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Crónicas del Fin I: Camino Sin Retorno

Capítulo III: Los Primeros Compases del Mal

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22/12/2020, 01:49
Narrador

Habían pasado dos días de viaje hacia el norte, en los que nada había interrumpido su avance ni les había causado problemas más allá de tener que volver una de las ruedas del carromato de Ussia cuando esta se separó del eje al tropezar con una piedra más resistente de lo que aparentaba. No habían vuelto a tener notícias de Logan, ni de los agentes imperiales. De hecho, apenas se habían cruzado con alguien por los caminos, y tan solo habían visto un puñado de aldeas en la distancia. Conforme se adentraban en el territorio, la densidad de población iba bajando, y todo empezaba a parecer más frío y áspero. Incluso la vegetación había empezado a tomar un color más grisáceo en vez del vivo verde con el que se habían familiarizado más hacia el sur.

Por el contrario, Aidan parecía estar soltándose poco a poco, todavía mostraba algo de recelo, sobretodo a Gorsha a pesar de ser de las más amigables con él, y siempre intentaba no perder a Erin de vista, pero iba progresando. Sin duda, la tranquilidad de aquellos días ayudaba. Nimrod y Thánur guiaban el grupo siguiendo el mapa que llevaba encima el enano, en dirección al lugar donde supuestamente debían estar aquellas ruinas, y del que poco les habían hablado aún.

Se acercaba el final del tercer día de marcha, y debían ir pensando en hacer noche en algún lado. Las anteriores habían tenido que pasarlas a la intemperie, dada la creciente falta de asentamientos más allá de alguna granja dispersa, pero aquél día, divisaron algo en la distancia. Una estructura que sobresalía sobre una colina, a lo lejos. La promesa de un techo, quizás. Conforme se fueron acercando, vieron que no iban muy desencaminados.

Se trataba de unas ruinas, aunque sin duda no las que estaban buscando. Apenas un torreón, o los restos del mismo, junto a un muro defensivo que lo había protegido en el pasado, y que ahora estaba medio derruido y con brechas en varios puntos. Por su parte, el torreón no estaba en mucho mejor estado. A la planta baja se accedía por unas escaleras, que acababan en una puerta a punto de salirse de sus goznes, y que hacía mucho que no cerraba bien. La madera era gruesa, pero estaba carcomida y crujía cada vez que se movía.

El interior estaba completamente vacío, con tan solo el duro suelo de piedra y las paredes como única decoración, así como una escalera, también de piedra, que ascendía siguiendo la circunvalación del edificio hasta el primer piso. Y allí acababa el torreón, ya que había perdido toda pared y protección más allá de ese nivel. Conservaba el suelo del primer piso, al menos, que podía hacer las veces de techo, si bien por el hueco de la escalera podía seguir entrando el frío. Enredaderas y demás vegetación cubrían buena parte de la piedra, como testimonio adicional del paso del tiempo.

No había nadie en el lugar, ni tampoco en las cercanías. Antaño debía de haber servido como puesto de vigilancia para las aldeas cercanas, ya que la colina en la que estaba proporcionaba una buena visión de los alrededores, pero cualquier asentamiento que hubiera podido haber, había desaparecido hacía mucho.

Era un lugar apartado y solitario, y aunque las condiciones no fueran ideales, no podían pedir un refugio mejor para aquella noche.

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25/12/2020, 18:28
Arahan

Había sido un viaje tranquilo, cosa que Arahan agradeció. Desaparecía a su antojo de vez en cuando y los volvía a encontrar, camuflándose como si fuera parte del bosque buscando sus setas y algún animal que cazar para comer. También se dedicaba en algunos ratos que compartía con el resto a fabricar flechas nuevas en los momentos de parón, como preparándose para lo que se podría venir, la promesa de los Imperiales, espoleados por su Emperador para recuperar a su vástago, había visto manadas de urolobos haciendo de todo por recuperara a sus cachorros de los comerciantes de animales exóticos, y se le antojaba que aquello podría ser igual. 

Cuando por fin llegaron a las ruinas, el elfo olfateó el aire y entornó los ojos - huele... - no acabó la frase, el elfo tenía un mal palpito y no sabía como explicarlo con palabras, era un mal sentimiento - sindanóriello - dijo al fin y se dispuso a explorar el lugar avanzando - ¿esto pertenecía a algún reino extinto? - preguntó a los demás sin girarse conforme se alejaba. Los árboles que había cerca de allí no cantaban las canciones de los demás, sus compases parecían presagiar algo sindanóriello.

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25/12/2020, 23:35
Yriel Alessar

Durante el viaje tomó en numerosas ocasiones el laud para amenizar el camino, montado sobre Brioso tenía las manos libres y tiempo no faltaba, ni ganas de perderse en las notas musicales además de geográficamente, pues cada vez el norte se volvía más salvaje.

