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Crónicas de los Condenados. [+18] Cap 2: Intrigas Palaciegas

Capitulo 2: Biblioteca del Castillo Brisa

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25/01/2018, 22:37
Sheena

Había observado todo con lentitud y había escuchado la conversación más atenta a mi propia excitación y los potenciales acercamientos de los hombres. Como mujer y más aún en mi condición, el felino movimiento de la capitana, su trasero a mi vista no había sido ignorado. Mi mirada sin disimulo se había dirigido a ella, hasta que aquél hombre se acercó a tomar mi rostro. Me mordí mis labios, estaba como un arma cargada al límite, aunque en mi caso, lo estaba de deseo contenido. 

-Mi primer amo se llama Gideon y he sido alquilada o vendida al anfitrión de este castillo, realmente no estoy segura señor. Ahora mi amo es él a menos que me ceda a alguien más- expliqué mirando a Ulric dado que había sido dada a su servicio y aunque nadie me lo ordenó mi mano fue a tocar el trasero de la capitana, más precisamente a recorrerlo rápido para apretar con suavidad pero firmeza su sexo, mordiendome el labio con excitación contenida. No me disculpé, no me importó. En el peor de los casos me castigarían pero yo no era como Anyshka.

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26/01/2018, 01:36
Marna Berenna

Cuando escucho las palabras de la vieja comerciante, la capitana pareció salir de un trance, sus ojos se mostraron ligeramente sorprendidos, abriéndose un poco, mientras su rostro se posaba un gesto de disculpa mientras se enderezaba. 

- Lo siento, Dama Harper, no era mi intención incomodarla. - aunque su voz sonará fría, su disculpa era autentica. Solo se enderezó, pero se quedó aún de pie con el gesto pétreo. Ignoró de lleno las palabras de Berinian, simplemente mirándolo fríamente de soslayo, para luego volver a fijar su mirada en la anciana. 

Escuchó las palabras con atención, e internamente sonrió con desmesurada ironía, haciendo esfuerzo sobre elfico para no hablar imprudentemente, se limitó a escuchar las respuestas de todos a su alrededor. 

No fue mucha su concentración cuando sintió en sus nalgas una mano, por un instintivo movimiento llevo su mano a la muñeca de quien había osado tocarla, apretándola con firmeza, su ceño fruncido, se giró estirando con fuerza hacia ella a la persona que había sido la culpable, para ver que no era mas y menos que la esclava. 

Primero la mira casi asesina, luego suspiró cansina, o resignada, y la soltó sin más. - Intentad mantener vuestros instintos quietos, no tenéis libertad de movimiento aquí hasta que se te diga. O la próxima que nos encontremos, tendraís un mejor manejo de la boca cuando ya no tengas manos para dar placer. - dijo en un tono gutural y sin emoción. Su ceño aún se encontraba fruncido, y su gesto era el de un asesino.

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28/01/2018, 22:33
Berinian Kanan

Le hizo gracia el comportamiento de Berenna. Por un lado trataba de ignorar descaradamente a Berinian, pero por otro lado no podía evitar demostrar que estaba atentísima a todo lo que decía y sugería. Resultaba contradictoriamente encantador, aunque el hombre no dio signo alguno que lo percibía.

Lo que no le hizo nada de gracia fue el comportamiento descarado y libertino de la esclava. El comerciante, sencillamente, no podía creérselo.

¿Esto es una esclava? ¿De donde demonios ha salido? Más parece una ramera buscona. Está totalmente sin domesticar, pensó con furia mientras observaba cómo sobaba los glúteos y genitales a la capitana, enardeciéndola y logrando que le dedicara una mirada asesina.

Berinian extendió la mano y agarró con fuerza la hermosa cabellera platino de la esclava, por la nuca, forzándola a echar la cabeza hacia atrás y a curvar la columna enormemente, hasta sojuzgarla y ponerla de rodillas, mientras esta emitía gemidos ahogados de dolor. Le hervía la sangre. No podía evitarlo: deformación y orgullo profesional.

