad, en cada valle despoblado de civilización... había esa clase de persona, lo que lady Harper había denominado "lengua de plata", segura de sí, dispuesta a segregar discursos en pos de la tan valorada habilidad del ser de aparentar. Y ella sabía, desde niña, que era la clase de persona que debía vigilar. 

Se giró hacia la comerciante Harper, con aquella sonrisa pasiva, y su dorado mirar taciturno, contrastando con aquella postura semi recostada que, aún así, demostraba firmeza y educación.

- Estaría encantada de acompañarles en esa charla. Le agradezco la invitación. - afirmó con aquel acostumbrado tono frío, en su grave voz, al tiempo que inclinaba ligeramente la cabeza en señal de ello. Luego se giró hacía Ulric, ampliando su sonrisa a una que era la de alguien que tenía un buen trato. - Tal vez nosotros también podríamos hacer un trato. ¿Comercia usted en barco? - sopesó manteniendo aquel tono frío, pero cortés, al tiempo que con lo miraba con cierta curiosidad que le dejaba gesto de niña.

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12/11/2017, 08:36
Uric

- Dama Harper, dispongo de unas muestras aquí mismo, os las mostraré con mucho gusto. -  Cuando la comerciante mencionó el trueque Uric levantó una ceja - Si son de su agrado estoy seguro de que encontraremos la forma de llegar a un acuerdo. Tiene algo que pueda interesarme? – escuchó a Marna también y asintió. – Si lo deseáis podéis ver vos también el género que tengo. En unos días dispondré de mucho más. Y desde luego – la miró y se detuvo un instante en sus ojos dorados – si eso aumenta mis beneficios, utilizo un barco o lo que sea necesario. Todo depende del precio que pueda conseguir – explicó y sonrió acariciando su barba bien perfilada. – Las veo muy interesadas a ambas, y cuando la demanda crece, me temo que también suben los precios. – Soltó una carcajada seca de la que era difícil deducir si bromeaba, o no.

Entonces el conde les dirigió unas palabras, dándoles a todos la bienvenida, ofreciendo su hospitalidad – y los servicios de sus esclavos – y añadiendo algunas restricciones para deambular por el lugar.

Uric levantó su copa y agradeció la hospitalidad en silencio. - ¿Cuidarnos? – pensó. – ¿Acaso no es capaz de mantener la seguridad ni dentro de su propio castillo? – Pero no dijo nada, sino que volvió a centrar su atención en las mujeres con las que charlaba, al tiempo que alzaba una mano llamando a una de las esclavas para que rellenara sus vasos.

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12/11/2017, 20:19
Sheena

Me acerqué a Uric contoneando mi cuerpo como me habían indicado que debía servir a los invitados, volví a inclinarme dejando mis pechos al alcance de la mano y apoyando levemente mi cuerpo sobre el del huesped para servirle esperando darle una sensación agradable. De esa forma y con cuidado fui llenando sus copas. Escuché de lo que hablaban pero no tenía ni idea de aquellas cuestiones. Busqué la mirada de Uric esperando haber complacido su pedido y esperando a ver si deseaba que me retirara. 

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13/11/2017, 14:49
Anyshka

Cuando Anyshka se acercó al noble que la requería le sirvió y se vio sorprendida ante la pregunta que le exponía, refiriéndose a su compañera. Sin saber muy bien que decir, se limito a sonreír y asentir con la cabeza, dándole la razón en lo que fuera que le estaba diciendo. La mayoría de las veces eso era suficiente con los nobles, que les diesen la razón era todo lo que buscaban.

Ante la orden para que girase sobre si misma, así lo hizo, alzando la bandeja para permitir que la observase a conciencia , girando con lentitud para ofrecerle una visión clara en todo momento. Podía sentir como sus ojos recorrían cada centímetro de piel desnuda y como intentaba colarse en los pocos lugares que la tela del vestido la cubría.

Para entonces el Conde llamo la atención de todos y pudo retirarse junto al resto de las sirvientas, tras dar este la bienvenida a todos los asistentes del banquete. Tras recitar las palabras aprendidas, con las que se ofrecía a los invitados para lo que se les antojara, no sin sufrir un ligero escalofrío, volvió a dedicarse a servir las mesas. Sheena parecía tener predilección por la mesa de los mercaderes, por lo que decidió quedarse en al de los nobles y así evitar que nadie pudiera quejarse por no ser atendido. Lentamente fue paseando la mirada entre los aristócratas, en busca de cualquiera que deseara pedirle algo de beber... o lo que fuera.