Intentó que Aidan le contara acerca de las canciones que conocía, tendría algunas que compartir con ellos y no dejaría ser un buen modo para animarlo. Yriel tenía algunas ideas para el niño, si venía con ellos tendría que aprender algunos trucos, él mismo tenía que aprenderlos razón por la que iba atento a Arahan y Gorsha, que parecían curtidos en labores relacionadas con la supervivencia. 

Habiendo explorado el torreón pudo ver que Arahan se ponía en guardia.

- ¿Va todo bien?

Esperó a saber más por su parte, por lo pronto tomó el arco pero no le siguió, Arahan no podría camuflarse en el bosque si el semielfo le acompañaba.

- Será algo como eso, una defensa de algún rey norteño. - Una explicación muy plausible. - Parece segura, tan solo nos falta la hoguera.

Notas de juego

Marcaste a Montalbo, Arahan.

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26/12/2020, 13:11
Ussia

Parecía que vivir con el miedo de ser atacada por algo se había vuelto costumbre en Ussia. Aun llevando el carro, siempre se mantenía con la ballesta a su lado y siempre vigilando todo lo que le permitía su sitio en el pescante. Las ojeras también habían pasado a ser algo normal: No podía permitirse descansar de día y por la noche acababa despertándose sobresaltada, ya fuera por un mínimo ruido fuera de lugar o por las pesadillas que la atenazaban. Pesadillas sobre Syndra, sobre la bestia que encontraron en los bosques y sobre esos asesinos, volviendo a por ellos y a por sus familias. 

Aún no había encontrado ni el momento ni las ganas de hablar seriamente con Erin sobre aquel niño, pero por lo menos dejó de culparla con la mirada. Había sido ella misma quien había comenzado esa cacería, por muy poco que le gustase el resultado, y no tenía sentido culpar a otros de ello. Respecto a Aidan, le dejaba viajar sin problemas dentro del carro igual que a cualquiera que se lo pidiera, de vez en cuando hablando con él, contándole anécdotas de sus viajes como comerciante. 

Al llegar al torreón, la mediana se puso en guardia. Parecía un torreón derruido y vacío, pero por mucho que estuviera lejos de cualquier civilización, seguía siendo lo mismo que habían visto ellos: Un refugio. Con cuidado, se bajó del carro y se acercó a echar un vistazo por los alrededores y a su interior. Ya fueran pisadas, restos de alguna hoguera, cualquier cosa que pudiera indicarles si podrían esperar visita allí. Aunque Yriel sonaba más tranquilo que Arahan, Ussia no perdió de vista a éste, pendiente de cualquier rastro que pudiera encontrar él también.

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27/12/2020, 21:59
Erin

Aunque la visita de los hombres del Emperador había dejado a una Erin más taciturna y reservada de lo habitual, la vuelta al camino hizo que su ánimo mejorara.

Agradeció con sonrisas silenciosas las atenciones de todos con Aidan, especialmente las de Yriel al intentar enseñarle canciones. Incluso una de las veces, en broma, le dijo al chico:

—Ten cuidado con la música: se empieza canturreando, y se termina siendo uno de esos juglares de vida disipada.

Además, inventó un juego con el muchacho: cuando Arahan desaparecía entre los árboles, cosa que el elfo hacía a menudo, Aidan y Erin se disputaban quién sería el primero en verle surgir de la foresta.

No era un juego tan inocente como podía parecer: Erin quería que Aidan aprendiera a desenvolverse en la naturaleza, tan bien como ella, o incluso mejor... para el día en que ella no estuviera. Aceptaba que podía morir en cualquier momento, o incluso que el niño podía llegar a descubrir la verdad sobre la muerte de Mildred.

Al ocaso del tercer día de marcha, divisaron un torreón en ruinas. Los demás se habían puesto alerta, y Erin no iba a ser menos: si bien era un buen lugar en el que pasar la noche, también era un excelente punto para emboscar a los viajeros.

—No tengo ni idea — respondió a la pregunta de Arahan, aunque tampoco conocía la palabra que había utilizado, y miró a Nimrod: quizá él lo supiera. ¿Qué reinos había habido en el Norte antaño? ¿Podían ser los restos de alguno?

—Acerquémonos — dijo al elfo, a la vez que sacaba su arco y una flecha — Aidan: espera en el carro.