- ¿Quien te crees que eres y qué crees que estás haciendo? - le espetó con voz cruel, poniéndose de cuclillas junto a ella y obligando a su barbilla a mirar al techo, dejando el delgado cuello de la joven expuesto.

Blanco y fino. Muy apetecible, pensó.

- Tienes una manos muy bonitas y deberías tener cuidado donde las pones. No vaya a ser que te las corten - le advirtió -. He visto esclavas crucificadas por menos - le informó -. Guarda tu osadía y tu iniciativa cuando tus amos y superiores te den la venia. Mientras tanto, juguete sexual, aprende a ser paciente y a obedecer - añadió con voz grave mientras la observó detenidamente desde una distancia privilegiada, admirando su hermosura y su generoso busto. Le sorprendió el buen estado de la joven, la tersura de su piel y sus manos bien cuidadas. Aquello le hizo pensar que tal vez, en otra vida, pudo ser alguien de alta alcurnia. Aquello explicaría su arranque de arrogante antojo -. Tú no estás para buscar placer, si no para proporcionarlo cuando y cómo se te pida. Trata de obtenerlo entonces y no antes - la aleccionó con una voz menos admonitoria y más sugerente.

La presión sobre su nuca perdió tensión y permitió a la esclava destensar su espalda y buena parte de su cuello, emitiendo esta un gemido de alivio. No deseaba partírselo. Por otro lado el tacto suave de su cabello era agradable. El hombre se reincorporó, pero no soltó su presa, sometiendo a la muchacha a permanecer de rodillas.

- ¿Te comportas como una perra en celo? Pues sigue postrada, como tal. Ahora sé buena chica y aprende a ser paciente. Escucha y atiende - zanjó con voz suave mientras volvía su atención a la dama Harper y los demás, teniendo algo en mente y lanzando una mirada de soslayo a la esclava por un momento, para definitivamente volver con el resto.

- Disculpadme. Por favor, dama Harper, continuad - dijo educadamente contrastando su comportamiento cruel con la esclava hace un instante y su exquisita educación con el resto, momentos después. Miró fijamente a la anciana, recordando sus palabras a Uric sobre el trato anterior a la muchacha. Berinian no sabía sobre los comercios de este, pero lo que respectaba a esclavos, el marino no iba a aceptar que le dijeran cómo debía tratar a uno. O enseñar a uno a serlo.

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29/01/2018, 02:59
Dama Harper

La mujer anciana observo todo con atención, y presto particular atención con respecto a cuando la muchacha menciono a su amo anterior y al actual, y también al modo de conducta con respecto a ella. Negó con la cabeza. La niña no podía importarle menso, pero ahora debería actuar. Lo haría al final de la situación con ella. O no.
Vio como trataban a la esclava, negó con la cabeza y bebió lo que quedaba de su te.
- Señor Kanan, no es que critique sus métodos, pero si es desmembrado por lastimar a una esclava que no le pertenece, no podrá cumplir mi requerimiento, en caso de que lo acepte. El Duque Yannur no es alguien que aprecie que se dañe su mercadería, y mucho menos que se decida qué hacer con ella sin su consentimiento. Dicho este aviso, proceda como desee.-

Luego, asintió a su disculpas, y agrego, ya que ni Uric, ni Berenna habían dado una respuesta a su interlocución.
- Estimado Señor Kanan, que usted crea que yo le deba una respuesta, no va a hacer aparecer la misma como por arte de magia. La respuesta ya ha sido establecida, las condiciones y las recompensas han sido dadas, haría bien en aceptar o declinar. -

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30/01/2018, 01:14
Berinian Kanan

Berinian enarcó una ceja de incredulidad ante las palabras contradictorias de la anciana. Tras unos momentos de silencio sopesando que contestar, el marino tomó la palabra.

