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Crónicas del Fin I: Camino Sin Retorno

Capítulo I: Hacia el Norte

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23/09/2018, 20:41
Rey Penda

Los tres enanos siguieron al edecán y sus guardias rumbo al torreón principal. Pasaron por debajo de una vigilada torre de guardia, y subieron las escaleras de madera construidas en la propia colina, hasta llegar a la cima de la última elevación, la más alta, y donde se encontraba el hogar del rey Penda.

El torreón del homenaje era una construcción circular, grande y elevada, pero que seguía palideciendo en comparación con las edificaciones sureñas. Tenía tres plantas, sin contar la parte superior, por la que se paseaban algunos arqueros que podían divisarse entre los huecos de las almenas. Dos lanceros dejaron sus armas a un lado para empujar el portón de gruesa madera que les daría paso al interior. Entraron a un pasillo sin ventanas y que daba a otra puerta, cerrada en aquél momento. El techo estaba lleno de matacanes, desde donde los defensores podían lanzar tranquilamente lo que quisieran a cualquier atacante lo bastante desafortunado como para quedar atrapado en el pasillo. Un sistema de defensa sencillo, pero efectivo.

Siguiendo al edecán, entraron en la sala del trono. A pesar del nombre, tenía bastante poco de regio. La sala era grande, dividida en tres alas separadas por pilares de madera intercalados, con la central siendo el triple de ancha que las de los laterales. En estas se podía ver a sirvientes trabajando y varias puertas que llevaban a otras estancias. Fronar caminó hasta el centro de la sala, y se apartó a un lado, apoyándose en uno de los pilares. Más guardias, estos llevando hachas en vez de lanzas, vigilaban sus movimientos.

Al final del ala central, sobre una pequeña tarima de madera, estaba el rey Penda, sentado en su trono, una silla de alto respaldo hecha de madera. Una piel de oso estaba extendida en su totalidad bajo el asiento, desparramándose por los dos escalones que elevaban al rey sobre el resto. Dos perros de caza estaban tumbados a sus pies, despiertos pero inmóviles.

 - ¿Y bien? - preguntó el rey en cuanto estuvieron cerca - ¿Qué trae a un grupo de enanos a mis puertas? ¿Sois mercenarios? - Thorskar le hizo un gesto con la mano a Thánur, para indicarle que hablara el primero.

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23/09/2018, 21:00
La Bestia

Hambre. Hambre. Hambre.

Aquello era todo cuanto había en su mente. El Hambre que lo atenazaba, que lo hacía sufrir una eterna agonía y que guíaba su vida. El Hambre que, cuando era saciada, lo llenaba de un indescriptible éxtasis. Cuanto había podido disfrutar durante su viaje hacia allí, cuantos viajeros habían montado su campamento despreocupadamente mientras bebían, reían y contaban historias. Que placer había sentido al escuchar sus gritos de horror cuando el fuego de su hoguera revelaba su figura al salir del bosque.

En aquella tierra, con tanto bosque, estaría a salvo de los cazadores. Allí podría saciar el Hambre cuanto quisiera. Los bosques eran su reino, nunca se le había escapado una presa en uno. Y ahora mismo, notaba la presencia de más. Los había olido y los había escuchando en la distancia. Presas. Presas nuevas. Podía sentir su sangre caliente bombear dentro de sus frágiles cuerpos. Tardó apenas dos segundos en saber en que dirección se allaban, y empezó a correr.

Estaban en un claro, rodeados de varias estructuras, de esas que levantaban en los lugares donde se reunían las presas, pero rotas. En su día debían de haber habido muchos a los que cazar, pero ahora solo había tres. Una lástima, pero sería suficiente para saciar el Hambre durante un tiempo.

Salió a la luz. Se los quedó mirando, saboreando ya el desgarrar de la carne y el correr de la sangre por su garganta. Una elfa-presa y dos humanos-presa, uno adulto y una niña. Su rostro lobuno se torció en una terrible mueca que pretendía imitar una sonrisa. Los niños eran los mejores. Tan tiernos. Ver el horror reflejado en los ojos de sus presas antes de la dentellada final saciaba tanto el Hambre como la carne que devoraba después.

Sorprendentemente, no parecían tenerle miedo, ni trataron de huir. Simplemente se quedaron allí de pie. La elfa-presa le dijo algo, pero hacía ya mucho tiempo que había olvidado las lenguas de las razas pensantes. En él ya solo quedaba la Bestia. Y el Hambre.

Empezó a avanzar hacia ellos, con movimientos lentos. Los ilusos no le atacaban, ni huían. Ninguna de las dos serviría de ambas, pero al menos le darían emoción. De repente, de detuvo, paralizado. Podía olerlo. Aquél hedor nauseabundo que sus amos le habían enseñado a identificar. La elfa-presa apestaba a magia. Gruñó, de repente lleno una rabia antinatural, una rabia que le había sido insertada y que estimulaba aún más el Hambre. Se olvidó por completo de las otras presas. Cambió el peso de su cuerpo a las patas traseras, y saltó.