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28/12/2020, 22:46
Gorsha

Tratando de poner el máximo camino posible entre el Reino de Logan, los hombres del emperador y ellos, el grupo se empezó a desplazar hacia el norte. Afortunadamente el viaje fue bastante más tranquilo de lo que podrían haber pensado en un principio. Hasta tuvo tiempo de enseñar algo sobre caza al joven Aiden, aunque las interacciones del chiquillo se limitaban a mirarla desde cierta distancia y en silencio. Paciencia, esas cosas nunca eran instantáneas.

Tras unas cuantas jornadas de viaje viéndose obligados a acampar para dormir, finalmente encontraron un edificio en la lejanía. Puede que no fuera una posada, pero al menos era una estructura con pinta de ser lo bastante estable como para poder protegerlos un poco por la noche.

 -Qué suerte hemos tenido, hemos encontrado un alojamiento digno de un rey. Tendremos un techo que nos cubra la cabeza, en cuanto nos aseguremos de que el lugar es seguro y de que no hay alimañas ocupándolo.

Dicho aquello, la orca se unió a sus compañeros en la búsqueda de cualquier tipo de rastro o señal que indicara la presencia de humanos o animales por los alrededores.

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29/12/2020, 00:36
Narrador

Nimrod se giró hacia el silvano cuando pronunció aquella palabra, incomprensible para los demás, y miró al cielo sin mucho interés — Sí, deberíamos pensar en acampar. No tardará en oscurecer — fue cuanto dijo, aunque quién podía saber si su interpretación había sido correcta.

El grupo se aproximó con cautela al torreón, algunos temiendo que hubiera alguna especia de trampa, o algo peor, esperándoles, pero a medida que avanzaban, nada salió a su encuentro, nada les atacó, nada en los alrededores pareció moverse siquiera. Aidan se escondió en el interior del carromato de Ussia, mientras que Arahan se adelantó un poco para explorar como avanzadilla.

El lugar, tal y como aparentaba, estaba desierto. Era imposible saber cuanto llevaba abandonado, pero allí no se veía la mano del hombre desde hacía mucho. Había pisadas de animales, y otras señales menos placenteras a la vista y el olfato, que indicaban que de vez en cuando un puñado de herbívoros pasaban por allí para pastar, pero nada más.

Con algo de esfuerzo lograron hacer pasar el carro dentro del precario recinto amurallado, aparcándolo cerca del torreón, donde dejaron también los dos caballos que lo movían y a Brioso, la montura de Yriel. Thánur y Nimrod se pasearon por las ruinas, observando y discutiendo sobre las mismas, mientras que el grupo se dedicó a adecentar el interior para la noche que iban a pasar allí, poniéndose cómodos y, tal y como había sugerido el semielfo, recogiendo madera de las cercanías para hacer una pequeña hoguera con la que calentar la cena de aquél día. Para cuando estuvo todo listo, ya no se veía el sol en el cielo, si bien todavía quedaba algo de luz residual, pero ellos ya estaban bien resguardados en el interior, con el fuego encedido, y la carne de la caza del día anterior asándose lentamente sobre las llamas.

¿Cuanto hacía que no podían permitirse relajarse de aquella manera? Estar alejados del mundo tenía sus ventajas, después de todo.

La voz de Nimrod se elevó sobre el crepitar de la hoguera — He colocado salvaguardas alrededor del muro — dejó saber a los demás, previniéndolos — Si alguien intenta acercarse a escondidas a este lugar, lo sabremos - entonces se giró hacia el silvano, antes de volver a mirar al resto - Antes Arahan ha preguntado si estas ruinas habrían pertenecido a algún reino extinto, y me inclino a opinar lo mismo. O eso, o dejó de poder mantener este territorio, por la razón que fuera, pero sin duda, por aquí no pasa nadie desde hace mucho tiempo - el hechicero entonces suspiró, mirando las paredes desnudas del torreón, iluminadas por el fuego - Por desgracia, no lo bastante, parece. Esta construcción está enteramente hecha por los norteños, no hay ni un solo rastro que señale la presencia del Imperio Onírico en este lugar - se lamentó, algo entristecido.

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29/12/2020, 21:09
Yriel Alessar

Para el semielfo poder resguardarse ante una hoguera venía a ser una recompensa que diría merecida tras las penurias de días pesados. Quería que las preocupaciones sobre Altairea fueran esfumándose, crear unos hábitos que les permitieran viajar seguros sin renunciar a pequeños placeres como podía ser escuchar un poco de música. En la quietud de la noche podía tocar algunas notas, evitando elevarlas pues le bastaba con unos sonidos relajantes.

- Estaré en la primera guardia. En cuanto al imperio onírico las ruinas no deben andar lejos, cada vez el clima es más frío y esas gentes también debían de evitar los territorios inhóspitos.

