Partida Rol por web

Mientras guío a Giani

- Sí, claro, debería estar por por aquella casa de ahí. Habíamos quedado en una hora o dos...Dije muy rapido que sí, pero ya sabes que soy un desastre controlando el tiempo...

Dije señalando una casa del fondo. No era un gesto muy refinado, pero al menos era algo más discreto que plantarse en la puerta y esperar a la dama.

Relajo un poco la tensión de mis hombros y sonrío en un gesto afable, aunque no cariñoso. Todavía estaba esperando que el padre de Darla muriera en la sombra y no podía dejarlo libre. Tampoco podía dejar que Darla encontrara una oportunidad para escapar y la aprovechara.

Si su padre moría, ella tendría todo el dinero en herencia. Seguía siendo el dinero de un prestamista y eso valía bastante peso.

- Puedes hablar, pequeña. Ya te he dicho que no te pasará nada. Si eres capaz de aprovecharlos, tengo grandes planes para tí en el futuro.

Empiezas a charlar con la chica que todavía está notablemente asustada, sin embargo ésta responde bien a tus preguntas. De repente sentís la vibración de un cuerpo caer al suelo, el del padre de Darla, sin aire su vida empieza a apagarse y al cabo de unos minutos palidece tumbado y muere con las manos sobre la garganta.

Después vuestra conversación sigue con la chica y mediante la dominación y tus razonamientos, Darla empieza a entrar en razón. Todavía no esta convencida al 100% pero sientes que empieza a creerte; a pesar de considerarte un ser maléfico de todas todas, no le queda mucho más ahora que su padre no está.

De repente escuchas voces conocidas en el exterior y alguien toca a la puerta; son Giani y Jäger.

La nariz de Giani estaba algo aturdida. Con todos aquellos fuertes olores de la calle no era fácil concentrarse en el particular aroma de alguien que no suda ni segrega otro fluido que no fuera la sangre. Sin embargo, cuando Jäger señala hacia la casa en cuestión todo se aclara y el olor se vuelve nítido; efectivamente Aricia estaba allí, pues la casa exudaba un sutil y rancio hedor de muerte.

Os acercáis y tocáis a la puerta.

Sorprendentemente Aricia es quien responde a la llamada y abre la puerta. Tras de sí veis a una mujer menuda, encogida y sumisa que mira todo con cierto aire de sospecha. Jäger la reconoce como la hija e inquilina de la casa con quien os relacionasteis anoche.

Cuando pasáis al interior, encontráis el cadáver de un hombre entrado en carnes con calvicie incipiente y un blanquecino y amoratado rostro.

Volvéis a estar reunidos los tres. Es hora de tomar decisiones.

- Vaya!,¿con que el viejo ya pasado a otra vida?

Digo señalando con el pulgar por encima del hombro

Doy la bienvenida a Giani y a Jäger a la casa de Darla, presentando propiamente a la joven chica a mis dos compañeros. Busco un sitio donde reunirnos, sin escatimar en la presencia del cadáver del padre de Darla.

- Es lo que tienen los humanos, cometen un error en la vida y mueren, a veces sin llegar a darse cuenta de su error. - digo, sin poder disimular una sonrisa de satisfacción.

Busco un sitio para Darla al lado mío, para comenzar a organizar las cosas. - Creo que ya tenemos algo de efectivo para poder efectuar un viaje, si Darla tiene a bien prestarnos algo del dinero que acaba de heredar. - digo, mirándola a ella, con gesto tranquilizador, apoyando mi mano en su rodilla. - Ya luego veremos si ella quiere acompañarnos o no. La chica tiene mi aprobación.

No tardamos mucho en localizar a Aricia, parece que Jäger reconoce a la chica con la que se encuentra y al hombre muerto sobre el que al entrar rezo una oración por su alma

-tomais muy a la ligera el valor de la vida- comento sin tono de reproche, mas atento a las sombras en los rincones de la casa

-lo que decidas estara bien Aricia. Jäger y yo querriamos hacer unas preguntas en el puerto sobre el Allkings mientras ultimas los detalles-

- Bueno, me ha sorprendido, cuando dejé la casa el viejo seguía vivo...creo.

Dije a modo de disculpa a Giani.

- Estará genial que Darla nos ayude en todo lo que tenga a bien, pero sigo intigado por lo del barco. Sólo Diós sabe si Sav no se encontraba en ese barco....

Intentaba aparentar indiferencia, pero seguro que algo en el gesto del sajón le traicionó.

Unas lágrimas silenciosas resbalaban por la cara de la mujer y goteaban en la madera. Darla mantenía la mirada baja y fija en el suelo y se agarraba las manos sobre el vestido.