Aquella rabia le daba más fuerza, más ganas de matar, pero también lo volvía menos preciso. El salto fue demasiado potente y pasó por encima de la elfa-presa, estrellándose contra la tierra unos metros por detrás de ella. Se clavó algo punzante de los objetos que había por el suelo, pero no lo sintió. Calculando mejor, volvió a coger impuslo y a lanzarse contra la elfa-presa, con las garras extendidas y la muerte en la feroz mirada.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Pero que puta mierda de tirada por dios xDDD

Menos mal que son dos ataques jojojo Ignórese la segunda tirada

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24/09/2018, 01:25
[Muerta] Syndra
- Tiradas (1)

Notas de juego

Robar vitalidad (Desgaste Alto)

El objetivo siente que las fuerzas lo abandonan, +3 de dificultad a todas sus acciones físicas, se reduce el nivel de desgaste de Robar Alma en este objetivo en dos niveles.

Lo pongo en oculto por obvias razones =P Ahora termino el post.

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24/09/2018, 01:30
[Muerta] Syndra

Al escuchar la exclamación de miedo de la mediana, la sombría suspiró como si fuera bastante obvio lo que intentaba hacer. - En primer lugar, ver si es capaz de razonar y evitar un conflicto innecesario, mi querida Ussia. Dudo mucho que podamos ganarle en distancia a algo así. - Le susurró para que, si la criatura podía comprender su lengua, que no pudiera oír el hecho de que no deseaba pelear con ella en lo posible, ya que no sabía cuán bien sería su posibilidad de victoria contra algo así. - Olvídate de escapar, esa cosa parece muy veloz. - Le aclaró en aquel tono frío, que denotaba que tendrían que recurrir a la diplomacia o simplemente intentar matar a la despreciable criatura. Huir no serviría de nada, o al menos eso era lo que ella pensaba. Sabía que había sido una mala idea acompañar al humano a ese maldito lugar en medio de la nada. Tendría que haber seguido su camino a Odrin, por su cuenta. Si no fuera porque le agradaba la mercader, no le hubiera importado demasiado que ésta hubiera mantenido una promesa.

Parecía que el "curandero" tenía la misma mentalidad que ella, si bien eso no hacía más que ponerla de peor humor, ante el hecho de saber que se había metido en una posible trampa fatal. Había sido una idiota, su maestra siempre le había advertido respecto a seguir a otros que no fueran ella, sobre la estupidez de algunos, sus moralidades tan patéticas que no hacían más que meterles en problemas. Su mirada continuó en la abominación frente a ellos, no parecía que quisiera dialogar, ni tampoco que fuera capaz de hacerlo. Parecía hambrienta, y dudaba que comiera hierbas o frutos del bosque... alguien con esos colmillos, y tan semejante a un lobo, no podría comer otra cosa más que carne, y no creía que hiciera mucha diferencia entre seres civilizados o animales. Estaban metidos en un gran aprieto.

- ¿Ves por qué no debes seguir a un humano a su hogar en medio de un bosque, mi querida Ussia? Las promesas deben ser hechas luego de pensarlo lo suficiente. Deberíamos haber marchado directamente a Odrin. - Explicó bastante mosqueada ante aquella situación, sus ojos aún fijos en el ser que parecía haber visto, o más bien olido, algo que no le agradó demasiado. Hubo una especie de cambio de actitud en la abominación, como si hubiera podido sentir algo desagradable, algo que le irritó demasiado mientras se había estado acercando lentamente hacia ellos. Los ojos de la criatura parecían haberse centrado en ella, algo que despertó un escalofrío en la sombría. Por alguna razón, era como si la odiara por algo y aquello no hizo más que alertar a la sombría, quien llegó a la conclusión de que aquel ser no quería nada bueno con ellos, al menos no cuando se desplazó con rapidez hacia ella invadido por la ira. Por suerte para Syndra, la criatura se impulsó demasiado, fallando su ataque, algo que no hizo más que crear una sonrisa de complacencia en la hechicera.

- Ahora me toca a mí, perrito. - Expresó con cierta maldad en su voz, al mismo tiempo que concentraba su poder en un poderoso hechizo, uno que le permitiera poner la balanza de su lado, complicarle la vida a la criatura, lo suficiente para que ésta no tuviera muchas posibilidades para su siguiente hechizo. Lo tenía merecido por meterse con ella. Nadie amenazaba su vida, al menos no si podía evitarlo, y el ser había cometido un grave error al fallar aquel ataque. Entonces comenzó a sentir la energía que fluía por el cuerpo del ser, dejando en claro que parecía haber encontrado la conexión que deseaba, antes de arrebatarle lo que le daba moción, lo que le daba fuerzas. Sabía que había encontrado su objetivo, y no dudó mucho en tomarlo como la depredadora que era. El cazador se había equivocado de presa.

