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Crónicas del Fin I: Camino Sin Retorno

Capítulo III: Los Primeros Compases del Mal

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19/11/2021, 00:25
Narrador

Demasiado tiempo - le respondió de pronto una voz por encima de ellos, haciendo que todos se girase hacia su origen, sorprendidos - Últimamente he estado pensando en irme de aquí por fin, así que tengo que agradeceros el haberme dado la motivación que necesitaba. 

​​​​​Por la escalera del fondo de la estancia, bajaba un hombre de mediana edad, aunque con el pelo y la corta barba totalmente canas. Varias cicatrices surcaban el lado izquierdo de su rostro, que a pesar de mostrat los efectos de la edad, no estaba exento de la elegancia y presencia que otorga a algunos la madurez tardía. Vestía una larga túnica negra hasta el suelo, aunque la llevaba abierta, dejando ver unos pantalones negros y un jubón del mismo color bordado con hilo de plata.

Un plateado que hacía juego con el de sus ojos.

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20/11/2021, 17:07
Harion Mord

Resulta curioso que se den las condiciones necesarias para que alguien me encuentre justo cuando estoy a punto de agotar la utilidad de este sitio - siguió diciendo, mientras terminaba de bajar las escaleras de forma pausada, como si fuera ajeno al grupo armado que tenía enfrente - ¿Uno de sus juegos? Quizás.

Posó una mano sobre el vidrio de lancuba más cercana a él, observando el cuerpo que flotaba en su interior. Un niño - En fin, lo hecho, hecho está, supongo. No es que vaya a echar menos esto, y hay una agenda que cumplir, ¿Verdad? - caviló de nuevo, pareciendo más que lo hacía para sí mismo.

En ese momento, Nizalian actuó. Alzó su espada, cogiéndola de la empuñadura con ambas manos, y dio dos pasos hacia el recién llegado. A pesar de la rapidez de su movimiento, tan solo pudo dar dos pasos. Y de repente, pareció congelarse en el tiempo.

Todos lo hicieron, de hecho. Una inmensa presión cayó sobre ellos desde todos lados, aplastándolos en el sitio. No causaba dolor, pero les costaba respirar y no podían moverse, como si lo que tuvieran a su alrededor fuera la dura roca, y no el aire. 

Ah-ah - dijo el hombre, negando con la cabeza - No arruinemos el momento, ¿Queréis? He estado aguardando mucho tiempo por él, y aunque no me esperaba que fuera a ser vuestra llegada la que lo pondría todo en movimiento, me sirve como cualquier otro detonante. Por suerte, os he estado viendo desde que entrasteis en el bosque, y ya lo tengo todo preparado.

- ¿Qui... Quién eres? - logró pronunciar Nimrod, demostrando que aunque no podían moverse, sí podían hablar. El hechicero estaba igual de atrapado que los demás, todavía sujetando un rollo de pergamino y un tomo abierto en las manos. Estaba claro que, fuera quien fuera aquél nigromante, no era un mago de tres al cuarto como habían aventurado.

- ¿Yo? - respondió, girándose hacia el de Talestria - Yo soy Harion Mord.

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22/11/2021, 22:43
Arahan

Y todo se reveló, al menos, una parte de la historia y el que pareció ser el villano principal. No vio venir a aquel "nigromante", se había quedado escuchando a los otros, como compartían sus reflexiones y descubrimientos. El elfo escuchó los pasos pero cuando fue demasiado tarde, solo tuvo tiempo de alzar la vista antes de sentir esa presión que, literalmente, amenazaba con hacerlo uno con el suelo. Solo se vio capaz de mirar y escuchar, como un espectador de una obra de teatro. 

Arahan no comprendía del todo lo que estaba pasando, pero si tenía algo claro, ese, era el culpable de que su familia no biológica hubiera acabado como acabó, pervertidos a una suerte de muertos vivientes sin capacidad alguna de autocontrol - cobarde - masculló como buenamente pudo - cobarde - repitió con un esfuerzo que lo dejó agotado - pagarás - volvió a hablar entre dientes, y escupió, como un infantil intento de darle al tal Harion Mord, pero dada la situación no llegó más allá de unos centímetros.