Comentó mientras pinchaba las cuerdas de laud. Miró hacia el grupo mientras pensaba en la posibilidad de encontrar alguna población tan al norte, quizás la gente de Arahan vinieron en esta dirección en su huída de la guerra. Yriel terminó por acompañar las dulces notas con la melodía que le correspondía.

 

Salve, oh tú, noche serena,
Que al mundo velas augusta,
Y los pesares de un triste
Con tu oscuridad endulzas.

El arroyuelo a lo lejos
Más acallado murmura,
Y entre las ramas el aura
Eco armonioso susurra.

Se cubre el monte de sombras
Que las praderas anublan,
Y las estrellas apenas
Con trémula luz alumbran.

El majestuoso río
Sus claras ondas enluta,
Y los colores del campo
Se ven en sombra confusa.

Allá en la elevada torre
Lánguida lámpara alumbra,
Y en derredor negras sombras,
Agitándose, circulan.

Mas ya el pértigo de plata
Muestra naciente la luna,
Y las cimas del otero
De cándida luz inunda.

Con majestad se adelanta
Y las estrellas ofusca,
Y el azul del alto cielo
Reverbera en lumbre pura.

Ora la brisa suave
Entre las flores susurra,
Y de sus gratos aromas
El ancho campo perfuma.

Ora acaso en la montaña
Eco sonoro modula
Algún lánguido sonido,
Que otro a imitar se apresura.

¡Oh! salve, amiga del triste,
Con blando bálsamo endulza
Los pesares de mi pecho,
Que en ti su consuelo buscan.

 

Tras el cántico detuvo las notas y suspiró con suavidad, atendiendo a los sonidos que venían de la propia naturaleza.

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31/12/2020, 15:24
Ussia

La mediana seguía sin fiarse, igual que había hecho con todos los lugares por los que habían pasado en los últimos días, pero no había nada que delatase la presencia de otros allí. Y su propia presencia era más o menos ocultable, si no fuera por... Por poco que me guste, mi carro es lo único que podría marcar un rastro hasta nosotros. Tal vez... Tal vez sea necesario dejarlo en algún punto. No, no quiero pensar ahora en ello. 

Suspiró pesadamente mientras lo dejaba lo más oculto y resguardado posible y se sentó en la hoguera con los demás, observando el fuego consumir la madera lentamente. Era un pequeño momento de calma, pero si intentaba disfrutarlo, Ussia se sentiría culpable. Desvió la mirada hacia Nimrod, asintiendo algo más tranquila por las salvaguardas. 

El Imperio Onírico... Thánur y el mismo Nimrod le habían contado algunas cosas de él, pero sentía que había mucha información que faltaba en esa historia. El objetivo de su investigación era saber si esa leyenda era cierta o no, pero tenía que haber algo más para que fueran tantos sus esfuerzos por descubrirlo. O eso o tal vez es solo la curiosidad de los magos por buscar cosas imposibles. Se encogió de hombros, con una leve sonrisa ante su propio chiste.

- Sé que sonará a pregunta extraña... ¿Pero qué clase de gente vivía en el Imperio Onírico? - formuló Ussia tras el comentario de Yriel, mirando al sabio - Viendo cómo son los Pequeños Reinos, cuesta pensar que hubiese algo más grande, centralizado y suficientemente ordenado como para llegar a llamarse "Imperio". ¿Y consiguieron tener algún contacto importante con las tierras del sur?

Tras esperar la respuesta de Nimrod, Ussia se mantuvo escuchando las notas del laúd de Yriel y la música que cantaba el semielfo. Es una canción triste y dulce, la canción de amor que le dedicarías a la tierra que amas y echas de menos. A casa. Ussia se quedó sentada, abrazándose las rodillas y mirando las ondas del fuego, sin querer pensar en todo lo que había dejado atrás. Sabía que si lo hacía, sería demasiado triste como para soportarlo en ese momento. Tenía que seguir avanzando, no le quedaba otra opción. Dejó que varios segundos pasaran tras la canción, esperando que las cuerdas del laúd dejasen de temblar, antes de romper el silencio. 

- Yo haré la segunda guardia. Con Erin. - añadió. Después se giró hacia ella - Si no te parece mal, claro.

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31/12/2020, 17:30
Arahan

El elfo no había visto nada remarcable y aquello le arrancó una mueca de disgusto. No le gustaba ese sitio, demasiada quietud, todo le resultaba extraño y no entendía el motivo, solo que tenía la sensación en sus entrañas que le estaba dando hasta arcadas. Arahan observó como el grupo se reunía y escuchó lo que algunos iban diciendo hasta que el semi elfo se puso a cantar. EL silvano puso los ojos en blanco y luego los abrió de par en par alejándose de todo ese ruido que emitía por su garganta. 