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24/09/2018, 12:35
[Muerto] Wülf Audersner

Cuando salgamos de esto tengo varias cosas que decir... - No le parecía que aquella criatura se limitase a merodear por las inmediaciones del poblado. Quizá el haber ido simplemente fue una forma de adelantar el suceso, pero seguramente acabarían por toparse con ella tarde o temprano. Además, aunque la elfa parecía reacia a verlo, allí había ocurrido algo que debería interesarle o, en la medida de lo posible, afectarle. Era obvio que los hechiceros, incluso algo relacionado con la magitocracia, estaba sucediendo. Y si su teoría era cierta, Syndra acabaría viéndose envuelta en algún momento. Desconocía las capacidades de aquellos que usan magia, ni sus limitaciones, pero por todos era sabida la capacidad destructiva que poseían y que el mal uso conllevaba a unas catastróficas consecuencias. Quizá erraba en su pensamiento, quizá, tampoco le daba mucha importancia. Ella es quien debe decidir hasta qué punto se involucra, o si no lo hace. Sabía que había algo más grande detrás, y el curandero era movido por simple curiosidad. La muerte no le era ajena, tampoco le asustaba. Era un hecho que se mantendría impasible ahí, y llegaría en algún punto. Si era intentando averiguar qué sucedió, o atacado por una bestia, no importaba. Nada lo hacía, a fin de cuentas.

Wülf se alejó un poco de la bestia cuando atacó a la hechicera y en un rápido movimiento dejó caer todo su equipaje al suelo para liberarse, desenfundando sus dos dagas posteriormente. No pudo evitar mostrar, ahora en combate, una expresión fría y carente de emoción que anteriormente no había enseñado. Una que distaba de todo lo que había intentado aparentar. - Mira que hoy no me apetecía luchar... - Dijo como si la situación le aborreciese, como si no fuese peligrosa. Hecho ya a esa sensación de adrenalina que recorría su cuerpo, manteniendo a raya los impulsos que esta le incitaba a hacer, observó el torso del rival. Era enorme, y no sabía muy bien por dónde empezar, pero todos eran débiles ante una puñalada... Y más si tus dagas tienen dientes para desgarrar la carne. Mordió su labio inferior, no sabía qué iba a hacer la mujer, y aquella incógnita era desquiciadora.

Antes de que fuese a hacer un hechizo, Wülf intentaría aprovechar que la bestia parecía ignorarles en su afán por atacar a la hechicera para clavar su daga en alguna parte del torso, en la que pudiese, yendo lo más rápido que le fuera posible. Preferentemente en la espalda, pero de no poder iría a por el hombro o la pierna para dificultad su movilidad. El plan, una vez hecho, sería aprovechar la carrera para distanciarse del posible ataque de la elfa y así estar a salvo.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Técnicamente podría clavarla en la espalda, no sé cómo afecta la pifia, pero... Además, si ataca a Syndra, la bestia no estaría exactamente de frente, estaría con una inclinación hacia nosotros. Pongamos que la bestia está en frente a la derecha, si Wülf va corriendo con la daga agarrada como en la imagen, si va corriendo podría apuñalar al pasar por su lado. En teoría, quiere hacer eso. Como no sé qué tirada tengo que hacer todavía, dejo el post así y que El Master Todopoderoso me diga. x'D

No sé cómo va el tema de las acciones, pero es un ataque. Sería ir corriendo, apuñalar rápido sin perder la velocidad y alejarse un poco. Si son más acciones de las debidas, lo edito, por ahora me parece coherente. ^^U

GM: Nah, puedes hacer todo eso perfectamente con una sola acción, tira los dados y reza por que no te pase como a la bestia xD

Edit: He tirado pero me olvidé de desglosar. Bravo.

Edit 2: Volví a tirar para desglosar y mejoró la tirada. xD

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24/09/2018, 14:47
Yriel Alessar

No era muy buena señal que los gorriones abandonaran el lugar de aquella manera, con unas ganas contenidas de usar las armas contra el Rey. Y ellos sin poder saber lo que aconteció allí dentro, mas no era difícil imaginar que habían discutido sobre dinero. Era posible que Cregan no dispusiera de tanto como Logan había creído que merecían. Así que sus acompañantes se ausentaron sin llegar apenas a mirarles, sabiendo que tendrían que marchar a otro de los reinos en busca de un contrato.

Al entrar en la sala, sucedía que apenas habían tenido tiempo para planificar, de manera que las preguntas del Rey no por sencillas dejaban de ser complicadas. Yriel hizo una reverencia ejemplar al menos a la manera viavenesa. Observó después a Cregan con calma.

- Somos los Cazadores Grises, y aspiramos a estar a su servicio, Su Majestad.

Hubo de inventar el nombre sobre la marcha. Basarlo en la idea de unos cazadores le pareció lo más adecuado teniendo en cuenta el aspecto general del grupo que semejaba experto en sobrevivir.

- Traemos una propuesta que nos gustaría escuchara. Algo que puede obrar un grupo pequeño para proporcionarle una ventaja en la guerra.

Dado el estado de ánimo del monarca, lo mejor sería primero llamar su atención. Si podían facilitar que se olvidara del encontronazo ocurrido justo antes. Conseguir una ventaja era algo un poco difuso, pero la intención estaría clara y sería espiar o incluso matar a alguien cercano a Odrin, previsiblemente la bruja del sur.

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24/09/2018, 16:42
Erin
Sólo para el director

Erin observó a su alrededor con atención... ¿Había alguien con el Talento en aquella sala?  Por supuesto, ella intentaría ocultar su condición, lanzando el hechizo con un desgaste Moderado.

- Tiradas (1)
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24/09/2018, 20:07
[Muerto] Erizo

Mientras esperaban que los guardias del Salón les permitieran pasar, la inquietud comenzó a adueñarse de Erizo. Paseaba de un lado al otro del patio, con una mano acariciando distraídamente la empuñadura del cuchillo que asomaba bajo la ajada capa, lo cual ponía especialmente nerviosos a los guardias.