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23/11/2021, 19:53
Yriel Alessar

No tardó en enterarse de que aquello eran runas sundergaardianas, no habría sido capaz de saberlo por sí mismo. Que se tratara de un ritual no era buena señal, significaba que el nigromante planeaba llevarlo a cabo para... ahí estaba el quid de la cuestión, que no habían muchas pistas.

- Tenemos el don... de la oportunidad. Parece que vamos a asistir a algo grande.

Yriel pensaba que el viejo quería alcanzar la inmortalidad y para eso se fabricaría un cuerpo. El peso de los años volvía loco a cualquiera que tuviera sangre humana. Recordó que había salido de Viavenna apenado en parte porque sus compañeros de fatigas habían madurado y formado familias mientras él seguía en la juventud. Todo eso unido a un hastío por la creencia de que Viavenna no podría darle mucho más. El mundo había logrado darle más cosas desde que partió de viaje, la mayoría negativas, pero quizás es que ahora estaba realmente viviendo, viendo la dureza característica fuera de las ciudades. Empezaba a echar de menos la complejidad de la cultura viavenesa, llena de detalles, creadora de una seguridad que solo las grandes capitales del continente podían envidiar.

- Creo que te mueve la venganza contra algún grupo poderoso.

Dió un vuelco a sus ideas tratando de plantear algo que diera pié a conversar, creyendo que ese conjuro que les retenía podría ir debilitándose o quizás Nimrod pudiera hacer magia solo usando su voz.

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25/11/2021, 12:13
Duque de Montalbo

Duque notó la presión sobre sí mismo, al principio sintió un miedo atroz al pensar que su final había llegado, pero cuando pudo constatar que aquella fuerza solo le retenía se sitió gratamente aliviado. Definitivamente, si aquel hombre con solo el poder de su mente podía retenerlos a todos teniendo en cuenta que entre ellos había dos usuarios de la magia y un bendecido de luminaris. Harion Mord era un nombre a tener muy en cuenta.-¿Por qué Sr.Mord?¿para qué todo esto y qué será de nosotros?-si algo recordaba el mercenario de sus tiempos en Talesia era que cada uno de los autollamados eruditos tan solo deseaba hablar durante horas y horas sobre sus estudios. No conocía mago alguno que no pecase de ego, al fin y al cabo ellos eran mosquitos atrapados en su red.

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25/11/2021, 13:46
Ussia

La mediana solo halló respuesta a su nerviosismo en forma del mismo peligro del que se preocupaba. Soltó un chillido ahogado, cerrando los ojos para no ver cómo iba a terminar su camino. Pero aquello no terminó exactamente. Ussia se quedó con la boca aún abierta por la sorpresa y con los ojos ligeramente entreabiertos al ver que su fin no llegaba. Se me va a secar la boca de estar así. Aquel pensamiento fugaz consiguió calmarla un poco, por lo poco mundano que quedaba en esa situación. Pero dejando eso aparte, había cuestiones más importantes en ese momento.

¿Nos vamos a convertir en otro de esos... cadáveres? ¿O se trata de algo peor? Mientras los demás preguntaban al mago por sus intenciones, Ussia se entretuvo en intentar cerrar la boca para hacer lo mismo, mientras intentaba recordar su nombre, intentando identificarlo ya fuera por alguna historia o simplemente por haberlo escuchado en alguna otra ocasión. Porque si se ha dado tanto bombo... Supongo que debería ser alguien importante.

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26/11/2021, 09:28
Erin

Erin se había girado para escuchar a Nizalian Tremus, con la mano aún apoyada contra el vidrio de la probeta gigante, cuando su "anfitrión" apareció en escena.
Cuando el caballero alzó su espada, la joven hizo lo propio con el arco con intención de ayudarle: pero el aire se volvió tan pesado como si estuvieran atrapados en hielo, hasta que se sintió incapaz de respirar con holgura. Ni siquiera hubiera podido articular las palabras arcanas necesarias para actuar contra el nigromante. Aunque los ojos de Erin, verde uno y azul el otro, aún podían moverse libremente, sólo clavaban una mirada de odio intenso en Harion Mord.
—Vas a pagar por esto, monstruo — susurró.