- Le agradezco su preocupación hacia mi, dama Harper - dijo con tono irónico -. Pero no tema: el único daño real que estoy provocando a esta pequeña no es a su físico, sino a su orgullo. Algo qué, como esclava, debería carecer o al menos aprender a esconder. El orgullo está reservado para los amos y es labor de los esclavos que sus dueños lo sientan por ellos - explicó como si aquello fuera algo elemental -. Y si enseñar esta lección a una esclava mal domada basta para que a uno le desmiembren en este castillo... - dijo encogiéndose de hombros -... lo mismo bastará que estornude, orine o me reúna en una biblioteca con "honrados" comerciantes a tomar el té y a hablar de "inocentes" asuntos. Bastará con que a nuestro anfitrión... se le antoje y se invente cualquier excusa para ello - afirmó echando por tierra la asunción de la mujer sobre motivaciones reales. Su mano, ya no ejerciendo una presión sobre las cervicales de la joven, no soltó el cabello de la esclava arrodillada. Le resultaba agradable al tacto y tenerla cerca.

- Respecto a vuestra oferta... creo que dejé bien claro que me interesaba. Siempre que terminara de informarnos sobre ciertos datos que comenzó a relatarnos y yo se los he recordado - matizó -. ¿O acaso hará, de pronto, como si nunca los hubiera pronunciado? No juegue con nosotros, dama Harper. Si quiere SU elixir comprométase - dijo con tono serio -. Cuente conmigo pero... el mapa, los turnos de guardias, los guardias sobornables y la información sobre el Duque y sus veladas de otros años por delante - le exigió con suma educación.

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30/01/2018, 05:29
Dama Harper

- ¿ Temer querido? Creí que estaba claro que a esta altura tengo poco que temer, mucho que ganar y poco, muy poco ya, por lo que tener miedo. – lo miro a los ojos, y al sonreír, todas las arrugas de la mujer se acentuaron, haciendo de su cara casi un mapa apergaminado y avejentado. - Muy malo ha de ser en su trabajo, si quiere lastimar su orgullo ejerciendo su tacto. Pensé que entraba en la categoría de profesional. Quizás me haya equivocado. Y sin embargo, tiene razón en algo. Aquí puede que lo desmiembren por simple gusto. Por lo que yo pensaría muy veces en llamar demasiado la atención. Usted sabe… el clavo que sobresale es el primero en recibir el martillazo.-
Respiro hondo y volvió a tomar su te, el cual no tenía nada e hizo un gesto de disgusto.
- Sin embargo, tal vez me haya mal pronunciado. Yo ya ofrecí lo que puedo ofreceros. Como habéis dicho, un mapa. Cien monedas de oro para sobornos, turnos de guardia, quienes son más probables de ser sobornados, así como también, distraer al Duque en ciertas actividades, haciendo que otros sean más elegibles de llamar su atención que ustedes. Todo eso que prometí, estoy dispuesto a ofrecerlo y entregarlo, pero solo cuando acepte MI oferta, Joven. Tal vez no fui clara. “Esta puede ser una empresa interesante” no es “Acepto participar de la Empresa” Sois vos el que os engañáis a vos mismo pensando que yo tenía algo más que agregar. Eso es lo que tengo para ofrecer. Hacer mas implicaría hacer todo el trabajo y quedarme toda la recompensa. Entonces, para que os necesitaría. No, eso es todo, y creo que más que suficiente. ¿Acaso pensaba que iba a dároslo, sin una clara aceptación? -
Rio apenas, pero fue una toz seca. Suspiro, observando a los tres involucrados directos. Berinian, Marna y Uric.
- Solo escuche de usted, condicionales, nada definitivo y lamentablemente, nuestra palabra nos ata. El tiempo nos juega en contra queridos. Quiero vuestras respuestas, necesito un si, o un no. No divaguéis, si sois tan amables.-

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31/01/2018, 18:03
Berinian Kanan

Las evidentes comentarios cambiantes en la anciana le hicieron pensar si, dada su edad, comenzaba a tener trastornos seniles o por el contrario era mucho más de lo que aparentaba. O tal vez mucho menos.