—Ahora vamos a entrar al maldito salón del trono —escupió mientras les hablaba a sus compañeros —. A partir de ese momento, seremos mercenarios, hijos de puta desesperados que matan y mueren por dinero. No les voy a preguntar que mierda los trajo a pararse frente a esta puerta, sería la peor falta de educación posible, "el mercenario no pregunta por el pasado ni piensa en el futuro" solía decir el viejo Stolo mientras alistaba desgraciados para la Honrosa Hermandad. Sin embargo, les voy a decir lo que me hubiera gustado que algún hijo de puta me dijese antes de estampar mi marca en el libro de Stolo Un-pulgar: el trabajo del mercenario es ingrato, promete oro y gloria, pero se lleva lo mejor de uno y deja cenizas y enemigos en su lugar. Ya es tarde para algunos, pero si son inteligentes, se retirarán antes que esta vida los consuma, y se irán a romperse la espalda en alguna granja mientras se llenan de hijos.

Se quedó en silencio un momento, antes de romper a reír.

—Ahora que pienso, si hubiese venido un viejo idiota y me hubiese largado toda esta mierda, le hubiese partido la cara.

En ese momento un guardia se adelantó y los llevó a la sala del trono, si es que aquella cabaña se podía llamar así. Los Gorriones habían salido momentos antes, y no precisamente de buen humor, por lo que Erizo no era muy optimista respecto a la reunión. Pero nada se pierde con probar.

—Hemos visto marchando por el camino a unos cantarines vestidos de rojo, majestad. Todo muy bélico, las gloriosas cargas y las brillantes armaduras, pero será otra guerra la que deberá pelear antes que esos muchachos mueran cantando en el campo de batalla. La guerra de las emboscadas y el asesinato, el sigilo y el espionaje, el sabotaje y el trabajo sucio. Para eso necesitará un grupo pequeño, capaz, y sobretodo escurridizo. Su Majestad, los Cazadores Grises somos ese grupo —declaró Erizo, secundando las palabras de Yriel.

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24/09/2018, 20:55
Ussia

La mediana soltó un bufido ante la respuesta "tranquila" de la elfa y las palabras del humano. 

- Bien, vale, soy la primera en querer dialogar antes de entrar en conflicto, por supuesto, pero siempre que parezca alguien capaz de vocalizar siquiera, o que no parezca tan hambriento, maldita sea. - respondió cada vez más nerviosa y con el tono cada vez más agudo, intentando mantenerlo bajo pero notándose cada vez más histérica. Se giró hacia Wülf, esta vez más molesta que nerviosa - ¡¿Y cómo que no nos asustemos?! No sé si te has dado cuenta pero esa cosa tiene una boca para comerse un bebé de un bocado y unas garras que bien podrían sacarme el desayuno de las tripas de un tajo. Pero bueno, es sólo una observación, un leve detalle... - la respuesta de Syndra no hizo más que ponerla de peor humor y tomó aire con fuerza un momento antes de responderle con una sonrisa tan amplia y falsa que era incluso peor que cualquier cara de odio que pudiese poner en aquella situación - Sí, Syndra. Ahora lo veo, Syndra. Estoy segurísima de que cualquiera podría deducir que este desvío por el bosque nos llevaría a una aldea vacía y saqueada y a encontrarnos con un lobo monstruoso, Syndra. Está claro que por eso precisamente acepté acompañar a Wülf, Syndra. ¡Oh!, ¿qué mejor forma de empezar un viaje que conociendo a la fauna local y sus hábitos alime...?

La retahíla exasperada de la mediana se vio interrumpida por el salto del lobo hacia ellos, cuando profirió un pequeño chillido, asustada. Aunque no parecía haber ido a por ella directamente, estaba demasiado cerca de Syndra y en cuanto la elfa cayera, tenía claro que Wülf no podría hacer mucho por protegerla, si es que lo hacía. Y Noche seguía sin ser una opción para escapar. 

Apretando los dientes y todavía maldiciendo su mal plan de viaje, apuntó con la ballesta al ser. Se detuvo un momento, sorprendida, al ver que el humano había decidido atacarle cuerpo a cuerpo, sin miedo alguno. "Si desde luego curandero no pareces, pero mientras nos ayudes, no me importa..." esta vez, Ussia esbozó una media sonrisa, mucho más sincera que antes, y finalmente disparó al monstruo. 

- Tiradas (1)
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24/09/2018, 21:01
[Muerta] Gwyl

Gwyl permaneció en silencio la mayor parte del trayecto. Entraron en la fortaleza y pronto se separaron de los gorriones a quienes despidió con una sonrisa. No dudaba que se volverían a ver. El norte era grande, pero tenía poca gente, al parecer. Pronto se vieron empujados en una situación extraña, ante la cual la mestiza no pudo más que alzar la ceja. Ahora eran un grupo de mercenarios, hermanos de armas que se conocían de toda una vida, y aunque la presentación de Erizo narrando sus hazaña casi le provocó un ataque de risas, mantuvo el tipo, sonriendo torcidamente con los brazos en jarras. Asesina personal al servicio de un emir... Ni siquiera sonaba tan mal. "Así que ahora eres mercenaria, maravilloso Gwyl, vas progresando. Ahora búscate un nombre vistoso, el azote del desierto o algo así"

Pronto los hicieron pasar y tras una espera tediosa e interminable donde el bueno de Erizo les habló sobre los sinsabores de su nuevo oficio, el rey de Cregan los hizo pasar. Los gorriones habían salido antes visiblemente enfadados.... Ante lo cual la muchacha arrugó la nariz. Algo le parecía extraño en toda la situación. Uno no se cabreaba así porque le ofrecieran menos dinero del estipulado, decía que no y ya está. Debía tratarse de algo más....