No lo llegaba a soportar, y a los pocos segundos, conforme se alejaba, cogió dos puñados de césped, hizo dos bolas rápidamente y se las puso en las orejas, a modo de tapones. No estaba de humor para compartir nada, por lo que se limitó a observar las inmediaciones y esperar a que terminara el "graznido" de Yriel.

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01/01/2021, 16:47
Erin

La joven temía un asalto al torreón. Aunque durante su tránsito por el Norte había encontrado amigos en los que confiar y había llegado a sentirse tranquila, incluso en medio de una guerra, la traición de Logan y la visita de los agentes del Emperador había hecho que su ánimo estuviera tan sombrío como cuando huyó de Altairea.

Pero a medida que anochecía volvió a relajarse: la ausencia de huellas humanas recientes en aquel paraje, los artificios con los que Nimrod prometió estar protegiendo su posición, el baile de las llamas en la hoguera y la hermosa melodía de Yriel hicieron que Erin bajara la guardia. Se sentó, asegurándose de que Aiden estuviera bien abrigado, y le abrazó hasta que notó que comenzaba a dormirse.

Fueron necesarias las palabras de Ussia para arrancarla de aquel remanso de paz.

—Claro — respondió, algo confusa — Haremos la segunda guardia.

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03/01/2021, 16:12
Nimrod de Talestria

Tras los comentarios de Yriel y de Ussia, Nimrod se recostó contra la pared y sonrió, viendo que podía dar rienda suelta a sus conocimientos, y quizás incluso generar un debate interesante sobre su investigación y sus teorías, por poca información que tuvieran aquellos aventureros - ¿Qué clase de gente, dices? Oh, eran humanos, desde luego. Ninguna otra raza, sin ánimo de desmerecer a otras más antiguas, tiene la ambición como para hacerse con el continente entero. Ni tampoco la que seguramente provocó su caída - dejó caer - Sé que puede parecer extraño pensar que aquí un día hubo un imperio, pero hay que tener en cuenta que, según la estimación más consensuada, han pasado cerca de dos mil años desde entonces... Y se sigue sabiendo tan poco sobre la civilización onírica... Para empezar, ese no es ni siquiera su verdadero nombre... - dijo, ensanchando su sonrisa con un toque enigmático.

Las llamas fueron calentando la estancia a medida que Nimrod proseguía con su relato - Apenas hay registros de información sobre las antiguas civilizaciones. Ni siquiera nombres. Pero de algún modo había que llamarlos, así que en el Liber Antecessor se le dió el nombre de Imperio Onírico, y el uso se extendió, pese a no ser el correcto. La gracia está en que se eligió ese nombre porque el antiguo imperio "se desvaneció como un sueño" - dijo, cargando sus últimas palabras de una mezcla de ironía y frustración, mostrando lo que pensaba un erudito como él de cuanto podía pervertirse la verdadera cultura a causa del saber popular - Después de tantos siglos, ya es inútil tratar de cambiar su denominación. Pero si algún día pasáis por el Colegio Imperial de Rememoradores en Caermelor, no lo llaméis así delante de sus historiadores, o os marcharéis de allí bajo una lluvia de libros y frascos de tinta - bromeó mientras reía un poco - Es una exageración, por supuesto. Pero realmente se lo toman a mal.

El hechicero echó mano a un odre de agua para aclarar la garganta antes de continuar - Volviendo al Imperio Onírico... Hay muy pocos registros en los que se llegue a mencionar su nombre, en muchos aparece borrado casi a propósito, pero en otros... se lo conoce como el Imperio de Sundergaard. Y vaya si tuvieron contactos con el sur, muchacha, ¡Llegaron a controlar todos los territorios de Achaea que hoy pueblan los humanos! Solo por eso, a algunos ya les parece imposible que... - Nimrod se detuvo, parándose a sí mismo antes de desvariar demasiado y volver a dar una explicación coherente - Veréis, las ruinas que busco... pertenecen a la supuesta capital de ese imperio. Una investigación de años me ha llevado a la conclusión de que se haya aquí, en el Norte. De hecho, muy al norte del Norte. Por supuesto, la gran mayoría piensa que el mero concepto de que el centro neurálgico de semejante nación estuviera en uno de sus más inhóspitos extremos es una idiotez... siempre que tuvieran que usar los métodos de viajes convencionales, claro - dijo de nuevo, con otra sonrisa.

La cantata de Yriel amenizó la noche acompañada del crepitar de las llamas, y cuando esta terminó, todos guardaron silencio durante un instante, disfrutando del momento. Aidan acabó durmiéndose en brazos de Erin, y Philip también estaba dando cabezazos, forzándose a mantenerse despierto, aunque con cada vez menor éxito.