La enfermiza necesidad de la mujer de necesitar un <<sí>> rotundo a su proposición y no otras palabras similares y parecidas que a la postre conllevaban lo mismo hicieron pensar a Berinian si detrás de todo aquello había algo más. Tal vez algo... ritual o ceremonial, para necesitar esa palabra y no otras, que igualmente iniciarían con ese periplo.

¿Me estoy casando y necesita un <<si, quiero>>?, se preguntó entre divertido y estupefacto. Echó un vistazo en la mesilla junto a la anciana, en busca de un documento o contrato. En busca de una pluma y un tintero. Solo encontró la tetera de té, platillos y tazas. Nada que firmar y que atase de manera vinculante, tal y como buscaba.

Gran notaria y horrible negociadora, fue su impresión. Berinian tuvo que hacer un ejercicio de serenidad para no enfurecerse tras las diatribas de la mujer. Devolvió cierta sonrisa a sus labios y tomó la palabra.

- Debo admitir que me desconcierta, dama Harper - comenzó con un tono neutro -. La juzgué mal. Cuando se presentó exhibiendo sus riquezas y haciendo alarde de su posición de experimentada comerciante, yo la creí - admitió asintiendo con la cabeza -. Pero un buen mercader no insulta otro, y menos en su especialidad, en mitad de una negociación donde tiene TANTO que ganar. Y que perder. A no ser que sea un pésima comerciante y sus riquezas exhibidas se deban a muchas cosas... excepto al comercio - lo dijo con el mismo tono de voz, imperturbable -. Debo admitir que muestra mucha soltura a la hora de criticar sobre cómo deben hacer su trabajo los demás y por ello también debo admitir que no me la hacía tratante y entrenadora de esclavos. Aunque con su dilatada vida todo es posible - reconoció alargando la mano que sujetaba la sedosa cabellera de la esclava y ofreciéndosela a la anciana.

- Tome, cójala si está tan convencida de que lo hará mejor que yo - dijo mirándola fríamente, ofreciéndole el largo y hermoso cabello platino, como quien pasa la correa de un perro a otro -. Tiene guasa hablar sobre clavos que sobresalen. Me pregunto que asomaría más: un correctivo a una esclava por comportamiento inapropiado o una proposición para adquirir bienes ajenos - comentó con sarcasmo.

- Y no. Usted se pronunció perfectamente. Lo que ocurre es que tiene el don de dar ideas equivocadas. Me recuerda a esos comerciantes de los puertos que proclaman su mercadería y cuando se está pasando de largo, de pronto añaden algo adicional y sugerente que capta la atención del andante. Esos que, una vez estás terminando de negociar, repentinamente, no recuerdan para nada esas sugerencias adicionales. Solo interesantes palabras en forma de cebo para atraer - afirmó criticando con dureza a la mujer.

- Se ha jactado de decir que nos conoce. Y si eso fuese cierto sabría que, en mi caso, soy un hombre que cuando una empresa es interesante y ofrece visos de éxito, se implica. Si no tuviera interés alguno mi negativa se traduciría en un abandono del lugar... pero aquí sigo - le espetó con dureza -. ¿Tan extraño le parece que un comerciante se interese e insista por los avales antes de arriesgarse a una aventura que le puede costar la vida y antes de dar el sí definitivo? A no ser que, de comercio, no se entienda demasiado - atacó hasta el entonces comedido y educado Berinian -. Creí que venía a negociar, Dama Harper. No a imponer. Pero admito que es su empresa y es libre de marcar sus condiciones - señaló asintiendo -. Además me pregunto, si como bien afirma, que darnos más información implicaría poder hacer el trabajo vos misma... ¿Qué hace aquí hablándonos? ¿Para qué nos necesita ? Ya debería tener el elixir en sus manos - dijo con ironía, encogiéndose de hombros.

- Por otro lado permítame contradecirle. Las palabras solo atan para aquellos QUE TIENEN PALABRA. Para los demás, se las lleva el viento. Por ello si tenéis un miedo e inseguridad compulsivas de que no cumpliremos si no le damos un "SI" exclusivo... aunque se lo demos le aconsejaría que siguiera temiendo. ¿No ha oído nunca el concepto de... como se decía... ah, sí, MENTIR? - preguntó con una sonrisa sardónica.