La sala del trono, como todo en aquellas tierras, era más bien una cabaña venida a más. Pero la mestiza lo prefería así. El norte, en cierta forma, era más honesto, y la ilusión del poder de la que hablaba Erizo antes, era aún más evidente. Las personas eran solo personas, y las casas solo casas, no había por qué adornarlas de más.

 

Erizo y Yriel hicieron las presentaciones. "Cazadores Grises" pensó la muchacha divertida "Precioso". Miró de reojo a Yriel y asintió levemente con la cabeza. No sabía si lo hacía por ella, pero desde luego, su idea de volverse espías favorecía enormemente a los intereses de la chica. Al fin y al cabo, su única razón para ir con Cregan, era que estos estaban contra Odrin, y si estaban contra Odrin.... Estaban contra esa persona.

Se inclinó ante el rey, de forma rápida, elástica y felina, haciendo, como Yriel, una perfecta reverencia (algo útil tenían que haber aportado sus primeros años de educación palaciega). Si el hombre era experimentado, notaría inmediatamente que tipo de habilidades tenía la muchacha.

No obstante, permaneció en silencio. Estaba de acuerdo con que Erizo, que tenía bastante experiencia e Yriel, que era de lo más diplomático, llevaran la voz cantante. Por lo que se limitó a permanecer detrás de sus "jefes" a la escucha. Eso si, mantuvo sus ojos en los ojos del rey sin desviarlos ni por un segundo.

No era una chiquilla, no era una piltrafa. Era una experimentada asesina y espía del Emir de Muqtar a quien ella misma había castrado.

Ellos tampoco eran un grupo dispar de viajeros que se conocían hacía poco y que nada sabían los unos de los otros. Eran los Cazadores Grises, una experimentada banda de carismáticos mercenarios expertos en el espionaje, la extorsión y otros trabajos sucios.

 

Y más valía que aquel rey le quedara claro.

 

 

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25/09/2018, 00:23
Erin

Esperando ante el Salón, Erin se arrebujó en su capote y se hizo a un lado, dejando espacio libre para que Erizo pudiera demostrar su nerviosismo paseando.

A cada ida y venida del enorme semiorco, la joven le seguía por la mirada, hasta posar sus ojos, alternativamente, sobre los dos guardias que le vigilaban con inquietud. Convencida de que los pobres soldados ni siquiera se habían fijado en ella, Erin se alegró de pasar desapercibida. Desde que inició su viaje, pasar inadvertida se había convertido en una bendición para ella.

La presentación ante el Edecán Graff había encantado a la chiquilla: ¡Erin Ojo de Halcón, nada menos!  Su abuela se hubiera reido mucho ante la ocurrencia del grandullón, sin duda. Desde luego, era buena tiradora, aunque eso Erizo realmente no lo supiera, al igual que ignoraba tantas otras cosas...  En cualquier caso, su confianza en ella reconfortó a Erin: - Erin Ojo de Halcón, de los Cazadores Grises... me gusta cómo suena.

Cuando Erizo por fin habló al grupo, la muchacha escuchó con atención.

¿Sería verdad lo que estaba diciendo? ¿Que nunca preguntaría por su pasado?  Erin empezaba a sentir que Erizo no la traicionaría, por lo que una declaración de intenciones en voz alta como aquella, para ella se convertía en una especie de juramento.

 - Una promesa es una forma de congelar la realidad con las palabras - decía Breann con su voz grave, vivo en su recuerdo, ambos sentados bajo el viejo roble - Las palabras tienen poder, Erika: pueden cambiar la realidad, o pueden hacer que la realidad no cambie. Nunca pronuncies palabras a la ligera, y jamás prometas nada que no vayas a cumplir, aunque la vida te vaya en ello.
 

Erin contempló a Erizo fijamente, como exigiéndole esa promesa: - Prométeme que nunca me preguntarás por qué estoy aquí - pensaba, con el corazón en un puño. Tenía ganas de llorar: acordarse del pasado que había dejado atrás hizo que una rabia sorda se apoderase de Erin.

Cuando Erizo por fin se echó a reir, la tensión pareció abandonar al grupo, salvo a Erin, que mantuvo una seriedad fúnebre cuando respondió:

 - Lo mejor de mí ya son cenizas y enemigos.
 
 
De improviso, fueron llamados ante el Rey.

Erin entró detrás de sus compañeros, y mantuvo su cabeza baja, mirando a los perros que reposaban a los pies del monarca, intentando, una vez más, no atraer la atención.