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03/01/2021, 16:15
Narrador

Habían pasado dos días de viaje hacia el norte, dos días en los que había estado solo, sin más compañía que él mismo después de haberse separado de Max. Apenas se había cruzado con alguien por los caminos, y tan solo había visto un puñado de aldeas en la distancia. Conforme se adentraba en el territorio, la densidad de población iba bajando, y todo empezaba a parecer más frío y áspero. Incluso la vegetación había empezado a tomar un color más grisáceo en vez del vivo verde con el que se había familiarizado más hacia el sur.

Sus heridas se habían recuperado en buena parte, aunque ahora tenía otro problema más acuciante. Había salido de Odrin tan solo con lo puesto y con la daga que le había regalado Nuño, pero nada más, y, una vez acabadas las parcas provisiones que le quedaban encima, no había podido encontrar nada de comida durante la travesía, si bien había podido abastecerse de agua por los diversos ríos por los que había pasado.

Toda aldea a la que se había acercado le había cerrado sus puertas al ver su aspecto y su evidente pinta de mercenario, por lo que, hacia el anochecer del tercer día de marcha, las tripas le rugían cada pocos segundos, y aunque para un hombre tan curtido como él no era la primera vez que aguantaba aquello ni le supondría un problema hasta que pasaran más dias, tampoco era algo que simplemente podía pasar por alto.

Las anteriores noches había tenido que pasarlas a la intemperie, dada la creciente falta de asentamientos más allá de alguna granja dispersa, pero entonces, divisó algo en la distancia. Una estructura que sobresalía sobre una colina, a lo lejos. La promesa de un techo, quizás. Conforme se fue acercando, vió que no iban muy desencaminado.

Se trataba de unas ruinas, apenas un torreón, o los restos del mismo, junto a un muro defensivo que lo había protegido en el pasado, y que ahora estaba medio derruido y con brechas en varios puntos. Por su parte, el torreón no estaba en mucho mejor estado. A la planta baja se accedía por unas escaleras, que acababan en una puerta a punto de salirse de sus goznes, y que hacía mucho que no cerraba bien. Antaño debía de haber servido como puesto de vigilancia para las aldeas cercanas, ya que la colina en la que estaba proporcionaba una buena visión de los alrededores, pero cualquier asentamiento que hubiera podido haber, había desaparecido hacía mucho.

Una pequeña columna de humo surgía por la parte superior, y se veía algo de luz en el interior, señal de que ya había alguien ocupando el lugar.

Notas de juego

Pues rebienvenido a la partida :) Tú dirás qué haces.

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03/01/2021, 21:51
Gorsha

Tenían un techo sobre su cabeza y al menos tres paredes prácticamente enteras a su alrededor. ¡Un alojamiento digno de un rey! Iban a descansar como no lo hacían desde hacía días. De bastante buen humor, Gorsha se dedicó a ayudar con la hoguera para tener un buen fuego donde calentarse y cocinar a gusto, mientras Yriel cantaba. Los orcos no eran muy dados a la lírica, pero ella al menos sabía apreciar una buena canción. Y la de su compañero lo era.

Con el campamento montado, empezaron a organizarse las guardias.

 -Entonces yo me ocuparé de la tercera guardia. Y si Arahan se anima, que se ocupe de la cuarta. Si no, hacemos tres guardias más largas y en paz. Mientras los niños puedan dormir en condiciones para poder seguir recorriendo camino mañana, para mí será más que suficiente.

En cuanto a todo lo del imperio onírico y eso de lo que Nimrod hablaba... Era la primera vez que Gorsha había oído hablar de algo similar en toda su vida. Y la verdad, lo que más le importaba era la seguridad de sus compañeros, especialmente de Erin y Aiden. Si las ruinas eran un lugar seguro, estupendo. Aunque seguía sin sonarle a lugar ideal al que llevar a un chiquillo.

 -¿Sabes algo más acerca de esas ruinas, Nimrod? Si están deshabitadas, cómo están de enteras, si pueden quedar restos de sus gentes o de lo que fuera que les hizo desaparecer... Ese tipo de cosas que seguro que nos vendría bien saber.

Especialmente lo último. Si un imperio tan grande había desaparecido de la noche a la mañana sin dejar rastro, seguro que no era porque decidieron dividirse pacíficamente de mutuo y masivo acuerdo. No, aquello sonaba a que algo muy malo y muy grande se había encargado de hacer desaparecer al imperio ese. Ojalá no quedara nada más en aquella ciudad que escombros y restos de civilización.