Le dirigió una mirada y sonrisa aviesas a la anciana y añadió una cosa más.

- - concluyó con tono casi burlesco que podría interpretarse como que aceptaba como que lo fingía con descaro.

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01/02/2018, 18:13
Sheena

La reacción de Marna no me tomo por sorpresa, pero si la del hombre que me tomó del cabello. No me resistí y me dejé doblar y arrodillar. Al final quedé en el suelo arrodillada. Por costumbre separé mis piernas, bajando la altura de mi cuerpo y haciendo que mi trasero resalte más, quedando más hacia atras. Noté como me miraba y tomaba mi barbilla, como luego se deleitaba con mis pechos. Se notaba ya claro bajo el vestido que mis pezones se habían puesto duros y yo no hacía nada por ocultarlos. Todos sabían que estaba excitada.

Me quedé en el suelo, arrodillada, observando y levantando la cabeza para mirar aquél hombre, también su entrepierna para intentar saber si lo había excitado.

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01/02/2018, 20:14
Marna Berenna

Entre que el intercambio de palabras y poderío se sucedía frente a ella, solo atinó a echarle una mirada curiosa a la esclava, no por lo que le sucedía, por su reacción, la forma de su comportamiento le intrigaba, incluso más que cualquier charlatanería que tuviera Berinian con su exagerada forma de hablar. Tal vez por dónde había crecido, tal vez por lo que había perdido, pero entre la tripulación siempre había sido la más callada, al menos en principio, tardó cinco meses en pronunciar la primera palabra, y ocho en maldecir por primera vez en su infancia. 

- "La carreta más vacía es la que más resuena en un camino de tierra." - recordó internamente aquél viejo dicho de Hannibal. Fue la primera persona a quien maldijo, fue un creciente orgullo y un merecido castigo lo ganado por ello. Sonrió de medio lado, por el recuerdo, sin dejar de mirar a aquella esclava a quien habían hincado en el suelo. 

Al escuchar que aquella interminable, vacía, y aburrida charla llegaba a su fin, volvió su mirar ámbar hacía la anciana, pero antes de poder responder aquel insoportable loro parlanchin, aquella "carreta" de brillantes colores que producía tal irritante sonido tan lleno de nada, comenzó a resonar tal cual había hecho en casi toda la charla. Solamente cuando este finalizó pudo comprobar que las miradas estaban en ella, esperando su respuesta. 

Con aquel frío semblante, acompañada de aquella cansina mirada de aburrimiento, enarcó una ceja sin dejar de mirar a Harper y sonrió amable. 

- Os he respondido, incluso antes de hecha la pregunta... - dijo con su fría voz acompañada de una bella pequeña sonrisa, su mirada cambió a una serena, pero no pudo ocultar aquel vívido brillo de excitación por la venidera aventura. - ... 'lo mio es el mar, pero en lo que pueda serle útil...' - repitió aquella frase antes dicha. - Pero si requerís mi concreta respuesta, si, cuente conmigo Dama Harper. - finalizó con un ligero asentimiento de cabeza sin quitar su mirada.

Notas de juego

"..." PALABRAS.

"..." PENSAMIENTOS.

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01/02/2018, 21:11
Uric

Uric dejo la gema en su lugar, y escucho todo lo que habían dicho, en silencio.
- Pues yo no pienso participar de esta situación. Me parece desagradable y por debajo de mis intereses aquí. Ademas, no me interesa enojar al Duque que nada me ha hecho. Que tengan buenas tardes, gracias por nada.-
Le dedico una ultima y enigmatica mirada a la esclava, y salió de allí.