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17/11/2017, 04:57
Marna Berenna

En sus gruesos labios se formó una atractiva sonrisa que mostraba toda su dentadura. Asintió con un ligero movimiento al tiempo que agregaba. - Por supuesto, me agradaría ver la mercancía que deberemos cuidar. -  su tono amable repentinamente cambió a uno taciturno, serio, como si recordara hacia atrás, y aseguró. - Jamás se nos ha perdido nada en nuestro barco, y de ser así veríais varios mancos bajando del mismo sin trabajo. - su mirada parecía en algún punto perdido, recordando contadas veces las ofensas que se sucedieron bajo su mando cuando apenas tenía un barco bajo su mando, mas de uno tenía cierta aspereza con ella, ''un problema más otro y esta zorra volvería a su madriguera.'', o eso decían, tres años después aún solía verlos deambular en algún perdido muelle pidiendo limosnas. Le dolía, eran sus hermanos, pero le habían dañado y habían pagado el precio por ello. 

Volvió a mirar a Ulric aún sonriendo. Hizo una seña a la esclava mas cercana para que le sirviese. Y prosiguió con cierto entusiasmo en su fría voz. - Comerciar con un barco, especialmente si la mercancía es de calidad, aumenta su valor notablemente inclusive entre tierras cercanas. - Bebió un largo trago luego que le sirviesen, apoyó el tarro en la mesa, y reclinó su largo torso sobre ésta apoyándose en su codo con un mirar decidido dijo como a modo de secreto. - Las personas suelen pagar un valor monetario notable por el simple hecho de ahorrarse el viaje. -

Se encogió de hombros antes la dudosa broma del mercader. - Los precios pueden manejarse. - le sonrió de manera oscura. - Lo que agrega valor es atravesar los peligros. - levantó su antebrazo para descansar su cabeza en el puño mirándolo con cierta diversión. - ¿O acaso estaríais dispuesto a ahorrarse dinero arriesgando vuestro pellejo? - enarcó una ceja con intriga. -¿Uh? ¿Que no se puede deambular? - repentinamente las palabras del Duque captaron su atención, sin cambiar su posición sólo movió su cabeza girándola hacía el que hablaba mirándolo como si no tuviera interés. Miró a Ulric. - Un poco autoritario, ¿no le parece? - aunque su tono se mostraba sin emoción, mas bien aburrido por no poder investigar alrededor del castillo legalmente. No es que no pensara hacerlo, solo pensó que podría tener mas acceso. Suspiró profundamente vaciando su vaso y volviendo a hacer otra seña para que se la llenasen mientras esperaba la respuesta del hombre.

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18/11/2017, 09:17
Uric

El comerciante esperó a que la esclava de cabellos de plaa hubiera llenado los vasos y apenas cruzó una mirada de asentimiento cuando terminó. Podía percibir el cálido roce del pecho en su hombro y se sintió complacido. Quizá aquellos días de encierro en el castillo ofrecerían algunas diversiones.

Pero por el momento, volvió a centrar su atención en las damas con laas que conversaba.

- Oh desde luego, el transporte es siempre crítico, pueden surgir problemas, y eso aumenta el precio, naturalmente. Pero yo ya he traído hasta aquí mi mercancía, si deseáis comprarla y llegamos a un acuerdo, podréis llevárosla a donde os plazca y, si lográis un jugoso beneficio, mejor para vos.- Levantó la mano, en un gesto de indiferencia. Lo que ocurriera a la mercancía después de que él la vendiera le traía sin cuidado. La vendería allí y por un precio adecuado, a la dama Harper, a Marna o a cualquier otro.

- Autoritario o no, el conde nos acoge en su casa, bien haríamos en mostrar la cortesía de acatar una sencilla petición. Estoy seguro de que, sin entrar en zonas inapropiadas, este lugar va a ofrecernos distracciones muy variadas. - Y mientras esto decía, tomó su copa y la levantó brindando por las damas, mientras su mano libre se posaba en el muslo de la esclava y apretando con firmeza para atraerla hacia sí, fue subiendo hasta cerciorarse de la suavidad de sus nalgas, que el corto vestido apenas cubría.