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25/09/2018, 00:28
Narrador

Con un imperceptible gesto de su mano, Erin invocó las fuerzas mágicas tal y como le había enseñado su padre, cubriendo su propia presencia a cualquiera que contara también con el Talento. La subida descarga de energía la hizo perder pie durante un segundo, pero aquél era un hechizo que dominaba desde pequeña y no muy exigente en términos de gasto, por lo que se recuperó casi al instante.

En aquella sala no había nadie con el Talento, de todas maneras. En el Norte la magia era muy rara, y de todas formas no estaba bien vista entre los lugareños.

Notas de juego

Que se me olvidaba xD Por suerte no hay nada.

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27/09/2018, 05:30
[Muerto] Belandir

Salvajes, simples salvajes que aun distan milenios para superar a las culturas avanzadas del este y una eternidad para superar la fortaleza intrínseca de nuestra especie. Sus edificaciones son toscas e ineficientes, sus hombres carecen de disciplina y son orgullosos portadores de equipamientos digno de ladrones de poca monta ¿acaso son ellos dignos de usar nuestra tecnología para sus ambiciones?

Me mantengo en sumo silencio, mis ojos observan toda la sala del rey humano, evaluando cada punto factible que pueda convertirse en una salida de emergencia en caso de que la situación lo requiera.

Mis ojos se posan en el gobernante, cuestionando la poca legitimidad de su soberbia aura, no me inclino ni nada por el estilo, el único monarca digno yace ya muerto hace varias décadas debido al ultraje de los traidores, por eso, solo mantengo un lúgubre silencio a mi alrededor, atento para actuar por si la seguridad de mi contratante se ve. El habla y todas esas mierdas decorativas ineficientes que solo sirven sumar interferencias a las causas se lo encargo al hombre que ostenta dicha aptitud, hablo de Dangorín…    

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27/09/2018, 19:14
[Abandono] Thánur Dangorín

La impresión que le había dado todo el lugar había sido tan mala que el Torreón le resultó mejor de lo que esperaba. Había que distinguir la precariedad de algo mal hecho, podía pecar de lo primero, pero no de lo segundo. La recepción del Rey y su séquito era más de lo que esperaba, después de todo eran simples enanos. Pero claro, el reinado de ese hombre era insignificante, no sólo había perdido sus tierras, las que conservaba eran miserables, incluso los guerreros parecían vagas imitaciones de hombres de armas si se los comparaba con Belandir.

El Rey se presentó con pocas palabras y fue directo al grano, pero el gesto de Thorskar para que tome la inciativa en la presentación lo tomó de sorpresa. De más estarían los modales del este, no había formalidades allí, por el contrario, cualquier decoro sería absurdo. Sin embargo, saber tratar con las personas era mucho más que decir lindas palabras. Los ojos de Thánur se posaron en el hombre que estaba en el trono, e inclinó su cabeza en señal de respeto antes de tomar la palabra.

- Gracias por recibirnos, Rey... de Penda- no sabía siquiera el nombre del soberano, algo así podía resultar irrespetuoso en otro lugar, pero aquí puede que no se notara la diferencia - Somos Thorskar, Belandir y Thánur, hemos cruzado el Paso de Ursuul ésta mañana - tras señalarlos, volvió a dudar, no sabía para qué había venido el mercader realmente, tampoco tenía claro que ofrecerle a ese hombre, el arquitecto sólo buscaba ruinas, no involucrarse en una guerra, sin embargo también necesitaba monedas de plata para emprender la odisea - Al otro lado del Macizo de Tar han llegado noticias de que injustamente vuestro reino sufrió el ataque de otro, lamentamos vuestras pérdidas, pero nuestra presencia tiene que ver con vuestra ganancia y la recuperación de lo que es vuestro- se atrevió a decir.

- No somos mercenarios, pero si tenemos mucho para ofrecer. Un gran guerrero con experiencia en batallas - señaló a su compañero - y un arquitecto capaz de diseñar excelente defensas - no exageraba, las fortalezas enanas eran inexpugnables - En cuanto a lo que Thorskar tiene que decirle, no dudo que lo encontrará aún más interesante - dijo finalmente, dando lugar al líder de los Wedrun para que hablase.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Perdón la demora!

La diplomacia enana no corre en éstas tierras según los dados XD

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27/09/2018, 18:52
Gorsha

Gorsha se había quedado junto a sus compañeras, dejando que los hombres hicieran las presentaciones. Después de todo, Yriel era medio poeta y Erizo ya había demostrado su habilidad con las palabras. Si alguien podía hacer quedar bien al grupo delante del rey, eran ellos. Yriel fue el primero en sorprender de nuevo a Gorsha, bautizando finalmente al pequeño grupo que formaban. La orca sonrió, satisfecha con el nombre. Les pegaba. Les venía como anillo al dedo, de hecho.

Erizo también hizo un buen trabajo con la presentación, entre los dos compañeros habían preparado bien el terreno para que el reyezuelo aquel se calmara y les mirara con unos ojos distintos a los que había usado con Los Gorriones. Cuando el mestizo terminó de hablar, la guerrera se adelantó un poco hasta ponerse delante del rey, apoyó la cabeza de su hacha en el suelo e inclinó la cabeza en señal de respeto.