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01/02/2018, 21:29
Dama Harper

La Comerciante meneo la cabeza con el gesto de retirada de Uric.
- Lo cierto es que usted no defrauda, Señor Kanan. Es todo lo que esperaba de lo que han dicho de vos.- Sirvió de la tetera recién cuando el otro comerciante se había ido. – Tal vez se preocupen de que vaya a hablar. Yo no creo que haya motivos de importancia.
Termino de servir no una, si no tres tazas, y luego abrió uno de sus muchos anillos, y sirvió una pequeña cantidad de polvo en las tres tazas, repartidas equitativamente.
- Me encanta poder contar con ustedes, y su aceptación, implícita y verbal. Deben saber que todo lo que he dicho es cierto, pero que una dama también debe callarse ciertas cosas para su propia conveniencia. Por supuesto, podría hacer esto en privado, pero lo hago para demostrarles que no tienen nada que temer. Elijan una. – le pidió a Marna. Esta eligió una. Y Harper bebió de la elegida.
- Berinian, Querido, os recomiendo por vuestro bien, y el de la empresa que bebáis. – Le guiño un ojo.- Considérelo una salvaguarda. -
Luego se giro a la esclava, dispuesta a tener sexo con cualquiera, incluso con un candelabro, en cualquier momento. Con la taza restante
- Querida. Conozco muy bien a Yves. Sé que envió esas grandes y pesadas tetas que tienes a distraerlos y a espiarme. Créeme, lo entiendo, yo era hermosa a tu edad y no el despojo que soy ahora. Sin embargo, también sabía que alguno de los hombres presentes te manosearía a gusto, sobre todo si le llevaba la contraria y ahora lo mismo que corre por las venas de ellos, corre por las tuyas. Se necesitan más de una dosis de antídoto, mi salvaguardia, si quieres llamarlo asi. Si nos traicionas, morirás de forma horrible. Si por el contrario, decides callar y guardar nuestro bonito secreto, tal vez pueda brindarte una salida en el momento adecuado, si muero, nunca obtendrás la cura. Tu decisión.
Se dirigió a los presentes.- Estense lejos de Uric, asi ninguna culpa sobrecae en ustedes. Por supuesto, dañar a la esclava aquí presente solo llamara la atención sobre nosotros, asi que considero que todos podríamos beneficiarnos, si colaboramos entre nosotros.-
Se levanto con dificultad – Y tu querida, fuiste prudente de no tocarla dijo dirigiéndose a Marna. – Si no les parece mal, yo diría de encontrarnos a la noche en mis habitaciones, allí llevare lo prometido.

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02/02/2018, 12:14
Berinian Kanan

Berinian observó cómo Uric abandonaba la estancia y cómo la dama Harper suavizaba las palabras para evitar el conflicto, tras haber herido el orgullo del marino. Era esta una persona lenta en la ira y fácil de aplacar, aunque con ciertos puntos sensibles que no dejaba pasar ni callaba.

Supo que Marna seguía viva gracias a que emitió unos monosílabos, de lo contrario podía haber sido confundida con una bella estatua decorativa.

Bueno, al menos demuestra prudencia, pensó.

El ofrecimiento de la taza no le hizo ninguna gracia, no sabiendo qué podía contener. Pero el guiño de la mujer y sus palabras le hicieron, de alguna manera, confiar. Sí. De no haberlo hecho hace tiempo que se hubiera marchado. Y bebió.

Luego, tratando de entender las palabras de la anciana, se quedó estupefacto.

- ¿La esclava ha sido impregnada con veneno de contacto, acaso? - preguntó incrédulo mientras aun sostenía su cabello, forzando a la joven a seguir siendo una perra dócil. Echó un vistazo a la esclava, como si una inspección a fondo revelaría donde escondía el supuesto veneno y lo que encontró, aparte de una belleza sobresaliente, fue lo intoxicada que estaba por los deseos de tener sexo, feliz de ser humillada y tratada como un animal, mostrando sus espectaculares encantos con la esperanza que la follaran o forzaran. Lo mismo daba.