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19/11/2017, 15:11
Sheena

Serví al hombre mientras escuchaba, me tenía algo preocupada la falta de atrevimiento de los hombres a los que servía mientras se habían asegurado que nosotras estuvieramos moderadamente excitadas para atender a los invitados. Mis pezones bajo mi tela se veían claramente duros y cuando terminé de servir pensé que tendría que irme, sin embargo sentí la mano de aquel hombre acariciandome y no tuvo casi que atraerme que facilmente me acerqué a él dejando que su mano suba por mi piel blanca, suave y firme. También pudo tocar mi trasero grande y redondo bajo la fina tela que poco hacía por cubrir mi desnudez. 

No hablé pero me mordí el labio de gusto, deseaba una mano sobre mi piel desde hace un buen rato. Con la bandeja no podía hacer demasiado más perro me esforcé en un gesto que quizás para Ulric pasó desapercibido pero no para el resto en dejar caer el bretel de mi vestido por el brazo derecho dejando casi desnudo mi pecho, pero aún sin revelar mi pezón por si quería entretenerse también con ello. Mis piernas estaban levemente separadas para facilitar caricias más íntimas.

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21/11/2017, 21:24
Director

[En la Mesa de los Nobles]

De improviso, el Duque Yannur, se mezclo entre las filas de los comerciantes. Había salido por el lado donde ingresaban los esclavos, de modo que sorprendió a los comerciantes y su zona y los tomo un poco de improviso. El Duque era apuesto y delgado, con un aire perversamente malicioso, sus finos labios se partieron en una sonrisa,
- ¿Comerciando ya? Parece que se entiende bien entre ellos, Dama Harper. - se giro hacia uno y hacia otro – Tiene un Barco, ¿Dama Marna? ¿Debo llamarla Capitana? –
Ante su llegada, observo fijo a Sheena y como se le había instruido en los Sótanos, cuando el llegaba, gustaba que sus esclavas se arrodillaran ante él. No estaba bien que estuvieran ociosas, de modo que a menos que estuvieran sirviendo, debían mostrarse sumisas.
- Maese Uric, espero que la hospitalidad – sonrió un poco más, hablando implícitamente de la esclava, de la cual estiro un brazo para que Sheena le acercara una copa, de la que bebió. - sea de su agrado, cualquier cosa solo deben pedírmela. Dama Harper, me encanto el regalo que me hizo, esas botellas las guardare en la parte más seca de mi sótano, como recomendó. Por cierto… podrá disponer de la biblioteca en un poco más de una hora. He enviado siervos para que lleven bebidas y confites. ¿Entiendo que ellos estarán entre sus invitados? –
- Como usted vea mejor, Duque Yannur.- dijo respetuosamente la anciana.- Si ellos lo desean, están invitados. Encuentro ese sector del castillo muy acogedor, si me lo permite.
- Por supuesto, Dama.-
El duque era perfectamente amable, pero había algo en el, un aura inquietante, que hacia difícil sentirse exactamente cómodo con el.

-=-
[En la Mesa de los comerciantes]
El frió se notaba un poco mas aqui, al estar mas lejos del fuego.

En tanto, Anyshka había quedado con un compañero únicamente para satisfacer a los nobles y cortesanos. Cuando termino la tarea con el Duque y obedeció a las palabras, volvió entre ellos y de inmediato el que tenía un peto con la rosa la llamo. La tomo del mentón y termino la observación.
- Ven aquí. Quiero terminar la inspección. – dijo acostumbrado a que lo obedezcan, algo impaciente. – deja la bandeja sobre la mesa. Baja los breteles, y muéstrame…- a continuación, dio una buena mirada con ojo crítico de los senos de Anyshka. – Un poco más grande el izquierdo, pero no demasiado. Cúbrete.-
Se quedo tocándose el labio con un dedo, como indeciso. – Levanta las faldas…- observo la anatomía de la joven, y agrego.- Bien, esta noche calentaras mi lecho. Confió en que sabrás satisfacerme. –
Mientras era revisada como si fuera mercadería, Anyshka observo que el hombre de armas que la había tratado secamente con anterioridad, ahora la observaba con detenimiento, en particular sus manos. – Tráeme una copa…-
El otro esclavo se apresuro a obedecerlo, pero el hizo un gesto seco. – Que sea ella quien me sirva.-