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26/11/2021, 12:05
Harion Mord

Harion volvió a moverse por la estancia con aquella actitud despreocupada, una justificada en parte debido al absoluto control que tenía de la situación. Ignoró las amenazas de Arahan y Erin cuando pasó por su lado, mientras que soltó una breve carcajada al escuchar las suposiciones de Yriel - Resulta casi tierno ver cuan poco sabéis - respondió al semielfo al tiempo que se acercaba a él y a Nimrod, y recogía alguno de los libros y pergaminos sobre la mesa, incluyendo aquellos que el hechicero, paralizado, sujetaba con las manos. Se puso lo recabado bajo el brazo, y, con un chasquido de dedos, prendió fuego a todo lo que había quedado encima de la mesa, incluyendo el equipo alquímico - Cuan limitada vuestra visión...

​​​Ocupado como había estado recogiendo lo único que pensaba seguir aprovechando, Harion no pareció darse cuenta de que no todos los aventureros estaban completamente inmovilizados. El don de Luminaris se manifestó una vez más, esta vez en forma de la inherente resistencia a la magia que otorgaba a sus seguidores. Con un gran esfuerzo, como si tuviera que hacer retroceder a un mar embravecido solo con los puños, Nizalian logró dar un paso. Y con otro gran esfuerzo, un segundo.

Harion se detuvo entonces frente a Duque, alzando una ceja de curiosidad ante el lucerano - ¿Vosotros? Vosotros sois hormigas que sin quererlo han entrado en el patio de juegos de los gigantes - por detrás de él, Nizalian siguió moviéndose lentamente en su dirección, la espada en alto. Cada vez más gotas de sudor surcaban su rostro, que se volvía rojo por momentos debido al esfuerzo - No tengo uso ninguno para vosotros - siguió hablando Mord - el tiempo que tardaría en explicaros algo que está más allá de vuestra capacidad y comprensión... Sencillamente, no vale la pena - acabó, antes de seguir andando.

No es vuestra culpa, claro - continuó diciendo, mientras se dirigía ahora hacia el arco de piedra tras el que solo había pared. Paso tras paso, de forma lenta y pesada, Nizalian lo perseguía  - Como he dicho, habéis entrado en un juego que no conocéis, pero ahora que estáis dentro, dejad que os aclare las reglas: no podréis ganar. No podréis empatar. No podréis dejar de jugar - anunció, con voz firme.

Harion extendió una mano hacia el arco de piedra, y la puso sobre la dovela central - Lo cierto, es que me dais algo de lástima. Aunque me habéis hecho perder un valioso tiempo, nada tengo contra vosotros, y nada os haré. Como he dicho también, sois meras hormigas, y no valéis la pena - poco a poco, las juntas entre las dovelas que componían el arco empezaron a brillar con una tenue luz azulada que poco a poco fue haciéndose más intensa. Una luz, que también llenó el espacio interior del arco, como si de un brillante espejo pulido se tratara - Ni siquiera cuando aplastaros me costaría tan poco como dedicar un pensamiento a ello.

Apenas tres pasos separaban al caballero para tener al hechicero al alcance de su espada. Nizalian estaba visiblemente agotado, pero aun así, siguió adelante. Dio un pasó más, y empezó a alzar su espada para golpear.​​​

Harion separó la mano de la dovela central, y se giró hacia él.

Ah, templarios - dijo - Durante demasiado habéis sido una incómoda molestia -  el tono de desprecio en su voz era evidente - Pero no por mucho más.

Y entonces, sencillamente, Nizalian Tremus explotó.

Una lluvia de sangre y pequeños trozos de carne bañó casi toda la estancia, incluyendo a los aventureros. La sangre de Nizalian salpicó la piedra a ambos lados de Harion Mord, pero no a este, que había estado justo enfrente de él.

- Así da comienzo - proclamó el de los ojos plateados, pudiendo detectar en su voz un deje de anhelo satisfecho y de orgullo. La luz azul a su espalda y la neblina rojiza dejada por la explosión del templario frente a él reforzaban el aspecto sobrenatural de todo lo que estaban viviendo - Aquello que duerme en las pesadillas despertará para conquistarlo todo - Harion pasó a mirarlos uno a uno fijamente, y cada uno de ellos sintió como algo en su corazón se contraía bajo una presión más fuerte incluso que la que tenía atrapados sus cuerpos - Huid donde deseéis. Escondéos donde podáis. Allí donde se os halle, criaturas, moriréis. Yo soy Harion Mord. Y este mundo - sentenció, antes de desaparecer a través del arco de piedra - está condenado.

Notas de juego

FIN DEL CAPÍTULO III