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05/01/2021, 17:54
Duque de Montalbo

Duque se alejó de Odrin cuando pudo. Sus múltiples heridas le hicieron adentrarse en el bosque al principio, esta vez la fortuna no le acompañó, ni rastró de Max ni de los caballos. Pasó la primera noche cobijado bajo las raíces de un viejo árbol con la única compañía de una tímida lumbre para calentarse, no quería atraer la atención de los exploradores. Una vez abandonó el bosque aquellas tierras parecían un erial de ceniza, un paisaje sórdidamente grisáceo con muy poco que llevarse a la boca. El agua no parecía ser un problema, más bien era la yerma tierra, vieja y curtida como el pecho estriado de una vieja ramera que ya no tiene nada que dar de mamar a su último retoño. 

Algo desesperanzado siguió su camino preguntando a los viajeros por los caminos para guiarse un poco y no acabar perdido. Al caer la noche día gracias al destino por encontrarse a lo lejos la vieja torre. Fuera que fuera que allí morase al menos tenía un fuego que compartir, se acercó tratando de recuperar algo de su dignidad perdida irguiéndose y sacando pecho justo antes de llamar a la puerta. Las armas no eran nunca la mejor presentación, aunque si los bandidos que allí morasen creían poder con él, quizás fuera el último botín que cobrasen en estos tiempos.-¡A las buenas noches! Soy un viajero solo y cansado que tan solo desearía compartir el calor de la hoguera ¿puedo pasar?.-tras la presentación el Lucerano hizo ademán de entrar sin aspaviento alguno.

Notas de juego

Gracias Kylar. Sino recuerdo mal tengo la armadura y solo el cinto de armas, el estoque "viejo" y la daga de parada de lujo que le regaló Nuño. Resto mochila vacía, corrígeme si me equivoco.

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06/01/2021, 23:30
Yriel Alessar

Al escuchar la historia se preguntó si Nimrod estaba en sus cabales, no tenía ningún sentido que en un yermo como aquél hubiera existido siquiera una ciudad. Había creído que buscaban algo así como un asentamiento lejano y sin expoliar del imperio onírico, no algo mayor.

"Así que se desvaneció como un sueño, suena a intervención divina."

Pensó en referencia al Creador, aunque él no le adoraba explícitamente pero alguna educación le dieron sobre el dios. Se preguntó si ese viaje que llevaban ellos a cabo serviría de algo, si serviría para algo más que para alejarse del emperador.

- Nos interesa saber cómo lo hicieron, lo de esfumarse. Es justo lo que tenemos que hacer nosotros.

Se encogió de hombros mostrando una pequeña sonrisa, había que poner tierra por medio como fuera.

- Espero que ese lugar se cruce en nuestro camino, Nimrod, si era una ciudad grande no puede tener pérdida. En cuanto a las guardias las tenemos que hacer por parejas siempre que sea posible, eso lo dejaría en tres rondas.

Ser precavido era una prioridad, en esta tierra bien podían encontrar bandidos.

Yriel pasó la mirada por los demás, dejando el laud a un lado para cruzarse de brazos guardando así un poco de calor en su delgado cuerpo.

 

 

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07/01/2021, 08:04
Arahan

Arahan se quitó los improvisados tapones cuando notó que Yriel no cantaba y atendió. Muchas cosas se le escapaban, y cuando comentó lo de ir a la escuela de rememoradores, a Arahan se le atragantó un bicho. 

Lo que si le llamó la atención fue lo del norte muy al norte. El elfo miró con curiosidad al inicio, pero luego fue preocupación e incluso miedo - ¿Cuanto de al Norte? Más allá de las montañas? - preguntó deseando que no fuera tan al Norte.

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07/01/2021, 17:22
Erin

Erin balanceaba a Aiden, como si lo acunara. La suave respiración del crío rellenaba los silencios que la exposición de Nimrod dejaba, y Erin no tardaría en quedarse dormida antes de que Yriel comenzara la primera guardia. Pero luchó por mantenerse despierta: quería escuchar lo que el talestriano les contaba.

Le miró confusa: aquellos... oníricos... ¿tenían algo que ver con la tierra de sus padres, quizá?

—¿Y qué hay en esas ruinas que sea tan interesante?  intervino de pronto con voz queda, y, mirando a su alrededor, señaló con un gesto de la cabeza — Quiero decir... será por ruinas.

Enrojeció ligeramente: no quería incomodar al mago con su comentario.

—¿Qué es lo que les parece imposible a algunos sobre el Imperio de Sundergaard? ¿Tiene que ver con cómo viajaban?