 -Somos guerreros experimentados. Sabemos usar la fuerza en el momento adecuado y tenemos habilidad suficiente para enfrentarnos a cualquier enemigo que se nos ponga delante. Pero no son sólo nuestras habilidades bélicas lo que venimos a ofreceros, majestad. Los Cazadores Grises os ofrecemos algo mucho más valioso: lealtad. La seguridad de que una vez nos contratéis, la sombra de la traición jamás asomará en nuestro camino. El contrato que firmemos con vos, será inalterable hasta que lo cumplamos o muramos en el intento.

La orca se inclinó de nuevo y retrocedió hasta ponerse con Erin y Gwil. Se había tirado un farol bastante gordo, y por supuesto que tendría que explicar un par de cosas a sus compañeros más tarde, lejos de la presencia del reyezuelo, pero la orca sabía por experiencia que a los nobles les interesaba que fueras como un perro más que el que dueras el mejor guerrero del mundo. Tener la seguridad de que les traerías el palo que te han lanzado sin hacer preguntas y sin asomo de duda. Y eso había que ofrecerlo siempre, aunque fuera mentira. Para asegurarse el contrato, no por otra cosa. Ojalá sus compañeros se dieran cuenta de la treta y le siguieran el juego...

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27/09/2018, 22:56
Rey Cregan

Aunque el rey seguía enfadado, su humor cambió completamente al ver como Yriel se inclinaba ante él de manera tan exagerada. Cregan se echó a reír, para desconcierto de cuantos había en el salón - ¿Veis? ¡Así tendréis que saludarme todos a partir de ahora! ¡Y me llamaréis Majestad!¡Me encantan las costumbres sureñas! - dijo antes de volver a echarse a reír.

Pero luego se puso serio, listo para tratar el asunto que los había llevado ahí - Oigamos esa propuesta - entonces intervino Erizo, con su particular carisma de curtido mercenario - Ah, sí. Los Bravos de Rojas. Caros a causa de su número, pero ya se han ganado una reputación en los Pequeños Reinos - dijo ante la mención a los mercenarios de rojo. Cregan frunció el ceño ante lo siguiente que dijo el semiorco - En el Norte no utilizamos esa clase de tretas. Si queremos matar a un hombre, lo hacemos de frente, los dos con un arma en la mano.

Erin y Gwyl se mantuvieron calladas y a un lado. A pesar de la presentación de sus compañeros, lo cierto era que mucha pinta de curtidas guerreras no tenían. Su juventud hablaba en su contra, y aunque no era raro que jóvenes norteños y norteñas se unieran a bandas de guerreros a aquellas edades, como Atheld, ellas de norteñas tenían bien poco. De modo que el pasar desapercibidas fue una buena decisión. Pero, siendo una poderosa orca de dos metros, lo de pasar desapercibido no iba mucho con Gorsha, y de todas maneras siempre había sido una mujer de acción.

Cuando dió un paso al frente y clavó su hacha en el suelo, los guardias se alteraron, pero no hicieron nada más. El rey esuchó a la amazona mientras su sonrisa se ensanchaba - ¡Sí! Se nota que eres una auténtica hija del Norte - no estaba errado, pues aunque Gorsha no era de los Pequeños Reinos, se había criado en el Macizo de Tar, a las mismas puertas de los mismos - Muy bien, Cazadores Grises. Puede que os encuentre alguna utilidad después de todo. El trato es el mismo que para todos, doscientas piezas de plata por cabeza. Cien ahora, y cien al finalizar los servicios - estaba de más explicar que la cantidad aumentaría en tanto lo hiciera el tiempo que pasaran de servicio, pero pocos eran los sureños que pasaban mucho tiempo en el Norte.

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28/09/2018, 00:41
Narrador

El fallo en el primer ataque de la bestia concedió el tiempo necesario para superar el miedo y la sorpresa iniciales, y los tres aventureros se prepararon para el inevitable combate. La criatura se puso en pie de nuevo, quitándose la tierra y los trastos que se le habían quedado enredados en el pelaje con una sacudida. Algún objeto afilado se le había clavado en el vientre, y de la herida salía un hilo de sangre, pero el dolor solo hacía que enfurecer más si cabe al monstruo lobuno.

Este se preparó para saltar de nuevo, listo para abalanzarse sobre Syndra para despedazarla. Pero la hechicera ya estaba más que lista. Pronunciando un hechizo inteligible para Wülf y Ussia, y haciendo un gesto con las manos, descargó su fría cólera sobre su atacante. El conjuro hizo efecto justo cuando la bestia se disponía a saltar. Las patas le fallaron en el último momento, y tan solo se impulsó un par de metros hacia adelante.

Lo que fué suficiente para Wülf. El norteño se había movido sigilosamente, aprovechando que la criatura estaba centrada en la sombría, para en el momento justo saltar desde un lado y acuchillarla en un costado. El puñal de Wülf se clavó hondo, y abrió una larga herida a lo largo del costado a causa de la inercia que llevaba la propia bestia. Ussia no fue menos, a pesar de su tamaño nadie podría negar nunca el arrojo de los medianos cuando trataban de proteger a los suyos. Ni de su extrema puntería con las armas a distancia. El virote salió disparado, clavándose hasta el emplumado justo donde aquél lobo humanoide debía de tener el corazón.