Cuando todos hubisteis callado, se tomó un par de segundos antes de hablar, asegurándose de no sollozar ni que se le rompiera la voz al alzarla sin mirar a ninguno de los presentes.

- Señora, no tengo a donde ir.

La prostitución y la mendicidad de la iglesia eran las primeras alternativas que se le ocurrían a la mujer.

- Mi padre guarda algo de dinero en su alcoba. Esta casa y su herencia serán para mi hermano y su familia en Elms Vale. Yo... quizás tengan a bien acogerme en su casa para criar de los niños...

El tono de su voz sonaba inseguro y sus pupilas iban de un lado a otro evaluando las distintas posibilidades. Con toda probabilidad no había una buena relación con la familia de su hermano.

Jäger y Giani van a "investigar" por el puerto, o a increpar al personal más bien. La técnica de los chicos no resulta desacertada, la rudez de Jäger combinada con la antítesis del clérigo sacan algunos datos en claro: hay indicios apuntando que en el AllKings viajaba algún vástago o varios; y al parecer, el capitán Vance se marchó hacia la capital la siguiente noche tras atracar.

Darla por su parte esta asustada por tener que tomar tan apresuradas decisiones, lo cierto es que quiere huir de allí pues su futuro en la ciudad de Dover y sus alrededores es muy desalentador: convertirse en la padrina-sirvienta de su hermano, o buscarse la vida como mujer de compañía no es algo nada deseable; pero lo desconocido es aterrador para alguien acostumbrada a las rutinas de cuidar de un padre tullido. Ella quiere una vida tranquila y sin sustos, pero eso no esta a su alcance, con lo cual si le ofreces cualquier alternativa ella la aceptará con cierto temor.

De la forma que sea, cuando os reencontráis más entrada la noche, os organizáis y rápidamente conseguís los preparativos adecuados para el viaje. Todo esta listo y Londres os espera tras un par de noches de viaje donde tendréis el tiempo que haga falta para poneros de acuerdo sobre como actuar cuando lleguéis.

Me reúno junto con el resto del grupo de viaje con una sonrisa en la cara, con Darla cogida del brazo que, aunque temerosa, ha decidido unirse a nosotros. En lo que los chicos habían ido al puerto y yo había terminado de conversar con Darla, nos habíamos puesto en marcha para tener los coches listos. Pocas pertenencias poseíamos los vástagos, eso seguro, pero dejé que Darla recogiera algún recuerdo si quería antes de marcharnos.

- Londres nos espera, caballeros. Sólo espero poder terminar de una vez por todas con el encargo de los malditos fundadores para poder dedicarme a una no-vida tranquila. - digo, mirando a Darla con cariño. - Tengo mucho que enseñarte. Te gustará esta vida.

Sin mucho más que argumentar, voy arreglando las cosas para salir de viaje.

Las pesquisas no van mal del todo y aunque sacamos poca información me parece bastante útil

-aunque no creo que fuera Sav el vastago que viajaba en ese barco, el nos habría buscado en Dover a no ser que nos diera a todos por perdidos. Creo que la pista que tenemos bien podría ser la del ladrón Ambrogino-

Dejo ahí la posibilidad y medito en silencio sobre ella con la vista perdida en las sombras -"Salieron derrotados los gentiles. Los rezagados cayeron todos a filo de espada". Macabeos 14-15-

Al menos hasta que Aricia anuncia su intención de que nos acompañe Darla, entonces miro, tal vez por primera vez, a la muchacha -espero que te vaya mejor que a mi en esto.-

Vuestros choferes insisten en conducir de día, pues el camino es angosto y difícil en algunos tramos, así que cuando despertáis la siguiente noche de partir, los carruajes continúan un par de horas antes de detenerse para que los hombres puedan acampar y descansar. Momentos que aprovecháis para haceros con el paisaje interior de aquella enorme isla en la que ninguno había estado antes. Grandes prados de pasto verde se extienden por doquier, con algunos bosques sobre unas pocas colinas, el vasto terreno es húmedo y lleno de vida con granjas diseminadas por la zona, todavía sentís la caricia lejana de los vientos marinos.*

Al amanecer os volvéis a poner en marcha con los conductores y los animales descansados, Aricia y Darla en una de las cabinas y Giani junto a Jäger en la otra. Cuando despertáis estáis ya en medio de la gran ciudad; las casas se agolpan apretadas las unas con las otras a ambos lados de la calzada, el olor a cloacas y el bullicio de humanidad os invitan a pensar que debe tratarse de una de las zonas más pobladas de la región.

Guiados por las intuiciones de Giani y los extraños diálogos que mantiene a solas, termináis en una posada llamada “La Posada del Palisandro”. La puerta delantera del local está abierta y lográis despertar al propietario, un hombre de mirada somnolienta llamado Charles Robin, mediante unos golpeteos del puño de Jäger sobre el mostrador.