Tuvo la impresión que la chica, bien cuidada, pudo pertenecer a una familia de bien que, de alguna manera, pudo sucumbir a la lujuria y al placer, entregándose a sí misma y renunciando a su libertad para convertirse en una esclava sexual y así poder disfrutar de lujuria y sexo incesantemente mientras la usaban. Berinian había conocido algunas mujeres así, principalmente esclavas nóveles que, durante su entrenamiento, se derrumbaban mentalmente, "rompiéndose" y deseando todo tipo de actos sexuales en todo momento.

El esclavista no pudo dejar de sentir cierta excitación por la muchacha, que se insinuaba descaradamente. Pero su experiencia entrenando jóvenes como aquella y el que su virilidad había sido utilizada intensamente una hora atrás, hicieron que el hombre no sucumbiera a la tentación de llevársela a su habitación, subirla a una mesa y empotrarla.

Tras escuchar las palabras que Harper dirigía a la esclava conminándola a callar o morir envenenada, el comerciante frunció el ceño y sus labios dibujaron una sonrisa aviesa, mientras su mente comenzó a pergeñar cierta idea.

- A la noche en vuestras habitaciones, o lo que es lo mismo, en breve - dijo el hombre haciendo un gesto con su barbilla hacia la ventana de la biblioteca que mostraba la llegada del anochecer. Después volvió a mirar a la esclava sexual.

- Tal vez pueda sernos de utilidad - dijo con tono macilento, mientras se puso de cuclillas y miró fijamente a los ojos oceánicos de la muchacha -. Dime, esclava, ¿A quien estás dispuesta a servir? - preguntó lentamente de manera sugerente.

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02/02/2018, 17:05
Marna Berenna

- Jeh. - resopló con cierta ironía y diversión, por una vez su fingida cautela le había salvado el pellejo, la realidad era que si no hubiera estado fingiendo ser una recatada comerciante habría sido la primera en sopesar su valor y embelesarse por su brillo. Pero estaba le hecho que Harper le inspiraba mas admiración que confianza. Si decía conocerla a ella, a su vida en el mar, ¿conocería a Hannibal?. Y si asi fuera, ese hecho, ¿era bueno o malo?.

Toda aquella pantomima con las tazas, el té, y el discurso tuvo sentido para Marna en cuanto se hizo saber lo del veneno. Por un acto de reflejo se alejó tanto de Berenian como de la esclava, no dudaba que el hombre podía ser tan astuto como cizañero, y nada le daba salvaguarda de que no intentaría también tocarla para compartir el hecho de su estupidez y su consecuencias. 

En cuanto la vieja comerciante se dispuso a ponerse de pie, la capitana, tal vez por algún instinto que le despertaba una mujer adulta en reemplazo de su muerta madre, tomó dos servilletas de tela de la mesa, cubriendo sus manos con ella, se dispuso a ayudarla cuidando que ninguna parte de su piel estuviera expuesto. Pero sumamente atenta a quienes se encontraba a su alrededor, y atenta a si Harper intentaba tocarle el rostro.

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05/02/2018, 23:05
Sheena

Observé presa de una cierta excitación como hablaban de mi como si allí no estuviera. Era una esclava y aquello quizás no debería importarme, sin embargo ser tomada en cuenta aunque sea sólo como un simple objeto, una potencial amenaza o lo que sea, me gustaba. Dudé de las palabras de la mujer, no creía realmente lo que decía sobre el veneno o al menos no quería creerlo. Observé como me hablaban y tardé en responder como si estuviera atontada. La pregunta me descolocó, reflexioné un segundo. 

-Estoy dispuesta a servir a cualquiera, a quien sea- dije dejando que mis labios pronunciaran esas palabras con la humedad que traía haber estado produciendo saliva por una excitación lenta y constante. No sabía a dónde me llevaba la pregunta, sólo quería que me lleve a un lugar.

 

 

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06/02/2018, 23:08
Berinian Kanan
Sólo para el director

Notas de juego

- ¿La esclava ha sido impregnada con veneno de contacto, acaso?

Esperando esta respuesta.

Berinian cree que la esclava puede utilizarse para el plan que pretender urdir.