Gimoteando, la bestia cesó su ataque y se apartó tropezando por sus heridas. Había juzgado mal a aquellos tres aventureros, y ahora lo pagaba, tratando de alejarse de ellos. Pero entonces se detuvo. Y, a la vez que la expresión de dolor del monstruo se iba tornando en lo que sin duda alguna era una terrorifica sonrisa, el lastimero gimoteo que emitía se fue convirtiendo poco a poco en una gutural y diabólica risa.

Una risa humana.

Algo hizo un sonido metálico al golpear el suelo. El objeto punzante que se había clavado antes en el vientre había caído, pero la herida no sangraba. De hecho, ya no había herida. Entonces, Syndra, Wülf y Ussia pudieron comprobar con horror como el horrible corte que había abierto Wülf en su cuerpo iba dejando de sangrar profusamente y empezaba a cerrarse. La criatura se irguió por completo, sin dejar de reír. Medía dos metros y medio por lo menos, y a la luz del claro podía percibir claramente su potente musculatura. Y también como el virote de Ussia, que sin duda debía de haber perforado algún órgano vital, era lentamente expulsado del pecho, hasta caer al suelo, inútil.

El monstruo lucía como nuevo. Se relamió, dejando ver como una larga lengua pasaba por delante de sus afilados colmillos. El olor de la sangre derramada, incluso si se trataba de la suya propia, le daba más fuerzas y ganas de matar. Se tomó unos segundos para disfrutar del desconcierto y del miedo en los ojos de sus próximas víctimas, antes de lanzarse nuevamente sobre ellas. De nuevo, parecía mostrar un especial interés en atacar a la hechicera.

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28/09/2018, 01:05
Rey Penda

El rey Penda los observaba mientras Thánur daba un par de pasos al frente para dirigirse a él. Ante la presentación, la única respuesta del rey fue agitar la mano como indicando al enano que acabara rápido con aquello - ¿Y qué tenéis con vosotros que me ayudará a recuperar mis tierras? ¿Acaso lo traéis en ese gran carro vuestro? - preguntó, algo irritado pero también curioso.

Frunció el ceño al escuchar las siguientes palabras del arquitecto - Un solo guerrero, por muy bueno que sea, no servirá contra un ejército. Y no necesito un maldito arquitecto. ¡Necesito plata para pagar a más guerreros y mercenarios para que luchen, y para eso necesito mis tierras! ¿Qué solución me traéis a eso, enanos? - espetó el rey, de mala manera, aunque los guardias, aparentemente acostumbrados al reciente humor de su señor, no hicieron mención alguna de moverse.

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28/09/2018, 01:16
Thorskar Wedrun

En ese momento, Thorskar dio un paso al frente, auspiciado por Thánur. El enano sonreía, a pesar del mal genio del rey Penda. Caminó hasta el centro de la sala, y cogió su estuche con las manos, para luego abrirlo y sacar de él varios pergaminos. Tendió uno hacia el rey, y el edecán se apresuró a cogerlo y entregarselo. A aquella distancia, era imposible para Thánur y Belandir ver que había en él, pero la explicación de Thorskar les permitió hacerse una idea.

- Estoy seguro de que incluso al Norte han llegado noticias de las nuevas armas que mi pueblo ha inventado. En vuestra lengua, los llamáis truenos de mano, y he traído algunos en mi carro, sí. Pero os ofrezco mucho más que eso - mientras el enano hablaba, el rey seguía observando el plano, girandolo de un lado a otro y tratando de entender los dibujos que había en él, sin conseguirlo - En vuestras manos tenéis los esquemas de otra arma que utiliza una tecnología similar, pero mucho más potente. Tanto, que sería capaz de derribar los muros de un castillo con poco esfuerzo. La misión encargada por mi clan es la de probar esa arma en un entorno real, y vuestra disputa con Odrin ofrece una oportunidad inmejorable - Thorskar extendió la mano, para recuperar los planos, que el edecán del rey le devolvió.

El mal humor de Penda se había aguado, y ahora este ecuchaba muy seria y atentamente - Esta, es el arma que llevo en mi carro. Y esta es el arma que os permitirá no solo recuperar vuestras tierras, sino también haceros con las de vuestro enemigo. Es un arma muy destructiva, así que como muestra de buena voluntad, mis compañeros y yo nos quedaremos para llevar a cabo toda reparación que se necesaria una vez cumpla su cometido - entonces se giró hacia Thánur y Belandir, y les guinó un ojo, dando a entender que luego a ellos les revelaría más cosas, aquellas que estaban indicadas únicamente para los de su raza.

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28/09/2018, 02:14
[Muerta] Syndra
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Robar alma (Desgaste Extenuante pero convertido dos niveles menos por el robar vitalidad, osea "Desgaste Alto"): Con su poder, y sus años estudiando el arte relacionado con el control de las almas y la muerte, la nigromante puede robarle el alma a quien se atreva a enfrentarla, dejando como un cascaron vacío al cuerpo de su víctima. El alma queda inmediatamente atada a la nigromante. Segar el alma de alguien que todavía está con vida es un proceso difícil y costoso, que no siempre llega a tener éxito.

Desgaste mágico:

Extenuante: El hechizo no tiene dificultad añadida, si falla la víctima muere pero su espíritu queda libre, aunque pudiendo ser atrapado con otro hechizo.