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09/01/2021, 12:21
Ussia

Tras la respuesta de Erin, Ussia asintió tranquila como si se hubiera quitado un pequeño peso de encima. Después se mantuvo escuchando a Nimrod en silencio, atenta a todos los detalles. Dos mil años eran demasiados, incluso para aquellos más longevos como los elfos y los enanos, pero precisamente por eso le resultaba tan extraño que no hubiese nadie que pudiera arrojar luz sobre la historia de ese supuesto Imperio. Sobre todo, teniendo en cuenta cómo de lejos habían llegado. 

Desvió la mirada al ver a Aidan en brazos de Erin y a Philip también a punto de caer dormido y esbozó una ligera sonrisa. Por el momento no tenía sueño, pero le resultaba curioso cómo aquellos estaban tan tranquilos como para caer dormidos. Esperó a la ronda de preguntas que tenían los demás y se quedó pensativa. Estaba claro que aquello era algo que se escapaba de su conocimiento. Así que lo más probable es que...

- ¿Eran hechiceros? - preguntó mirando a Nimrod de nuevo y después a Thánur. Era lo único que se le ocurría que pudiera haber llamado tanto el interés de ambos.

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11/01/2021, 11:30
Narrador

Nimrod iba atendiendo a las preguntas que le hacían sus oyentes, visiblemente complacido de poder hablar abiertamente del tema que lo había tenido fascinado la mayor parte de su vida - Lo cierto es que no sé que vamos a encontrar allí cuando lleguemos. En el sur apenas quedan ruinas que se puedan estudiar ya que las nuevas civilizaciones construyeron sobre ellas, pero por lo general suelen estar muy desgastadas. Aquí en el Norte es más sencillo encontrarlas mejor conservadas, precisamente por que los norteños no se han acercado mucho a ellas, pero aun así, tan solo podemos hacernos una idea general de como era y cuál era su propósito.

El hechicero se giró para mirar a Yriel con una sonrisa divertida - Chico, ¡No sabemos como lo hicieron! Esa es la gracia del misterio. Tampoco es que desaparecieran de un momento a otro. Seguramente su civilización colapsara, pero lo hizo en un tiempo inusualmente corto para un imperio que se extendía por todo un continente.

El tono en la pregunta de Arahan sorprendió a Nimrod, viendo el miedo que sentía el silvano, aunque quizás se debiera a que, acostumbrado al clima templado y a los bosques llenos de vida, la perspectiva de un desierto de hielo chocara con sus creencias - No tanto, no tanto. Aunque los Páramos Helados no eran el yermo que es hoy en día, ya era un lugar difícil y con poco que aprovechar en el pasado, y los sundergaardianos nunca se aventuraron en él. Lo que buscamos está aquí, en los Pequeños Reinos.

Pasó a mirar a Erin, con la mirada amable de un padre que le estuviera explicando algo a su hija pequeña - Nuestra historia, muchacha. Nuestro pasado. El Imperio desapareció, pero todos somos sus herederos. Los humanos, al menos. De algún lado tenemos que venir. Y estamos hablando de unas ruinas que jamás han sido encontradas, y que quizás tengan respuestas a las incógnitas que nos hacemos desde hace tanto tiempo.

Aprovechó la pregunta de Ussia para responder a ambas mujeres - Creemos que el Talento debía de ser más habitual en su época que ahora en la nuestra, pero aun así, la inmensa mayoría de la población seguían siendo humanos sin más. No obstante, su entendimiento de la magia era mucho mayor que el nuestro y, si las historias son ciertas, eran capaces de crear auténticas maravillas... así como también causar una destrucción inimaginable. La Desolación de Kemmesh es la mejor prueba de ello - Nimrod pronunció aquél nombre con reverencia y temor a partes iguales, aquella extensión de terreno baldío de la que nadie había vuelto jamás era usada de forma habitual en historias y leyendas tanto fantásticas como terroríficas - Sobre la imposibilidad de la localización... Bueno, llega un punto en el que las distancias son tan grandes que es imposible mantener un control centralizado efectivo, de ahí que la mayoría no crea que su capital pudiera estar en un lugar tan apartado. Pero la distancia no importa nada cuando tienes los conocimientos necesarios para, y aquí entramos en el mito, crear p...

El hechicero calló en ese momento de súbito, alzando la cabeza, sorprendido. No hizo falta que dijera nada más, algo que se acercaba había sido detectado por las salvaguardas que había colocado. El grupo rápidamente se preparó para lo que fuera que estaba yendo hacia el torreón, y se mantuvieron a la espera. Sintieron que alguien se aproximaba hacia la puerta, y de repente, los solitarios pasos se detuvieron, para luego escucharse una voz.

- ¡A las buenas noches! Soy un viajero solo y cansado que tan solo desearía compartir el calor de la hoguera ¿puedo pasar?

Los aventureros intercambiaron miradas, algo confundidos. No era para menos, pues estaban escuchando la voz de Duque de Montalbo.