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07/02/2018, 01:28
Director

Notas de juego

En teoria si, y por nadie menos que tu mismo, xD. Pero me parece que ella no leyo nada de lo que yo escribí.

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07/02/2018, 12:41
Berinian Kanan

Berinian dedicó una sonrisa aviesa a la joven esclava y asintió.

- Esa puede ser una buena respuesta - aceptó reincorporándose y acariciando su cabeza, como si fuera una buena perrita. Miró a las otras dos mujeres, ya preparadas para abandonar el lugar.

- Disculpe, dama Harper. Un par de preguntas más - le pidió educadamente -. ¿Quien es esa tal Yves? - dijo en referencia a la esclava -. Y por otro lado, si había sido asignada a Uric y ahora no está ¿Quien se encarga de ella?

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11/02/2018, 05:06
Director

La respuesta llego de inmediato.

- Yves Yannur es el Señor del castillo Brisa de Zafiro, Duque del territorio oeste de Meridian, y nuestro amable anfitrión, tiene una lengua de miel, y veneno de escorpión en su lengua. Probablemente ella sea una espía, y no me interesa que muera, porque dos muertes las vincularían con nosotros. Así que seré yo quien me ocupe de ella.

La esclava hizo un mohín al escuchar ello, pero la anciana toco tres veces con una campañilla, e ingresaron tres hombres con aspecto de brutos, aun así, saludaron a los comerciantes de forma amable con sendas inclinaciones de cabeza.

- Quizás mañana u otro día podrán continuar con la “conversación”, ahora seré yo quien hable y me asegure que entienda correctamente la situación en la que se encuentra. –

Notas de juego

Corto un poco bruscamente esta situación, porque he tenido bajas con los jugadores, y considero que más de diez días sin postear, es una falta de respeto hacia mí y a hacia ustedes mismos. Uric me adeudaba tres post y se molesto porque le escribi para que posteara. Sheena además de haber desaparecido anteriormente y suplicarme volver, no se molesta en meterse en la trama, como se puede ver en el ultimo post, si no que solo desea hacer post de sexo sin sentido. No es esta la clase de partida adecuada para ello. ( no digo que no los haya, si no que deben tener un propósito) asi que les pido disculpas por el cierre abrupto de la escena, pero la saco de juego hasta que encuentre más jugadores.

En unos días abriré la parte noche, y ustedes podrán jugar la parte que compete a las habitaciones de la Señora Harper.

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11/02/2018, 17:23
Berinian Kanan

Berinian arqueó una ceja de esa manera tan característica en él cuando algo le sorprendía o divertía.

- Vaya, he quedado un poco necio al demostrar que desconocía el nombre de nuestro anfitrión. Vine aquí de oídas, a prisa, y solo sabía sobre el señor del lugar por los sobrenombre del Duque de Brisa o Duque Yannur - admitió -. Así que Yves... - asintió con la cabeza entre divertido y desconcertado.

¿Yves no es nombre de mujer?, se preguntó.

Asintió cuando la anciana afirmó que ella se haría cargo de la esclava. No le hubiera importado llevársela él, pues sabía cómo tratarla y de paso concienciarle sobre la utilidad que podía llegar a tener, mientras la vigilaba. Pero si la dama Harper tenía totalmente claro qué hacer con ella, él no sería quien se lo impediría.

Vuestra es - dijo mientras le entregó el hermoso y sedoso cabello platino de la esclava que aun mantenía agarrado, aunque sin ejercer rudeza, como si fuera la correa de un perro.

En una hora en vuestra habitación - afirmó el marino momentos antes que la anciana tocara una campanilla y aparecieran tres guardias. El comerciante se puso mentalmente en guardia ante la presencia de los tipos, pero observó cómo parecían tranquilos y no agresivos. Les devolvió el saludo y se despidió.

Dama Harper, Capitana Berenna, con vuestro permiso - se despidió agarrando con el pulgar e índice el ala de su sombrero e inclinándolo levemente, antes de abandonar el lugar.