La posada es un sólido establecimiento sin pretensiones, para comerciantes. Está limpia, pero carece de adornos. Hay una taberna conectada a la posada, pero ahora sólo hay un cliente.

Vuestros choferes insisten en conducir de día, pues el camino es angosto y difícil en algunos tramos, así que cuando despertáis la siguiente noche de partir, los carruajes continúan un par de horas antes de detenerse para que los hombres puedan acampar y descansar. Momentos que aprovecháis para haceros con el paisaje interior de aquella enorme isla en la que ninguno había estado antes. Grandes prados de pasto verde se extienden por doquier, con algunos bosques sobre unas pocas colinas, el vasto terreno es húmedo y lleno de vida con granjas diseminadas por la zona, todavía sentís la caricia lejana de los vientos marinos.*

Al amanecer os volvéis a poner en marcha con los conductores y los animales descansados, Aricia y Darla en una de las cabinas y Giani junto a Jäger en la otra. Cuando despertáis estáis ya en medio de la gran ciudad; las casas se agolpan apretadas las unas con las otras a ambos lados de la calzada, el olor a cloacas y el bullicio de humanidad os invitan a pensar que debe tratarse de una de las zonas más pobladas de la región.

Guiados por las intuiciones de Giani y los extraños diálogos que mantiene a solas, termináis en una posada llamada “La Posada del Palisandro”. La puerta delantera del local está abierta y lográis despertar al propietario, un hombre de mirada somnolienta llamado Charles Robin, mediante unos golpeteos del puño de Jäger sobre el mostrador.

La posada es un sólido establecimiento sin pretensiones, para comerciantes. Está limpia, pero carece de adornos. Hay una taberna conectada a la posada, pero ahora sólo hay un cliente.

El hombre os hecha un vistazo distante a los cuatro sin saber muy bien a quién dirigirse. 

- Mi señora, disculpe por lo llano y poco digno de mi humilde local. Os aseguro que éste hombre honesto hará que os sintáis tan cómoda como permitan estos oscuros tiempos.

Dice en un perfecto y educado inglés dirigiéndose a Aricia que por sus ropajes aparenta ostentar el mayor rango.

El viaje transcurre, afortunadamente, sin incidentes, y en Londres la providencia no tarda en ofrecernos un alojamiento adecuado

-Deus Servavit*- digo al posadero en latín, sin duda la lengua santa no será desconocida ni en este lejano confín

Dejo que Aricia ultime los detalles del alojamiento escuadriñando las sombras del lugar y cuando estamos solos en la habitación (o con Darla), entro en detalles sobre el objetivo de nuestra misión

-La mejor pista que tenemos es el nombre Mallotte, hemos de descubrir quien o que es. Y tambien será cuestión de preguntar sobre el capitán Vance del Allkings (All Mighty) y su acompañante, podría ser Sav o Ambrogino- dejo la posibilidad en el aire mientras medito sombriamente antes de seguir

-Esta ciudad parece grande, lo mejor sería separarnos y reunirnos aquí antes del amanecer, pero ni Jäger ni yo conocemos el idioma local, aun así creo que puedo encontrar conocidos en la ciudad, yo iré solo a buscar-

Dejo que ellos dos decidan si quieren ir juntos o por separado

Cuando hacemos la pausa de la primera noche, salgo a estirarme ligeramente, pero no me alejo demasiado del convoy. Necesitaba descansar esa noche, así que me pasé casi todo el tiempo posible hablando con Darla dentro del carruaje.

Al llegar a Londres, ya descansada, miro alrededor. ¿Había estado aquí antes y por eso conocía la lengua? No conseguía recordarlo. En cualquier caso, no era lo más importante ahora. Lo importante era nuestro objetivo. Encontramos relativamente rápido un refugio temporal, lo cual siempre era bueno. Sólo esperaba que nuestro grupo no levantara sospechas.

Despido a los cocheros dejando que Darla pague lo acordado y seguimos adelante. Me había decepcionado parcialmente el comportamiento de la chica, pero no quería darla por perdida tan pronto.

Cuando nos acomodamos, Giani nos pone una dirección, lo cual agradezco. Por mi parte podría dejarme llevar por demasiadas cosas menos importantes.

- Me da igual si nos separamos o vamos juntos. Dudo que cualquiera de los dos podáis comunicaros con Darla para que ella os haga de intérprete, lo cual simplificaría bastante el separarnos. En cualquier caso, debo de alimentarme esta noche. - miro hacia la chica, cambiando al idioma local. - ¿No hablaréis latín por casualidad, verdad?